Observando las obras

Entre en un museo, era un museo pequeño de obras religiosas, era temporal, por eso me dio mas curiosidad entrar, me encantaba el arte religioso. Me quede parado en uno de los cuadros, este era una version de la ultima cena donde al lado de Jesus habia una mujer, me quede pensativo.

-Que bello es el trazado..- pense en voz alta.

Se su pone que tendría que estar arriba , haciendo papeleo y deberes, pero era aburrido y decidí hacer lo que hacia siempre, escaparme...

La Urbe, no era un lugar que me agradara, demasiada contaminacion, cosas modernas y grotescas, pero en medio de todo este caos y destrucción del medio se alzaba hoy algo nuevo y bello, el museo tenia una coleccion de arte religioso que no era realmente apreciada por las gentes de este lugar, algunas obras habían sido traídas directamente de la Insula por el ferry y tenían una belleza especial, la de quien pinta algo en lo que realmente cree.

Contemplaba todas aquellas obras maravillada, mientras una larga túnica y una capa con capucha, las dos de color negro ocultaban mi verdadera naturaleza de las gentes de este lugar.

Me pare frente al típico retablo de la ultima cena y sonreí, aquel cuadro tenia muchisimos años y yo había sido una de las privilegiadas que conoció al autor, a mi lado se alzaba una figura un tanto siniestra, con un aura un tanto mas oscura que lo habitual en un humano, le mire, era un párroco, cuando nuestras miradas se cruzaron sonreir, solo dejando ver mi boca, como si fuera una leprosa y una apestada

-Hola señor-salude cordial mente-tiene razón tiene un trazo muy bello esta obra

Estaba contemplando la belleza del arte cuando aparecio una enana de cabello rubio y de ojos azules muy bonitos y desconcertantes desarrollada. Una niña hablandome, que poco me gustan a mi los niños.

-Buenas niñas .- le dije sonriendo,.- ¿Te gustan estos cuadros y esculturas? Yo te podria explicar algo sobre ellos, si lo deseas, se un poquito de estos temas. Disculpa no me he presentado, soy el padre Yulianus. ¿Y tu..?

La miraba con una apariencia de simpatia y calidez, pero con un transfondo de frialdad e indiferencia, parecia que me incomodaba levemente esa muchacha pero me daba confianza. "Un poco de conversacion nunca viene mal."- pensé

Escuche sus palabras , notando en ellas ese tono de alguien a quien no le gusta lo que tiene delante, suspire y continué con mi tono de voz tranquilo y cordial

-Encantada señor párroco-dije haciendo una pequeña reverencia-mi nombre es Azrael-vale es un nombre bíblico, el del ángel de la muerte, pero teniendo en cuenta mi procedencia, eso es lo de menos-es un placer-tendí mi mano envuelta en un guante de color negro para que me la estrechara.

-Todas son obras muy bonitas-dije mirando de nuevo aquel retablo-pero Marchelo en esta se dejo la vida-hable en voz alta sin darme cuenta de que alguien de mi edad aparente no debía tener ese tipo de conocimientos, mas que nada por que esta era una obra anónima-quiero decir.....-¡¡¡¡mierdaaaaaaa que me pillan¡¡¡¡-Marchelo es mi hermano e hizo una copia....-me puse nerviosa-no me haga mucho caso, siempre acabo hablando de mas-sonreí

La mire con estrañeza pero preferi no darle mayor importancia, "era una muchacha un tanto extraña" pensaba. Bueno parece que sabe un poco de la historia del cuadro.

-Bueno a mi me gusta mas hablar de lo que simboliza el cuadro, mas que de sus autores, ¿Que te transmite este cuadro? A mi digamos, la parte femenina que hay en parte de todos, es como quien apoyo a Jesus, su madre o en este caso esa mujer que hay a su lado. Es la parte sentimental de Jesus, el amor que el nos procesaba a nosotros, Por cierto, muchacha, no soy parroco, de momento.- dije sonriendole frivolamente.

Suspire aliviada, al menos no le había dado demasiada importancia a mi comentario.
Mire a la mujer que había al lado de Jesús y tuve que reprimir una risa, por que yo sabia que no era una mujer, si no el mejor amigo de Marchelo travestido y haciendo el tonto para el cuadro.

Sonreí, me gustaba como pensaba aquel hombre, la parte femenina de Jesús, a mi ese personaje me producía pena , ya que había renunciado a todo por una salvacion de los pecados que el realmente no podía dar, si Dios no jugara con los hombres, no habría tantos problemas a veces-pensé para mi.

-Es una forma bonita de pensar, señor....Yulianus-dije rascandome la barbilla-a mi me parece mas que el simbolismo esta en el hombre que tiene el cuchillo y amenaza a aquel otro de manera oculta, es el mal que se esconde entre nosotros y que puede dañarnos en cualquier momento

-Mi buena amiga, el cuchillo simboliza la traicion a jesus y a los suyos, si la maldad en parte, pero mas en concreto eso. - La miraba un poco por encima del hombro .- Dios quiere que nos superemos para alcanzar mas y mas a nosotros mismos. Todos podemos obtenerlo todo, con buen ainco. Las personas deberian de seguir mas las enseñanzas divinas, ser un poco como los angeles de los escritos, puros y buenos, pero el ser humano es muy debil. Y el poder corrompe, mi pequeña.

Le mire con cierta ternura en ese momento, pero enseguida mis ojos se volvieron frios comola roca.

No pude evitarlo, lo juro, no pude, cuando le escuche decir que los ángeles eran puros y buenos, restalle en una carcajada de las que hacen historia...

Todo el mundo se me quedo mirando, suerte que solo habían 3 personas mas en la sala.

-Yulianus-dije cuando me tranquilice un poco-si los angeles fuéramos...fueran puros y buenos, no pasarían muchas de las cosas que pasan.

Me encogí de hombros e hice una pequeña reverencia

-Creo que es el momento de que me marche-dije con un susurro y retire mi capucha dejándole ver durante unos instantes mi rostro-tengo trabajo y no puedo permitir que me cojan los habitantes-comencé a caminar y deje que cayéran plumas de mis alas sobre el suelo mientras susurraba con una sonrisa traviesa-no es bueno creer siempre lo que dicen las escrituras señor.

Esa extraña muchacha me dejo perplejo con sus palabras, en el fondo yo sabia que eran ciertas, pero debia mantener mi imagen de clerigo puritanista. Cuando se marcho se le cayeron unas alas, yo la mire extrañado y pense: ¿De donde vendran?

-Hasta pronto, muchacha.