¿Donde esta la diana?

Aquel abrazo, sus plabras y los golpecitos en la espalda me reconfortaban mucho, pero aun que estubiera tranquila me negaba a soltar mi agarre aun, queria disfrutar de aquella sensacion apacible todo el tiempo que me fuera posible.

-No lo buelvas a hacer-susurre-nunca mas me trates con condescendencia-aprete algo mas mi agarre manchando su ropa de sangre sin darme cuenta.

Quede en silencio esperando boleber a escucharle hablar, os simplemente que el sielencio no cesara y quedarme alli un rato mas, con su aroma embolviendome y su calor acunandome.

-De acuerdo..- murmuré con un suspiro -Si quieres que sea yo mismo contigo...luego atente a las consecuencias- agregué en broma.

Tras mis palabras me quedé un rato en silencio, a la espera que ella quisera soltarse o en su defecto, que estuviera todo el tiempo que quisiera.
Y en esas decidí...que esta cara, jamás se la mostraria a nadie más que a ella, ella era la unica a la que abrazaria de esta forma, y nadie más.
Que pensarian mis enemigos si me vieran de esta guisa...

Escuche aquellas palabras agradeciendolas totalemnte, incluida aquella broma para aliviar la tesion del momento.

Mis manos soltaron un poco aquel agarre, por lo que Said tenia mas libertad de mobimientos, aun que yo lejos de lebantarme me acomode mejor en aquella posicion, recostandome entre sus piernas de costado, con los musculos totalmente relajados y las alas ocultas de nuevo, con la cabeza apollada en su pecho y una mano unicmante agarrada el mientras la otra reposaba en mi regazo, mis ojos cerrados y la respiracion tranquila como si durmiera escondida en aquel abrazo, pero estando todabia despierta.

-Gracias Said-susurre con una sonrisa feliz-gracias por ser como eres y considerarme una amiga...-refregue mi cabecita contra su pecho como si me tratara de un gatito con su dueño-gracias por sacarme de aquel lugar y estar conmigo, gra...graci...as por...est....ar.........-no termine aquella frase, el llanto me habia cansado mucho y todas aquellas emociones del dia me tenian derrotada...finalmente como todos los niños acabe dormida donde menos lo esperaba

Kurai se separo levemente para volverse a aferrar con menos posesión y tras eso un alubión de gracias...que no entendia por que me las daba por que crei no merecerlas pero en fin....

No finalizó la frase pues cuando me quise dar cuenta se quedó durmiendo sobre mí.
-Y luego resulta que el minino aqui soy yo...y esta durmiendose por todos lados...- agregué con sorna cogiendola entre mis brazos. Su peso ligero no era ninguna carga para mí.

En fin, debia buscar un sitio donde descansar...o mejor dicho donde ella pudiera descansar. Asi que comenzé a caminar por la calle hasta encontrarme con un parque -Bancos...mi salvación- agregué caminando hacia ellos.
Me senté y dejé a la niña recostada, con la cabeza sobre mis muslos.
Estirando mis brazos me los llevé hacia atrás.

Soñé, soñé que nada había ocurrido cuando yo tenia 6 años, que esa guerra jamas existió y mis padres, familiares y amigos no habían muerto a manos de los sanguinarios demonios, soñé que no era la líder por que la familia real seguía viva y , determinada persona desagradable no me llamaba princesa al referirse a mi por que no ostentaba tal poder, soñé que era una chica normal criada en una casa feliz en la que no había llanto ni dolor, soñé con una vida diferente, pero el seguía estando allí, Said me visitaba al ir a entrenar cada mañana metiéndose conmigo y haciedome enfadar, para cuando comenzaba a gritarle de todo acariciar mi cabeza que ya no soportaba una pesada corona y desordenar mis cabellos con aquella sonrisa burlona de siempre, haciendome sonreír mientras le decía que se fuera a entrenar de una vez que era muy pesado y le iba a dar con la escoba.

En el transcurso de ese sueño me sentí liviana, como si Volara para después aterrizar en un lugar muy cómodo, un lugar con un aroma familiar.

Said-dije revolviendome en sueños y aferrando una de mis manos a su pantalón mientras sonreía-te...voy a dar...con la escoba-susurre con una sonrisa feliz.

Pasadas un par de horas desperté de nuevo, y al abrir los ojos un dolor me sacudió, mis manos heridas por la tensión de antes ahora me quemaban como si de fuego se tratara aquella herida

-Duele-dije mirándome las palmas llenas de cortes producidos por mis uñas en las veces que intente retener mi rabia-auch

Kurai parecia revolverse. "otra vez soñando..." pensé negando con la cabeza.
Dijo algo de una escoba y de darme con ella "que clase de sueños estara teniendo!!!" me dije frunciendo levemente el ceño.

Pasado un tiempo al fin despertó quejandose del dolor que sentia en las palmas de sus manos. Cogí las dos y me las llevé cerca de los labios, de ellos brotó una vaho invernal para aplacar aquella ardiente sensación que causaban las heridas.
-Tampoco es muy profundo- comenté dejando sus manos y volviendo a poner mis brazos tras la cabeza - no tardará en curarse..al menos ahora no dolerá tanto- agregué con la vista al frente.

Al escucharme quejar de las manos Said las tomo llevándolas a sus labios y de ellos un baho helado salio, haciendo que el fro me entumeciera la piel y por lo tanto aplacara el dolor, cuando me soltó sus palabras fueron amables casi dulces.

Me quede tumbada, colocándome boca arriba con una pierna flexionada y la otra extendida, mirándole con curiosidad en aquella postura tan característica de el.

-Gatito-llame su atención con aquel mote que le había puesto le gustara o no-¿Por que eres tan malo con todo el mundo? quiero decir....hice una pausa mientras calibraba mis pensamientos-¿Hay alguna razón para que seas tan desagradable y quieras que nadie se te acerque?, es que no lo entiendo-sera por que yo deseaba lo contrario que la gente no se alejara de mi, que hubiera mucho otros como Said a los que pudiera llamar amigos

"Gatito..." dijo la niña y yo en respuesta emití un ligero gruñido. Luego me hizo aquellas preguntas que ni yo mismo me había planteado alguna vez...el por que de mis actos.

Bostezé ligeramente -No lo se, siempre he sido así- comenté despreocupadamente -Supongo que todo la maldad de nuestro pueblo se vino a concentrar en mí- soltè una fuerte carcajada -Ademas no me importa lo que piensen los demás...yo soy bien feliz asi como soy, si ellos no se acercan es buena señal por que..o me temen o les repugno...las dos cosas me vale- agregué con naturalidad.

-Y a que vienen esas preguntas ahora?- dije bajando la vista hacia la niña.

Negue con la cabeza en respuesta a sus paalabras, no podia creerme aquello, seguro que en su pasado habia algo para quew fuera asi, nadi es desagradable desde su nacimiento.

-Por que siempre te veo solo, la gente del castillo habla..,-realmente le ponen a caldo- y yo escucho esas conbersaciones...se que algunas y algunos del castillo estan loquitos por ti, pero les da miedo hacercarse a tu persona por si les haces algo malo-cuantas veces las sirvientas me habian prebenido de el para que no me le acercara excepto en casos de necesidad extrema-por eso pense que tal vez habia alguna razon para que fueras asi, tal vez paso algo malo hace tiempo...pero bueno si dices que siempre has sido asi te creere-sonrei de manera inocente-al fin y al cabo tu palabra es tan valida como la de los demas.

Mi mano subia hasta su rostro acariciando lebemente su mejilla y alguno de los mechones de aquel cabello con suavidad

-Ademas, yo no pienso que en el fondo seas tan malo-le di un toquecito en la nariz con la punta de uno de mis dedos-solo un gruñon-rei

Escuché sus palabras con cierta indiferencia -¿Hablan de mi? Y que mas me da...- respondí encogiendome de hombros. "se que algunas y algunos del castillo estan loquitos por ti" dijo la niña y me arrancó una serie de carcajadas -Crees que no lo se? Se notan sus intenciones desde lejos...no se atreven a acercarse a mí y eso es bueno..son prevenidos...- murmuré con gran ironía.

Entonces Kurai me acarició la mejilla y luego me toco la nariz de aquella forma tan infantil...como si yo fuera un niño rebelde y nada más.

-Bueno, piensa lo que quieras, ya te digo que yo soy así y punto...y me siento bien así- continué con un pequeño gruñido.

Parecía que lo que yo le dijera referente a ese tema le venia trayendo al fresco, retire mi mano y quede en aquella posición mirando su bello rostro y pensé que era muy triste aquella manera de ver el mundo, mas triste que la mía que no podía salir de mi jaula a jugar con los pajarillos del exterior, por que el estaba fuera y no quería jugar con ellos...

Una mirada triste cruzo mis ojos, mientras pensaba que no quería que estuviera solo, que no era justo que nadie estuviera solo aun que fuera por voluntad propia y que yo me encargaría de estar a su lado pasara lo que pasara.

-Pues eso haré, pensare lo que quiera-un suspiro abandono mis labios mientras mis ojos buscaban los suyos-y no sere precavida como los demás, yo si me acercare a ti y me encargare de que no estés solo aun que no te guste la idea-sonreí-da igual lo malo que seas conmigo o que intentes apartarme de ti....no me iré, estaré ahí por si alguna vez me necesitas-acaricié de nuevo su mejilla con cariño- ¿entendido?

De reojo vi como Kurai me miraba con tristeza “Qué diablos ¿Ahora le doy pena?” me dije y a punto estaba de decírselo con palabras hasta que ella habló primero. La idea de que yo pudiera necesitar a alguien se me hacia demasiado extraña..pero más extraña fue la decisión que la chica había tomado.

No comprendía… no entendía por que se tomaba tantas molestas conmigo… ¿Era acaso esta la llamada “amistad”?

-Esta bien esta bien- dije ya sintiéndome muy incomodo aunque no sabia si eran por sus palabras, o por el sentimiento que evocaba su mano en mi mejilla…o quizás por ambas cosas –Pero deja ya el tema…mejor…aún quieres ir a ese parque?-

Parecía que le había hecho sentirse incomodo con mis palabras y mis actos ya que me pedía que dejara el tema, aquello me hizo gracia al fin y al cabo el hecho de que un Vil como Said se sentiría incomodo por lo que dijera o hiciera otra persona...no le pegaba nada.

-La verdad es que no-conteste a su pregunta-además a ti te duele la cabeza-suspire-no quiero que te pongas peor por el ambiente de un lugar tan ruidoso-sonreí-así que una de dos, o regresamos o nos quedamos aquí hablando y contemplando el paisaje por que estoy hecha polvo y no me pienso mover excepto si es estrictamente necesario

"Hay que ver....tanta lata que me dió para ir al parque y ahora no quiere ir" me dije, aunque las razones que exponia eran por mi propia consideración.

-Bueno pues elige tu...ami me da lo mismo quedarme o no quedarme- comenté poniendo mis brazos tras mi cabeza.
Tanto sol me estaba afectando a la cabeza, asi pues convoqué a unas cuantas nubes para que lo taparan y así mitigar el dolor.

Agradeci enormemente que Said hiciera que aquel sol se desbaneciera tras las grises nubes, al fin y al cabo cuando hace tanto que no sales de casa...llega a doler ese contacto tan directo.

-No es que tenga una predileccion especial por el castillo, pero creo que estaria bien regresar-dije suspirando-al fin y al cabo deje todo el trabajo a medias y...Nero puede estar preocupado por mi ausencia....

Me incorpore sentandome a su lado y dejando car mi peso sobre uno de sus costados

-Si quieres quedarte puedo regresar sola-dije con una sonrisa, no queria agobiarle y tal vez deseaba pasear solo y terminar esa cena que ahora seria mas bien un desauno-¿que dices?

-Esta bien…vayamonos- comenté sencillamente mirando a la niña que estaba ahora apoyada en uno de mis costados –Tengo ganas de descansar un buen rato- agregué bostezando fuertemente.

Puesto que era muy temprano el parque estaba solitario asi que ¿Para que ir mas lejos para crear la puerta?

Con un movimiento de mi mano creé un vértice negro en medio de la nada.
-Ahí esta, la puerta a casa…- murmuré poniendome de pie para luego darle la mano a Kurai –vayamos juntos…-

Ni tan siquiera nos ocultamos para hacer aquella puerta, la temprana mañana nos ocultaba de miradas indiscretas y no era necesario, al menos así lo parecía...

Cogí su mano con una sonrisa y me dispuse a cruzar aquella puerta hacia el otro lado, cuando lo hice el aire pareció enranciarse, ahora era mas pesado y difícil de digerir, abrí los ojos y contemple mi mesa de trabajo llena de papeles, si estaba en casa y aquel era el mismo ambiente asfixiante de siempre.

-Ya estamos de regreso-susurre algo triste dandome cuenta que estaba en mi jaula de nuevo, había olvidado durante unas horas como era mi mundo en realidad-ahora a trabajar-dije caminando hasta la mesa llena de pilas y pilas de papeles por revisar-Said, me gustaria que te quedaras cerca, tengo intención de nombrarte mi guarda espaldas así que-le guiñe un ojo-tras esa puerta hay una habitación con todas las comodidades que necesites, si quieres lo que sea pideselo a alguna de las sirvientas...que descanses-dicho esto mis ojos fueron directos al primero de los papeles-compendio de tácticas de combate en guerras de alto nivel-susurré para mi mientras leía aquello

Llegamos directamente a su despacho y ella se acercó a la mesa mientras decia algunas cosas dispuesta a comenzar a trabajar.

-Vaya...tengo que entrenar a tus tropas y protegerte a ti....de repente tengo mucho trabajo- comente con indiferencia bostezando de nuevo.
Me indicó que había una habitación comoda tras la puerta del fondo, aunque yo podia dormir en cualquier lado del espeso bosque de ahí fuera, pero estando una camada comoda ahí....

Puse la mano tras mi cabeza y camine pesadamente hacia la puerta -Hasta luego- mascullé y en cuanto vi la cama y caí tumbado boca abajo quedé dormido automaticamente.

Le escuche despedirse de mi y cerrar la puerta tras de si, se mo hubiera propuesto creo que hasta le habria escuchado tirarse sobre la cama pero no me era necesario.

Pasaron las horas, y el papeleo no terminaba nunca, los documentos de acuerdos entre facciones de los infernales y los mios, los problemas con las demas especies sobre naturales y con los humanaos, los arreglos de la fortaleza, los delitos....aquello era inhumano y lo habia estado haciendo desde los 6 años sin parar, no recordaba haber visto aquella mesa vacia ante mi jamas.

estaba cansada de tanto papel y algo desmoralizda por la mierda de vida que llebaba enrcerrada alli asi que me incorpore y camine hacia la puerta en la que habia entrado Said, abriendola con cuidado para hebitar un ruido que le despertara y alli estaba el, dormido como un tronco sobre la cama con una expresion apacible en el rostro, aquello me hizo sonreir.

-Es verdad, esto lo hago por los que son como el-me estire un poco antes de girarme para regresar a mi mesa y seguir con el trabajo, pensando el la tranquila expresion que tenia Said cuando dormia-tengo que cuidar de este pueblo para que crezca feliz y sin mas dolor.

Tiempo despues de quedar dormido...

-Que divertido!- exclamaba a los cuatro vientos. A mi alrededor tenia 20 demonios todos ansiosos por derrotarme -Vamos vamos, vengan todos a por mi!- exclamé de nuevo lleno de euforia y excitacion por la futura batalla.
Cinco de ellos decidieron atacarme a la vez, de mis uñas salieron unos látigos afilados que a medida que mi cuerpo giraba se creaba un mortal remolino que reducia a pedazos aquellos seres infernales.

Me revolví un poco por la cama -Vamos...vamos..- susurré con voz cansada.
Entonces la escena cambio. Debía estar cubierto de sangre pero no lo estaba.
Estaba sentado en un verde prado rodeado de flores blancas, bajé la mirada y ahí estaba ella, con la cabeza reposada en mis piernas, una sonrisa confiada en los labios portando un vestido blanco de suave seda.
Ella me miró con los ojos muy abiertos y yo agaché mi rostro para encontrarme con el suyo y nuestros labios quedaron cerca...

-MIERDA!- exclamé levantandome de repente con el cuerpo bañado en sudor, respirando dificultosamente -QUe cojones me pasa?- me pregunté pasando mi mano por la frente.

El tiempo continuo pasando mientras yo me esforzaba en mi atareado trabajo, dejando pasar aquellar horas poco importantes teniendo en cuanta lo que se estaba mobiendo por mis manos, el sol cayo de nuevo y Said parecia no querer despertarse, aun que con el tiempo que habia pasado desde que le hice aquella visita, no podia estar seguro de que no se hubiera ido, escapando por la bentana del dormitorio, ademas aun que habia dejado la puerte entre habierta no le podia ver.

Me lebante decidida a dejar lo demas para mañana y fui a otra de las estancias al rededor de aquel despacho doinde tenia ropa para cambiarme y una baño para asearme, me peqgue una larga ducha y despues coloque sobre mi cuerpo un libiano y freco bestido-camison de algodon blanco, estaba dispuesta a ir a despertar a Said para que al meno fuera a cenar algo...ya habian pasado muchas horas desde que comio aquella hamburguesa y debia tener hambre, entonces ecuche aquel improperio y me asome curiosa al cuarto en cuastion, viuendole sentado en la cama preguntandose alguna cosa.

-¿Estas bien?-dije desde la entrada con la puerta habierta y mirandole-¿tubiste una pesadilla?-pregunte hacercandome a el y entonces un pequeño y trabieso rallo de luna ilumino la estanchia chocando contra mis ropas blancas haciendolas relucir

Aún no habia terminado de calmarme cuando Kurai vino a mi habitación llevando un dichoso vestido de color blanco que casualmente se parecia al del sueño.
Automaticamente me recosté boca abajo sobre la cama ocultando mi rostro. ¿Podia ser que el calor se agolpase en mi cara por ese estupido sueño?

-La peor pesadilla de mi vida...- murmuré con la voz aplacada por los cojines -¿Que quieres?- pregunté intentando adoptar un tono de frialdad e indiferencia.

Me quede sorprendida por aquella reaccion tan infantil, al verme se habia tirado boca a abajo en la cama tapando su rostro con la almuada y quejandose como si fuera un criatura, suspire y camine hacia el, para al llegar a la cama arrodillarme junto a esta y colocar uno de mis brazos sobre el colchon con la cabeza apollada en el buscando su rostro, mientras mi otra mano acudia a sus cabellos y los acariciaba con mimo, entrelazandose y enredandose con ellos suabemente intentando relajarle de aquella pesadilla tan terrible que decia habia tenido.

-Vine a despertarte para que cenaras-sususrre-pero ahora estoy aqui para reconfortarte por la pesadilla, cuando estes mas tranquilo bajaremos a cenar ¿vale?-mi tono era cordial e intentaba ser tranquilizador mientras deseaba que con aquellas caricias inocentes se relajara.

Senti sus manos enterrandose en mis cabellos, si aún siguiera cansado probablemente aquel contacto haria que cogiera el sueño de nuevo pero...mierda...como odiaba que fuera tan dulce y mimosa conmigo.
Me hacia sentir vulnerable.

Me revolví incorporandome hacia el lado opuesto donde ella se encontraba dandole la espalda a punto de decirle "No me toques" pero finalmente no se lo dije. Me desperezé profundamente -Tengo hambre- musité con sencillez para luego levantarme -Vayamos abajo-

Said se incorporo sin mirarme si quiera habitando en todo momento que mi cara y la suya se toparan y me dijo que tenia hambre, que bajaramos a cenar, yo no me movi pero cambie mi semblante hacia uno molesto y confundido

-¿Hay alguna razon para que no me hallas mirado a la cara ni una sola vez desde que he entrado?-pregunte clavando mis ojos en su espalda-por que resulta muy molesto Said