Luna creciente.

Griffith suspiró y la miró.

-No es eso -susurró mirándola a la cara- No me malinterpretes. Tu compañía es buena, pero no estoy acostumbrado a ella -se acomodó mejor, o, al menos, lo intentó, puesto que el dolor cada vez era más agudo- Además, ahora te necesito, no puedo mover mi cuerpo ni tan siquiera para ir ni por un vaso de agua.

Estaba preparada para otra respuesta que evidenciara su poca necesidad de compañia, pero me sorprendió lo dijo. No esperaba que apreciara mi presencia.
- Entonces me quedaré, hasta que uno de los dos se aburra o se canse. Después de todo, tu no puedes ni moverte, y yo estoy lo bastante aburrida como para querer cuidarte. Además tambien disfruto estar contigo. Aunque me sacan un poco de quicio tus ataques de bipolarismo -Sonreí- Pareciera que tienes varias personalidades. De un momento a otro pasas de ser un perfecto caballero, a decir que te importa todo un bledo.

Griffith le miró unos instantes y luego sonrió a penas por aquellas palabras. EN parte tenía razón. Sentía como si tubiera dos personalidades y pudiera sacarlas cuando quisiera.

-Quizá sea así. Empieza a preocuparte de que no saque mi personalidad sádica y asesina -susurró cerrando los ojos y tras ello acariciando su frente, ahora la herida parecía calmarse por el frío- Uf... duele... -susurró con una sonrisa- Hoy estás muy guapa... jajaja

[Te gusta el nuevo avatar?]

[Esta muy lindo X3]

- Tu personalidad sádica y asesina, ¿eh?... La verdad no me asusta. Al contrario, me intriga- dije con una sonrisa pícara en el rostro-. Y gracias por el cumplido. Tu también estas guapo a pesar de parecer un trozo de carne rellena -Me reí mientras señalaba la herida.

Sonrió unos instantes y luego ladeó un poco el rostro, dejando que el pelo le cubriera parte del rostro.
Suspiró, tampoco estaba del todo mal dialogar con Miyuki, parecía una muchacha fuerte y sencilla, algo que, en cierta forma, le atraía.

Entrecerró la mirada y se relamió los labios, mirando el techo.


-Entonces... ¿Te vas a quedar?

- ¿Por que te relames? ¿Vas a comerme en la cena, luego de mostrarme tu lado sadico y asesino?
Me reí. Era bastante divertido y relajante estar con Griffith. Pero sobretodo, era fácil. Era sencillo estar con el, reirme, mostrarme como era. Tal vez, demasiado facil.
- Si quieres, si, me quedo.

Le estiró suavemente del pelo, como en broma, acariciándolo y luego tirando del brazo para que se acercara.

-Entonces quédate -susurró besándole los labios lentamente, degustándolos- Y cuídame.

Le acarició la mejilla, deslizando una mano por el vientre de la fémina.

-Eres hermosa.

Lo miré. ¿Realmente podía existir cosas como ternura en él, o solo eran desvarios de mi mente? Seguramente, eran vanas ilusiones de mi subconciente, que constantemente me atosigaba con tonterías como esas. Sonreí ante el lisonjero comentario sobre mi apariencia.
- Por supuesto que soy hermosa, todos los infernales lo somos de alguna forma u otra. Y yo debo verme irresistible para lograr atraer a mis presas y alimentarme como es debido.

Griffith le miró unos instantes y luego suspiró, no sabía bien que tenía que seguir diciendo, no se le daba bien. Echó a reír y luego le miró.

-Lo siento, esto no se me da nada bien, no estoy acostumbrado -susurró mirándole de reojo y cubriéndose mejor con la sábana- Creo que el dolor me hace decir cosas que estando cuerdo no diría nunca -sacó la lengua con algo de burla, peinando el cabello de la fémina- O será tu compañía, no sé

Sonreí ante aquella escena. Parecía un niño pequeño. Lo abracé.
- Puede ser pero creo que esto te hace sacar un lado de ti que no muestras muy seguido. ¿Por que no te muestras tal cual eres simplemente? Veo como te esfuerzas para mostrarte fuerte y orgulloso, pero no hace falta. por lo menos no ante mí. Me gustas.

Griffith sonrió a penas y luego arqueó una ceja.

-Yo no siento nada. Mis sentimientos fueron arrebatados cuando me convertí en Diablo, no voy a enamorar nunca de nadie -musitó mirándole fijamente y luego sonriendo a penas, estirándose un poco en la cama- Ahora necesito dormir un poco, estoy demasiado cansado..

Abrí los ojos, y lo miré un tanto sorprendida.
- ¿Cuando te convertiste en diablo? ¿Acaso no naciste siendolo?
Miré su rostro, apreciando cada detalle.
- Y si vas a enamorar a alguien o no, eso no puedes saberlo. Ademas hay una sutil diferencia entre que te guste alguien y estar enamorado.

Griffith le observó unos instantes y tras ello suspiró.

-Yo era humano -dijo acomodándose un poco- Pero ya no -susurró mirándola de reojo- Aunque tampoco lo hecho de menos ni me importa, así que no pasa nada... -se encogió de hombros y tras ello suspiró- Tengo sueño. Prefiero dormir un poco antes que hablar d emi vida PRIVADA -sonrió, guiñándole un ojo.

Me reí ante aquello. Lo besé, apenas rozando sus labios con los mios.
- Ahora entiendo por que me gustas tanto. Todavía debe quedar algo de humano en ti, y por eso me pareces tan apetecible -dije en son de chiste.
Lo miré intensamente. Tenía unos ojos bellísimos.
- ¿Quieres dormir solo, o prefieres que me quede aqui contigo?

Se encogió de hombros unos instantes y tras ello la miró.

-Como quieras, me da igual -comunicó acurrucándose mejor con el rostro ladeado, sin mover su cuerpo para no abrir los puntos- Si quieres te quedas aquí, sino hay otras habitaciones -le tocó la frente con un dedo, sonriendo entonces.

Suspiré. Aquello me irritaba un poco. No podía hacer lo que se me antojara, en parte, por el estado en el que se encontraba, y por otro, por que estaba en su casa. Aunque creo que todo aquello era una forma inconciente de justificar mis deseos de que me dijera que prefería estar conmigo.
- Dudo mucho que todo te de igual, y si es el caso, me parece propio de un blandengue. Y no creo que lo seas. Por una vez, decidete. Tienes que tener un poco más de iniciativa propia.

Griffith arqueó una ceja y tras ello tosió, algo resentido por la herida de su abdomen.

-Ajs, que me da igual, te digo. Vete, quédate, no me importa. Sólo quiero descansar un rato... -le observó de arriba a abajo- Si te quedas al menos hazme algún que otro favor sexual -bromeó mientras se acomodaba mejor.

Me reí, bastante mas estrepitosamente que de costumbre.
- ¿Y que obtengo yo a cambio? De ninguna manera. No hasta que puedas devolverme el favor.
Me acurruqué a su lado, y sentí el reconfortante calor de su cuerpo, su aroma embriagador.
- Entonces creo que me quedaré aqui, durmiendo. Que descanses.
Le di un suave beso en la mejilla.

Griffith le acarició suavemente la mejilla y luego sonrió a penas, apoyando el rostro en su hombro y pasando a besar su cuello suavemente, aunque sin hacer nada más puesto que su estado no se lo permitía.

-Da gracias que me enceuntro en esta situación, sino te ibas a entrar -deslizó sin pudor su mano a la entrepierna de la chica y luego la acarició cuidadosamente- Duerme.

- Deberías controlar tus manos. Son muy inquietas.
Me acurruqué un poco más, y lentamente me dormí.

Griffith sonrió entonces y luego entrecerró la mirada, apartando su mano y retirando el pelo de la frente de Miyuki, quedándose dormido en poco tiempo igual que ella, sin pensar nada en concreto más que en descansar.

-...

Cuando desperté, el trozo de cielo que se filtraba por la ventana estaba teñido por un azul profundo. Solo era interrumpido por unos jirones de nubes. No tenía idea de que hora era, o cuanto había dormido, pero tampoco me importó. Griffith estab a mi lado, sumido en ese encantamiento que lo hacía parecer tan indefenso, solo que esta vez lo estaba, ya que no podía moverse siquiera. O por lo menos horas antes había sido así.

Griffith estaba sumido en los sueños, entre los brazos de Morfeo hasta que de pronto abrió los ojos a causa de una pesadilla, viendo a Miyuki que le miraba atentamente.

-¿Qué? -dijo de forma borde mientras fruncía el ceño- No me mires así... -se acurrucó un poco donde estaba y luego bostezó, entrecerrando la mirada- Ya no me duele casi ´-dijo acariciándose el abdomen y mirando a su acompañante- ¿Puedes traerme algo de comer? Tengo hambre...

- No puedo evitarlo. Eres demasiado adorable. - Me reí, aunque lo cierto es que lo decía en serio. Se veía adorable dormido. -En seguida te traigo alguna cosa. Mientras ve pensando que me vas a contar sobre ti. Me lo debes desde hoy en la mañana.
Sali del cuarto, y me dirigí a la cocina. Le prepare unos cuantos bocadillos, y regresé.

Griffith le miró unos instantes y tras ello sonrió, acercándose a ella cuando vino y besándole los labios.

-Mmmm... Gracias -musitó con una pequeña sonrisa esperándola- Te intentaré contar todo lo que quieras... -suspiró, relamiéndose los labios, espernado algo de comer