Mirando el mar-Priv-

Ojala sus palabras fueran ciertas, me iba a tener que bañar con esencia de bacalao podrido para que mi hermano no detectara el olor de Gill, en casa ya lo había notado y me advirtió, pero no tenia intención de hacerle caso.

-Tal vez nadie se de cuenta-dije esperanzada parando en el ultimo escalón y girándome para mirarle-¿me gustaría saber de donde te has sacado la idea de que me quiero ir a vivir a tu cueva?-dije guiñando-le un ojo-quizás algún día-me di la vuelta y entre en el comedor, sentandome en la misma mesa de la noche anterior que hoy también estaba vacía.

En una noche mi forma de pensar sobre el había cambiado demasiado y después de dormir en sus brazos y de pensarlo mucho, había decidido que aquel infernal me gustaba, seria demasiado cobarde para decírselo abiertamente pero al menos comenzaba a comprender mis reacciones con el..

Gill la vio alejarse después de decirle aquello y encogió un hombro.

-Claro... algún día-comentó siguiéndola para sentarse frente a ella. Después de echarle un vistazo al rededor y comprobar que el dueño andaría ocupado en las cocinas se giró para subir las piernas a la silla de al lado.

-Dime... Hay una cosa que no comprendo muy bien. Muchos ángeles, como tu, dicen envidiar la libertad de los demonios. Habláis aborrecidos de tdoas vuestras normas que no os dejan vivir y os obligan a recrearos en una especie de burbuja sin salidas al exterior, por mucho que lo anheléis. ¿Por qué simplemente no dejas que ocurra algo que te saque del cielo? Créeme, según me lo he inmaginado no te encontrarías con una situación peor. La peor la tengo yo, teóricamente.

Escuche sus palabras sabiendo perfectamente la contestación, era la razón de que fuera rebelde y de que a la vez quisiera estar en el cielo

-Mis hermanos son la razón de que aguante-dije apoyando mi rostro sobre mas manos-somos una familia especial, que debe mantenerse unida-suspire-ser los 4 nuevos ángeles de los elementos tiene muchas exigencias, mas que las de los demás, por que tenemos que ser responsables y consecuentes, si cae uno, caemos todos.

Mire a Gill a los ojos y sonreí, perdiéndome en sus ojos y ruborizan-dome un poco

-¿por que teóricamente la peor situación la tienes tu?-pregunte intrigada, sin terminar de comprender a que se refería-si me raptaras o me fuera contigo ¿te pasaría algo malo?

Gillthanas la comprendió. No había que ser un genio para comprender una situación así. suponía que era lógico, puesto que el concepto de amor fraternal, familia, y todo lo demás le resultaban términos completamente extraterrestres.

-Porque vosotros, todos los demás, no sabéis lo que hay en realidad-le dijo con suavidad en aquella cómoda posicición, llenando el pecho de aire, aumentando su tamaño, y cruzando las manos en el estómago-. El infierno no es más que un agujero negro, no hay nada, y sólo hay algo cuando alguien va a parar a su fuego. Cada alma corrompida tiene un infierno para sí que no es más que todo lo peor y lo más horrible que podría inmaginarse para él. Y son eternamente castigados, torturados hasta lo imposible, y ese dolor se prolonga, y aumenta, y nunca para, porque ya están muertos y tienen toda la eternidad y el aguante absoluto para seguir soportándolo ¿Y qué puede salir de ahí?-comentó refiriéndose a sí mismo como ejemplo.

-Yo no estoy hecho de carne. Mi verdadero cuerpo es de humo y ceniza, nací a partir de la crueldad humana, de sus pecados, y su odio. De las más rastreras acciones y pensamientos que pueden tener. Todo eso se hizo una pelota y me dio lugar a mi, al igual que el resto de demonios, y nos encargamos de ir esparciendo todas esas cosas de las que estamos hechos por el mundo para que se siga propagando-hizo una suave pausa. Mientras hablaba miraba a su alrededor con aburrimiento, hasta que se volvió a mirar a la chica-. ¿Cómo puede algo así significar estar en una buena situación?

Cada día que pasaba, la idea del infierno que relataban los demonios me gustaba menos...En la escuela angelical, nos hablaban de un infierno diferente, en el no se torturaban almas, pero todo estaba bañado de sangre, por que los infernales se mataban entre ellos por el placer de matar, los niños y las mujeres eran masacrados cada poco tiempo para debilitar al bando enemigo y Lucifer reía ante todo este caos y destrucción, animando a sus aliados a que destruyeran a sus enemigos.

Negué con la cabeza, realmente no era una buena posición para nadie habitar en el infierno, y si su historia era cierta...aquel lugar seria mucho mas horrible de lo que me imaginaba.

Cuando dijo que no estaba hecho de carne si no de humo y ceniza, recordé el día del lago, cuando a su forma real la había tenido tan cerca que pude acariciarla y ver como los retales de humo y oscuridad se enredaban en mis dedos, me había gustado mucho esa forma, aun que no me comprendiera cuando hablaba y fuera demasiado peligroso, me gustaba y no había vuelta de hoja.

-Realmente no es una buena posición-suspire entristecida-y aun que no me gusta se que para alguien como yo seria imposible intentar cambiar algo aun que fuera para uno solo de vosotros-le mire a los ojos-en el fondo de toda criatura hay bondad-acaricie mi cuello recordando la noche anterior-pero también los mas bajos instintos, y en nuestra mano esta hacerles elegir el camino que mas nos convenga.....no me gusta manipular a los humanos para que sean buenos, prefiero el libre albedrío y que hagan lo que quieran y eso a mi también me pone en una muy mala situación Gill

-Ah, pero por mi no debes preocuparte-le dijo de pronto más animado y con una suave sonrisa-. Yo estoy muy cómodo con mi... vida e muerte. Me gusta lo que hago, y me gusto a mi mismo. Adoro todas esas sombras y ese fuego pétreo que lo invade todo. Me resulta agradable...

El demonio la miró con complicidad. No había nada que temer. Al menos por su parte todo estaba bien tal y como había sido instalado, y no pretendía cambiar nada.

El dueño de la taberna salió al fin de las cocinas con el mandíl manchado de harina y después de echar una ojeada a la sala y comprobar las caras nuevas que habajan y venían a cenar salió de detrás del mostrador, acercándose a su mesa para tomarles el pedido.

Suspire, no podía decir nada al respecto y prefería dejar un poco el tema de lado....

El dueño salio y miro al rededor con curiosidad y una sonrisa satisfecha, al vernos se dirigió a nuestra mesa para tomar el pedido

-¿Que desean?-dijo con energía para que su voz se escuchara sobre las de los presentes-para cenar hoy tenemos, cordero asado o sopa de pescado.

Pensé unos segundos, calculando en hambre que tenia para saber que prefería mas

-Yo quiero un plato de sopa y agua para beber por favor-dije con una tímida sonrisa

Se apunto el pedio y miro a Gill esperando a que el dijera si deseaba alguna cosa

Gillthanas le hizo un gesto al hombre como de costumbre haciéndole saber que no quería nada y se volvió a las cocinas para gritarles entre el ruido de los cacharros de cocina los nuevos pedidos.

-Cuando termines... yo también tendré que comer algo. No tardaré demasiado, si es que quieres seguir con la charla hasta que te tengas que ir-le dijo mirándola desde su silla, apoyando un costado del cuerpo en el respaldo con las piernas subidas a la silla de al lado.

Asentí, me gustaba mucho su compañía y deseaba estar con el todo el tiempo posible, pero aquello era un problema para mi, no estaba bien encariñarme tanto de un infernal, me podía costar muy caro....

Un camarero trajo mi sopa y una jarra con agua fresca a la cual instintivamente hice girar como en un remolino en el mar, jugando.

-¿La caza sera con esta forma? ¿o con la real?-pregunte curiosa mientras me tomaba aquella sopa tal vez demasiado caliente para mi ya que me queme la boca un par de veces.

-Si no quieres no me contestes, no hace falta solo era curiosidad, tengo muy poco tiempo y muchas cosas que me gustaría saber de ti-sonreí-pero no te preocupes no me pondré pesada haciéndote innumerables preguntas, seré una niña buena-reí de manera inocente

-No me importa contestarlas-le dijo con suavidad apoyando un codo en la mesa y mirando al frente-. Dudo que puedan ponerme en evidencia o peligrar mi vida, así que me da igual

Se llevó una mano a los cabellos y se los echó hacia atrás, cayéndole las ondas del cabello cano y plateado sobre los hombros.

-Nunca cazo con esta forma. El instinto de matar para alimentarme como cualquier otro depredador no despierta si no es cuando soy un monstruo, o cuando tengo forma de ello. Algunos dicen que soy un monstruo todo el tiempo...-comentó esbozando una media sonrisa.

Me agradaba saber que contestaría mis preguntas, me hacia sentir cómoda y tranquila pues no se ofendería si me ponía algo pesada.

-A mi me gustas de las dos formas-dije de manera distraida apurando la sopa-tienes tu encanto cuando estas en modo "cachorro"-dije bromista-y el tacto de tu piel no es desagradable ...

Recordé el día de la laguna, tal vez lo recordaba demasiado a menudo para mi gusto, pensaba demasiado en el desde aquel día y eso me molestaba pues mi vida no giraba a su alrededor...

-Gill-me quede pensativa y mis mejillas se tiñeron levemente de rojo-¿Hay alguien en tu vida?¿algún amigo o amiga especial?

Giltlhanas le miró de reojo y arqueó una ceja.

-Has de saber que ese cachorro no es nada predecible, y es peligroso. O creo que lo es. No recuerdo nada cuando paso de un estado al otro de la vida ajena que llevaba.

El demonio se acomodó un poco mejor en la silla de madera y encogió un hombro.

-Depende de lo que sea. ¿Qué entiendes tu por alguien especial en mi vida?-le preguntó girándose hacia ella y mirándola, realmente con la pregunta que quería que le contestase.

Reí, sabia que su otro yo era muy peligroso, pero a mi me producía ternura, tal vez era demasiado inocente como para ver un peligro real en un animal, por muy infernal que fuera..

-Un amigo-me puse mas roja-alguien que te guste, con quien quieras compartir tu tiempo..-no sabia como explicarme-esto....a ver si me explico... yo....-pronto seria como un tomate y lo sabia-buffff-suspire dando-me por vencida, había cosas que no se podían responder o preguntar dándole mil vueltas-una persona especial es aquella que te hace feliz solo con su presencia, que te hace sentir protegido o a la que deseas proteger sobre todas las cosa, es alguien por quien renunciarias a todo....¿no se si me entiendes?

Realmente para mi Gillthanas se aproximaba peligrosamente a esa descripción y aquello me daba miedo

Gillthanas la miraba con interés, con los labios entreabiertos como si fuera a sonreír de un momento a otro, aunque no llegó a hacerlo.

-Mmmm....-el demonio se balanceaba de un lado a otro con suavidad-. Creo que no hay nadie que me haga sentir protegido...-mencionó con suavidad y parándose en cada palabra-. No conocí a nadie así en tres mil años. Me parece que es poque rehuyo de los demás. No puedo aportarles cariño ¿para qué iba a hacérselo pasar mal por eso? Además un demonio...-encogió un hombro y resopló, mirándola de nuevo-. ¿Y tu? ¿Tienes a alguien así?

Me sentí triste por sus palabras, fue como si me dijera de la manera mas alegre del mundo que estaba terriblemente solo y eso hizo que una punzada de dolor rasgara mi corazón.

-Tengo ...-dije mirando mi plato vació-aun que no estoy segura del todo, es una persona poco sensible y solitaria, no le gusta tratar demasiado con los demás y se pasa la vida diciendome que no debo confiar en los demonios-sonreí-pero...me siento protegida sin razón ninguna cuando estoy a su lado y me gusta su presencia, me hace feliz conseguir un abrazo suyo de vez en cuando, es alguien que ha sido capaz de hacerme sonreír cuando mas lo necesitaba.

No quería mirarle, estaba roja como un tomate, tal vez había hablado demasiado

Gillthanas la miró como si tal cosa y se echó hacia atrás recostándose en el respaldo de la siya con el dorso de los dedos sobre la boca mientras tomaba aire profunamente y lo soltaba despacio, pensativo.

-Y por casualidad ese hombre no será alto, guapo y apuesto, con un cuerpo que envidiaría hasta el más experto de los gladiadores y con la voz más tentadora que la del propio rey del infierno... ¿eh?-le preguntó sin mirarla, jugando con aquella situación tan alarmante pero tan atractiva para él.

Vale , se había dado cuenta, aun que con mis palabras no quedaba demasiada duda de ello, pero yo no estaba preparada para esa situación, no sabia que hacer ni como comportarme, pues nunca me había pasado algo así...

-Si esperas que te diga que eres tu-dije suspirando sin levantar la cabeza-no lo voy a hacer, nunca, o al menos no aun.

Levante la mirada decidida y sonreí como si nada de aquello hubiera ocurrido jamas

-No voy a caer todavía en esta tentacion-bebí un trago de agua-es demasiado pronto, todavía no comprendo lo que siento, tal vez solo sea cariño o tal vez algo mas-le guiñe un ojo-tengo mucho que pensar antes de dejarme seducir por el lado oscuro.

De nuevo era yo, la chiquilla traviesa que no daba importancia a los sentimientos de los adultos por que eran cosas complicadas

-Eh, para el carro...-le dijo con una media sonrisa, frunciendo el ceño y levantando ambas manos en señal de pedir un alto-. ¿Seducción y tentación? No sé de que hablas...-comentó mirándola a los ojos como si realmente no supiese nada del tema. Lo sabía de sobra, pero también era cierto que en ningún momento había dado un paso a propósito para consumir aquel hecho.

-Dejando eso de lado... y si no vas a decir que soy yo... ¿quién ocupa ese puesto mientras tanto?-le preguntó cruzando las manos sobre la mesa-. Porque a alguien le tiene que corresponder esa marca que le das...

Gillthanas tenia razón me había ambalado hablando, pero necesitaba desahogarme y crearme una coraza que separara mis sentimientos de la realidad del momento, no estoy en posición de pegar patinazos-pensé

-Eso es un secreto Gill-dije moviendo el dedo en sentido negativo-jeje mientras me decido si es apropiado para mi encariñarme demasiado de alguien como a quien te he descrito, digamos que vuelco todo mi amor y cariño en un buen compañero de charlas llamado Gillthanas.

Realmente solo estaba jugando, como si realmente fuera una niña y no me diera cuenta de mis palabras y el efecto que podían tener, tal vez aquel juego terminara como yo no me podía esperar.

-Gill, quiero tomar el aire-dije con cara de penita- y tu tendrás hambre ¿nos vamos?

-Charo...-comentó con las manos en el borde de la mesa, mirándole con el ceño fruncido empujándose hacia atrás, separándose para levantarse-. amos, compañera de charlas Azrael...

Como ya era costumbre Gillthanas se largó de aquella taberna como se iba de todas las demás que frecuentaba, sin pagar. Se levantó despacio y sin hacer demasiado ruido y se giró hacia la chica.

-Adelántate tu. Yo aún tengo que recoger el resto de mis cosas arriba-le dijo para darle la espalda y subir las escaleras, cruzándose con un par de huéspedes más que se apartaron ligeramente de su camino mirándole después, algo intimidados por su enorme presencia, aunque le olvidaron igual de rápido.

No tenia muy claro si había salido del todo de aquel lío en el que me había metido yo solita por bocazas, pro daba igual, tarde o temprano habría dicho alguna incongruencia y esto se habría sabido.

Salí al exterior y la brisa me refresco, todavía se notaba algo de humedad de la lluvia pero el ambiente era fresco y agradable y yo gracias a el mimo y el cuidado que Gill me había dado durante la noche estaba lo suficientemente despierta y descansada como para disfrutar de ello.

Corrí como una niña bajo las primeras estrellas de la noche, riendo feliz con las alas extendidas, sintiéndome por primera vez en mucho tiempo realmente viva...
Llegue al lugar en el que habíamos mirado las estrellas la noche anterior y no pude evitar acariciar mi cuello, un gesto que se había vuelto muy importante para mi en una sola noche.
Me senté allí y mire al cielo, esperando a que el regresara hasta donde yo me encontraba, deseando escuchar su voz

-Gillthanas -susurre con cariño mirando al cielo, y una sonrisa se dibujo en mis labios

Había pensado en un ataque rápido y directo. Seguramente las caravanas de comerciantes pasaban por allí a aquellas horas aún, para cubrir más camino en lugar de descansar y de aquel modo competir en una sucia carrera con sus rivales a saber quién era más rápido y llevaba más mercancía a la otra punta del mundo.

-¿Si?-preguntó el demonio al escuchar su nombre. Se iba acercando a pasos lentos pero largos, como lo eran sus piernas, mientras se arreglaba la ropa y la capa, sujetándose algunas correas al cuerpo para que todo lo que llevaba encima estuviera asegurado y no se moviera. Se paró cerca de ella y oteó el horizonte en una noche inminente en busca de algún olor atrayente.

No me esperaba que me hubiera escuchado, es mas habría dado lo que fuera por que no me escuchara, ahora tenia que salir del paso asi que le mire con una sonrisa dulce

-Nada, solo que tardabas y me impaciente-dije sin cambiar mi expresión-me aburro enseguida cuando estoy sola.

No estaba segura de lo que pasaría ahora, no sabia si quería que le acompañara o prefería que me marchara ya, así que solo le mire y comencé a incorporarme con tan mala pata que perdí el equilibrio en el proceso cayendo de bruces al suelo, me notaba rara, hacia un momento me encontraba tan bien y ahora estaba cansada y me dolía la cabeza, mis mejillas comenzaron a tornarse rojas pero yo no me estaba ruborizando.

Gillthanas la miró y se acercó a ella pero sin darse prisa.

-Cuéntame...-comenzó a decir el demonio contemplándola en sus reacciones-. Tenéis alas para separaros del suelo, ¿no?-le preguntó con un ligero tono de burla y sarcasmo que en realidad no era más que una reseña suya, imposible de separar de su imponente naturaleza de demonio.

Alargó una mano hacia ella, inclinándose un poco ofreciéndole la mano para que se ayudara a levantarse.

-Nos internaremos en el bosque. Cuando encuentre algo que comer me separaré un rato, pero no tardaré demasiado-le dijo con suavidad.

Cogí su mano y me incorpore un tanto mareada, pero creía poder sobreponerme a aquel malestar, seguro que en un rato se me pasaba-pensé para mi.

-De acuerdo-sabia que esperaría todo el tiempo del mundo.

Comencé a caminar a su lado, la cabeza me incordiaba de una manera extraña con un dolor punzante que iba y venia una y otra vez.

Nos internamos en el bosque, yo había perdido la noción del tiempo, no sabia si habíamos caminado mucho o poco, pero se me hizo eterno, tal vez por que me comenzaba a costar mantenerme en pie.

No me queje, no di mayores señas de mi mal, pero se tenia que notar de alguna manera, seguramente la noche anterior, habría cogido frió al estar bajo la lluvia y este era el resultado.