Esperando

Le mire con cariño y suspire abrazando mis piernas y enterrando mi cabeza allí antes de mirarle de nuevo

-Claro que hay cosas que quiero contarte-dije con una sonrisa inocente-pero no puedo hacerlo, digamos que no es por una ley o por una norma de esas estúpidas que rigen mi mundo-suspire-pero es una prohibición que no puedo romper.

Me tumbe en el césped y quede mirando el cielo, sus estrellas y su color, que desde la tierra era mil veces mar hermosos que desde mi mundo y desee ser libre.

-Yo tampoco se mucho de ti-susurre-podrías contarme algo, no se por ejemplo ¿cual es el punto débil de vuestro líder?-brome.

-No creo en esas normas-le dijo sin mirarla-. No las entiendo, son absurdas. ¿Por qué no puedes contármelo? ¿Por qué no me explicas la razón que te prohíbe contarlo, no el qué, si no el por qué?-le dijo mirándola. De pronto se notó desesperado. La sangre le bullía y el corazón le latía con fuerza como si de pronto se encontrase ofuscado y agobiado, y por ello se levantó acalorado, quedando sentado sobre la tierra.

-Olvídalo-le dijo de pronto alzando la voz, levantándose y frotándose la cara en un extraño tic de nervisismo. Pocas veces había seido llevado hasta aquel extremo de insensatez, pero había ocurrido-. Déjalo, es imposible hablar con alguien que no tiene lengua-le dijo sin mirarla apartándose de ella unos metros para que le diese el aire-. Y sí, tiene un punto débil-comentó volviéndose hacia ella-. Pero no te lo voy a decir...-finalizó haciéndole la burla y mirándola con despecho.

Le mire de reojo enarcando una ceja al verle perder la paciencia cosa que me hizo gracia, sobre todo cuando le vi incorporarse ofuscado haciendo me la burla de no decirme cual era el punto débil de su señor.

Comencé a reír, rodando por el suelo con las manos en la tripa que me dolía de las carcajadas, finalmente pare pero ya tenia hierba hasta en el pelo y suspire tirada allí sin incorporarme.

-Que la niña pequeña soy yo Gillthanas-dije sacándole la lengua-no te lo tomes así-suspire intentando aliviar un poco el dolor de tripa por la risa-digamos que la razón de no contarlo es que es un secreto que pondría en peligro a todo mi mundo y ya te he dicho mucho.

Le hice un gesto con la mano para que se tumbara junto a mi.

-anda no te enfades, que eres muy mayor-sonreí traviesa-ven aquí que te doy un besito para resarcirte-me lo parecía a mi o me estaba tomando a coña a aquel infernal que de una patada así en la posición que estaba me podria devolver a mi mundo, no no era eso, simplemente me encontraba mas deshinivida

El demonio la miró desde allí, arqueando una ceja y no yendo a sentarse con ella de nuevo.

-Como si me importase la seguridad de tu mundo...-comentó con cierto tono de sarcasmo mirándola desde allí. Se acercó a un árbol y se apoyó en él, cruzándose de brazos-. Dime. ¿Es esa la maravillosa convivencia que piensas compartir conmigo? Te encanta mi presencia, estar conmigo, que permanezca cerca de ti, que te hable, estás incluso enamorándote...-dijo calcando la voz en aquellas palabras para enfatizarlas-. ¿Y todo lo que se te ocurre para agasajarme por permitirte avasallarme de esa forma sin matarte es decirme que todo lo que gira al rededor de ti es un gran secreto y no puedo ni tocarte? Qué dices, Azrael, yo ya he madurado....

Me incorpore de un salto, poniéndome de pie y mirándole directamente con una mueca que comenzaba amostrar que me estaba cansando de este juego infantil.

Si quieres saber cual es mi secreto preguntase lo a tu señor que el ya lo sabe-dije perdiendo la paciencia-podría decírtelo yo, pero el boto de silencio es el único que no voy a romper-bufe molesta poniendo los brazos en jarras-ya te lo he dicho si quieres algo solo tienes que pedirlo, pero como ángel yo también tengo derecho a pedir algo a cambio, me plante frente suyo-te ofrezco inmunidad total a cambio de tu compañía, cosa que no te puede ofrecer ningún otro ángel....-patinazo, si es que cuando me embalo soy un poco bocazas, pensé para mi-ahora si quieres algo mas tendrás que ser tu el que lo pida, yo todavía no me he negado a nada de lo que me hayas podido pedir....

Gillthanas siguió de brazos cruzados, apoyado contra el tronco del árbol, mirándola.

-No quiero inmunidad-le dijo con aseveridad y frunciendo el ceño-. Tu cuerpo ¿eres capaz de darme eso?-le dijo mirándola de arriba a abajo de forma rápida, dádnole a enteder lo que quería con la frente aún arrugada y los ojos afilados, blanquecinos sobre los de la chica.

-Antes de demonio soy hombre. Pero claro que no. No necesito inmunidad, ni preguntarle a nadie sobre tu vida. Ya me lo contarás tu cuando te salga de las narices-le dijo apartándose del árbol, chasqueando la lengua para apartarse de ella.

Me lo había dicho así, sin florituras, de manera directa y concisa para que no tuviera la opción de albergar ninguna duda sobre lo que quería.

-Ese es un precio muy alto Gill-dije agachando la cabeza avergonzada solo de pensarlo-¿A que estaría pagando con ello?-estaba comerciando con mi virginidad algo que nunca se me habría pasado por la cabeza-además nadie me puede asegurar que cumplirias tu parte del trato después de ello.

Me arrodille en el suelo sin mirarle, preguntándome que había sido de mi determinación y mi orgullo, tanto deseaba estar con alguien que no me amaba que era capaz de comerciar con lo único valioso que me quedaba a parte mi alma

-Soy un hombre de palabra-dijo con algo de rudeza en su favor, de espaldas a ella, girándose después par mirarla. Un largo rato antes de volver a hablar-. Yo obtengo un rato de placer y tu pierdes para siempre tu honra como ángel. No es un buen trato haga quien lo haga-le dijo algo más calmado, pero con su honor aplastante e inquebrantable.

Se volvió a dar la vuelta, chasqueando suavemente la lengua y dejando escapar todo el aire de los pulmones.

-Pero soy un hombre de palabra, y puedes estar tranquila que no te lo volveré a pedir, nunca más.

Creo que el infernal no había comprendido mi pregunta, que era un trato en el que yo iba a salir perdiendo era algo que tenia claro pero lo que quería era algo a cambio, y el no me ofrecía nada, solo queria mi cuerpo y yo obtendría nada a cambio de perder mi honra como ángel....

-Gill tu ganarías dos cosas con ese pacto-dije hirguiendo mi cabeza y mirándole-un placer momentáneo y el jubilo de haberle arrebatado la pureza a un ángel, yo no ganaría nada con ello.....-suspire-en esas condiciones no hay pacto Gill, no te he pedido nada que valga tal precio, además-sonreir-eso de que me foyen sin amor....-vale había sonado algo grosero pero era una expresión que escuchaba mucho en la escuela cuando nos ponían un examen difícil y me había salido del alma-perdón por la expresión-rei-me ha salido del alma

Gillthanas frunció levemente el ceño de espaldas aún a la chica y se contuvo de hablar durante un momento.

-Ya he cancelado yo el pacto, Azrael, antes que tu. Antes si quiera de que abrieses la boca para sorprenderte de lo espantosamente directo que puedo llegar a ser.

El demonio sonrió con ironía y negó con la cabeza, dándose la vuelta.

-No, claro que no hay pacto, ni si quiera dándome a cambio de mi cercanía simplemente la tuya a cambio. Vuélvete a tu nube y vive una vida blanca y digna de un ángel. No se te ha perdido nada en el barro-y dicho aquello Gillthanas apartó la cara, dejando de mirarla, y se alejó caminando por el sendero en la tierra que, mágicamente, habían seguido para refugiarse en aquel lugar.

Me incorpore viéndole alejarse y una determinación apareció en mi corazón, me reencintraría con aquel Infernal aun que tuviera que hacer que todas las tropas Angelicales le escoltaran hasta mi próxima posición.

-Adiós Gill-susurre-nos volveremos a ver y puede que para entonces ya sepas todo de mi-una risita-depende de como de bocazas sea tu señor, entonces tal vez pueda enfrentarme a tu petición.

Extendí las alas y comencé a alzar el vuelo, hacia casa, pronto se cansarían de buscarme, irán a casa y descubrirán que no me moví de allí solo estube escondida, me encontraran durmiendo sobre la cama con un peluche entre los brazos.....pero primero tengo que darme una ducha para no oler mucho a infernal que Asari se mosquea

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