Esperando

-No, está bien. Se me pasará dentro de un rato. Me pasa muy amenudo...-comentó sentándose, dejando los pies apoyados en el suelo y respirando un momento antes de levantarse con algo de dificultad-. Cuando me quedo así, dormitando encima de una piedra o en el tejado de algún edificio también suelo regresar al mundo de los vivos con la mitad del cuerpo convertido en vegetal...

-¿Tu has dormido bien?-le preguntó después mirándola, pasándose la lengua por los labios y frunciendo el ceño al notarlos secos.

Asentí intentando aguantarme la risa que amenazaba con salir de mis labios al haber oído lo de que se le duerme el cuerpo a menudo.

-He dormido muy bien-me acerqué a el acercando mi rostro al suyo-muchas gracias por otra noche de sueño reparador Gill-le di un pequeño beso en los labios, algo mas que un roce cariñoso para después apartarme un poco de el y mirarle a los ojos con cariño.

Estar en una cueva de deshorientada bastante, no estaba segura de si seria de día ya o si se había parado el tiempo, pero me daba igual aquel lugar me encantaba, era tranquilo y eso era lo que necesitaba yo compañía y tranquilidad

El demonio se le quedó mirando un rato en silencio, como solía hacer a menudo. Se quedaba mirando absolrto, estudiando lo que tenía delante, captando hasta el más mínimo detalle que le ofrecería valiosa información.

-¿Cuándo debes volver al cielo?-le preguntó con suavidad moviéndose un poco. Dio un par de pasos a un lado. Se acercó a la puerta de la entrada y la abrió. Cuando un golpe de luz diurna lo alumbró sintió como si le hubieran dado una bofetada. Apartó la cara, cerrando los ojos y frunciendo el ceño y volvió a cerrarla.

La cara que puso cuando el sol le dio de lleno bien valía una carcajada muy sonora y asi lo hice, mientras llevaba una mano a mi cara tapándola e intentando contener esa risa que no dejaba de salir

Poco a poco me serene e hice un gesto con la mano para después mirarle e indicarle que ya podía salir, que no había sol molestando

-Me he escapado Gill, no tengo que regresar obligatoriamente hasta que mis hermanos decidan bajar a buscarme o me llegue un comunicado del mismísimo Siel, cosa que dudo.-me encogí de hombros-¿lo preguntas por algo en especial? o es que ya has decidido raptarme contra mi voluntad y la de todos los de allí arriba para llevarme a tu mundo-reí inocente.

Gillthanas se recuperó de tanta luz en sus ojos albinos y la miró.

-No. Soy un demonio poderosísimo y todo lo demás... pero tengo mis normas personales a la hora de cabrear a más de un docena de ángeles, ¿sabes? Me gusta la tranquilidad-comentó acercándose de nuevo a ella, mirándola un instante-. No quiero problemas con nadie, así que si te pillan conmigo que sepas que yo huiré como un rui, ruin demonio...-le dijo asintiendo con la cabeza gravemente y después sonriendo ampliamente-. Salgamos a tomar el aire.

Me encogí de hombros mientras me acercaba y abria la puerta, fuera hacia un día de perros, gris con unos nubarrones oscurisimos y con un fuerte aire frio, me rasque la cabeza mientras ponía cara de poker.

-Creo que me he pasado un poco-dije cuando vi a una ardilla volando en un remolino de aire-todavía no controlo bien los cambios medios como solo lo uso para hacer llover cuando hace un día despejado-reí traviesa.

Camine fuera de la cueva y estire todo mi cuerpo como un gato, alas incluidas viendo bolar centenares de ellas con aquel viento tan persistente.

Gill salió tras ella. Y cuando pisó la tiera de fuera aquella entrada de la cueva, el propio agujero, desapareció, dejando patente que no había sido más que una ilusión inexistente. Observó aquellas plumas blancas arrastradas por el viento y después se apoyó en una roca, estirando los brazos hacia delante y después suspirando.

-Bien, señorita inconformista adolescente no conforme con la paga que le dan sus padres...-comentó volviendo la vista hacia ella-. ¿Y ahora que has huído que se supone que harás?-preguntó alzando la vista al aire, observando aquellas preciosas nubes negras-. Está mucho mejor así. Los que somos albinos no lo pasamos bien con el sol, ¿sabes?

¿A que había venido aquel comentario llamándome adolescente no conforme con la paga de mis padres?, le mire de reojo con los brazos en jarras recordando que no hay que cometer errores como el de darle una patada en el culo a Lucifer aquella noche.

-Ahora que me he escapado are lo mismo que hago siempre-sonreí-incordiar a infernales como tu-sonreí traviesa-hablando en serio, no tengo ni idea de que hacer, antes tenía refugios, pero hora me buscaran en ellos y canto mucho como para ocultarme entre los humanos-una sonrisa ilumino mi rostro-seguro que se me ocurre algo, no te preocupes

Gillthanas la miró.

-¿Por qué iba a preocuparme? En parte me siento partícipe, es estupendo...-comentó de forma algo sarcástica mientras encogía un hombro-. Pero... puedo ayudarte. Nadie como un demonio odiado por miles de ellos y perseguidos desde tiempos inmemorables para enseñarte como esconderte. Sigo vivo después de todo eso. ¿no crees que debo de tener un estilazo?-preguntó alzando una ceja y sonriendo.

No sabia bien como lo lograba siempre, pero me arrancaba una sonrisa y una carcajada siempre que mi situación se ponía difícil, era el mejor de todos aquellos a los que conozco pero con una gran diferencia.

-Pero has dicho que si hacías algo por mi tendría que darte un pago a cambio-le mire de reojo-¿que quieres de mi? si sabes que el alma es mía para mi pa siempre.

Le mire y después de pensar un rato me acerque a el algo vacilan te poniéndome enfrente suya con cara de confusión

-Seguro que hay algo que puedo darte-susurre-pero no se el que...

Gill la miró alzando ambas cejas.

-¿A caso un mercader que te da algo porque le sale a él de las narices te obliga a pagárselo? Si es nu favor no tienes que dar nada, pero tampoco tengo intereses específicos ahora mismo. Si eres honrrada y todo lo demás y crees que debes pagarme por algo en algún momento ya se te ocurrirá-le dijo rascándose la barbilla para después mover una mano quitándole importancia al asunto.

Sonreí complacida por aquel comentario y le abrace con cariño antes de separarme de nuevo de el para mirarle de soslayo con una sonrisa inocnete y feliz.

-Entonces señor Infernal grandote-dije guiñando le un ojo-enseñeme como esconderme para al menos poder estar desaparecida todo el tiempo que crea necesario-aquello era como un juego para mi, y puede que perdiera algo muy valioso por jugar con un infernal.

Escuche un estruendo en la parte norte del bosque y me quede blanca de golpe, no podía ser, no podía haber venido tan rápido.....esto era peligroso mas para mi que para Gill, mi hermano Asariel me buscaba y su aura de fuego era ta inmensa que se notaba a Kilómetros de distancia, estaba muy enfadado.

-Esto, ¿y si nos escondemos ya?-una sonrisa algo forzada

Gillthanas la miró un instante y se separó de la roca.

-La clave es la paciencia-aclaró con suavidad, hablando despacio y casi de forma desesperante. Alargó una mano y la tocó, haciendo que los dos desapareciesen de allí. El lugar en el que se materializaron quedaba muy lejano de donse despegaron. Era similar, boscoso y rocoso, pero no era lo mismo.

-Guarda las alas-le dijo separándose un poco de ella e inspeccionando el lugar-. No es seguro.

Obedecí estomáticamente, no tenia intención de ponerme en mas peligro del que estaba ya de por si, además se suponía que iba a ayudarme, no a hacer que tuviera mas problemas, así que las ordenes de Gill eran de obligado cumplimiento ahora mismo.

-¿A donde me llevas?-susurre lo justo de alto para que el lo escuchara y nadie mas-no me gusta este sitio, me da escalofríos-me acerqué al infernal y me cogí a su ropa coma una niña pequeña mientras colocaba mi capucha sobre mi cabeza ocultando mi rostro angelical

-No es más que un bosque...-le dijo con suavidad mirándola un momento-. Aquí no pasará nada, al menos durante un buen rato-aclaró asintiendo con la cabeza.

La miró un momento en silencio, frunciendo levemente el ceño.

-¿Tienes que agarrarme así? Me siento una nana...-comentó alzando una ceja. Se dejó caer al suelo, sentándose, tirando de ella para que hiciese lo mismo-. No puedo explicarte como esconderte. Lo mejor es meterse en el punto de acción para involucrarse con los problemas y aprender ahí a defenderse. No es fácil ser del pillaje...-comentó esbozando una sonrisa.

Gill me tranquilizo diciendo me que aquello era un simple bosque y que no pasaba nada, que no me preocupara que no había peligro de momento...

Me hizo soltarme de su ropa diciendo me que parecía una nana, cosa que me hizo gracia al imaginarme lo con uno de los trajes de nana que llevaban en el orfanato donde me crié hasta los 4 años, estaría de lo mas......cómico con la cofia y el delantal.

Me senté a su lado y escuche sus palabras sin comprender demasiado bien que era lo que quería decirme solo mirándole atentamente e intentando asimilar la información, pero un único pensamiento me pasaba una y otra vez por la cabeza

"Me parece que la forma de enseñar de este infernal no me va a gustar un pelo...."

Gill se quedó mirándola un instante y sonrió con suavidad.

-Es la ley de la selva, Azrael. Sólo gana el más fuerte.

Era una lección dura para los que no estaban acostumbrados y venían de una castidad espiritual que les impedía ver más allá de lo que el mundo, tanto mortal como inmortal, aparentaba lo que en realidad quería ser. El demonio estaba acostumbrado a todo aquello y realmente le encantaba.

-Te pondré en peligro si lo que quieres es aprender, pero no te preocupes, no te pasará nada comprometido. No demasiado...-comentó echando el cuerpo hacia atrás, apoyándose en los brazos y sinriendo mientras miraba al cielo.

A cada palabra que el infernal decía mas mala espina me daba aquel asunto, ponerme en peligro...bueno yo podría en un determinado momento de necesidad.....no quería ni pensar en aquella posibilidad, seria meter la pata muy a fondo por segunda vez.

Mire a Gill con los ojos perdido en el cielo y aquella sonrisa que me encandilaba y suspire profundamente.

-Quiero aprender-dije seriamente-podre con cualquier cosa que me echen, lo se-una sonrisa de seguridad se dibujo en mis labios

-Pero incluso yo... un infernal sin moral ni ética alguna...-dijo negando con la cabeza para mirarla-. No me gustan los juegos a dos bandas. Primero deberás madurar y decidir qué hacer con tu vida. No voy a estar dándote amparo sabiendo que hay un ejército de ángeles buscándote y posiblemente cuando se descubra el pastel a mi también.

Gillthanas suspiró y se dejó caer hacia atrás, metiendo las manos bajo la cabeza y mirando el cielo.

-Siempre quise tener a alguien a quien cuidar. Tanto tiempo cuidándome a mi mismo es aburrido ¿sabes?

Escuche aquellas palabras con la cabeza gacha, sabiendo que quería y que debía hacer, un sueño imposible, eso era Gill, y ahora el sueño debía desaparecer para dar paso a la cruel realidad....no poda escapar eternamente por mucho que lo deseara, sabia que tenia que regresar aun que aquello me produjera un dolor laceran te en el pecho.

Me incorpore del suelo y le mire con gran pena, seria egoísta hacerle que se metiera en líos solo por que yo....quería estar con el, pero aquel infernal no sabia nada realmente de mi y puesto que no le podia contar la verdad, había llegado el final de esta aventura.

-Gill no puedo...-susurre mirándole a los ojos-hay cosas que no tienen solución y esta es una de ellas-suspire dolida-no quiero que te metas en líos por mi culpa, seria egoísta...-extendí las alas con intención de alzar el vuelo y marcharme-pero yo....-alguna lágrima traviesa escapo de mis ojos-tengo una misión ineludible-sonreí de manera torcida-y para mi desgracia no puedo escaparme de ella ni hoy ni nunca, el deber es mas importante que los deseos, al menos en mi caso.....

Mi corazón me pedía a gritos que me dejara de tonterías, que lo mandara todo a la mierda y me quedara con el, que le Jodan al cielo y sus historias....pero sabia que aquel deseo por fuerte que fuera estaba totalmente lejos de mi alcance, me debía al cielo, mas que cualquier ángel que lo habitara

Gillthanas siguió tumbado boca arriba, con las manos bajo la cabeza y contando de forma desordenada los centenares de estrellas que allá había.

-¿Quién te pide que abandones tu naturaleza?-le preguntó encontes ladeando un poco la cabeza sin dejar de mirar al cielo-. Creo que se estila allá arriba demasiado la radicalidad. ¿Cómo pueden los humanos ser tan obcecosos con algo así? Pero tienes razón, Azrael, yo no te convengo en absoluto, hasta dudo que pudiera darte cosas que anhelarías-la miró a los ojos un momento-. Una cosa es jugar mientras se es niño y otra muy diferente querer remover el cielo y la tierra. No llegues hasta esos extremos.

No era tan difícil, solo debía batir las alas y alejarme de el, solo tenia que cerrar los ojos y no mirarle mientras me alejaba, pero mis alas se negaban a emprender el vuelo y mis ojos a dejar de mirarle.

Me arrodille junto a el y acerque mi cara a la suya para que desviara su mirada del cielo y la pusiera en mi.

-Bien Gill-dije poniéndome realmente seria por primera vez en todo el tiempo que aquel infernal me conocía, mis rasgos se endurecieron proporcionándome facciones algo mas adultas-digamos que hay una forma de hacer que ellos-señale al cielo-no me busquen en una larga temporada y de darte cierta inmunidad si te encuentran conmigo-acerque mi rostro al suyo un poco mas casi rozando mi nariz con la de el-¿que me ofreces tu por ello?-me refería a la total inmunidad, ya que por mi compañía no creo que me ofreciera nada.

-¿A cambio de qué?-perguntó mirándola fijamente, sin variar su expresión-. ¿A cambio de tu compañía? Quien quiere permanecer al lado de un imposible eres tu, yo sólo soy un mal extra que no te conviene ni te conoce-le dijo con suavidad mientras permanecía con los ojos fijos en los de la chica.

-¿Qué te ofrezco a cambio de eso?-repitió después de un momento, sacando una mano de debajo de la cabeza y aprximándola al cuello de la chica, bajando sin tocarla en ningún momento hasta su pecho, aguantando la respiración un instante, hasta que después de un momento en silencio retiró la mano alejándola de ella para dejarla caer sobre el estómago-. Respeto.

Era mas de lo que se podía esperar de alguien de su especie, que me concediera respeto, pero creo que la cosa no iba a quedar aquí, estaba echando a perder muchas cosas ultima mente, asi que por una mas...no no debía aun no.

Me senté en el césped y suspire largamente volviendo a esconder mis alas tras mi capa, dejando que la brisa meciera mis cabellos.

-Dices que no me conoces....¿hay alguna cosa que quieras saber? por que si es así es el momento de preguntar-le mire a los ojos-aun que puede que haya cosas a las que me niegue a contestar, por que como me dice un gran amigo, nunca te fíes de un demonio-le guiñe un ojo

Gillthanas se pasó largo rato en silencio mirando al cielo como si fuera mucho más interesante que el aier que le rodeaba.

-Hay pocas cosas que puedan ocurrírseme ahora de ti. Más de la mitad de tu vida ya me la conozco. Parte de ella me la has contado tu y otra tanta la he adivinado por mí mismo. ¿Quieres tú contarme algo?-le preguntó bastante indiferente mientras seguía con la vista perdida en las estrellas.