Un baño a la luz de la roja luna

Ahora mismo me importaba un bledo el dolor, busno no me importaba un bledo por que me dolia de verdad de una manera casi insoportable, pero queria sentir a Said junto a mi, no queria regresar al castillo, sabia lo que pasaia nada mas entrar por la puerta en este estado, las sirvientas comenzarian a gritar, seguro que alguien recriminaba a Said por no haber cuidado de mi como era su deber, despues me encerrarian en mi cuarto inmobilizada en la cama durante dias hasta que aquello se fuera curando y me darina de esas asquerosas medicinas hasta casi hacerme bomitar....creo que casi poreferia el dolor y la compñañia que eso.

Me estreche contra el, intentando hacer lo que habia dicho, intentando pensar en cosas agradables, pero las punzadas de dolor me hacian desconcentrarme y gritar de vezen cuando.

Apoye mi mano sobre el pecho de said y mi oido donde se encontraba su corazon, escuchandolo e intentando centrarme en eso y en la suavidad de aquella piel que estaba acariciando lentamente, despues subi la mano acariciando el cabello del vil que me acompañaba y poco a poco me centre en delinear los rasgos de su rostro con aquella parte de mi....

El dolor remitia poco a poco, no era la primera vez que me quemaba, pero nunca habian sodo los pies, no es lo mismo tener inutilizada una mano que la zona con la que caminas, pero sabia que aquello no duraria mucho, en cuanto me durmiera pasaria lo de siempre y al despertar sera como si nunca hybiera ocurrido....

Su cuerpecillo frio no tardo en sentirse cálido bajo mis brazos, se quejaba esporadicamente pero pronto se calmo en cuanto pego su cabeza a mi pecho y me acaricio con sus pequeñas manos. Cerre los ojos cuando acaricio mi pelo y cuando toco mi rostro, como si esas manos pudieran sanar mi alma. Luego pense que era un idiota, que necesitaba alejarme de ella un tiempo para poner en claro mis sentimientos.
-Intenta dormirte- susurre con voz ronca -descansa, luego te sentiras mejor- agregue sin variar ningun musculo de mi rostro.

Su voz resono en mi cabeza como un trueno al encontrarme con el oido pegado a mi pecho, ¿me preguntaba ¿si estaria bien decirle cuanto podia escuchar dentro de su cabeza sin que el se percatara? yo estba tan confusa como el, pero preferi guardar silencio, cerrar mi mente para dejar de escuchar fragmentos malinterpretables de sus pensamientos, siempre pense que si Said queria decirme algo, debia esperar a que lo pronunciara y no leerlo por mi misma, no era correcto, por eso nadia practicamnete conocia esa capaciad mia.

-No quiero dormirme-susurre apoyando mi frente en su pecho-tengo miedo de despertarme en el castillo y que tu no estes conmigo-me abrace de nuevo a el-no quiero....

Me separe levemente de ella y alce su rostro por el menton con una mano para que me mirara fijamente a los ojos -te dije antes que iriamos al castillo cuando tu quisieras- recalque con el rostro inmutable pero con palabras suaves. Apoye mi espalda contra la dura y fria roca acomodandome y atraje el cuerpo de la muchacha contra el mio.
-Relajate y no des mas guerra- susurre con el ceño levemente fruncido. Entrelaze una de mis manos con su blanquecino cabello y cerre los ojos levemente.

Creo que hubo algun momento durante esos instantes en los que sostenia mi rostro por el menton en los que desee que me besara con todas mis fuerzas, incluso pude sentir como mi corazon se aceleraba notablemente y me ruborizaba, pero no ocurrio, simplemente me abrazo y se acomodo para descansar pidiendome que no diera mas guerra y me relajara, asi que apolle una de mis manos en mi regazo y la otra en su pecho, acomodando la cabeza de nuevo sobre su corazon para cerrar los ojos y tras unos momentos de molestia quedarme dormida.

MIENTRAS KURAI DUERME

Se escuchan unas voces al rededor de los dos viles, pero no hay nada, al menos no se ve nada, aun que los pasos se escuchen claramente y las voces cada vez mas nitidas

-LA que ha liado esta vez, ¿habeis visto como se ha dejado los pies?-afirmaciones y suspiros-para matarla, deberiamos llebarla al castillo, los pajarillos enjaulados no tendrian que volar libres nunca, luego pasa lo que pasa-los pasos ya estan al lado de ellos, pero no hay figuras visibles-bueno por esta vez pase, solo eliminaremos las heridas, que nuestro señor le heche la bronca luego-unas risas sadicas dan paso a una luz roja que comienza a embolver a la pequeña y entonces cientos de figuras fantasmales se hacen visibles, son como pequeñas serpientes infernales de color rubi que emiten esa luz que poco a poco la cura y despues desaparecen como si nunca hubieran estado

-Rubi, tonta-susurra kurai en sueños y sonrie abrazandose a su mayor tesoro y acompañante-Said....bueno

De alguna manera sentirla sobre mi hizo que me relajara y cogiera un poco de sueño, pero entonces escuche unas voces lejanas que se iban acercando. Abrí los ojos pero no habia nadie alli...aun asi pude escuchar claramente aquellas voces. Entonces se manifestaron en forma de pequeños dragones rojizos que pasearon sobre Kurai. Me mantuve callado y a la espera, si querian hacerle daño se las verian conmigo...luego comprendi de que eran como sus angeles guardianes...unos angeles bastante bocazas.
El susurro de Kurai me hizo mirarla levemente, para cuando alce de nuevo el rostro ya no habia nada alli, tan solo nosotros dos.
-Diablos, eres una niña...como se supone que me voy a enamorar de ti?- susurre inconscientemente, inmediatamente me arrepenti de mis palabras y di espere que ella no hubiera oido nada.

El sol se estaba ocultando y por mas que atrajera sus rayos hacia nosotros estos llegaban débiles. Cree una gran fogata, fuego del que quemaba...sus llamas calientes nos acariciaban con cálidez.

-Yo tambien te quiero...Said-conteste todabia dormida, sin relamente ser consciente de que el lo habia pronunciado y yo le conteste al respecto.

Solo dormi un rato mas, sentia un terrible cansancio pero no tenia sueño, finalemnte abri los ojos y vi primero a Said y despues la fogata que habia ante nosostros, alce la cabeza y bese su menton con mimo y una sonrisa en los labios

-Buenos dias-susurre con voz melosa-ya no me duele nada-sonrey y bese su mejilla pra apollar de nuevo mi cabeza en su pecho y mirar las llams, peridnedome en ellas con una extraña melancolia, como si quisiera recordar algo pero no pudiera, al fin y al cabo yo no tenia ni idea de lo que pasaba cuando tenia una herida y me dormia, no sabia como se curaban ni por que, pero despues siempre que miraba el fuego me daba melancolia-me gusta ese fuego...es mas calido que el mio-sonrei-las llams que yo creo no quemarian una hierba seca-suspire y me acurruque un poco mas contra el

¿Por que?...por que demonios tenia que hablar en sueños y decir esas cosas que me hacian sentir...extraño...
Al poco rato desperto y como si fuera un ritual al cual ya me acostumbre, me beso y me sonrio. La mire mostrando el mismo rostro que habia mostrado durante toda la "velada" vacio y sin expresion, era la mejor forma.
-De nuevo...es la hora de la comida, te estaran buscando como locos- susurre fijandome en las llamas bailarinas de la fogata -mi fuego quema por que es destructor, el fuego es letalmente destructor como yo- dije ausente.
Volvi mi mirada hacia Kurai -ahora no tienes ninguna excusa para no regresar, tus pies estan en perfecto estado y yo tengo que arreglar un asuntillo- dije con cierta frialdad.
Me levante con ella aun entre mis brazos -es hora de partir- "No me llores, no te enfades conmigo, dejame ir por ahora, dejame que me aclare" dijo mi mente.

Era le mismo vorde de siempre, no haboa cambiado anda y aun asi me dolia ver su expresion, escuchar sus plabras vacias y casi dolidas

Cuando dijo que nos marchabamos que el tenia cosas que hacer y yo no tenia excusa para no regresar al castillo quise replicarle y entonces sin tan siquiera haverlo pretendido escuche sus pensamientos tan nitidamente que me dio hasta miedo

"No me llores, no te enfades conmigo, dejame ir por ahora, dejame que me aclare", deje caer la cabeza con aquellas plabras y despues sonrei tiernamente para no preocuparle

-Entonces me marcho ya-dije con tono alegre acercandome a la entrada de la cueba y extendiendo las alas-no te preocupes por mi, aprendo rapido-hice un movimiento con la mano y abri un portal al mundo de los viles-no me pasara nada de aqui a mi despacho-rei-ve a atender los asuntos que debas-me puse seria y coemnce a cruzar hacia el otro lado,m notando aquel asfixiante aire priobado de libertad-ten cuidado-fue lo ultimo que dije antes de desaparecer y cerrar tras de mi, para sentarme en la mesa con gesto ausente dandole una y mil vueltas a aquellas palabras leidas involuntariamente

-No me llores, no te enfades conmigo, dejame ir por ahora, dejame que me aclare-repeti en tono bajo, para escucharlo solo yo-¿en que estas pensando Said?- y ahi se corto mi ilo de pensamientos con la entrada de una de mis sirvientas que me habia estado buscando toda la mañana y a la cual conteste que habia estado jugando fuera

Me incorpore dispuesta a encarar sus reclamos y a llevar la por la fuerza, pero ella accedio y sus palabras no fueron dolidas....ni bordes..ni nada, se marcho con una sonrisa y me pidio que me cuidara.
Lo ultimo que se me ocurrio para aquella reaccion es que hubiera leido mi mente...si ese fuera el caso...todos los pensamientos que habian rondado por mi cabeza ella los habia leido.

Cai pesadamente en el suelo, con la vista perdida en el fuego, cerre los ojos y maldije como tantas veces... "realmente odio a las mujeres"

FIN DEL POST