Pesadilla *Libre*

No se cuanto tiempo pasó después, solo se que abrí los ojos esperando que nada de aquello hubiese ocurrido, esperando con toda mi alma que todo hubiera sido una pesadilla.
Los ojos de Anna me observaban, miré hacia donde hace un momento combatia contra mi padre y allí habia abundantes rastros de sangre. Todo habia sido real.

Di un largo suspiro incorporandome con lentitud sobre el banco. A pesar de que mis heridas se habían curado, me sentia agotado física y mentalmente.

-Si no hubiera sido por ti, habria muerto...Gracias Anna- dije con una voz debil mirando al vacio como si con aquella sangre, se hubiese escapado mi alma.

Rodee sus hombros con mi brazo haciéndole apoyarse sobre mi, mientras mi mano acariciaba su cabeza con cariño

-Ya te lo dije una vez-susurre-que te protegería de todo lo malo que pudiera pasarte-bese su frente- y yo no rompo mis promesas Shun, al fin y al cabo son lo único que tengo.

Toda aquella sangre en el suelo comenzaba a ser diluida por la lluvia, desee que la tormenta se llevara todo lo que pudiera dañarnos, estaba cansada de tener que ver como día a día hospitalizaban a alguno de los nuestros sufrir que algunos no sobrevivieran.

-Te quiero-susurre-no permitiré que ese infernal se te acerque de nuevo, lo juro, antes de que te toque otra vez le matare-el odio se mostraba en mis ojos

Descanse mi cabeza sobre su hombro, escuchando aquellas palabras y la abrazé casi con desesperación. Aquella frase "Te quiero" hizo que un calor recorriera de nuevo mi corazón. Asentí agradecido -Yo también Anna- murmuré -Pero la proxima vez...sere yo quien acabe con su vida- dije con voz amarga y la garganta seca.

Me incorporé acaricié su mejilla con una sonrisa triste en los labios aun afligido dandole un pequeño beso en los labios.

Acepte su beso con una dulce sonrisa y le correspondí con otro mio algo mas profundo mientras le abrazaba, notando con la palma de mi mano todas aquellas marcas sobre su piel, deseando poder borrarlas junto con su dolor y sufrimiento.

-Se que eres muy capaz de ello-dije contra sus labios-se lo fuerte que eres-mi mano cogió su nuca y le atraje hacia mi fundiéndonos en un ritual de besos y caricias que deseaba nunca acabara, mientras de mis labios surgían traviesas algunas palabras que demostraban que le tenia algo mas que un aprecio

Sus besos y sus caricias me sumergieron en una calida sensación, haciendo que olvidara momentaneamente todo lo anterior ocurrido, como si de un bálsamo para las heridas se tratase. Los besos se hicieron más profundos y algo más pasionales, permitiendome el lujo de acariciar mi lengua con la suya dominandola ligeramente.

Ahora mas que nunca necesitaba que me hiciera olvidar esta noche, necesitaba sus caricias y sentirme querido. De no ser por ella habria acabado con mi vida yo mismo sumido en la desesperación.

-Nunca me dejes Anna- supliqué esbozando una leve sonrisa en cuanto cesó el contacto de nuestros labios.

Poco a poco comencé a adorar la sensacion de su lengua dominando a la mía en cada beso y la sensacion que sus caricias producían en mi piel.

-Nunca jamas te dejare Shun-dije besando su frente-me tendrás junto a ti mientras así lo quieras.

Le abrace una ultima vez antes de incorporarme de aquel banco y dejar que la lluvia mojara mi cabello

-Vamos a casa Shun-dije con una sonrisa mientras le tendía mi mano-ya es tarde y los dos necesitamos descansar, te arropare con mis alas y te cantare una nana para que duermas tranquilo

Sus palabras me reconfortaron. Ella me daba el aliento que me faltaba. Me levante cogiendo su mano con suavidad y asentí con la cabeza.
Lo unico que queria ahora era descansar a su lado. Y con pasos lentos, resguardados por las alas de Anna, abandonamos el lugar.