Camine tranquilamente en mi forma felina, como si disfrutara de un paisaje. La niebla ocultaba mi cuerpo puesto que se concentraba en la parte inferior de los pasillos. Voltee la cabeza para ver como Yulianus me seguia y al mirar en frente un guardia impasible detenia nuestro camino. Puesto que seria yo quien al parecer le abriria el camino al humano quite de un fuerte zarpazo al guardia tirandolo al suelo, una vez allí mordi su yugular y cayó muerto.
"Hay que seguir por aqui no? Bueno, camina tranquilo yo me encargo de los imprevistos" le dije mentalmente al humano, mientras continuaba avanzar.
A medida que mas penetrabamos en aquella carcel, las medidas de seguridad eran mayores, las sorteé todas dejando el camino libre para el que me seguia.