Mirando el mar-Priv-

-¿Te duele algo, Azrael?-le preguntó adelantado unos cuantos pasos, caminando con cuidado pero con seguridad mientras de vez en cuando pasaba los dedos por los troncos de los árboles, como si notase algo en ellos al hacerlo.

No tardó en captar un olor atrayente. Su instinto más básico y animal se despertó de inmediato revolviéndole por dentro pero no exteriorizó ninguna de aquellas sensaciones de hambre que le hacían salivar como un perro rabioso y hambriento. Se giró hacia la chica para mirarla un momento y acercar el dorso de sus dedos a su frente para tocarla.

No conteste, no es que no quisiera pero me encontraba tan concentrada en no caerme que ni siquiera le haba escuchado, solo caminaba en silencio, con las mejillas encendidas e intentando regular mi espiración, pues comenzaba a jadear un poco

De repente note su mano sobre mi frente, era una sensacion refrescante, así que o el estaba helado o yo estaba ardiendo.

Gill-pronuncie antes de dejarme caer en sus brazos-no te preocupes ve a cazar- dije de manera costosa-estaré bien, esperare aquí-me costaba mantener la conciencia, pero haría un esfuerzo.

Estaba muy cansada, pero sabia que nada malo podía pasarme, por que el estaría cerca de mi si lo necesitaba

Gillthanas seguía con el dorso de los dedos suavemente apoyados en su frente. Notaba la piel hirviendo, y aquello no podía significar otra cosa que un resfriado. Sin quererlo dejó resvalar aquellos mismos dedos por su sien, alcanzándole la mejilla con suavidad, regresando a la realidad después, y retirar la mano sutilmente.

-Te vas dentro de unas horas. Si tengo que esperar una semana para comer me largaría, pero no tiene importancia-le dijo encogiéndose de hombros, mirándola-. Puedes irte ahora también, ¿no? Allí tendrás cuidados...

¿Que había sido aquello?, note su mano descender por mi sien hasta mi mejilla en un gesto suave que me estremeció un poco.

No quería irme, quería quedarme con el, pero sabia que no podía hacerlo, esto era muy difícil para mi, no estaba en condiciones de discernir bien entre lo correcto o no.

Me reincorpore como pude y le mire con aquella expresión de cansancio y malestar propia de mi estado.

-Allí me darían cuidados, seguramente me podría mejor en poco tiempo-deje caer mi cabeza-pero no deseo ir, quiero quedarme aquí y se que no puedo que no debo.....

Comencé a caminar para regresar a casa, pero no tenia fuerzas, a los pocos pasos caí de nuevo y me golpee la cabeza contra una piedra quedando inconsciente y con una herida que sangraba.

Gillthanas la observó mientras se alejaba pero no llegó muy lejos cuando se desplomó al suelo. El cuerpo del demonio desapareció en el aire, creando un suave jirón de oscuridad que ondeó a ras del suelo, como una espesa niebla negra que iba tanteando el terreno. Llegó hasta el cuerpo de la chica envolviéndolo para alzarlo en el aire.

Se lo llevó por el tronco de un árbol, subiendo hasta la copa y hundiéndose en el interior de esta. Allí, rodeados de ramas con hojas que los amparaban, había una cuna, como un cuenco hecho con las propias ramas donde dejó el viento oscuro el cuerpo de la chica y después volvió a materializarse ante ella.

Gillthanas la miró un instante y después se apartó la capa comenzando a rebuscar en aquellos escondrijos que tenía en el interior de la ropa y por dentro del cinturón, y donde guardaba cosas que quizás le sirvieran en otros momentos como aquel.

No podía abrir los ojos, aun que lo intentara una y mil veces, solo llegaba a escuchar el sonido de mi alrededor y como la brisa mas fresca que antes me acariciaba el rostro.

Después de mi caída mis sentidos me dieron a entender que me movia sujeta por algo y ahora estaba en un lugar blandito y acogedor

Poco a poco y con gran esfuerzo logre entre abrir los ojos, lo primero que note fue un dolor sordo en la cabeza y como si algo fresco la recubriera en la parte que mas me dolía.

-¿Gill?-dije intentando enfocarle con mis doloridos ojos-¿que ha pasado? me duele mucho la cabeza...-hasta entonces no me había percatado de donde me encontraba, aquello era un árbol pero como había llegado hasta allí-¿que hacemos aquí arriba?-intente incorporarme pero el dolor se intensifico provocándome un grito y algunas lágrimas-me duele mucho...

Gillthanas no dijo nada. Tomó profundamente y lo soltó en un suspiro de resignación mientras se acercaba a ella volviéndose a sentar y le daba un bote que había agitado y después detapado.

-Bébete esto. Es para el resfriado-le dijo dejándoselo y después llevando un par de dedos a la brecha que se había abierto en la frente. Le pasó la yema de los dedos por al rededor recogiendo las gotas de sangre que resvalaban por la fina piel e inconscientemente se llevó el dedo a la boca, notando aquel sabor dulce de la sangre que tanto le gustaba.

-No es nada, sólo un rasguño, aunque te has golpeado con fuerza. Quizás si deberías irte a que te ayudaran... estás peor ahora que hace dos minutos.... Mejor no arriesgarse a qeu acabes con un brazo cercenado o algo así...

Cogí aquel bote y lo mire desconfiada unos minutos mientras sus palabras llegaban a mis oídos, después lo bebí, era amargo y no me gusto nada, pero en el fondo todas las medicinas eran así.

-Esta asqueroso-dije con una mueca de desagrado-pero si me pongo mejor podre estar contigo algo mas de tiempo.

Su mano acaricio mi herida produciéndome una sensacion extraña que se encontraba justo en el filo del dolor y el placer... le mire intrigada cuando se metió el dedo en la boca ya que puso una mueca extraña de satisfacción

-¿Esta buena?-pregunte mirándole a los ojos y haciendo lo mismo que el para llevarme el dedo a la boca con unas pequeñas gotas de sangre que saboree-no sabe mal-dije distraidamente.

-no creo que acabe con un brazo cercenado, solo perdí el equilibrio y caí mal-dije convencida, no quería decirle directamente que prefería estar con el aun que algo parecido ya había salido de mis labios momentos antes-si tengo cuidado podre alargar esta noche un poco mas-sonreí

Gillthanas surpiró de nuevo y se echó a un lado mirando al techo de aquella especie de esfera de ramas y hojas en la que estaban metidos, habiendo una pequeña ventana arriba que les permitía ver el cielo.

-Hay más noches, Azrael-le dijo metiendo una mano bajo la cabeza y dejando la otra sobre el estómago, que subía y bajaba suavemente con su respiración-. Si de verdad lo que quieres es pasar más rato conmigo no tienes que exprimir cada momento al máximo. Puede que no te guste lo mismo ¿sabes?-Gill hablaba con total tranquilidad. Él no podía ver la diferencia entre la compañía de una criatura angelicar con olor a flores y la de una presa recién cazada a la que estaba devorando. Era un aspecto más de su existencia, ¿qué tenia de especial?

-¿No has oído nunca eso de lo bueno, si corto, dos veces bueno?-le preguntó con la vista perdida en aquel improvisado ventanuco mientras esbozaba una media sonrisa.

Escuche sus palabras mirándole con una pequeña sonrisa y suspire, suspire por el dolor que sentía en la cabeza, por el dolor de saber que por mucho que me gustara no podría ser como yo quería y por el dolor de saber la que me esperaba al llegar al cielo.

-Tienes razón-dije en un susurro-pero ahora no estoy en condiciones de marcharme-toque mi frente con la punta de mis dedos y después hice el mismo recorrido que el había hecho sobre mi sien y mi mejilla, finalmente acaricie mi cuello-no creo ser muy capaz de llegar a casa.

Cerré los ojos y intente vaciar mi mente, quería que todas las ideas estúpidas que la rondaban se fueran, cuando los abrí solo le vi a el y no pude reprimir una sonrisa feliz.

-¿Me llevarás a casa esta noche? ¿o me dejaras quedarme y que mañana marche por mi propio pie?-esta pregunta era una eleccion para el, con la que realmente lo que deseaba que me contestara era si el quería algo mas que solo mi compañía temporal, aun que siendo tan inexpresivo no tenia muchas esperanzas

-¿Que te lleve a dónde?-le preguntó alzando una ceja y volviendo el rostro hacia ella-. ¿Al cielo? Yo no puedo entrar ahí... ni quiero-comentó ercreándose aquella posibilidad.

-No aguantaría tanta nube mística a mi alrededor, columnas de céfiro blanco y agua bendita... No mejor vete tu cuando puedas moverte-le dijo desechando aquella idea. No tenía el menor interés en ella.

El demonio chasqueó la lengua con el ceño fruncido y la vista allá perdida en las estrellas y se rascó la sien con una mano.

-Hasta puedo aprovechar mientras te hace efecto la medicina para cazar un poco...

Que le iba a hacer, no había nada mas que añadir a aquel argumento.

-No era al cielo, era a mi casa de la ínsula...-dije en un suspiro de dolor-pero casi prefiero que ni me muevas, no valla a en peorar este dolor de cabeza...

Mi mano busco su brazo en un gesto inconsciente y lo acaricie mientas miraba el techo de aquella bóveda de ramas

-Ve a cazar, estaré bien-sonreí retirando la mano-seguro que para cuando regreses estaré recuperada Gillthanas.

Gire la cabeza y mire por la ventana, observando las estrellas de aquella preciosa noche.

-Se ve muy bonito el cielo desde aquí-sonreí soñadora-desde mi mundo no se ven las estrellas así, aquí son preciosas

Gillthanas vaciló pero al final optó por levantarse.

-De acuerdo. No tardaré demasiado...-le dijo poniéndose en pie el el fondo de aquel tazón. No podría decirle que le esperara allí, que volvería en seguida, porque realmente no le importaba demasiado si decidía irse o quedarse, y al margen de sonar falso no dijo nada más.

Saltó a aquella ventana en el techo de la copa del árbol dejando que su cuerpo por el camino se convirtiera de nuevo en humo que se esparció en el viento y desapareció.

Escuche como se marchaba y suspire, poco a poco me empezaba a encontrar mejor y el tiempo por extraño que me pareciera pasaba rápido en aquel lugar, pasado un rato me incorpore de mi posición quedandome sentada sin apartar mis ojos de la ventana, como si algo allí fuera me llamara, me acerque poco a poco y acabe asomándome. Solo se veían las copas de los arboles y algunas sombras moviendose de lo que supuse eran animalillos.

Las nubes pasaban sobre mi a un ritmo lento, pero no me exaspere, me encontraba mejor y eso me hacia sentirme bien, pronto regresaría a casa y tendría que hacer como si esto nunca hubiera ocurrido, como si mi semana en este mundo fuera un dulce sueño, olvidaría a los humanos y a los infernales centrándome en mi larga tarea.

-Que aburrido que va a ser regresar-dije apoyandome en la ventana con gesto cansino-pero es una bonita experiencia el enamorarse-sonreí-aunque no se si sera tan bonito olvidar a la fuerza.

Pasadas 2 horas podía caminar perfectamente y no me dolía la cabeza ni extender las alas, había pensado mucho en que haría cuando llegara Gill y decidí darle un beso y despedirme, ya era hora de dejar de importunar a aquel infernal con mis tonterías de niña

En poco tiempo el aire pareció enrarecerse de nuevo. Todos los seres vivos, incluyendo animales y plantas, de aquella zona precían aviolentarse y perder momentáneamente la noción del lugar en el que estaban, no pudiendo sentirse seguros con aquella presencia que se les acercaba invisible y amenazaba con quemarles a todos ahsta reucirlos a cenizas.

Aquella era la carta de presentación del demonio. Y a menos que no quisiese llamar la atención de aquel modo, con lo cual endulzaría el aire y confundiría los sentidos, el aire a su alrededor se espesaba y se oscurecía, se levantaba algo de viento incluso anunciando la llegada de una amenaza.

Gillthanas se aproximaba a aquella zona con el paso tranquili, mucho más sosegado ahora que había comido. Pero no subió al árbol.

-¿Estás ahí, niña?-le preguntó desde abajo alzando la vista, a unos cuantos metros aún del árbol.

Estaba recostada sobre la ventana, mirando al exterior tranquila y dejando que el aire me refrescara, pero este cambio, como presagiando algo malo, algo que yo conocía, Gill estaba cerca y desde aquel huevo formada por ramas, podía notar perfectamente su presencia

No tarde demasiado en escuchar su voz y como me llamaba niña por enésima vez, sin saber que en el fondo me molestaba mucho..

-Si, sigo aquí-dije buscando la sombra mas grande a los pies del árbol, identificando así su posición-¿Bajo yo o subes tu, "cariño"?-dije en tono burlón, pues era una situación parecida a la del marido llegando a casa y me pareció divertido el comentario.

Gillthanas dio un respingo y alzó una ceja para vlverse lentamente aún mirándola de reojo.

-Baja, cielo...-comentó arqueando las cejas para alejarse un par de metros y apoyarse en el tronco de un árbol.

Después de comer notaba como todo su cuerpo se iba caldeando por la larga digestión que le duraría un par de seamanas. Sus músculos estaban ya relajados y notaba como el cuerpo entero le podría responder mucho mejor a cualquier estímulo fuera del origen del que fuera.

Dicho y hecho, me encarame a la ventana y salte por ella, extendiendo mis alas y planeando hasta el suelo, llegando a el suavemente y sin percances.

-Ya estoy aquí-dije con una sonrisa-y me encuentro mucho mejor, gracias por....lo que fuera que había en esa botella.

-Espero que haya ido bien la caza, aun que no quiero que me cuentes como de bien-dije suspirando-la idea de que hayas matado humanos no me seduce demasiado, aun que ya lo vi una vez....

Me coloque a su altura y le mire pensativa, terminando de decidirme en que debería hacer ahora, me marcharia pero de el dependía que fuera ahora mismo o en un rato.

Gillthanas alzó la vista hacia ella mientras se entretenía con un pequeoñ pedazo de metal en las manos que no era otra cosa que una punta de flecha rota.

-No mato a cualquier humano. Sólo a los malos-le dijo con suavidad-. Aprovecho los que han sido condenados por sus pecados y como de ellos. Jamás tocaría a criaturas inocentes-comentó volviendo a levantar lentamente la mirada hacia ella, clavavando sus azulinos ojos, con más color por la escasez de luz, en los del ángel.

Sentí como si aquellos ojos me traspasaran y pudieran ver dentro de mi, aquello provocó que me ruborizara de manera casi instantánea y bajara la vista al suelo avergonzada.

-Bueno es saberlo-dije suavemente-al menos así se que no me mataras por ahora-le guiñe un ojo-todavía no me han condenado por ningun pecado-pero poco me falta pensé.

mire su mano y me quede extrañada, ¿por que había traído algo así hasta aquí?

-¿por que traes esa punta de flecha? ¿vas a hacer algo con ella?-pregunte intrigada por aquel pedazo de metal, pensando que usos podían darsele

Gillthanas abrió la mano mirando la punta de flecha en la palma y después la tiró lejos de él.

-Nada en especial. Me la encontré por ahí y tengo la mala costumbre de coger lo que se me cruza por medio...-comentó separándose del tronco del árbol, estirándose un poco. Después miró a la chica y le tomó de la barbilla con suavidad, haciendo que apartase la cara un poco.

-Ya está casi curado, a penas sangra-anunció mirándole aquel corte que no se había quedado en más que en una insignificante marca.

Seguí con la mirada la trayectoria de aquel pedazo de metal por el aire, perdiéndolo entre la maleza, cuando quise darme cuenta Gill ya me había cogido suavemente de la barbilla y examinaba mi frente, diciendo-me que la herida ya estaba casi curada.

-¿si?.....ya..no me duele-dije entrecortada-mente mientras mi rubor aumentaba al tenerle tan cerca-es una suerte ..que me cure rápido, aun que..... si no me hubieras dado ese mejunje ahora estaría hecha polvo-sonreí avergonzada.

Intentaba no mirarle a los ojos, pero ene es postura me era difícil, cada vez que su mirada y la mía se cruzaban notaba como que me traspasaran aquellos ojos.

Gillthanas la miró un momento, volviendo la vista a su herida o lo que quedaba de ella y después la soltó con suavidad.

-Yo ya no tengo nada más que hacer por hoy. Quizás me vaya a seguar vidas en algún campo de batalla, pero esperaré a estar solo-le dijo con suavidad dando un paso atrás y semi sentándose en el tronco de aquel árbol.

Alzó la vista de nuevo hacia la chica y se cruzó de brazos sin hacer nada. De haber tenido aquella característica humana del ridículo o la verguenza había creído que aquel silencio era una de las situaciones incómodas de las que hablaban aquellas criaturas.

Me sentí aliviada y a la vez decepcionada de que no ocurriera nada cuando soltó mi rostro y se alejo unos paso, tranquilice mis reacciones y sonreí inocente como si no hubiera pasado nada, pero me encontré con aquella mirada insistente que me daba la sensacion de que me estudiaba, me sentía como un animalillo a punto e que lo diseccionaran....

-Creo-dije caminando hacia el hasta ponerme en frente suya-que ya es hora de que me valla-sonreí-es tarde y tienes cosas que hacer, así que no te molesto mas Gill.

Me quede mirándole unos instantes dándole vueltas a lo de pedirle un beso de despedida, sin llegar a formular aquellas palabras.

Sacudí la cabeza y le mire decidida y roja como un tomate

-Yo...esto....bueno -trague saliva-si te lo pidiera, en un caso hipotético...-dando 1000 vueltas al asunto como siempre-¿me darías un beso de despedida?

El demonio la miró un instante de brazos cruzados y después esbozó lentamente una media sonrisa mientras seguía con la vista fija en la chica. Parecía como si ya se esperase aquella cuestión por parte del ángel o ya supusiera algo parecido.

-Claro, si me lo pides-comentó asintiendo una vez con la cabeza mientras seguía mirándola de aquel modo, divertido por la situación, quedándose de nuevo en silencion.