Mirando el mar-Priv-

Cuando la puerta se abrió ante él el agradable aroma de la madera y el aceite de flores que había en las lámparas aún apagadas le hizo sonreír levemente. Por alguna razón aquellas cosas le encantaban, quizás porque no las tenía en el infierno, y eran detalles tan extremadamente exquisitos, tan ínfimos, que pensar que los humano no se fijaban en ellos por esa razón le hacían amarlos él mismo si nadie más los quería.

Gillthanas dio un par de pasos al interior, encendiendo a su paso una de las lámparas de aceite para hacerse a un lado y acercarse a la ventana. No era una habitación extremadamente lujosa pero sí muy acojedora.

Gill encendió una lampara que ilumino la habitación, era acogedora y olia bien aun que no identifique demasiado el olor, pues la lluvia y su aroma me embriagaban de manera exquisita.

Por la ventana podía ver como caía toda aquella agua y como los rayos y los truenos iluminaban la noche, sonreí como una niña pequeña

Me senté sobre la cama , era mullida y parecía cómoda, aun que con lo cansada que estaba me habría dormido bajo la lluvia sobre una piedra de punta, mire al demonio de vez en cuando los rayos iluminaban su rostro dándole un aspecto fantasmagorico.

Finalmente me acerque a la ventana y me apoyé en el sin darme cuenta, solo dejando levemente mi peso sobre su costado mientras miraba soñadora el exterior

-Es muy bonito ver llover de esta manera-dije sin mirarle-el mundo se lava de todo lo malo y cuando sale el sol y se refleja en los charcos parece que miro un mundo nuevo

Gillthanas miró a través del cristal, sin prestarle verdadera atención a la lluvia. Trató de inmaginárselo así, como decía la chica, aunque era complicado inmaginarse los males barridos por algo tan suave y natural.

Dio un par de pasos hacia atrás, sentándose en aquella cama mientras miraba a la chica como si nada igual hubiera visto en su vida, con el interés y la curiosidad de todo niño descubriendo el nuevo mundo que se le ofrecía. Afiló su vista sobre ella como si realmente el demono fuera una criatura inocente.

-¿Me dejas tocarlo?-le preguntó entonces desde allí, mirándola aún.

Me gire algo aturdía por el cansancio y le mire extrañada, no comprendía aquel se refería, pensé y pensé dándole mil vueltas a sus palabras y finalmente acabe preguntando

-¿tocar que?, no se sera por el cansancio que no me funciona bien la cabeza-dije acer4candome a el y sentándome a su lado-no se a que te refieres Gillthanas

Le mire de soslayo percatándome de que tenia una mirada extraña, pero no maligna y espere a ver que me contestaba

Gillthanas cayó entonces en la cuenta de que no le había dicho aquello, y era un detalle importante.

-El pecho...-le dijo como si nada mirándola. Parpadeó un momento y encogió un hombro. ¿Resultaba tan descabellado?-. Yo no tengo...-comentó apoyando ambas manos en su propio pecho plano. Sabía de sobras que no era una situación cualquiera aquella, mucho menos para la chica, pero realmente estaba siendo sincero, y tan sólo era curiosidad por acariciar un cuerpo tan diferente al que había siempre contemplado durante tantos miles de años.

Le mire incrédula, no podía haber escuchado aquello, seguro que me lo había imaginado....no seguro que había sido una imanación.....

-Gill....-dije mientras cada vez me ponía mas roja-no-una sola palabra corta y concisa-no puedo permitirlo, lo siento, se que es solo curiosidad pero......-si pudiera salirme humo de la cabeza por la vergüenza ahora mismo parecería un tren de vapor-no estaría bien.

Me incorpore y abrí la ventana saltando por ella y encaramándome al tejado, necesitaba enfriar mis ideas, y la lluvia era lo único que podía relajarme ahora.

Me senté allí y deje que el agua me empapara mientras observaba el mundo preguntándome que era lo que acababa de pasar y sobre todo, por que me lo había tomado así, solo tenia que haber dicho no pero.....me había dolido que me lo pidiera, no comprendía que me estaba pasando.

Gill se quedó solo en el cuarto un instante, con las manos aún puestas sobre su propio pecho. Jamás comprendería donde estaba el mal si no era premeditado.

-Bueno...-comentó para sí mismo. Se levantó y comenzó a quitarse la ropa, dejándola sobre una silla y haciendo lo mismo con la preciada capa de vampiro en el respaldo. Se acercó a la venta y la arrimó sin cerrarla para evitar que entrase el agua y después se fue de nuevo a la cama, abriéndola y metiéndose bajo las sábanas.

Pasado un rato largo comprendi que era absurda mi reacción y ahora encima estaba calada hasta los huesos, mire hacia abajo y vi la luz apagada Gill ya estaría acostado y yo empezaba a estar demasiado cansada para tonterías.

Baje y comprobe que había dejado la ventana abierta y lo agradecí en silencio, entre todo lo cuidadosamente que pude para no despertarle, su figura bajo las sabanas parecía tener la respiracion tranquila y profunda del sueño.

Me desvisto con cuidado, dejando mi ropa colgada en una silla para que no mojara la suya y busque en los cajones de la cómoda de la habitación hasta que para suerte mía encontré una toalla y una camisa. Me seque y me coloque aquella prenda demasiado grande para mi que me quedaba mas como un comisión.

Con cuidado me introduje bajo las sabanas intentado que no se despertara, me tumbe junto a el y me quede muy quieta, mirándole con una sonrisa, parecía tan inocente mientras dormía...., cerré los ojos y comencé a entrar en el sueño

-Buenas noches Gill

Gillthanas permanecía con aquella postura que, se acostase como se acostase, terminaba adoptando de todas maneras. Estaba tumbado de lado, recto, con los brazos cruzados sobre el pecho desnudo y las sábanas descuidadamente por encima de su cuerpo, como si realmente no las necesitase pero que de todos modos debía tener.

Tomó aire, despacio, pero de forma profunda, y con los ojos cerrados lo dejó escapar con suavidad.

-Yo no duermo-le dijo con tranquilidad mientras se mantenía oculto por las sombras que guardaban ahora el cuarto a oscuras y él permanecía con los ojos cerrados. Nunca dormía, jamás había dormido. La filosofía de no ser necesario dormir para descansar él lo habá llevado hasta límites insospechados e inhumanos.

Su voz me despertó sobresaltando-me un poco, pero no tarde en relajarme de nuevo y supire.

-No duermes-repetí asimilando aquellas palabras-yo duermo y no descanso, dije sin abrir los ojos, tengo pesadillas, así que no se que es mejor, si no dormir o dormir despertarse sobresaltada una y otra vez.

Me acurruque como un gatito junto a el, notando el aroma de su piel y la cercanía de esta por su calor.

-¿Tu no sueñas verdad?, no contestes, es una pregunta estúpida, si no duermes no sueñas es evidente-me reí de mi misma por lo tonta que había sido al formular aquello.

Quede en silencio, esperando por si decía algo e intentando quedarme dormida a la vez...era una sensacion extraña de duermevela

Iba a decirle tal cual estaba, de brazos cruzados, quieto en el sitio como una escultura pétrea e inmovil, muerta, que estaba constamente soñando. No tenía en la cabeza aquellas imágenes sueltas evocadas por una mala cena o porque el subconsciente había atrapado mensajes subliminales, pero sí soñaba, en vida. Sin embargo no le dijo nada. Esbozó una imperceptible sonrisa mediada y se quedó donde estaba.

-Buenas noches-le dijo a su vez dejándose hundir sobre la almohada y quedándos en silencio.

Suspire de nuevo, estaba demasiado cansada para nada, poco a poco quede inconsciente y soñé como cada noche con la misma pesadilla

-Un bebe llorando
-La voz de un niño hablado en un idioma extraño
-Una mujer gritando
-Un hombre riendo

Desperté entre gritos y sollozos, confundida sin saber donde estaba en un principio, me quede sentada en la cama intentando tranquilizarme y enjugando mis lágrimas con la manga de la camisa.

Mire al demonio tan impasible como siempre y recordé que esta noche no estaba sola, que al menos podía pedir consuelo

Me tumbe junto a el y pensé mucho si hacerlo o no, pero estaba aterrorizada y lo necesitaba

-Gill-susurre sabiendo que me escuchaba-se que no te gusta que te toquen pero....¿tan desagradable seria que me dejaras dormir entre tus brazos lo que queda de noche?

Gillthanas a penas se inmutó lo sificiente para abrir los ojos y tomar aire, saliendo de aquella ensoñación en la que su mente se separaba levemente de la realidad para dejarle relajado, para que no se preocupara por el presente.

-No me gusta que lo hagan sin avisar-le dijo desenroscando un brazo de su pecho para alargarlo hasta la chica. La rodeó con él completamente y la arrastró hasta su pecho donde pareció enterrarla, haciéndole una cuna, cálida y protectora sin pretenderlo-. Tú me estás preguntando...-el demonio suspiró entrecerrando los ojos de nuevo y se quedó así, sin decir nada más, con el brazo rodeándole el cuerpo no por protección si no por simplemente tenerlo allí.

Me sorprendió que aceptara, pero me hizo feliz y cuando alargo su brazo y me rodeo con el sentí algo cálido en lo mas profundo de mi pecho

Me acurruque apoyando la cabeza en el cálido pecho del demonio, deseando que la compañía mas cercana mitigara mis pesadillas, solo quería dormir una noche o lo que quedara de ella de un tirón, sin soñar y sin despertarme gritando

Apoyé una de mis manos junto a mi rostro y la palma de la otra sobre su pecho, notando los latidos de su corazón que se convirtieron pronto en una nana relajante que me hizo quedar dormida

-Gra.....gracias Gill-fue lo ultimo que pude decir antes de caer en un profundo sueño, vació de imagenes e pesadilla, vació de sonidos, solo oscuro y reparador.

La noche transcurrió en silencio, rápida, llegando el amanecer de inmediato. Sin embargo Gillthanas no se movió del sitio cuando notó la luz entrando por la ventana. Le era desagradable moverse bajo el sol de modo que esperó allí, horas, en silencio, meciendo a la chica en una oscuridad sin embargo reparadora y anestesiante para que le durase el sueño mucho más y no se despertase.

Pero aún quedaban algunas horas de luz. El sol de la tarde estaba mucho más bajo y era soportable para él, y aunque prefería moverse de noche los brazos le dolían, se le había dormido medio cuerpo por estar en aquella misma postura y tanto tiempo había quedado así que aquel hormigueo había comenzado incluso a ser una molestia dolorosa.

-Señor....-murmuró cerrando los ojos y resoplando, cerrando de nuevo los ojos. Ni si quiera sabía si podría moverse a propósito.

Largas fueron las horas que dormí entre os brazos cálidos de aquel demonio, si no me hubiera envuelto en oscuridad habría despertado poco después del amanecer, pero al encontrarme entre sombras no me percataba de paso del tiempo y dormí todo lo que necesitaba y mas.

Al fin desperté, poco a poco fui abriendo los ojos, encontrándome con el pecho de Gill ante mi,lo bese con cariño, después levanté la cabeza y le mire con una sonrisa agradecida, sabiendo que se había quedado así todo el tiempo para que yo pudiera dormir.

-Hola Gill-dije frotándome los ojos tras el sueño reparador-¿Que hora es?

El demonio tan sólo pudo separarse de ella ladeando el cuerpo y quedando tumbado boca arriba, unos segundos, mientras la sangre volvía a correrle por las extremidades reviviéndolas.

-No lo se-respondió llevándose una mano al pecho y frotando la dura piel de gerrero con la palma de la mano mientras llevaba los pies al suelo-. Faltarán algunas horas para el anochecer, supongo...-dijo resoplando y levantándose. Siempre le había costado acostumbrarse a aquel cuerpo y cuando se entumecía parecía perderlo de control totalmente. Se estiró, forzando y marcando los poderosos músculos de su espalda y brazos para después caminar hasta la ventana y abrirla un poco, dejando que el aire fresco entrase en el cuarto.

Quede pensando en lo que me acababa de decir, unas horas para el anochecer.

-Espero que Darius no este preocupado por mi ausencia-dije mientras me incorporaba-naa sabe apañarse-las el solo-dije para mi.

El aire fresco acaricio mi rostro haciendome estremecer un poco de placer, había dormido bien y me levante de buen humor, no es algo que pudiera decir muy a menudo.

Salte de la cama sin recordar las pocas prendas que me tapaban, bueno solo una aquella camisa mal abrochada e inmensa...y me acerque a Gill para mirar también por la ventana

-Ya esta atardeciendo-susurre mirando al horizonte-me apasiona ver como las nubes se tornan de color rojizo....

Gill no se movió de la ventana, tan solo esperó a que llegase a su altura para poder mirarla de reojo.

-¿Conoces a Darius?-le preguntó como si fuera tan sólo una casualidad mientras devolvía la vista de nuevo al exterior y después se retiraba para comenzar a vestirse. No se lo pondría todo encima. Los pedazos de armadura queiban quedando para su atuendo resultaban a ciertas horas y en ciertos momentos demasiado pesados para él, de modo que el pantalón y la vaporosa camisa azul marno fueron más que suficientes.

-¿Quieres bajar a comer algo?-le preguntó desde la silla mientras doblaba el resto de sus cosas.

Asentí a su pregunta, claro que conocía a Darius y por lo visto el también, definitivamente aquel día que apareció Asariel oliamos al mismo demonio-reí interiormente.

Camine hasta mi ropa y note que estaba todavía un poco húmeda, pero no demasiado, ya se secaría con el calor de mi cuerpo en un rato, comencé a desabrochar la camisa para vestirme, pero un repentino ataque de pudor me hizo mirar de reojo a Gill

-No me espíes mientras me cambio-dije con tono serio- y si tengo hambre, me apetece algo calentito-sonreí

Retire la camisa de sobre mi cuerpo y quede desnuda de espaldas al demonio, cogí mi vestido y me dispuse a ponérmelo, pero no acertaba a sacar las alas por los agujeros de la parte trasera, así que quede en una postura cómica con el vestido a medio poner

-Gill ayudame-dije con tono lastimero-me estoy haciendo daño

Gillthanas la miró un momento de reojo con el cinturón de placas doradas en la mano. Si no se lo hubiera dicho no habría sabido que estaba desnuda. Chasqueó la lengua con suavidad dejando el cinturón sobre las demás cosas y se dirigió hacia ella.

Sin decir nada, agarró el vestido y tiró de él hacia arriba de nuevo, quitándoselo con suavidad y sin problemas.

-Los niños o dais más que problemas...-le dijo sin fijarse en que volvía a estar desnuda ante él. No le dio la menor importancia. La volteó tomándola en el aire un momento para hacer que le diera la espalda y volvió a colocarle el vestido, con suavidad y con tino, haciendo que todo encajase donde debiera, sacando las alas por allí.

No me imaginaba que me quitaría el vestido, solo pensaba que me ayudaría cogiéndome las las por los agujeros y tirando de ellas como hacia mi hermana Alehiel cuando me pasaba esto.

Me sentí avergonzada cunado me encontré de nuevo desnuda ante el, pero era como si el no me viera y aquello me relajo, finalmente con su ayuda pude ponerme aquella prenda humana arreglada para mi uso.

-Gracias por la ayuda demonio-dije lo ultimo con cariño, como si le hubiera llamado cualquier cumplido-si alguna vez necesitas ayuda solo dímelo.

Me coloque la capa tapando mis alas y ya estaba totalmente vestida, bueno tenia el pelo un poco despeinado, pero sin un cepillo poco podía hacer.

-Yo se vestirme solo, gracias-le dijo con un tono algo sarcástico pero sin dejar de ser amable. Vigiló sus cosas un instante para suponer que allí estarían seguras durante un rato. Tampoco quería llevárselo todo encima allí a donde fuera.

-¿Tu no tenías que irte pronto?-le preguntó mientras se dirigía a la puerta y giraba la llave, con la que la había cerrado la noche anterior para evitar contratiempos. La miró un instante y después la abrió, dejando que parte del ruido de abajo les llegase.

Su pregunta me recordó que me quedaba poco tiempo en la ínsula y después de lo que había hecho (hacerme "amiga" de un demonio) tal vez no me dejaran regresar o me esperara un castigo muy duro, o en el peor de los casos me matearían, aun que Asariel no lo permitiría.

-Mañana a las 06:00 tengo que estar de regreso en el cielo-dije agachando la cabeza apenada-para dar el informe de mi estudio y conociendo a los altos mandos, para recibir sumisa mi castigo por confraternizar con el enemigo-le mire a los ojos-puede que no salga bien parada esta vez.

Cogí mi colgante de piedra azul de la silla y me lo puse, dejándolo brillar como el agua con los pocos rayos de luz que quedaban.

-A sido bonito-dije con una media sonrisa-me ha gustado mucho conocerte-mis palabras parecían una despedida, tal vez pudieran llegar a serlo muy pronto-ojala pudiera olvidar que tengo que regresar a casa y que en el mejor de los casos, si no me castigan volvere a estar sola-suspire-bueno no quiero contarte mis problemas, no te importaran y tampoco es que puedas hacer mucho.

Camine hasta el pasillo con la cabeza gacha

-Vamos a comer-dije dirigiéndole una sonrisa un tanto forzada

Gill se fue con ella por el pasillo de madera, cada vez con el olor a la cena haciéndose más cercano.

-¿Sabes? La mentira está sobrevalorada. No tienes por qué decirles que has estado lidiando con un demonio, y piensas irte algún día a vivir con él a su cueva...-comentó con un tono burlón pero sin variar su expresión, llevándose una mano a la sien-. No van a saber nada que tu no les digas. No es tan difícil...-comentó totalmente despreocupado, dirigiéndole una sencilla mirada de complicidad mientras se la llevaba escaleras abajo, directamente a la sala principal donde ya había algún que otro llegado a cenar y a descansar.