La luz que ciega *Libre*

Me sentia particularmente euforico, algo demasiado raro en mí. No podia saber por que sonreia de esa forma tan extraña, aunque los demás no lo verian pues la capucha tapaba mi rostro dejando solo los ojos al descubierto.

Sentí ganas de pisar suelo sagrado asi que me adentré en aquella majestuosa estructura. Todo era de un blanco marmoleo que hacia que la luz que pasaba a través de las cristaleras resplandeciera con fuerza causando un ensimismamiento en mí.

Siempre habia deseado en secreto ir al cielo, conocer aquellos lugares en donde los ángeles blancos vivian, pero aquellas puertas desde el inicio de mi existencia habian permanecido cerradas para mí.

Sabia que el no me escucharía ni desde aquí ni desde ninguna parte, pero aun así había venido a orar, no por mi salvación ya que el haberme enamorad de un infernal era una condena perpetua para alguien de mi clase, si no por la paz y la concordia entre las razas, no quería nada mas, solo que terminaran todas estas absurda batallas y las razas pudiéramos al menos vivir tranquilas unas con otras.

Mi capa tapaba mis alas, aun que las llevaba ocultas y los humanos no las verían era una costumbre adquirida, el que nadie en ningún caso las viera por ser vicolor y mis cabellos rubios se encontraban tapados por aquella capucha que casi me tapaba también los ojos, impidiendo que nadie contemplara totalmente mi cara, surcada por lágrimas en estos momentos.

Note una presencia a mi espalda e identifique que era un ángel caído solo por la energía de luz y oscuridad fusionada que le rodeaba.

No sabia si era amigo o enemigo, aun que últimamente ya no discernía bien esas cosas, quede quieta en silencio, esperando a su siguiente movimiento, si quería algo ya lo indicaría, si no.... seguiría con mis disculpas y mis arrepentimientos, con mis ruegos y deseos, en silencio

Un ser se había adentrado al igual que yo en la iglesia. Mi euforia contrastaba terriblemente con la tristeza rodeaba a ese ser de esencia angelical. Volteé para mirarlo, pero su pequeña figura estaba cubierta con una gran capa. Mis ojos buscaron escrutar su mirada pero ni siquiera podía vislumbrar sus ojos, también estaban cubiertos por la sombra de la capucha.

Aquel ser no emitia ningún sentimiento de maldad por lo que no hizo falta que me pusiera a la defensiva. Relajé mi semblante y murmuré con algo de melancolía ahora sin mirarlo -Debe ser bonito pasear por los jardines celestiales...-

Sus palabras llegaron a mis oídos provocandome una leve sonrisa, pues el solo recuerdo de mis queridos jardines del agua llenaba mi alma de paz y alegría.

-Depende de quien sea el jardinero y de la hora a la que vallas-seque mis lágrimas con la manga de mi camisa y alcé la cabeza para mirarle-pero siempre que el sol comienza a alumbrar con tonos rojizos, se convierte en un lugar mágico.

Ajuste mi capucha para que medio rostro continuara oculto, solo dejándole ver mi boca y mi nariz.

-¿Puedo preguntar cual es la causa de que un Ángel Caído visite una iglesia?-no era algo que me extrañara demasiado, pues hasta los infernales se paseaban por ella de vez en cuando.

Su voz resultó ser muy suave y femenina, aún poseia ese leve toque de melancolía.

Ante su pregunta alze una ceja -¿Acaso me esta prohibida la entrada aqui también?- comenté con serenidad pues no era un reproche -Este es el único lugar que me permite estar un poquito mas cerca de Dios...aunque sea solo un sueño- comenté con una sonrisa agridulce que ella no podia ver.

Aquel comentario me hizo bajar la cabeza apenada, recordé todos los tratados que había leído sobre los Ángeles Caídos, como se les había expulsado del cielo y del infierno, Dios no los quería cerca por eso existía Caidanyi, para mantenerlos lejos.....aun así el quería estar cerca de Dios y yo....yo quería que me perdonara por mi pecado.

-Es un sueño muy bonito-mi tono era triste- y como muchos otros es imposible...ni los ángeles podemos estar ya cerca de el-esto lo dije dolida.

Tenia que dejar de torturar-me por aquello, me había rendido a un infernal, le había mostrado mi verdadera naturaleza a Lucifer, todos habían sido errores imperdonables, pero ya no podía hacer nada así que tenia que tranquilizarme.

-¿Como te llamas?-era una pregunta normal, sin pretensiones de ningún tipo, solo curiosidad.

Bajé la capa que cubria mi rostro para dejarlo al descubierto asi mis palabras no sonarian tan lejanas -Lo tengo asumido...- comenté encogiendome de hombros -al menos el sitio destinado para lo seres como nosotros no esta tan mal-

"ni los ángeles podemos estar ya cerca de el" aquellas palabras no me encajaban, ni los propios ángeles? ¿Como era eso posible?

Deje a un lado mis cavilaciones pues la mujer me preguntó el nombre.
-Shun..- le dije con simpleza -y el tuyo?-

Después de pensar unos instantes que hacer y tras verle retirarse la capa de la zona de la boca opte por retirar mi capucha hacia atrás y dejarle ver mi rostro que todavía tenia alguna marca seca de mis anteriores lágrimas y los ojos brillantes de haber llorado

-Me llamo Azrael-dije timidamente-soy estudiante de la escuela Angelical-alce mi mano para que la estrechara y sonreí-es un placer conocerle señor Shun.

Al fin y al cabo yo se suponía que era una niña y el parecía mayor que yo así que tenia que tratarle con respeto.

Me sorprendió un poco el aspecto que ofrecia bajo la capa. Era una hermosa niña, de facciones angelicales, aunque eso era lo normal en aquellos seres y bajo sus ojos aún resplandecian algun rastro de lágrimas.

Me ofreció la mano diciendo a la vez su nombre. La estreché sonriendole levemente.
-No me llames Señor- dije, me incomodaba un poco... esa formalidad -Seguro que será un atrevimiento preguntar por que hay tanta tristeza reflejada en tu rostro..- comenté ladeando la cabeza.

Bueno al menos podría tutear-le, me reventaba tener que hablar de usted, me hacia sentir mas pequeña de lo que era en realidad.

-No es un atrevimiento-dije encogiendo me de hombros-simplemente tengo un mal día-intente sonreír pero aquel gesto quedo un poco forzado-he cometido un gran error y me parece que no sobevivire al castigo....-suspire algo dolida-y si sobrevivo......tal vez sea El el que pague por mi error y me debilidad-pensé en Gill.

Apenas podía enteder de lo que estaba hablando. Sus palabras eran un tanto misteriosas.
-Tan grave resulto la situacion?- pregunté frunciendo ligeramente el ceño -tan grave como para pensar en tu muerte?-

Aquello parecia algo serio. Me cruzé de brazos y entonces alcanzé una posible idea de lo que podía pasarle -Una..unión prohibida quizas...- susurré en un ápice de voz.
Si, una de esas uniones de las cuales naciamos los seres como nosotros.

Parecía que el chico era rápido cogiendo el hilo de la cuestión así que sonreí de manera seria mientras un suspiro escapaba de mis labios

-Bingo-dije agachando la cabeza-pero digamos que en el fondo ese no es el mayor problema-sonreí-pero mejor dejemos el tema que me deprime mucho.

Estire mis músculos y sacudí mi cabeza eliminando todo pensamiento deprimente para levantar de nuevo la cabeza con la mas alegre de las sonrisas

-Bien, ¿Que te trae por la ínsula?-dije con facciones de plena felicidad-¿algún amor?

Si ella no queria hablar mas del tema no seria yo quien la presionase. Cambió su actitud de repente mostrandome una dulce y feliz sonrisa que me cogió de sorpresa.

-Bueno..es algo complicado- respondí a su pregunta -Estaba de paseo, es la primera vez que visito estos lugares...- comenté finalmente sonriendo brevemente.

Vale que la ínsula había estado cerrada durante mucho tiempo, pero los seres sobrenaturales podían entrar y salir siempre que quisieran.....tal vez era mejor no preguntar al respecto.

-Es un lugar bonito-dije mirando a mi alrededor-pero los hay mucho mejores, el algo del bosque, el acantilado de la costa....-todos eran lugares en los que había estado con Gill, pensarlo me hizo bajar la cabeza de nuevo, pero me repuse rápido.

-Seguro que encuentras algún lugar que no conozca nadie mas

-¿El algo del bosque?...- pregunté alzando una ceja -bueno...la costa la conozco- recordé el tiempo que estube con griffith -el bosque...también- allí me habia encontrado con aquel ladronzuelo de Darius.

Percibí un leve cambio en ella pero en seguida volvió a reponerse diciendome aquellas ultimas palabras.

-Quien sabe...aún me faltan caminos por recorrer- comenté sonriendole brevemente.

Era extraño que un ser diferente a mi me cayera bien en tan poco tiempo, pero es que su aura no emanaba nada de maldad y eso me hacia sentir cómoda, incluso mas que con los de mi especie.

-Eres muy simpático Shun-dije acercándome a el-me gustas-le di un beso en la mejilla- y no es normal que me gusten otras personas-le guiñe un ojo.

Decidí salir fuera, necesitaba que me diera el aire así que cruce la puerta que se encontraba a la espalda de el chico y salte sobre uno de los muros del patio, sentándome en el y dejando que la brisa revolviera mis cabellos, pero ajustando la capa a mi espalda, para que mis alas quedaran totalmente ocultas en todo momento.

Le hice un gesto Shun para que me acompaña en aquel lugar

Con el paso del tiempo y con las nuevas relaciones que había entablado, habia aprendido varias lecciones. No puedes juzgar a alguien por ser quien es y a veces una sonrisa vale más que una palabra seca. La niña se acercó a mi con todo su desparpajo y me beso la mejilla, la verdad no esperaba tal gesto.

Azrael pidió que la siguiera y así lo hice, dando un ágil salto sobre el muro. -Acaso vas a enseñarme tu uno de esos lugares que no conozca nadie?- le dije con algo de inocencia.

Negué con la cabeza y sonreí traviesa mientras miraba los arboles del bosque.

-Te voy a presentar a alguien-dije mirándole a los ojos- y si le caes bien te llevare al lago para que lo conozcas.

Me puse de pie en el muro y silbé, un silbido agudo y estridente que llego muy lejos, después me senté y mire de nuevo a los arboles.

Un terrible aullido lleno todo el aire

-Ya viene-dije con una mira fría.

De entre los arboles salio una enorme sombra negra que corría hacia nosotros, solo se podían distinguir dos esferas brillantes en su parte delantera.

Solo cuando paro frente al muro se distinguió lo que era, un inmenso lobo negro con los ojos ambarinos y mirada de pocos amigos, en su pata derecha tenia una falta de pelo considerable, marca de alguna herida antigua

-Oscuridad, Shun-hice las presentaciones, el lobo miro al Ángel caído y después a mi, tras dar varias vueltas por delante del muro ladro a Shun y se sentó

-Parece que le has gustado-sonreí feliz-eso es por que eres bueno

Aparentemene parecia un lobo salvaje, uno de esos lobos que te agarran de la yugular en cuanto les das la oportunidad. Por mi parte casi siempre habia estado en comunión con la naturaleza y los animales, ya que cuando vivia en aquella cueva, mas de uno me echaba una visita, haciendome una breve compañia.

Sin mencionar palabra me puse al mismo nivel que el lobo y acaricie su cabeza y sonreí, su pelaje era suave y sus rasgos al verlo mas de cerca, eran mas nobles.
-Es un hermoso compañero- comenté mirando a la niña que se encontraba aún sobre el muro.

Me gustaba mucho que Oscuridad se llevara bien con otros seres, aun que era bastante extraño.

Salte del muro y me coloque al lado del lobo rascándole el lomo allí donde solo yo sabia que le gustaba, con lo que conseguí que se girara y me diera un lametazo que me abarco toda la cara

-Ale ya no tengo que lavarmela-dije entre risas-mira que eres traicionero que siempre te esperas a que no te mire para hacérmelo-acaricie su cabeza con una sonrisa.

Me senté sobre el lomo de Oscuridad y mire a Shun guiñando le un ojo

-Ya veras que bonito que es es el lago-me agache hasta poner mis labios a la altura de la oreja del lobo y le susurre una palabra, a l que el animal comenzo a mover la cola y a caminar mirando a Shun-Siguenos.

Cuando comenzo a seguir nuestro camino Oscuridad hecho a correr hacia el bosque como si yo que estaba sobre el no pesara nada y solo paro cuando llegamos al claro donde se encontraba aquel precioso lago cristalino

La chica se subio en el lomo del lobo indicandome que la siguiera y entonces comenzo a correr. Yo la seguia con rapidez trepando y saltando por las ramas de los arboles con ágilidad. Era mas divertido que correr normalmente. Entonces llegamos al mencionado lago.

La luna y las estrellas se reflejaban en el agua creando una maravillosa sensacion de luces y sombras que me hacian sentir bien.

- Vaya...estaba bien escondido, gracias por traerme aquí- dije a la chica mientras me acercaba más al lago. Me agaché y toque el agua con la mano, sintiendo una agradable y humeda sensación.

Parecía que el lugar le había gustado, eso me agradaba ya que de todos lo lugares con agua de la ínsula este era en el que el liquido elemento me trataba mejor.

-¿Por que no te pegas un baño? total ya estas mojado-dicho esto el agua del lago salto sobre el como un depredador sobre su presa mientras yo reía a una distancia prudencia, cosa que no me sirvió de nada por que también acabo llegando hasta mi u oscuridad callandonos por completo-siempre es igual, le entran unas ganas de fiesta en cuanto me ve-dije escurriendo me el pelo y las alas que ahora se encontraban destapadas mostrando su tonalidad bicolor, pero me apresure a taparlas de nuevo aun que alguna pluma callo al suelo

Parece que ser mojado por sorpresa les resultaba divertido, pero a diferencia de aquel demonio llamado Gillthanas, ella no lo hizo con mala fe.

Fruncí levemente el ceño agarrando mi capa ahora demasiado pesada y dejandola a un lado -Eres muy traviesa- sugerí con el ceño ya relajado -controlas el agua verdad? Es un poder interesante- comenté al tiempo que liberara aquella cinta roja que llevaba puesta en la frente dejando sueltos mis cabellos, tambien mojados ahora.

Asentí a sus palabras con algo de recelo, yo no había hecho aquello, el agua tenia mentalidad propia cuando yo estaba cerca.... a veces no era mi culpa.

-Soy el New Ángel del Agua-dije mirándole quitarse la cinta y apreciando el bonito cabello que tenia-pero mojarnos a sido cosa suya-dije señalando el lago-el agua tiene conciencia, no siempre soy la culpable de que pasen estas cosas, lo único-me ruborice algo avergonzada-es que pasan mas a menudo cuando estoy yo...

Me acerque al lago y este fabrico un clon mio en agua que se acercó a Shun y le sonrío después llego a mi y me abrazo antes de fundirse de nuevo con el agua.

-El lago es bueno, no suele hacer gamberradas-dije mirando como se desvanecía mía yo de agua-pero es joven y tiene sus momentos de travesura

Aquella era la primera vez que oia algo parecido, el agua tiene mentalidad propia. Quise preguntar como era posible pero la escena me sorprendió bastante. Un clon de agua casi identico a Azrael abrazandola mojandola aún más si cabia para luego fundirse de nuevo con el lago.

-Increible- musité mirando al apacible lago. Me senté cerca de la orilla tanteando el agua con mis pie previamente desnudo.