Luna creciente.

-Pues...- no logré terminar la frase. La verdad se sentia algo incómodo, pero a la vez me gustaba-se siente bien, se nota que tienes practica en esto...

Griffith movió sus dedos en circulos, lentamente, sacándolos y metiéndolos mientras le besaba el cuello lentamente a la mujer.

-Pues se va a sentir más extraño después... -susurró sintiendo ya sus dedos algo húmedos por los fluidos de Miyuki- Mmmmm... te va a doler quizá al principio, o eso dicen de las mujeres vírgenes -rió un poco- No puedo creer que siendo demonio seas pura -sacó los dedos completamente y los lamió, acomodándola- ¿Quieres ponerte encima o debajo¿

- Como tu prefieras...
Evité mirarlo a los ojos, el cabello me tapaba la cara. No podia creer que despues de tantos años de esperar, de no ceder a la tentacion, haria esto. Me senti bastante tonta por estar mortificandome por semejante necedad. Pero supuse que era el sentimiento de culpa que me atenaceaba. Me habia propuesto algo, y en un momento de debilidad, estaba por tirar todo el esfuerzo que habia hecho por la borda. Pero, ¿que diferencia habia? Era exactamente la misma cosa, distinta la persona, eso era todo. ¿Que importaba que no sintiera absolutamente nada por esa persona? Ni siquiera un poco de respeto. Nada. Pero me dije a mi misma que debia dejar de estar indecisa. Habia tomado una decision y debia continuar.

Le miró a los ojos unos instantes y le tomó de la mandíbula, besándola, acariciando entonces uno de sus pechos y mordiendo el pezón de éste, bajando por su abdomen.

-Me gusta más estar encima -comentó colocándose entre sus piernas y colocando ambas de la chica a sus costados, bajando un poco el rostro para morder el abdomen y volver a introducir los dedos húmedos para terminar de lubricarla- A ver... -tomó su propio sexo, masturbándolo unos últimos instantes y tras ello lo situó en la entrada, empujando levemente para que su glande contactara con la fina piel y fuera introduciéndose poco a poco a su interior, abriendo paso- Mmmmmmm... -a su instante iba complaciendo el clítoris de la fémina.

Sentí mucho dolor cuando me penetró. Reprimí un pequeño gemido. Ya estaba, no había vuelta atrás. Ni posibilidad de arrepentimiento. Tomé sus hombros y me aferré a el, como si fuera lo unico real en el mundo. El universo se había reducido a esas cuatro paredes, a esa cama, a su cuerpo y el mio entrelazados.
Luego, lentamente, dejó de dolerme, lo cual dejó de eclipsar al placer que sentía.

El diablo le miró a los ojos, esperando que la chica fuera acostumbrado a su sexo y luego movió un poco sus caderas, apoyando las manos en la cama y levantando las caderas ajenas, retirando un poco su sexo y volviéndolo a meter. Cada vez con algo más de velocidad pero lenta, para que no le doliera demasiado.

-¿Te gusta? -cuestionó mientras apresaba su cuerpo entre el placer y dolor, besándole el cuello de vez en cuando.

Ya no podia soportarlo, el placer que sentia era demasiado. Habia cumplido con su palabra: estaba siendo muy gentil y cuidadoso, se movia lentamente, y eso me facilito un poco las cosas.
Lo atraje hacia mi con fuerza, y luego de besarlo, le dije- Me encanta lo que estas haciendo.

Griffith le miró a los ojos y pasó a acariciar sus pechos, deteniéndose unos instantes.

-Cambiemos de posición -dijo saliendo lentamente de ella, mirándole a los ojos y acomodándose mejor en la cama- Siéntate tú misma encima, así podrás ir al ritmo que quieras -musitó esperando que le hiciera caso- Y gime... me gusta oír a los demás -susurró besando sus labios y profundizando con la lengua- Muéstrame tu arte de demonio...

Aquello fue la gota que rebalsó el vaso. Poseída por una lujuria indescriptible, me subí encima de él. Ni yo misma me conocía. Disfrutando de las sensaciones que me otorgaba tan sublime ejercicio, cumpli con su peticion. Empecé a gemir, primero muy suavemente, luego ya no pude contenerme, y su volumen y cantidad fue en aumento. Lo miré a los ojos, esas esferas azules, y me acerqué para besarlo.
-¿Lo estoy haciendo bien? por favor, enseñame...

Griffith la tomó por las caderas con cuidado, haciendo que bajara un poco por su miembro y luego besándole en los labios, recorriendo su espalda.

-No te preocupes, hazlo de forma que tú sientas más placer, por mi está bien... -susurró en su oido, pasando a besar su cuello- Tu voz en sensual y me excita... -movió un poco sus caderas, atrapando a Miyuki por el trasero y haciendo que lo levantara un poco para volver a bajar y así realizar suaves pero precisas penetraciones- Tu interior es cálido, sigue así pequeñita...

Todos aquellos movimientos me estaban haciendo enloquecer. No imaginaba que podria sentir tantas cosas, tan deliciosas, todas juntas.
-¿En serio está bien por ti? Me estas haciendo sentir mucho placer- susurré suavemente- no quiero que te vayas insatisfecho.

El muchacho sonrió unos instantes y deslizó sus dedos por la mejilla de la joven, sabía qué tipo de placer sentía y eso le gustaba.

-No me quedaré insatisfecho, no te preocupes. En su caso tengo un cementerio lleno de cadaveres jovenes y recientes -musitó tomándola de las caderas para profundizar sus movimientos- Mmmmm... -apretó los labios, arqueando entonces la espalda- Muévete más rápido, princesa...

Lo besé. Empecé a moverme mas rapido, al tiempo que le decia- ¿Vas a decirme que es lo mismo un cadaver a algo vivo? Me mordí el labio inferior con tanta fuerza, que me asombró que no me sangrara. Mantuve el ritmo de mis movimientos y le pregunté:- ¿Asi esta bien?

Flexionó las piernas y la miró a los ojos, abrazándola por la cintura y luego sonriendo.

-Sí, me encanta como lo haces... -susurró besándole fugazmente, sin dejar de moverse antes- Pero aún me queda mucho antes que me corra, así que hazlo fuerte y rápido... Cuando quieras puedo mostrarte muchas más posiciones, princesa -le acarició los pechos con fuerza, estremeciéndose por una de las veces en las que ella se penetró y jadeando por primera vez- Ngh...

- Veo que lo disfrutas tanto como yo- dije sonriendo.
Ya no tenia palabras para describir el extasis en el que estaba sumida.
Comencé a moverme rapidamente, con mas fuerza... Pero en mitad de todo aquello me detuve.
- Bien, muestrame mas de lo que sabes.

Estaba a punto de gemir cuando se detuvo de nuevo, algo que no le gustó demasiado. La miró a los ojos e hizo que se levantara.

-Vamos, ponte a cuatro patas... -comentó haciéndolo él mismo y mordiendo una de sus nalgas, deslizando la lengua por la entrada húmeda y luego acariciando con el dedo el clítoris, viendo como la muchacha se retorcía- ¿Quieres que juegue con mi boca un rato o prefieres que vuelva a darte de forma más dura?

- Haz lo que te plazca, pero haz algo- dije con un hilo de voz.
Ya no me importaba absolutamente nada, ni siquiera el leve dolor que me producian sus mordidas, todo se reducia a una sola cosa. El placer. Me senti tan idiota por haber estado tanto tiempo de mi vida, esperando a una persona que jamas posaria sus ojos en mi, por haber postergado casi mil años el sentir esto. Casi me alegré por haber aceptado el tener sexo con este diablo, que no pude hacer menos que felicitarme por seguir a mis instintos y necesidades naturales, que a ese estupido deseo sin sentido que esta noche habia muerto, enterrado en aquel lecho.

Le miró unos instantes y luego sonrió por aquellas palabras que parecían mandar. Tras ello lamió su entrepierna, atrapándola con los labios y posicionándose nuevamente.

-Bien... -entró de golpe en ella, abrazándola por detrás acariciando sus pechos, ahora parecía mucho menos estrecha- Incluso lo podemos hacer por tu trasero si te interesa -comunicó apretando más en su interior, sonriendo y luego moviendo sus caderas- Gime más alto, me embriaga tu voz -comentó mordiendo su costado y moviendo sus caderas- Mmm...ah!

Lo que me estaba haciendo me estremecia. Entre gemidos dije- Haz lo que quieras conmigo, pero no te detengas.
El contacto de su piel con la mia, sus caricias, lo que sentia en mi interior, el mas minimo roce me hacia temblar. No podia dejar de gemir. -A mi tambien me gusta escucharte, hazme saber cuanto te gusta esto.

El muchacho sonrió y no se pensó dos veces el introducir uno de sus dedos en la entrada de la joven que aún no había sido invadida, el trasero. Lo removió cdon rapidez, dilatándolo un poco para introducir un segundo mientras seguía embistiéndola y jadeaba, tomando y soltando aire con gran deleite.

-Me gusta... -susurró moviendo sus caderas de forma veloz, saliendo cuando sintió que la chica estaba a apunto de llegar al orgasmo de ella- Bien... masturbate tú misma, prepararé esto de aquí -dijo dilatando la entrada

Había parado justo cuando senti que llegaba al climax. Eso no me habia gustado demasiado, pero en fin, teniamos tiempo de sobra para seguir. Mientras el introducia sus dedos en aquella entrada, yo me estimulaba a mi misma, tal y como el habia pedido. Jamas me habia imaginado a mi misma haciendo este tipo de cosas, pero sin embargo ya no habia ni una pizca de nada que pudiera llamarse culpa o remordimientos. La estaba pasando bien, me sentia fantastica y llena de gozo, y eso era lo importante.

Sacó los dedos de su interior y pasó a lubricarlo con la lengua, volviendo a morder una de sus nalgas.

-Por detrás te va a doler un poco más, el secreto está en que no debes tensarte ni intentar nada similar. Cuando esté dentro y me mueva haz como si quisieras echarme hacia fuera, es como mejor se desliza -le explicó sabiendo que ella posiblemente no lo supiera- Ya casi está -esta vez introdujo tres dedos, moviéndolos muy despacio, retirándolos y volviéndolos a meter para que su trasero se acostumbrara a aquel vaivén que luego impondría con su miembro- ¿Te gusta?

Pensé que seria muy dificil encontrar la forma de hacer lo que me indicaba, pero si no queria sufrir mas de lo que ya implicaba la accion en cuestion, debia intentarlo al menos.
Cuando me pregunto si me gustaba, no supe que responder. La verdad no encontraba palabras para describir lo que sentia.
- Se siente extraño. No es molesto, pero tampoco diria que me gusta.

Griffith sonrió y la penetró con dos de sus dedos en la vagina, él sabía como moverlos conforme a la chica le gustaría de verdad.

-Entonces tendré que hacerlo realmente bien para que sientas placer -comentó ocupando la otra mano en su trasero, sintiendo que cada vez era mucho más fácil- Verás que cuanto más hondo vaya mi miembro más placer vas a sentir... Además, podremos alternar que para eso tienes dos agujeros -dijo como si nada, rozando su sexo erguido con las piernas de la chica para no perder su excitación- Cuando quieras te la meto, princesa...

Lo que me hacia en esos momentos me hizo perder la compostura.
- Hazlo ahora si quieres- dije tratando que los gemidos no hicieran que no se entendieran lo que habia dicho. Realmente, me maldije por haber desperdiciado tanto tiempo antes de probar todo esto.