De vuelta a casa [priv]

Había llevado a Miyuki de camino a la casa que ahora compartía con Azrael y Asariel. Después de que la mujer le dijera que estaba en apuros no se había visto con el valor de dejarla tirada. Claro que no podía imaginarse que Miyuki era en realidad un demonio.

Se acercó a la puerta de la casa y llamó.

"Ya hemos llegado. Ya verás como en seguida os lleváis bien, Azrael es muy simpática." dijo sonriéndole.

Estaba haciendo la comida cuando el timbre sonó así que deje la pasta al fuego para que se fuera haciendo y con el delantal aun puesto me dirigí a abrir la puerta a Darius (Asariel habría entrado por la ventana).

-Hola pe....-no termine la frase, al abrir me encontré con Darius y tras el a la demonio de hielo con la que había hablado en el monte.

En mi mano se formo una bola de agua hirviendo que le lance a aquella criatura mientras cogía a Darius y lo atraía hacia mi para protegerle.

-Malditos demonios, son una plaga ultima mente-dije visiblemente enfadada

- Azra...el?- dije visiblemente extrañada.
Sin saberlo habia ido a encontrarme con aquel angelito tan adorable con el que había hablado una vez hace tiempo. En cuanto me vió, soltó una bola de agua, demasiado caliente para mi gusto. Solo tuve que esquivarla. En comparación con muchos de mis colegas, físicamente era una debilucha, pero en cuanto a velocidad y agilidad pocos me superaban.
- Que modales tan terribles tienes, querida. ¿No te enseñaron a ser gentil y hospitalaria con tus huéspedes?- dije con una sonrisa socarrona en el rostro.

Recibió a Azrael con una sonrisa en el rostro que enseguida cambió por una de extrañeza al ver la cara que ponía. Cayó tras ella con el empujón que le dio y miró con asombro a Miyuki.

"¡¿Eres un demonio?!." inquirió sorprendido, sintiéndose bastante humillado.

Le había utilizado sin compasión. Estaba seguro de que nada de lo que le había dicho era cierto. Tenía suerte de que la había llevado a casa con Azrael...

Mire a Darius y después a la demonio, comprendía que el no se hubiera dado cuenta pero me daba rabia que ahora un demonio supiera donde vivía, podría decírselo a los demás y seria un problema enorme

-¿Como que huésped?-dije con furia-yo no te invitado a mi casa así que no eres mi huésped y el no savia que eras un demonio así que no cuenta.

Comencé a formar una bola mucho mas grande que la anterior

-Darius no salgas de detrás de mis alas, te protegeré si es necesario pero si te pones a tiro no podre hacer nada-dije mientras me preparaba para el segundo tiro-te aseguro que esta vez no fallare, así que dime ¿que haces aquí? y ¿por que has intentado manipular a este humano?, seguro que querías comértelo-dije con una sonrisa cruel

Me reí, y una sonrisa cruel se dibujó en mi rostro.
- ¿Piensas que me podras vencerme, mocosa? Congelaré eso antes de que llegue siquiera a rozarme, sin contar que podría no tomarme ese trabajo y simplemente esquivar lo que sea que me lances.
En cuanto a tus preguntas, son irrelevantes. Pero como yo si tengo modales, te contestaré, por simple cortesía. Estoy aqui por invitación de ese humano que tienes detrás. Y en principio si iba a cenarmelo, pero luego detecté su potencial, y lo destiné a otro tipo de planes. Enarqué una ceja al tiempo que una sonrisa llena de malicia se dibujaba en mis labios.

Se apresuró a ponerse tras Azrael y se quedó contemplándolo todo por encima del hombro de la chica. Podía ser que Miyuki fuera capaz de esquivar los ataques de Azrael, pero no podría esquivar los suyos si decidía comenzar a absorver su energía a no ser que se fuera muy lejos de allí...

"Más te vale que no le hagas nada a Azrael... a mí sí que no podrás esquivarme..." advirtió con una mirada amenazante.

Frunció el ceño al oír que había cambiado de planes al ver su potencial... Gill también le había dicho algo de su potencial cuando habían luchado con aquella alma prófuga, pero se refería justamente a sus poderes. No sabía si Miyuki hablaba de lo mismo...

"¿A qué te refieres?." inquirió sin dejar de mirarla con desconfianza.

Lo miré, y mi mirada estaba llena de euforia.
-No estoy segura, pero hay algo en tí. No eres como cualquier humano. Y eso fue lo que me atrajo cuando nos encontramos. Un centro comercial lleno de gente, y sin embargo mis ojos se posaron sólo en tí. Mis instintos pocas veces fallan.
Miré a Azrael, que estaba tensa, preparada para atacar ante el más minimo movimiento de mi parte. Y aparentemente, lo que fuera que podía hacer ese humano, lo haría si yo les atacaba.
-No es necesario que se pongan a la defensiva. no he venido a atacarlos ni nada parecido. Pero me defenderé si llegan a intentar hacerme algo. Y no puedo garantizar que salgan indemnes.

Odiaba esta situación, no me gustaba luchar contra demonios, prefería la paz y los acuerdos, pero era normal que quisiera defender mi hogar y la gente que vivía conmigo...

Mire a Darius comprendiendo a que se refería la demonio, yo también notaba que era alguien tremendamente especial.

-Si no has venido a atacar-dije con odio en la mirada-y sabes que no te voy a permitir hacerle nada a Darius, ¿Por que no te marchas de una maldita vez y nos dejas en paz?-continuaba con la bola de agua hirviendo en la mano dispuesta a defender al muchacho hasta la muerte

Darius miró algo confundido a la demonio y se quedó pensativo. Debía ser por su poder, no por otra cosa. Pero todavía era muy torpe utilizándolo, no le iba a servir de mucho. Además, no se iba a ir con Miyuki.

Miró a las dos chicas, tenso, y deseó con todas sus fuerzas que no se pelearan... o que Asariel volviera pronto de donde fuera que estuviese.

Miré divertida a Azrael. Yo no era poderosa, pero sabía que ella y un humano no eran rival para mí.
- Si no me largo, es por que no pienso hacerle nada a ese humano. Simplemente me intriga el motivo por el cual es tan especial, y pienso satisfacer mi curiosidad. Además, no te he dado motivo alguno para que te pusieras a la defensiva, y mucho menos para que me atacaras. Así que si no te importa, puedes dejar de apuntarme.

La mire de reojo y decirte mi bola de agua con un suspiro molesto.

-As aparecido sin previo aviso-dije con tono frió-conociendo tu naturaleza es razón mas que suficiente para estar a la defensiva...

Mire a Darius y sonreí dándole a entender que todo había acabada, al menos por ahora.

-Miyuki-dije mirándola a los ojos-¿si te permito entrar darías tu palabra de no atacarnos? si contestas que no o la incumples no podrás salir, esta casa es territorio angelical y tiene innumerables barreras anti-infernales, no saldrías viva, lo digo para que no se me acuse de no avisar

Enarqué una ceja.
- Mira, ya he dicho como mínimo, un millón de veces que no vine con ánimos de pelear. Además, si quisiera atacarlos, ya lo hubiera hecho sin necesidad de entrar. Pero si dandote mi palabra, me vas a creer, entonces la tienes. Prometo no atacaros. Solo me defenderé, si ustedes me atacan antes.

Aquella situación me descolocaba lo suficiente para sacarme de mis casillas, pero debía tranquilizarme.....

Me aparta de la puerta y le indique que me siguiera, al menos tomaríamos algo y ya que la cena se había estropeado bueno, en la nevera tenia estofado y tarta.

La deje en el comedor y cogí a Darius de la mano para llevármelo a la cocina, no tenia la menor intención de dejarlos solos

-Darius-no sabia si darle una ostia o un abrazo- ¿estas bien?, ¿Te ha hecho algo?.

Darius miró a Azrael, sorprendido de que la dejara entrar en casa y la siguió hasta la cocina... o más bien fue arrastrado hasta ella.

"Sí... estoy bien... Pensaba que era humana, me dijo que la iban a obligar a casarse con alguien a quien no quería y que no tenía a dónde ir, ni dinero... Sólo quería ayudarla, no sabía que me estaba engañando..." se excusó, mirando con gesto culpable a la chica.

Era consciente de que podía haberla metido en un buen lío por haber traído a Miyuki a su casa...

"Lo siento."


[Perdonad el retraso ^^U]

Me acerqué a el y le abrace mientras un largo suspiro salia de mis labios.

Tranquilo no pasa nada-dije separándome de el y mirándole a los ojos-solo reza por que Asariel no venga hoy de visita, por qué la puede liar mucho si se encuentra un infernal aquí.

Me gire y saque de la nevera el estofado para calentarlo en el fuego donde antes había estado la pasta, cuando estubo caliente serví tres platos y le di uno a Darius.

-Ale vamos a cenar yo llevare el de Miyuki-dije cogiendo los dos platos restantes y comenzando a caminar hacia el comedor donde esperaba que Miyuki no estuviera haciendo alguna trastada

Miré divertida como Azrael se llevaba a Darius lejos de mi alcance. Podía hacer mucho en el poco tiempo que necesitaban para volver, pero decidí comportarme. Me dediqué a mirar el diseño del papel tapiz, la finura de los muebles, la exquisitez del cortinado. De seguro era una casa enorme, capaz de alojar a muchas personas sin problemas. Estaba muy concentrada mirando una voluta que decoraba una de las ventanas, cuando ellos volvieron, cargados con tres platos repletos de comida.

Agradeció el abrazo de Azrael y suspiró antes de coger el plato para dirigirse al comedor. Esperaba por el bien de los tres que el hermano de la chica cenara fuera aquella noche... Aunque todavía no entendía por qué la había invitado a cenar...

Llevó el plato a la mesa, colocó los cubiertos necesarios para los tres, los vasos y se sentó, esperando que Miyuki se uniera a ellos. En realidad todavía no sabía qué intenciones había tenido con él en un principio, así que no la miraba con demasiada confianza...

Cuando entramos al comedor Miyuki estaba observando una de las bolutas de la ventana tranquilamente y por lo que pude observar todo estaba en sus sitio así que un suspiro de alivio escapo de mis labios mientras colocaba los platos de Miyuki y el mio sobre la mesa.

-La cena ya esta-dije mirándola fijamente-no te preocupes no la e envenenado ni nada por el estilo....

Cogí mis cubiertos y comencé a comer tranquilamente observandola de vez en cundo, con mas bien pocas ganas de tenerla por aquí, había algo en aquella infernal que me repelía profundamente

Cuando entraron y terminaron de disponer las cosas en la mesa, fuí muy campante a sentarme. La tensión en el ambiente podría haberse cortado con un cuchillo, pero yo me sentía a mis anchas. Cuando mencionó lo del veneno, fingí horrorizarme.
-Oh, yo ni siquiera había pensado en esa posibilidad. ¿Crees que desconfiaría de tí?
Empecé a comer, masticando lenta y cuidadosamente cada bocado. Estaba delicioso, aunque le faltaba condimentarla un poco más para mi gusto. Terminé de tragar y dije con entusiasmo:
-Mmm, esto está muy rico...

El rubio comenzó a comer, mirando con desconfianza a Miyuki y dirigiéndole miradas inquietas a Azrael.

"Sí... Azrael cocina muy bien." comentó sintiendo la necesidad de aligerar un poco el ambiente.

No sabía qué iba a pasar, o si iba a pasar algo, pero se estaba ahogando con aquel ambiente opresivo que les rodeaba.

Esbocé una gran sonrisa que dediqué a Azrael. Mi cara se mostraba afable, y lo mejor de todo es que no era falsa. La estaba pasando de lo lindo.
-Te felicito, sabes cocinar muy bien.
Me relamí, y volví al ataque, pero sin apresurarme. Seguía saboreando cada bocado, deleitándome con cada sabor que sentía. Mi cara relucía de felicidad. Era la primera vez que comía esta clase de comida en compañía. Era una experiencia total y completamente nueva para mí. Y aunque mis anfitriones no parecían tan complacidos como yo, de todas formas eso no empañó mi alegría.

Daris me dirigía miradas inquietas mientras que Miyuki parecía estar disfrutando de todo aquello, yo por mi parte deseaba que por una vez apareciera Asariel y la hechara de aquí, pro parecía que mis ruegos no eran escuchados....

-Gracias por los cumplidos-dije secamente mientras continuaba con la comida-la verdad es que ha salido bueno, pero no tanto como siempre-bufe algo molesta para seguir comiendo, en aquel ambiente tan tirante que hacia que me sentara mal cada bocado que tomaba.

-¿Darius serias tan amable de traer tres pedazos de tarta de nata de la nevera?-dije sin levantar la cabeza-esta en el tercer estante-sonreí a mi querido humano

El chico terminó en un santiamén con su comida, debido tanto a los nervios como a lo bueno que estaba todo. Miyuki parecía disfrutar con aquel ambiente tenso pero él hubiera preferido que se aligerara un poco...

Al escuchar la petición de Azrael se apresuró a asentir, feliz de poder salir del comedor aunque sólo fuera unos minutos.
Se dirigió a la cocina, sacó la tarta para partir tres trozos y poner a cada uno en un plato. Regresó y le tendió a cada una el suyo antes de volver a sentarse y apartar su plato a un lado para comenzar a comer poco a poco la tarta de nata.

Ya no sabía qué decir, ni si quiera sabía ya si seguir mirando a Azrael. Sabía que ya le había visto durante la comida...

Mientras Darius estaba en la cocina, preparando los platos con el postre, me incliné un poco hacia Azrael, mientras mi cara se volvió seria, pero con un ligero atisbo de tristeza.
-Ya os he dado mi palabra de que no os haría nada, pero aún así no confían en mí. Tampoco he hecho nada malo hasta ahora, pero mi buena conducta no alcanza para que ustedes dejen de recelar hacia mí. ¿Tan malo es que yo sea un infernal? ¿Acaso no hay una mínima posibilidad de redención sólo por que nací siendo esto?
Cuando hube acabado mi pequeño discurso, Darius entró en la sala, y se sentó a comer luego de hacer la repartija. Mi cara automáticamente se había vuelto la máscara alegre y distendida de antes, per la verdad es que por dentro una duda que hacía tiempo me rondaba se había hecho más patente, y se lo había confiado a Azrael. ¿El ser un infernal acaso me convertía en un ser malvado automáticamente? ¿No podía ser un infernal, y sin embargo ser buena?
Hinqué el tenedor en la tarta, me llevé un pedazo a la boca, y me relamí de lo delicioso que estaba.