Mirando el mar-Priv-

Camine hasta aquel acantilado con los pensamientos de siempre rondando mi cabeza, ya quedaba poco tiempo para que tuviera que regresar al cielo, pues mi permiso estaba apunto de expirar, pero..... ¿Que pasaría si no lo hacia? si me quedaba aquí un tiempo, lo mas seguro es que los mios se enfadaran y me llevará a casa a l fuerza....

La brisa marina hacia que mi cabello reboloteara jugueton y me llenaba de una extraña paz, me senté con las piernas colgando hacia el vació, dejando que la brisa me meciera y perdiendo mi vista en el mar infinito, soñando con ser libre como las gaviotas que sobrevolaban mi cabeza y sintiéndome estúpida por aquel deseo, pues ningún ángel era tan libre como yo, que hacia lo que quisiera sin que nadie me castigara por ello

El aire se enrareció levemente al rededor del acantilado. Se espesó con el desagrado de que las cosas no andan bien y parece que todo lo demás va en contra de uno mismo. Sin embargo poco a poco aquel espesor incómodo se fue tornando afrutado y agradable, como sólo algunas criaturas divinas y algunos monstruos que no lo eran tanto podían hacer. Obligar al viento fingir que olía a lo que en realidad no olía era uno de los fuertes de Gill.

El demonio se paseaba por el peligroso borde del acantilado. Aún estaba muy lejos, pero cuando alzó la vista no pudo evitar que le pasara desapercivida aquella figura de aurea blanca que sin duda, era un ángel. Gillthanas se paró suavemente dejando que su capa gris ondease al interior del vacío, tratando de tirarle abajo sin posibilidad alguna.

Estaba absorta mirando el agua, soñando con cosas de niños y deseando que el tiempo parara de correr, que nunca llegara el momento de regresar a casa, habían pasado cosas desagradables desde que llegue aquí pero también había conocido a seres muy interesantes que me brindaban su compañía, su amistad o su odio.

Un olor extraño llego a mi transportado por el viento y mis ojos se dirigieron en busca de la fuente que lo producía, entonces le vi, de pie en el borde del acantilado con la capa hondeando por el viento, como una sobra oscura a lo lejos y le reconocí instantáneamente, era el demonio del bosque, parecía que ahora que el sol había bajado se paseaba por lugares diferentes.

Alce mi mano en gesto de saludo y le sonreí inocentemente mientras clavaba mi mirada en sus bellos y fríos ojos

La expresión siempre sin expresión del dulcificado rostro de Gillthanas siempre era una fría mueca de desencanto que no varíaba bajo ninguna circunstancia. Igual que aquel ángel, o cualquier otro, su piel clara y lisa formaban un rostro suave que, al contrario de un ángel, no representaba nada que inspirase confianza, ni si quiera la belleza que parecía transportar consigo. Quizás porque era mentira. Quién sabe.

Gillthanas se mantuvo un instante quieto sin devolverle el saludo y después reanudó su camino, su paseo por el borde del acantilado que simplemente coincidía ser en la dirección en la que aquel ángel estaba contemplando el paisaje. Hasta que llegó a ella y naturalmente se detuvo, como si el resto del espacio del mundo no le bastase para rodear su cuerpo y seguir su camino, siendo por allí precisamente por donde tenía que pasar.

-Sigues siendo demasiado humana, igual que la última vez que te perdiste...-comentó. Ese era su saludo. La miró ladeando un poco el rostro sin apartar la vista de ella mientras sus sombras como siempre le acompañaban.

Asentí ante sus palabras, ultima mente escuchaba mucho aquel comentario refiriendo se a mi.

-Y tu sigues siendo tan inexpresivo como siempre-dije con cara traviesa-¿Esta vez me dirás tu nombre o tendré que seguir llamándote el demonio del bosque?

Su figura se alzaba ante mi majestuosa y enorme pero no tenia intención de acortar aquella distancia levantandome, continué mirándole con una sonrisa desde mi posición del suelo e incluso le hice un gesto para si lo deseaba se sentara a mi lado, después continué mirando al mar y al horizonte, viendo como cada vez el cielo era mas oscuro, pronto, tal vez demasiado pronto la oscuridad lo cubrira todo.....seguramente si hubiera estado sola me habría marchado a casa ya, pues odiaba estar a oscuras, pero la cercanía de aquel ser me tranquilizaba

Sin embargo Gill no se sentó, dio un paso a un lado y estuvo paseándose al rededor de la chica, mientras por su cabeza planeaba la deliciosa y tentadora idea de darle un suave empujón para que cayese al vacío, antes justo de arrancarle aquellas alas blancas que seguramente surgirían para salvarla. Pero ni dejó ver que pensaba en ello ni hizo ningún movimiento brusco.

-Cómo... ¿al final no te lo dije? Qué impropio de mi no presentarme debidamente...-comentó autocompadeciéndose por aquel mal comportamiento. Sin embargo, después de mirarla un instante optó por sentarse a su lado en silencio, aún a una distancia prudente para evitar tics nerviosos que le obligaran a hacer algo sin pensar antes.

Se sentó a mi lado, aquello finalmente me complacio, aun así seguía siendo mas grande que yo y para mirarle a los ojos tenia que alzar la cabeza.

-Tengo la impresión de que te rondan malas ideas por la cabeza-dije dandole un toquecito en la frente con mi dedo índice-no seas malo, que seguro que no es sano para mi-reí infantilmente.

No sabia por que pero me gustaba aquel demonio, me hacia sentir tranquila y de alguna manera menos consciente de mis miedos y mi posición real de New Ángel del Agua, me sentía como alguien normal que se encontraba en compañía de un amigo silencioso.

Antes de que se apartara Gill atrapó aquella mano cuando le tocó tan levemente, con un un gesto rápido y sutil que en absoluto fue agresivo, pero la mano del ángel desapareció dentro de la del demonio, que en comparación era enorme y apresadora.

-Si me tocan sin permiso es probable que piense en venganzas horribles...-comentó mirándola a los ojos gracilmente y abriendo el puño, ofreciéndole su propia mano para que la retirase-. Pero nada más lejos de la realidad. No es necesario ser un ángel para intuír que por la mente de un demonio sólo transcurren cosas crueles. ¿Qué te trae por aquí abajo de nuevo?-le preguntó enderezando la espalda y mirando al inmenso mar, sin ver nada en él.

No me asusto que cogiera mi mano, es mas me resulto u gesto encantador, y no tenia intención de retirar mi mano de la suya así que la deje allí jugueteando con mis deditos en la palma de su mano de manera inocente, tenia un tacto agradable .

-Bine durante una semana a hacer un estudio humano-dije tranquilamente-deberes para el colegio....-bostece en gesto de que era aburrido-ya me queda poco para irme y pasee hasta aquí pensando si saltarme un poco las normas quedando-me unos días mas-mire el mas y sus olas parecían hablarme, seguramente lo hacían pero yo no quería escuchar-a sido divertido estar aquí, en poco tiempo me ha pasado de todo, incluso vi a Lucifer y casi no lo cuento-reí-conocí infernales de todas la clases, humanos ....bueno y a ti- le mire a los ojos-que me alegraste un dia que no habia comenzado muy bien

La miró de reojo y frunció levemente el ceño mientras la miraba para devolver lavista a un punto perdido en aquel enorme mar.

-Se supone que soy un demonio aterrador, dejo aviso de él con sólo mi presencia y no dejo que nadie se me acerque sin dejarle claro que de tocarme demasiado la moral acabará despedazado... ¿No deberías tu estar un poco más cohibida en lugar de poner esa cara de felicidad cada vez que muevo?-le preguntó arqueando una deja para volver a mirarla del mismo modo.

No pude evitarlo, tras escuchar sus palabras me eche a reír a carcajadas, cuando conseguí tranquilizarme un poco le mire a los ojos me encogí de hombros

-Se que debería tenerte miedo, eres mas grande y seguramente mucho mas fuerte que yo-suspire-si quisieras hacerme daño no podría defenderme, pero...-le guiñe un ojo-soy así de rara, cuando alguien me cae en gracia, me da igual quien sea o de que especie- me rasque la cabeza-si mi hermano mayor se enterara de que hablo con demonios se enfadaría mucho y puede que intentaran juzgarme por traición, pero me da igual, no tengo intención de vivir una eternidad enjaulada como un pajarillo por cumplir unas normas que me parecen ridículas-mire el cielo de manera soñadora-algún día conseguiré que las normas cambien o al menos moriré en el intento....

El sol había desaparecido del cielo totalmente y la oscuridad lo cubría todo, la brisa marina era mas fría pero refrescante, heche de menos no haber traído mi capa para abrigarme un poco

Gill alzó las cejas sin contestarle a aquello. Se chó hacia atrás con suavidad apoyando los brazos en el suelo y sujetándose así mientras paseaba la vista por el cielo casi oscuro por la noche inminente.

-Supongo que siempre puedo tentarte a tenderme una mano en esa gran, gran batalla final entre ángeles y demonios que en realidad no llegará jamás para cuando esté en las últimas pueda recuperarme de golpe y seguir con la lucha, y salír vencedor una vez más....-relató soñador sin ninguna esperanza en que aquello ocurriese. Realmente le importaba muy poco el futuro.

Negué con la cabeza y me tumbe sobre el césped observando aparecer las primeras estrellas

-No me esta permitido participar en la guerra-dije tranquilamente-si llegara el caso me encerrarían bajo llave precisamente para evitar eso-reí-la líder de los Arcángeles, general de los ejercitos me conoce demasiado bien, sabe que no le negaría ayudan a alguien querido fuera del bando que fuera y eso es una arma de doble filo, por que puedo ayudar tanto a aliados como a enemigos....

-Todavía espero que me digas tu nombre-ladee la cabeza para mirarle-me impaciento demasiado y no esta bien hacer esperar a una chica-sonreí

Gillthanas no tenía muchas espectativas en aquella sonada batalla final, en la que el caos de nuevo reinaría en un universo condenado a no vivir en un orden concreto. Ni si quiera era posible destruir a ninguno de los dos. ¿Cómo podían ser tan ridículos los dioses de cualquier tipo de mundo al pensar que ese día llegaría? Ni si quiera pensaba en el mañana más inmediato, sólo en el minuto que estaba viviendo.

-Gillthanas. Gill para los que no se quieren complicar demasiado...-le contestó inclinándose hacia un lado para alcanzarse el cuello y rascar con suavidad la piel.

Pronuncie aquel nombre silaba a silaba varias veces hasta memorizarlo y después sonreí mientras le miraba rascarse preguntandome si habría picado algún bicho.

Bostece un par de veces y me frote los ojos mientras estiraba las alas para ponerme mas cómoda sobre aquel verde lugar.

-Tienes un nombre bonito-dije mientras no dejaba de mirarle-me gusta, ¿Tiene algún significado?-deje la pregunta en el aire mire el cielo,intentando contar las estrellas que se veían

-Serpiente-contestó. Estaba orgulloso de su nombre y de su significado, y se notaba. En realidad estaba orgulloso de todo él en cada momento. No lo exponía demasiado al exterior pero tenía un ego más que alimentado y mimado hasta lo imposible. Quizás aquel credo de no haber estado jamás enamorado de nadie se debiera porque ya lo estaba de sí mismo.

-¿No deberías volver a donde quiera que seas para descansar? No es bueno estar en tan últimas condiciones en un lugar como este... Los demonios rondan los bosques, ¿sabías?-le dijo tumbándose él también, guardando las manos bajo la cabeza y mirando a las estrellas tintineantes.

Era un buen significado pensé, muy adecuado para un demonio según las escrituras. aun que a mi ese libro no me parecía mas que una historia de fantasía la mayoría de las veces.

-No creo que se acerque ningún demonio mientras estés conmigo-dije seriamente-y mientras pueda evitar ir a casa, podre evitar también a las visitas inesperadas-pensé en Asariel, en realidad yo le quería con locura pero, era demasiado protector y se hacia pesado-¿a caso te molesto Gillthanas?-pregunte mirándole a los ojos-si quieres que me valle y te deje solo dímelo, no quiero molestar.

La noche se había hecho mas fría, comencé a tiritar un poco y me frote los brazos con las manos

Gill la miró y se incorporó con suavidad, sentándose a su lado, mirándola.

-¿Es que acaso anhelabas mi resencia porque te agrada estar junto a mi? ¿Tanto te gusta que te parece aún más agradable que te diga que en absoluto me molestas, y que prefiero que me acompañe una dulce señorita antes de pasearme yo sólo entre la niebla?-preguntó poniendo cara de no entender en absoluto las tramas de la chica, aunque en realidad jugaba y de forma demasiado llamativa.

Me senté sobre el césped siguiendo su ejemplo y quedando frente a el mirándole a los ojos

-No voy a negar que me gusta tu compañía, seria absurdo-me encogí de hombros-me caes bien ya te lo dije una vez, claro que prefiero que me digas que no te molesto y que quieres pasear conmigo, es normal-rasque mi cabeza pensativa-me siento segura cuando estoy contigo-me ruborice un poco-y eso me gusta.

No emprendía bien que me había llevado a decir aquello, pero tampoco tenia mayor importancia

Gill enderezó la espalda mirándola y frunció el ceño negando con la cabeza.

-Pues mal hecho. En absoluto te brindaré seguridad. Aunque... ciertamente resulta muy interesante que alguien que corre un serio peligro no del todo agradable pueda estar tan confiada sin saberlo... Y no me digas que no soy capaz de arrojarte ahora por el barranco, porque sí soy capaz de hacerlo y esa idea absurda de que algo me retiene a no empujarte no es más que cuentos de amores imposibles...-comentó ejerciendo con su particular monólogo de cada noche, ya hubiera alguien escuchándole o no.

-Se aprovechar caerle tan bien a alguien, ¿sabes? Hasta podría conseguir esta misma noche un beso tuyo...-comentó alzando una ceja y sonriendo con suavidad, con aires de importancia que de verdad se creía ciegamente-. Aunque no lo haré.

Reí divertida y me rasque la cabeza en un gesto inconsciente

-Soy muy consciente de que podrías arrojarme al barranco, de que podrías matarme-me quede pensativa-no pongo en duda que lo puedes hacer y que si te apetece hacerlo lo hagas o al menos lo intentes.....tu mismo

Me quede callada unos instantes pensando en lo segundo que había dicho ruborizando-me en algunos momentos

-Si quieres un beso no tendrías que intentar engañarme-me rasque la frente-solo tendrías que pedirlo-sonreí-seguramente te lo diera-le mire a los ojos un tanto avergonzada

Gill la miró unos instantes en silencio, pasándose el dorso de los dedos por la boca pensativo y contemplando sus reacciones y palabras.

-Puede, pero no lo haré...-repitió con suavidad sin apartar la vista de ella-. ¿Te estás sonrojando o es cosa mía? Eso no es muy bueno siento tu un ángel que debe mantenerse casto y puro al márgen de cualquier tipo de sentimiento y sensación, ¿no?-preguntó con suavidad- O quizás estoy yo muy equivocado...

Asentí con cara de indignación, el tenia razón y en momentos así maldecia todas las normas estúpidas que ataban mi libertad de actuación

-No estoy condenada a una vida de pureza y castidad-bufe molesta-si no auna vida de obediencia ciega a unas normas estúpidas, puedo sentir, pero no puedo actuar acorde a mis sentimientos-sonreí de manera torcida-es irónico, Dios proclama amor, pero los ángeles no tienen ese derecho pues solo deben amarle a el...

-Cuando sea mayor y tenga un permiso especial podre tener un hijo o dos con aquel que sea elegido para ese menester, incluso podría casarme, pero tendría prohibido amar.

Le mire a los ojos y me perdí en ellos unos momentos que se me hicieron eternos

-Y si, me he sonrojado-le saque la lengua de manera infantil-¿Algún problema?-le guiñe un ojo

Gill salió de sus pensamientos, dándo un leve respingo y parpadeando un par de veces.

-Ninguno-aseguró con naturalidad-. ¿Por qué debía serlo? ¿Acaso seré yo ese afortunado elegido para tener familia?-preguntó con eterna y falsa inocencia mientras la miraba como si tal cosa a la espera de una respuesta cualquiera.

Tomó aire con suavidad y pensó en aquello un momento. ¿Qué sentido tenía escoger a una pareja con la que tener desdendencia si no podía amarla? Y se lo preguntaba él, una criatura sin sentimientos ni escrúpulos que no comprendía los enamoramientos, pero que, tratándose de los que sí podían sentir, deberían ser lógicos...

Aquellas preguntas me hicieron gracia, si yo tuviera un hijo con Gill este seria un ángel caído, me podía caer una buena no, m e condenarían al destierro si no me lapidan a mi y a la criatura...

-El elegido no sera escogido por mi, si no para mi-dije con una mueca triste-lo buscaran entre varios, para que tenga unas características especiales y unos poderes determinados-suspire-así los que nazcan tendrán unos poderes y características escogidos para desempeñar determinado trabajo o posición...allí todo es muy organizado, demasiado...

Pensé de nuevo el la idea de tener hijos con Gill y me ruborice, aun que también me picaba la curiosidad de como serian, aun desterré estas ideas de mi cabeza sacudiendo-la energicamente