A mi apartamento pribado-Shun y Anna

Camine hasta la villa sin soltar su mano en ningún momento, pensando una y otra vez en lo que estaba haciendo, sintiéndome algo culpable y a la vez libre de hacer lo que quisiera.
Poco a poco nos acercamos a aquel lugar, era un edificio algo rustico de 3 plantas y la mas alta era mi apartamento el cual tenia una ventana abierta, extendí las alas y volé hasta ella introduciéndome al interior y esperando a que Shun hiciera lo mismo.
En el interior de aquel lugar había unos pocos muebles, el apartamento constaba de 4 habitaciones, un baño con una enorme bañera un salón poco amueblado con un sofá y un par de mesitas con sillas, una cocina con una nevera y una zona para cocinar y una habitación con un armario un perchero y una cama
Asome por la ventana y mire al muchacho
-¿Subes?-dije haciéndole un gesto con la mano-si prefieres escaleras la puerta de abajo esta siempre abierta

Al fin llegamos a su casa. Anna me soltó unicamente la mano para abrir sus alas y elevarse con ellas hasta el piso que debía ser su casa. Escuché desde arriba sus palabras sonriendo. Mire a ambos lados de la calle, lo que siempre hacia antes de extender las alas. Pero allí no habia necesidad de ocultar nada.

Finalmente las abrí y volé hasta su ventana, metiendome gracilmente por ella.
Estabamos en el salón en donde había un sofa y unas mesas. Miré ami alrededor, me pareció un lugar acogedor.
La miré después a ella sonriendole tímidamente.

Espere a que llegara hasta mi y entrara por la ventana, después la cerré para mirarle a los ojos con una sonrisa y acercarme a el dándole un suave beso

-¿Quieres tomar algo?-no creía que hubiera mucha variedad, pero a lo mejor teníamos suerte-solo pídeme lo que te apetezca

Recogí mis alas y camine por la estancia, asegurándome de que todo estaba en su sitio y de que no había nada demasiado sucio

Se acercó a mí y me dio un suave beso. Respondí a su pregunta -En realidad no me apetece beber nada..- encogiendo mis hombros y guardando también mis alas.

En realidad deseaba sentir sus labios de nuevo, claro que eso no se lo diria abiertamente.

-Es un sitio muy acogedor...- agregué refiriendome a su casa. "Mucho más que la húmeda cueva que tengo por casa..." finalizé para mis mismo.

Era normal que aquel lugar desordenado y sucio le pareciera acogedor, el habia vivido en una cueva siempre
Le cogí de la mano y lo llevé hasta el sillón donde le hice sentarse para poder hacer yo lo mismo a lado.

-¿Por que no me hablas de ti?-susurre en su oído, mientras besaba el lóbulo de su oreja-tengo curiosidad-sonreí- si quieres preguntar algo tu también no te cortes que te responderé casi a cualquier cosa

Nos sentamos en el sofá, ella se acercó a mi oido besandomelo suavemente no sin antes preguntarme por mi persona. Cerré los ojos levemente -Que puedo decirte... me he criado solo durante mucho tiempo....- respondí en un susurro, ella me sonrió -he aprendido a apartarme de la sociedad y a sobrevivir....- finalizé mostrandole una sonrisa lejos de aparentar tristeza.

Sus palabras me entristecieron, no me gustaba pensar que hubiera renunciado a la sociedad, pero lo que menos me agradaba era no haberme dado cuenta antes de que existía y haberle ayudado.

Le abrace con cariño haciendo reposar mi cabeza n su hombro y deseando hacerle feliz de alguna manera

-Shun-dije sin mirarle- no quiero que sigas viviendo en esa cueva-le bese-quiero que te quedes aquí conmigo, que vivas en esta casa, no es mucho pero...-me sonroje-es un comienzo

Anna me abrazó con cariño reposando su cabeza en mi hombro. Acepté su abrazo rodeandola con mis brazos. Entonces me dijo aquellas palabras que me dejaron shockeado. -¿Que viva...con...contigo?- tartamudeé con las mejillas enrojecidas alejandome levemente para mirarla. Tragué saliva y traté de poner una voz más firme pero no fue posible -Me..encantaría...- finalizé desviando mi vista hacia la ventana obsrvando el paisaje que desde allí se veía.

Me alegre tanto cuando acepto mi ofrecimiento que no pude reprimir un ¡¡¡¡Yuuju¡¡¡¡¡ de jubilo y salte sobre el haciéndole caer tumbado en el sofá conmigo encima. Cuando me di cuenta me ruborice, pero no me levanté, al contrario me acerque mas a el y le bese con cariño rodeando su cuello con mis brazos

Vi como ella gritaba levemente de alegria e impulsandose hacia amí con la misma sensación me tumbó en el sofá quedando yo encima. Sus mejillas se enrojecieron, las mías también tomaron el mismo color y cuando sus labios tocaron los mios, mi corazón se aceleró. La rodeé con mis brazos sintiendo su frágil y esbelto cuerpo sobre el mio y profundizé el beso, sin pensarmelo dos veces.

Me abrazo y con ello me hizo sentir tan especial.....como si no hubiera en el mundo nada mas que el y yo, nuestro beso se hizo mas profundo y comenzo un pulso entre nuestras lenguas que parecía no acabar jamas.

De su boca pase a su cuello mordiéndolo levemente y dejando alguna pequeña marquita, no era sexo lo que quería todavia, solo necesitaba cariño, eso que me había negado a mi misma durante tantos años, pues tenia miedo de enamorarme de nuevo.

Le abrace y apoyé mi cabeza en su hombro aspirando el aroma de su piel húmeda por mis besos, me sentía bien, mi corazón latía tan fuerte y tan acelerado que me extrañaba que el no lo hubiera escuchado ya.

No era un sustituto de Duman, era un nuevo comienzo para mi y lo sabia, lo supe desde el mismo momento en el que le vi en el orfanato con aquellos ojos entristecidos, quería dedicar mi vida a lograr su sonrisa si era posible, pero todavía no podía decir mis sentimientos a nadie, ni tan siquiera a el que estaba entre mis brazos ahora.

-Shun-susurre dulcemente-me hace feliz tenerte cerca-no era una confesión de amor, pero era todo lo que podía decir ahora mismo, al menos el sabría que le tenia afecto

Luego una lucha de besos comenzó, algo muy agradable por cierto...casi me quedaba sin respiración. Ella reposó su cabeza en mi pecho, haciendo que involuntariamente esbozara una sonrisa un tanto idiota "¿Que me esta pasando?" decia la racionalidad de mi mente.

Su corazón latía muy fuerte, el mio iba también a su ritmo, ella debió percibirlo, pues hasta era un ruido molesto para mí.

Ella me demostró con palabras lo que parecía ser afecto. Recordé sin quererlo a mi madre "Sería este tipo de afecto?...es insoportable no saber lo que siento..." me dije algo inquieto. Pasé una mano por su cabello apreciando la suavidad del mismo.

No sabia que responder a lo que me había dicho.

No esperaba una respuesta a lo que había dicho, con escuchar los latidos de su corazón y notar su mano por mis cabellos me daba por contestada.

Me incorpore de sobre el y le indique que me siguiera, llevandole a la única habitación de la casa donde se encontraba mi cama, quería recostarme en ella junto a el y que el mundo se parara pero no sabia si el desearía lo mismo

Ella se levantó indicando que la siguiera. Llegamos a la habitación y entonces se volvió a mí y me miró con algo de desconcierto. Solo de fijarme en la cama me ponía nervioso, pero calmé mis impulsos, acercandome a la cama y sentandome en ella, mientras miraba a la mujer desde el umbral de la puerta.

Me acerque a el y me senté a su lado, no tenia muy claro que seria lo que pasaría ahora, que intenciones tendría el hacia mi en esta situación y para que negarlo me daba algo de miedo.

Acaricie sus cabellos y le bese, transmitiéndole toda mi expectacion en aquel beso deseando que comprendiera lo que quería decir sin tener que hacerme pronunciarlo

Siguió mi ejemplo sentandose a mi lado, acariciando mis cabellos para posteriormente besarme, intentando decirme algo con ello.

Me sentí exasperante por no entender lo que sugería. Después de todo mi único contacto había sido con chicos, no tenia ni idea de como tratar a una mujer, ni la más remota idea.

Cojí sus manos entre las mias mirandole a los ojos con un deje de tristeza -Anna...lo siento... no..no se que esperas de mí... no se tratar a las mujeres... no se comportarme hacia a ellas...ni hacía atí- Lo unico que necesitaba de ella ahora paciencia y comprensión.

Asentí con la cabeza y apreté sus manos con las mías en un gesto tranquilo y comprensión.

-¿Quieres que te enseñe?-pregunte inocente con una sonrisa-soy como cualquier otra persona, el sexo es lo menos importante, no te preocupes-acaricie sus cabellos-si llegara el momento tu propio instinto te guaira.

Me abrace a el besándole el cuello y dejándole múltiples marcas, como si de mi propiedad se tratara, le bese en los labios y le recoste sobre la cama, quedando yo bajo el y mirándole dulcemente

Y lo que necesitaba ella me lo dió con mucha dulzura. Me sonrió comprensivamente para después abrazarme y besarme el cuello sintiendo la succión de sus labios sobre mi piel. Entonces ella se recostó en la cama colocandome yo encima. Tenía miedo de aplastarla con mi peso, así que la volteé y la situé encima de mí. Era ligera, y su piel era suave. La estreché entre mis brazos, sintiendo una cálida sensación en mi pecho.

No estaba segura de nada de lo que hacia, mi corazón latía tan rápido y a la vez me sentía tan confusa por aquel sentimiento....

Me estrecho entre sus brazos y mis dudas se disiparon con la calidez de su piel. Mis labios recorrían los suyos una y otra vez mientras mis manos acariciaban todo su cuerpo por encima de la ropa.

Poco a poco me introduje tras esa barrera de tela y pude acariciar su torso, tenia una textura extraña de lo que supe serian maracas, pero no pregunte, si el no quería decirme nada yo no preguntaría aun

Nos besamos de nuevo, pero esta vez fué algo más inocente, mas dulce. Entonces ella me acaricio el pecho por encima de la ropa mientras nuestros labios se tocaban una y otra vez.

Su mano se adentró por mis ropas hasta rozar mi cicatrizada piel. Me aparté de ella casi en el acto, sacando su mano de debajo de mis ropas. -No..- susurré con los ojos muy abiertos expresando temor. Me senté en la cama dandole la espalda con ambas manos en mi cara.

-No puedo dejar que me veas así...es vergonzoso, no puedo....- susurré conteniendome las lágrimas.

Vi su reacción y en parte me asuste, parecía que había hecho algo malo, me cerque a el y le abrace por la espalda

-Tranquilo Shun-dije en un susurro-lo lamento no debí....-acaricie su cabeza con cariño y bese su espalda-no hay nada de lo que debas avergonzarse, no hay nada de lo que debas avergonzarte-era como tener a un niño pequeño entre mis brazos-si no quieres que lo vea no pasa nada-sonreí aun que el no podría verlo-hay cosas peores que tener el cuerpo lleno de cicatrices

Se acercó a mi abrazandome por la espalda, tratando de controlarme. Puse una mano encima de las suyas -No es tu culpa..- dije con voz quebrada -¿Por que?- finalmente no pude controlar mis lagrimas -¿Por que...ellos...ellos...no entiendo...?- susurré entrecortadamente -Yo no les hice nada, yo solo queria...queria...- Mi respiración agitada impedia que pudiera articular frases coherentes.

Me estaba mostrando debil ante ella. Me toqué compulsivamente la cara entre soñozos -Por que....por que no puedo..estas...malditas....cicatrizes- Ya ni sabia lo que estaba balbuceando.

Al verle caer en el llanto me puse delante suya abrazándole, haciendo que apoyara su cabeza en mi hombro mientras acariciaba sus cabellos y los besaba

-Pasara lo que pasara ahora estas a salvo Shun, ya te lo dije, no permitiré que nadie nunca jamas te dañe....-no sabia que hacer en aquella situación-tal vez si me relatas lo sucedido te desahogues....

Me podía la impotencia, de no saber como ayudar a aquel chico tan especial, ojala te hubiera podido salvar entonces, ojala hubiera sabido de tu existencia, me maldecida por aquello una y mil veces

-Lo sé Anna..- susurré entrecortadamente dejando que me mimara, como nadie lo había hecho antes.

Me pedia que le contara lo ocurrido... suspiré lentamente limpiandome las lágrimas de mis ojos

-Lo único que conseguire contandotelo es demostrarte lo debil que soy...- murmuré aún afligido mirandola a los ojos. "¿pero acaso no se lo estaba mostrando ya con estas lágrimas?" dijo una vocecita en mi cabeza.

Acaricie su cabeza y continué con el en brazos meciendo le como a un niño desconsolado.

-Nunca me parecerás una persona débil-dije en un susurro en su oído-pero respeto el que no quieras hablar de ello.

Hice que se tumbara conmigo en la cama y continué meciendo le entre mis brazos y acariciando sus preciosos cabellos

-Deberías descansar, mañana sera otro día-bese su cabeza- y tal vez el dolor sea un poco menos intenso.

Comencé a cantar una de tantas canciones que hablaban sobre como el dolor con el tiempo se disipaba y tan solo quedaban cicatrices en el alma a veces imposibles de borrar, la había aprendido en la tierra, cuando el mundo todavía creía en nosotros los seres sobre naturales y nos temía o nos adoraba