En busca de un traidor (Priv. Kurai)

Le escuche y en parte me senti mal por ser tan desconfiada con el, al fin y al cabo a parte de incordiarme con el tema del matrimonio con Lucifer, el no me habia hecho, a mi, directamente nada malo y siempre era simpatico conmigo y a veces me hacia regalos y esas cosas, pero....no dejaba de ser un Diablo, el primer Diablo que abandono esta tierra para unirse a aquel que poco despues produjo una razon en los demonios para ser peores en las guerras....todo empieza a ir relamente mal en tu mundo cuando te das cuenta que le debes muchas cosas a alguien del enemigo.....

Cogi el yelmo que el me tendia y le vi salir del cuerto para que me probara la armadura...bueno no pasaria nada malo por que me la probara, al fin y al cabo era una armadura.

Me quite mis ropas de lider y me quede con un fino camison interior y aquellos pantaloincitos de la misma tela que me cubrian hasta las rodillas, y comence pieza por pieza a colocarmelas recordando como lo hacia mi padre cuando yo era muy niñla hasta que completamente me cobrio aquel metal dorado y entonces me puse el yelmo, XEllos tenia razon, no pesaba demasiado y era comoda, di un par de espadazos en el aire, aquella arma tambien era poco pesada y estaba muy bien equilibrada

Cuando escuche los espadazos en el aire supe que se había terminado de cambiar, así que toque a la puerta y antes de recibir respuesta la abrí y vi a la princesa.

- Estas preciosa princesa, ahora si que pareces una líder nata.

Me aproxime a ella y le ajuste mejor las hombreras y el cinturón, cosas que no puede uno ajustarse bien solo.

- Esa armadura te ayudara mucho en el futuro, lo se, y en momentos de necesidad, como ahora.

Antes de que pudiera reaccionar la envolví con mis brazos y la oscuridad nos engullo, un viento estremecedor nos recorrió y cuando todo termino, nos encontrábamos en un coliseo estacionado en un páramo abrupto.
El graderío rodeaba la arena donde la princesa se encontraba sola con sus armas, ni siquiera el amuleto de los dragones la acompañaba.

Mientras yo observaba la situación desde uno de los palcos sobresalientes, un palco de honor y a mi lado, una jaula de gruesos barrotes en la cual, detrás de una nube oscura, apareció ese traidor de Said encerrado.

- No intentéis usar vuestros poderes. – Dije a voz en grito para que los dos me escucharan. – Pues aquí son inútiles, no sois más poderosos que un humano.

Entendia bien poco de lo que sucedia ahi, me habian enjaulado y no puse resistencia alguna, estaba lo suficientemente turbado como para no atacar a mis carceleros.
Entonces volvi aparecer al lado de aquel demonio, en esa jaula. Estabamos en una especie de coliseo antiguo y en el centro se encontraba Kurai ataviada con una armadura dorada.

-Que coño pretendes con esto- masculle con la mirada fiera al diablo que tenia a mi lado -esto forma parte de mi castigo? ver como ella se enfrenta a noseque historias? o es que voy a tener que luchar contra ella!?- reclame con un tono para nada amistoso pues tenia bastantes ganas de pillar a ese retorcido tio por banda.

Xellos entro en el cuerto y me miro de arriba a abajo acercandose a mi para terminar de ajustarme la armadura y luego me dijo que estaba preciosa y que si parecia una lider nata ahora, yo solo suspire molesta por su comentario pero no dije nada mas y cuando siguio su ultima frase y quise reaccionar me estrecho y todo se hizo oscuridad a mi alrededor y un frio biento me azoto un instante para en el siguiente encontrarme en la arena de un coliseo, sola, y al mirar al palco del que probenia una voz ver al diablo juanto a una jaula en la que estaba Said....quise gritar su nombre, quise preguntarle si estaba bien, pero no pude, la rabia y el dolor me hogaron en ese preciso instante anulandome, hasta que las palabras de xellos me sacaron de mi sopor y la ira gano fnalmente

-Bastardo-grite totalemente fuera de mi-¿qui significa esto Xellos?-suspire con fuerza, casi bufando y le apunte con la espada-contesta ahora mismo traidor-me caguen toda la segunda dinastia, empezando pr su tio y terminado por el.....

- ¿Luchar con ella? No soy tan malo. – Le hable de manera que solo él pudiera escucharme, aun a sabiendas de que Kurai podría oír mis palabras en su mente.- Morirías de manera rápida ante sus manos, pichón.

Me aproxime al la barandilla del palco y de manera solemne dirigí mis palabras a Kurai:

- Es cierto princesa, soy un traidor. Traicione a mi padre marchándome con Lucifer, traicione a los diablos al casarme con un ángel y ante todo me he traicionado a mi mismo al romper muchos pactos que en su día jure, pero jamás te traicione a ti, ¡Oh! digna heredera del trono, pues esto que hago es por el bien de tu descendencia y de la mía.
He escrutado el futuro hasta límites prohibidos y he visto gloria y éxitos para tu casa, pero antes debes superar la prueba más dura que un futuro regente debe superar, pues este es el lugar donde los reyes del pasado mostraban su poder antes de ser coronados.
Aquí te enfrentaras a pruebas cada vez más duras, en ellas necesitaras tu fuerza y tu pericia y sobre todo deberás mostrar el valor de tu corazón.
Siento someterte a esto, sobre todo sin haberte avisado, pero es algo estrictamente necesario.
Quiero que sepas, que a pesar de tus constantes odios dirigidos hacia mi persona, para mi eres una hija y por tanto, si fracasas y mueres, mi destino quedara ligado al tuyo y los mismos dioses dragones de la antigüedad serán los que me arrebaten la vida.

De mi túnica saque una daga plateada y con ella corte mi muñeca derecha. La sangre mano de mi cuerpo y se derramo en la áspera arena del coliseo. De la sangre se comenzó a formar una figura, en principio fantasmal, pero poco a poco fue tomando forma. Una especie de lobo con caparazón duro como el de una tortuga, con pinchos en el mismo y con unos dientes gigantescos hizo aparición.

- Primera prueba, “can del averno”, 4º nivel del infierno.

No nos decepciones princesa, pues los muertos del pasado claman a gritos una reina digna que lleve a su pueblo a la salvación.

En un abrir y cerrar de ojos el graderío se lleno de gente que clamaba a gritos el nombre de Kurai. A la visión del ojo eran iguales que lo fueron en vida, con la pequeña diferencia de que eran espectros de color oscuro.

- Que den comienzo los juegos. – Dije girándome para enfrentar mi vista con la del espectro de mi padre. - ¡Ah! Recuerdos. – Suspire de manera que si alguien me hubiera escuchado, ese solo podría haber sido Said.

Mire después a la jaula y con una expresión calmada, casi amigable le dije:

- Algún día lo entenderéis, mira y aprende de la maestría de la realeza, pichón…

Pichon....en mis ojos no podia albergar mas furia pero estaba impotente, no podia salir de esa jaula magica, queria atrapar su cuello con mis garras, desgarrarlo y comerme su carne...y pobre de el como me dejara suelto.

Cuando vi al ser que habia creado, aquel monstruo frente a Kurai solte una fuerte carcajada -y crees que eso asustara a Kurai?- los palcos se llenaron con los muertos del pasado, incluso habia hasta demonios a los que yo habia aniquilado y hasta me parecio ver a los padres de la princesa, pero mi atencion se centro rapidamente en ella... e incluso las palabras de Xellos me parecian lejanas.

-Maldito bastardo- masculle entre dientes mas por el odio que le procesaba que por miedo a que Kurai perdiera...un chucho de nada no era suficiente para derrotarla, yo confiaba en ella, aunque ella me estuviera odiando por mi traicion, eso daba igual pues la seguia amando.

Le escuche hablar aun que claro estaba me importaba ahora mismo poco y nada lo que dijera, me sentia mal conmigo misma por haber minimamente confiado en el, esto es lo que pasaa cuando confraternizas con el enemigo, estos son los resultados de treatar de llebar una convivencia tranquila con esa parte del infierno y por mucho que dijera que para el era como su hija eso no me ablandaria, le decapitaria yo misma en cuanto le pillara por vanda.

Tras soltar su perorata de sandecesse corto la muñeca y en la arena esa sangre se combirtio en una criatura infernal a la que segun el tenia que enfrentarme, los palcos se llenaron de los espectros de los caidos en combate, toda la anterior dinastia, demonios de todas las castas e incluso mis padres que me vitoreaban, en ese mismo momento, cuando los vi, odie a Xellos mas de lo que nadie le podria haber odiado en toda su larga vida, por aquel acto me habia traido los peores recuerdos de mi vida.

El can del infierno avanzo hacia mi para atacarme y sin dudarlo heche mano al amuleto de los dragones, aquello terminaria con este juego de un plumazo, pero...el amuleto no estaba....y supe que xellos se lo habia llebado, dejandome indefensa contra aquel ser y el miedo me pudo por que vi mi muerte muy cerca, demasiado cerca y me quede paralizada en aquella arena sin saber que hacer.

Mire atento la situación y vi como Kurai se quedaba totalmente bloqueada. A punto estuve de saltar a ayudarla, pero eso hubiera tirado todo lo planeado al retrete y ese era un lujo que ella no se podía permitir.

- No me odies pichón, yo al menos no intento matar a mis bastardos. – le dije haciendo referencia a Shun.

Di la espalda al escenario y me aproxime hasta el trono que presidia el palco, donde me senté. Saque de mi bolsillo el amuleto de los dioses dragones y los llame:

- Ónice, Zafiro, Rubí, Cuarzo, venid.

A mi orden los cuatro dragones hicieron acto de presencia ante mí, lo primero que hizo la pequeña Zafiro fue asomarse para ver las escena, mientras Ónice, el mas agresivo, se dirigió a mí.

- ¿Ya has restaurado la 2º Dinastía Xellos?

- Eso es lo que te gustaría…

Le habia quitado el medallon a Kurai y vi como su fuerza flaqueaba y asi mismo como aquel can enorme avanzaba hasta ella dando un zarpazo.

-MUEVETE KURAI!- grite endemoniado y como vi que ella no hacia nada la emvolvi con mi aura oscura protectora para que al menos suavizara el golpe del canido.

Ya me estaba tocando la moral con aquello de llamarme pichon.
-Eres un maldito hipocrita...reclamas que yo intente matar a mi vastago cuando tu estas haciendo lo mismo con ella, devuelvele sus dragones o sacala de ahi si tanto la quieres!!- agregue fulminandolo con la mirada.

Estaba perdida y lo sabia, aquello no acabaria bien y entonces escuche un grito y note como si algo calido trtara de llegar a mi para protegerme pero aquel lugar impedia usar nuestro poder por lo que no fue nada mas que una caricia al tiempo que yo saltaba hacia atras casi sin darme cuenta y esquibaba el zarpazo del animal.

-Said-susurre para mis adentros, le habia oido, le habia escuchado decirme que me moviera para esquivar el golpe y mi cuerpo habia reaccionando obedeciendo ciegamente-no me queda otra ¿verdad?-mire al animal-Tengo que enfrentame a ti aun que no quiera, aun que no sepa luchar y tengo que sobrevivir-desenfunde la espda de nuevo y coemnce a correr, al menos tenia la suerte de tener una velocidad considerable a la carrera y me dedique a buscar un flanco en el que atacar, habia estudiado estas criaturas, abia que su caparazon con pinchos era practicamnte infranquehable y su piel dira, solo si lograra encontrar algun sitio-me lance al ataque con un espadazo solo para probar suerte y acabe rebolcada pr la arena como una croqueta aun que me puse de pie de nuevo esperando que el bichejo me atacara

Ignore momentáneamente a los dragones para observar como la princesa comenzaba a trabajar de manera interesante aunque por el momento inútil.
Mire posteriormente a Said para que me prestara atención, pero en vez de dirigir mis palabras a él se las dirigí a los dragones.

- ¡Oh! Grandes dioses de la antigüedad, señores originales del infierno, destructores de promesas y asesinos de reyes…
- Como osas dirigirte así a nosotros maldito…

Ónice ladro furioso, pero en ese momento yo tome el amuleto en la mano y lo apreté levemente. Los cuatro dragones comenzaron a gritar de dolor y a retorcerse. Pare mi presión y retomaron la compostura.

- No he dicho más que verdades Ónice, y es precisamente esas verdades las que me impulsan a hablar con vosotros, deshonrados dioses…

-Kurai!!!! ataca por las zonas carnosas!! por el estomago y articulaciones!!!- grite de nuevo viendo como el ataque de ella era facilmente rechazado por el monstruo. La gente gritaba, clamaba sangre...pero sangre de la princesa o sangre del bicho? Imposible saberlo, el ruido era incesante como un molesto zumbido.

Pero mas molesto era escuchar la voz del tipo que tenia a mi lado el cual ahora vacilaba a los dragones, pero que diablos se tenia entre manos? Observe como estos dragones se retorcian durante un excaso momento hasta que el apreton de aquel medallon cesó.

Volvi mi vista hacia Kurai esperando que mis palabras les hubieran llegado alto y claro obviando tanto a los dragoncitos como a Xellos.

Otra vez la voz de said en un grito sobre los vitores diciendome lo que tenia que hacer....como si fuera tan facil....

Cantinue mi carrera esquibando al animal cuando saltaba y tras varios intentos y rebolcones a lo croqueta por la tierra logre clabar la espada en uno de sus flancos traseros y hacer que el animal callera al suelo herido e incapaz de moverse, aun que seguia vivo

-Xellos deja empaz a los dragones-aun que no tubiera el amileto sentia en cierta manera lo que les ocurria y no se me habia pasado por alto aquel momento en el que me falto la respiracion durante un instante, todo se debia a que Zafiro me obserbaba y mantenia la conexion conmigo de aquella manera.

El animal gemia en el suelo que se manchaba de la negruzca sangre de todos los montruos infernales, pero yo no podia rematarlo, era superior a mi viendolo indefenso ya

- Tú a lo tuyo princesa, que ese no esta muerto del todo.

Le señale a la criatura, mostrándole como de manera rápida se regeneraba de las heridas y se lanzaba feroz al ataque, pero cometiendo un error dentro de su rabia, al saltar para atacar, había dejado todo su estomago al descubierto.
Deje de lado el combate nuevamente y me volví a centrar en los dragones.

- Zafiro, mírame a mi, que te crees ¿que no se lo que haces?

El dragón me miro, rompiendo todo vinculo con la princesa, ahora solo estaban por y para mi, bueno y para Said que estaba siendo testigo de todo.

- ¿Sabe lo que significa esta prueba y lo que pintas tu en ella? - Me pregunto zafiro. - Se enfadara mucho cuando sepa que esto no es mas que una…

- Calla inepta. - Le conteste. - Se enterara en cuanto la termine, ahora tenemos asuntos mas importantes que tratar, como por ejemplo la traición a mi familia.

Me comunique mentalmente con Said para asegurarme de que solo el me escuchaba y le dije:

- “Escucha atentamente pichón, pues la vida de tu princesa peligra mas en esta conversación que en esa pelea”

Y cuando pense que Kurai habia ganado la batalla contra aquel can infernal el hijo de su madre se recupero y volvio a atacar con mas fiereza, pero los buenos guerreros saben aprovechar bien la situacion, tan solo espere mentalmente que ella supiera ver la ventaja en la aparente desventaja. Pueso que mi voz quizas no le llegaba, pense en hablarle mentalmente, ella podia leer mi mente "No te rindas, demuestrale a este cretino quien eres" le dije fijando de tal forma mi mirada en ella que los ojos hasta me dolian.

Por otro lado estaba el demonio y sus dragoncitos al cual estaba escuchando claramente, al parecer uno de los dragones estuvo a punto de revelar algo pero fue inmediatamente callado y entonces su odiosa voz llego a mi cerebro, pude haberle gritado mil y un improperios, pude haber insultado a sus antepasados y cagarme en toda su puñetera famlia, pero ni lo mire ni di muestra de enfadarme, tan solo estaba centrado en el monstruo y en como se defendia Kurai de el aunque mis oidos y mi percepcion felina estaban con Xellos.

Zafiro perdio la conexion conmigo, seguro que Xellos le habia hecho que dejara de prestarme atencion, aquelloi me enfurecio mas aun si cabia pero entonces el Diablo me llamo la atencion sobre el monstro, se habia lebantado y saltado sobre mi, sabia que lo lamentaria pero era su vida o la mia y evidentemente yo necesitaba seguir con vida para despellejar a Xellos, otra vez la voz de Said en mi mente y alce la espada, no hacia falta mas
el bicho se empalo el mismo contra la espada quedando con la tripa abierta y chorreando negruzca sangre y malolientes visceras por la arena, lo lamente, al fin y al cabo solo era un animal, el no tenia la culpa de su naturañeza, y de que aquel monstruo le hubiera utilizadoi para esto

-Lo siento animalito-susurre observandolo por ultima vez y entonces me vi, la espada y parte de la armadiura estaba manchadas de sangre, aquello me ahogaba, ya no era una imagen que la ebocara, la estaba biendo y aun que no fuera la misma era sangre al fin y al cabo

Cuando el lobo murió desollado el gradería se levanto gritando al unísono el nombre de Kurai, aplaudiéndola y aclamándola como digna dirigente. Yo mismo relevante y aplaudí.

- Muy bien futura reina, pero aun no esta todo vencido. “Cuervo oscuro” 6º Nivel del infierno.

El lobo agonizante te convirtió en un amasijo de sangre roja, mi sangre y de ella broto un gigantesco pájaro negro que comenzó a volar.

- Bien amigos míos. - Me dirigí a los dragones. - Quería avisaros de que se lo que hacéis, pues vuestra tiranía no ha cambiado de desde tiempos antiguos. Debéis saber que se como destruiros y que si intentáis jugársela a Kurai como lo hicisteis con mi hermano…

- ¡Era necesario un cambio de corona! - Bramo Rubí.

Volví a apretar el cristal con la intención de calmar la arrogancia de los dragones.

- ¿Y vosotros os prestasteis a hacerlo? Provocando la muerte de la mayoría de los viles, de mi familia y hasta provocando la caída de este mundo en una segunda oscuridad. Estáis advertidos, y ahora, marchaos.

Los dragones se marcharon temerosos de lo que mi ira pudiera provocarles y yo mire nuevamente a Said y le dije:

- Te voy a contar una cosa, aunque no me caigas bien.

Respire tranquilo en cuanto vi que Kurai habia acabado con aquel monstruo pero Xellos parecia no querer darle descanso, no tardo en invocar otro, un cuervo bastante grande, negruzco con un pico bastante peligroso. "Que hijo de la gran...." pense inmediatamente sin quitar la vista de la mujer, aunque oia su conversacion y fue inevitable oir aquello de "Provocando la muerte de la mayoría de los viles, de mi familia y hasta provocando la caída de este mundo en una segunda oscuridad" mi rostro viro fijando las orbes rojizas en aquellos dragones dejando a la pobre Kurai a su suerte. Esos cabrones eran los culpables de aquella guerra? Era eso lo que acababa de sugerir Xellos?

Los dragones desaparecieron pero no con eso mi furia y mi confusion -El sentimiento es mas que mutuo asi que empieza a largar- masculle entre dientes aunque queria preguntar por aquello que habia oido espere y escuche lo que él tenia que decirme.

Sabia que aquello no habia terminado aun, al menos no terminaria tan rapido con un unico enfrentamiento ante un perro del infierno, pero yo necesitaba un descanso, que alguien me enchfara con una manguera y me quitara aquella sangre de encima que amenazaba con hacerme caer en cualquier momento presa de mis propias pesadillas del pasado.

Desvie la mirada un instante de aquella sangre para mirar al palco y contemplar que nadie me obserbaba en aquyel momentoi, Saiud y Xellos mantenian los ojos clabados en el otro con una mueca extraña, como si estubieran manteniendo una interesante combersacion, no lo comprendia, cuando regrese los ojos a la arena un inmenso pararraco negro me amenazaba con su mera presencia, aquello era mucho para mi, aspire trtando de tranquilizarme y el aroma a hierro y sal de la sangre que me cubria me rebolbio el estomago, creo que esa era la razon por la que me habia pasado a la diete humana, para escapar del olor de la sangre que me traia tan malos recuerdos

El pajaro ataco aprobechando que yo me encontraba perdida en mis pensamientos y no me defendi ni lo esquive, acabe rebolcada por el suelo y rasguñandome el rostro que ahora tambien me sangraba, cuando me incorpore aquel animal chillo y su graznido fue tan estruendoso que tube que taparme los oidos por lo que me ataco de nuebo hiriendome esta vez en el brazo, si seguia asi me mataria, lo sabia, y yo no podia permitir aquello pero solo era unaniña, por mucha lider de un mundo que fuera no era mas que una cria sin entrenamiento militar que probablemente no sobreviviria muchop mas timpo, aun asi tenia que hacer algo, tratar de sobrevivir, me incorpore del suelo y sacudi la espada en el aire haciendo que zumbara el mismo y la sangre que tenia salpicara a mi alrededor

-Relamente en o0tras circustancias habria salido corriendo, pero hoy no puedo hacerlo-le dije al animal mientras me ponia en guardia, parando con la espada un ataque directo de una de sus zarpas-tengo que salir de aqui para descabezar a Xellos

Escuche las palabras de Kurai, por fin se daba cuenta de que por desgracia la lucha era la única salida que tenia, por fin conseguía superar su pánico a la sangre y lo que es mas importante, estaba consiguiendo algo que no había conseguido nadie que perteneciera a una casa menor, enfrentarse a la prueba de linaje sin ningún tipo de ayuda mágica y sobrevivir. Aunque me encontraba algo preocupado, pues en este encuentro dependía mas de la inteligencia que de la fuerza pues el ave volaba y obviamente Kurai no podía hacerlo en ese lugar, aunque existía en el animal un punto débil, de cara al sol era totalmente ciego, especialmente del sol del atardecer que estábamos disfrutando en estos momentos, solo esperaba que la princesa se diera cuenta.

Dirigí nuevamente mi visión al joven traidor:

- Si me has hecho caso, habrás oído todo lo que he dicho y por tanto te encontraras “algo molesto” con los dragones, pues bien, es cierto, fue su traición a mi familia, concretamente a uno de mis hermanos, la que hizo que las murallas de la ciudad fuesen rendidas mientras el ejercito moría en campo abierto.

Me tome una leve pausa, hasta los diablos “insensibles” como yo necesitan retomar aliento cuando recuerdan algo especialmente doloroso en su vida y aunque no sea de la opinión de muchos, para mi, la perdida de toda mi familia y la casi extinción de mi raza me supuso un gran dolor.

- Bueno, fuera como fuese, todo se debió a un ardid de los dragones, los cuales, a pesar de lo que piense cierta princesa, no son de fiar. ¡Ah! Que fácil olvidan algunos las tiranías cometidas por ellos antes de la primera dinastía.- Tome un poco de aire y proseguí. - Comprenderás ahora mi preocupación…

EL griterio de la gente, el graznido del cuerpo y la verdad de Xellos, todo aquello formaba un conjunto espeluznante. Fije mis ojos en la arena del "coliseo" para ver como el pajaro atacaba a Kurai una y otra vez, de no haber estado esa jaula en mi camino me habria lanzado a despedazar ese pajaro con mis propias fauces, pero todos los monstruitos tenian un punto debil y si ella no lo veia yo haria lo posible por encontrarlo.

Un punto debil... los graznidos nublaban mi mente... un punto debil... Xellos comenzo a hablar, me obligo a mirarle, a prestarle atencion pues lo que tenia que contarme era de suma importancia no solo para Kurai si no para toda nuestra raza.

-Que diablos tiene que ver esos desgraciados con lo que le estas haciendo a Kurai?- respondi sin apenas mover los labios, manteniendo la mandibula apretada -acaso ella tiene que pagar la traicion de esos dragones? tiene que pagar por mi traicion? Por que le mandas toda la carga a ella...eres un capullo insensible, has logrado superarme hasta a mi- expete casi escupiendo las palabras.

Volvi a mirar a Kurai, el brillo en los ojos del animal que la seguia atacando me dio pie a pensar en algo "utiliza tu armadura Kurai, que los rayos de este sol sombrio dañen sus ojos y aprovecha!!!" le dije mentalmente, ni Xellos ni nadie podia cortar esa conexion.

Tenia que calibrar mis posibilidades, tena que pensar muy bien aquello que deberia hacer para acabar con semejante monstruo yo sola, evidentemente la fuerza bruta no era mi aliada y mis poderes estaban fuera de combate, tampoco tenia a los dragones para defenderme y Said estaba allia rriba discutiendo acaloradamente con Xellos de algo que tal vez no queria ni saber.

Otro zarpazo, tube suerte de esquibarlo en el ultimo momento aun que acabe tirada en el suelo para no variar, comenzaba a pensar que era una croqueta lanzada a la arena para ser la cena de los bichos que el Diablo hacia aparecer, comence a girar a la carrera esquibandole y en determinado momento note que el pajaro fallaba su golpe y graznaba de manera molesta, ahora tenia que analizar como habia sido aquello y por que, pero el pajaro alzo el vuelo, preparandose para un ataque en picado del que no podria escapar si no encontraba la solucion.

Comence a mover la espada en el aire sin mirar demasiado la trayectoria del bicho y entonces le escuche quejarse de nuevo ¿que habia hecho?, contemple a mi alrededor, contemple la espada y me deslumbre con ella quejandome por la molestatia entonces comprendi la clabe, le habia deslumbrado, aquella era mi unica vaza para salbarme de aquello cuando el pajaro se lanzara en picado contra mi

Alce el arma y espere paciente calculando mil cosas en mi cabeza en ese instante y entonces el cuerbo gigante lanzo su ataque, mobi la espada y le deslumbre en el ultimo momento haciendo que un mobiemiento le parara en el aire durante los segundos jusntos de clabarle mi arma en el pecho, justo donde estaba su corazon, otra vez la sangre salpicandome, otra vez un cadaber ante mi y mi respiracion agiutada por el panico que me ahogaba en la garganta y al que ahabia aprendido hacia muy poco a sobreponerme medianamente.

- ¿No ha entendido nada aun? Los dragones y esta prueba no tienen nada que ver, de echo la única conexión que hay en ello es la propia Kurai. Esta prueba es una muestra de linaje que hará de Kurai la líder fuerte que debe ser, en cambio, los dragones mal usados podrían suponer un peligro para su futuro.

Tome una pausa y comprobé como la princesa tanteaba con la espada, parecía que estaba cerca de descubrir el secreto, justo como me imaginaba, su inteligencia y su capacidad de adaptación eran grandiosas.

- Me explicare un poco mejor. Los dragones se encargaron de participar en la caída de mi casa con la intención de obtener un nuevo rey al cual ellos pudieran manipular, obviamente lo han conseguido. Pero dicha reina se dará cuenta tarde o temprano y en ese momento los dragones volverán a hacer de las suyas. -Me tome un respiro. - Aquí es donde entra tu castigo, quiero que dejes de intentar matar a tu hijo pues necesitaras toda tu fuerza para desempeñar esta misión. Mi deseo es que protejas a Kurai de todos los males que se le aproximen y espero que lo hagas mejor de cómo lo hiciste con la anterior casa real, anteponiendo su vida a la tulla propia.

Escuche al gradería gritar emocionado nuevamente, mire a la arena y vi al ave desplomarse en el suelo, ante la princesa, la cual comenzaba a verse superada por el recuerdo de la sangre. Dos pruebas mas y todo terminaría, solo dos.

- Bravo. - Comencé a aplaudir. - Estas demostrándome que la confianza que e puesto en ti esta bien dirigida, princesa. Pero aun te quedan dos pruebas mas.
Para esta tercera prueba podrás utilizar tus misteriosos poderes de luz, pero no te confíes, a pesar de ellos te será difícil, pues soy consciente de que no los dominas del todo, aunque espero que aquí lo logres.
“Hidra” 7º Nivel del infierno.

De el amasijo de carne y sangre del cuervo comenzó a salir una bestia descomunal, el terror del 7º Nivel, la criatura mas fiera, grande y mortífera del mismo. Una amalgama de siete cabezas unidas mediante siete cuellos a un solo torso hizo aparición. Su altura era superior a la del coliseo, el tamaño casi desbordaba a la propia arena y una sola de sus monstruosas bocas podía tragarse a tres soldados fornidos.

- Recuerda princesa, que por mucho que hallas recuperado tus poderes, no podrás escapar del coliseo, y por supuesto, los dragones siguen conmigo.

Dirigí mis palabras de nuevo a Said, pero esta vez sin apartar la vista del campo de batalla, pues esta lucha era mas peligrosa que la anterior.

- Ahora tengo que explicarte que es lo que quiero que hagas con los dragones…

No se si fueron mis palabras, pero finalmente Kurai habia acabado con ese pajarraco, sonrei abrumado y algo mas tranquilo, incluso yo la habia subestimado....la veia tan fragil...tan pequeña... pero la princesa guardaba una gran fuerza de espiritu.

Mi sonrisa desaparecio completamente cuando mire con los ojos entornados a Xellos, escuchando la razon de ser de aquellos dragones manipuladores, estuve a punto de explicarle que aquel incidente con Shun no se volveria a repetir, ya no me interesaba la venganza pues Kurai abarcaba todo lo que queria, pero no se lo diria ni aunque me clavara mil cuchillos en el corazon.

Una mueca ironica cuando menciono la antigua batalla, entrecerre la mirada -podre ser todo lo traidor que quieras y siempre la protegere- respondi afiladamente mirando nuevamente las gradas en donde un monstruo muchisimo mayor que antes se alzaba agitando sus multitud de cabezas, una hidra...demonios...no habia animal mas peligroso, pero Xellos dijo "Faltan dos pruebas mas", no queria ni pensar cual seria la ultima.

-No crees que te estas pasando un poco?- masculle sin apenas mover mis labios con la mirada fija en Kurai alternando la misma entre ella y el monstruo -vamos...sueltalo de una buena vez- agregue haciendo gala de una paciencia que por todos los demonios del inframundo no tenia.

No escuchaba las obaciones ni a nadie diciendome que lo hacia bien, aquella parte de mi cerebro estaba desconectada para que no me afectara nada, solo oi lo de que podia usar mi peculiar habilidad, aun que eso estaba muy lejos de serbirme para algo dado que no sabia como funcionaba y que solo se ponia en marcha cuando estaba tan estresada y desequibrada Psicologicamente que no tenia otra forma de uir, pero entonces via l monstruo, aquella inmensa criatura que se cernia sobre mi con sus multiples cabezas, el ser mas peligroso de la ultima capa del infierno...iba a morir, lo sabia aquello no tenia remedio...no se podia sobrevivir a un bicho asi.

Comence a temblar como una hoja, ante la vision de aquello y mire a Said y a XEllos en la grada, casi habria querido gritar una despedida para que la ollera Said, pero no me salia la voz, no podia moberme, ni hablar, casi no podia mantener la espada en mi mano......estaba paralizada por el panico, por el olor de la sangre y por la certeza de mi propia muerte y entonces todo cobro sentido en mi absurda cabeza, me iban a sacrificar alli mismo en nombre de....vente tu a saber en nombre de quien y Said tenia que verlo como castigo, Xellos era un tridor, simpre lo habia sido y ahora se cobraba su propio tributo por que una plebella tubiera el trono, pero yo no lo queria, yo no habia pedido a nadie que me colocaran alli y me dierna el mando, yo no habia pedido que los Dragones me obedecieran, ni tener que cuidar de una raza ante los inacababbles ataques de otra, yo no habia pedido nada de eso, pero como lo tenia, me castigaban por ello.

El animal me miro con sus 14 hojos y yo le mire con mis dos entonces abrio la boca y se dispuso a tragarme, no me podia mober asi que tampoco le iba a poder esquibar, cerre los ojos con fuerza, al menos no veria como aquella boica abierta se acercaba a mi, pero entonces parecio que chocaba contra algo, al abrir los ojos me encontre con los brazos extendido y a mi alrededor uana especie de barrera mantenia a aquella criatura lejos de mi alcance