Paseando a escondidas Privado con Gillthanas

Me había tomado un día libre en mis deberes en el cielo, vamos que me había escapado descaradamente para no entrenar, por que no me apetecía nada.
paseaba por aquel precioso bosque buscando un lugar determinado el lago.
Tras cruzar una zona muy frondosa se habría un claro con aquel precioso lugar parecido a un paisaje de cuento, el lago de agua cristalina.
Rápidamente me despoje de mis ropas y me introduje en el, el agua estaba fría, pero era agradable, me encantaba aquel lugar, se respiraba tanta paz....

Gillthanas había percivido otra naturaleza más aparte de la suya en aquel bosque. Cuando vio el aurea blanca, y mentalmente ya captó las alas de aquella criatura, supo que un ángel nuevo había caído en aquel bosque, lleno de encanto y magia, un bosque que poco a poco había tratado de apoderarse, ya que era su lugar favorito para comer durante las noches.

Sin embargo, subido a aquel árbol desde el que tenía una panorámica perfecta de una gran parte de aquel lugar, se quedó donde estaba, mirando extrañado, con atención, el cuerpo desnudo de aquella criatura. Podría jurar que era la primera vez que verdaderamente veía un cuerpo femenino, y no mentían las historias de que los ángeles eran espectros de la luz y la candidez. Eso ya lo sabía, lo había visto. Pero aquello otro no. De modo que, cavilando las posibilidades en las que podía escojer sus siguientes actos, se dedicó a mirarla en silencio desde allí.

Note una presencia oscura cerca, pero intente no dar señales de temor, pues muchas criaturas atacaban a sus presas solo si estas demostraban miedo, continué nadando tranquilamente, expectante ante cualquier reacción, para echar a volar y convertir mi colgante en el arma apropiada si era necesario, mire disimulada mente a mi alrededor buscando el lugar del que provenía aquella presencia pero no conseguí localizarla.
Me exaspero tanto que no pude reprimir mis palabras
-Se que estas ahí-dije desde el agua-al menos podrías tener la cortesía de no espiarme a escondidas, es de mala educación

Como si fuera una orden propuesta y cumplida, el demonio se dejó caer a plomo desde la copa del árbol, cayendo de pie en la hierba sin problemas mientras sus cabellos canosos y sus ropas vaporosas ondeaban a su alrededor antes de mantenerse quietas de nuevo después de un instante. Los ojos de Gill, de un azul clarísimo, casi translúcido, miraron a la chica desde allí en silencio mientras se balancea tenuemente sobre sus pesadas botas de cuero y metal.

Cuando le vi caer me di cuenta de lo enorme que era en comparacion conmigo y me arrepentí muy mucho de ser tan bocazas a veces.
Yo me encontraba desnuda en el agua y el estaba sobre el césped en la orilla de aquel lago, mi lago, mirándome intensamente con sus ojos azules, me ruborice mientras intentaba tapar la desnudez que pudiera verse desde su posición
-Pervertido-dije desde el agua-¿Que coño hacias espiando a una chica desnuda?-el agua a mi alrededor se volvio turbia y comenzo a moverse en espirar a mi alrededor, al menos aquel lago seria un escudo perfecto para cualquier ataque

Pero Gillthanas no dijo nada. Frunció si acaso levemente el ceño mientras la miraba, dándose cuenta de lo mal que se le interpretaba a veces. Como por ejemplo al asaltar una caravana de comerciantes, y que estos, postrados a sus pies para que no les matase, pidiendo que se llevase todo el oro y la seda y a ellos no les hiciese nada. Pero el demonio poco interés tenía en aquellos tesoros. Lo que quería era comer. Comer carne humana.

El gigante de piedra tomó aire con suavidad, tratando de comprender a aquella criatura que, quizás, lo más desconcertante para él era que fuese un ángel.

Aquel hombre no hablaba ni se movía en absoluto solo me miraba, provocando cierta incomodidad en mi, sabia que era un demonio y que mientras me encontrara en el agua estaría en cierta ventaja, ya que mi elemento de poder por nacimiento me rodeaba, pero no quería quedarme así....suspire comencé a caminar por el fondo hasta la orilla del lago, donde recogí mis ropas y me las puse sin perder de vista a aquel ser inmóvil.
Coloque mi capa sobre mis alas para ocultarlas, mas por costumbre debido a su color que por necesidad y me pare frente a el mirándole desafiante, con los brazos en jaras y la nariz arrugada en un gesto de enfado
La altura que me separaba de el era considerable así que encima tenia que mirar hacia arriba, aquello era exasperante
-¿Lucifer te ha cortado la lengua?-dije sin dejar de mirle-al menos podrías decir algo-un suspiro molesto salio de mis labios

Gill arqueó una ceja mirando a aquella chica.

-Y qué quieres que te diga-habló al fin, con una voz profunda y grave acorde con el resto de su enorme cuerpo. La miró de arriba a abajo. Era admirable que le plantase cara tan gratuitamente, y finalmente, en los finos labios perfectos del demonio, se dibujó una leve sonrisa.

-No soy un mirón. Yo llegué antes que tú a este bosque, de modo que tranquilízate un poco...-comentó mirándola de reojo para separarse un par de pasos y sentarse en el tronco caído de un gran árbol.

Su voz me pillo por sorpresa, provocándome un leve escalofrío al escucharla.
Escuche sus palabras mientras arqueaba una ceja sorprendida por sus gestos, estaba preparada para que me atacara, pero no para que se sentara en un tronco en frente mía.
-Tengo muy mal pronto-pensé para mi-pero una conversacion amistosa con el enemigo....si Asariel me viera me descuartizaba-una sonrisa traviesa se dibujo en mi rostro tras aquel pensamiento, me encantaba hacer cosas que molestaran a mi hermano.
-Perdón por mis modales-dije mirando al demonio-mi nombre es Azrael, ¿serias tan amable de decirme cual es tu nombre?.
Me mantendría por ahora a una distancia prudencial, no muy cerca de el y no muy lejos del agua

Apoyó la espalda en otro árbol de pie pegado al tronco caído y miró a la chica despacio, casi sorprendiéndose por la pregunta.

-No-contestó con suavidad y naturalidad. ¿Él amable? ¿Cuándo?-. Pero no sabía que este bosque encantado fuera un hervidero tan frecuentado por ángeles...-comentó lentamente mientras pensaba en todas aquellas ocasiones en las que, rondando por allí, se encontraba con más de un ángel despistado que se percataba de la presencia del demonio cuando ya lo tenían encima.

Aquella contestación, digamos que no me complacio nada, bufe molesta y le mire con rabia
-Eres un borde de mierda-dije cruzando los brazos-aun que no tengo de que extrañarme, realmente no se pueden esperar lindezas del enemigo.
No me gusto nada como hablo de los posibles ángeles que se hubiera encontrado, aun que todo aquel que ignorara la prohibicion de bajar a la tierra era merecedor de castigo, incluso yo, pero tenia a mi favor que mi hermano era el que nos juzgaba.
-Supongo que te dedicaras a acabar con todos los pobres incautos que pasean por este lugar, tal vez te alimente de carne y sangre-me quede pensativa- en la escuela he escuchado hablar de vosotros los comedores de carne, no sois precisamente demonios muy débiles-sonríe desafiante-pero creo que no tengo por que temerte, no pareces demasiado...digamos peligroso-era mas una burla inocente que otra cosa, pero hoy me había levantado con ganas de fastidiar al projimo ( muy propio de un ángel ¿no?)

Gillthanas la miró largo rato. La escuchó en silencio y siguió con sus ojos blanquecinos fijos en su dulce cara de ángel perpetuo sin variar él mismo su expresión de excepticismo y tranquilidad.

-Estás muy mal informada-decidió decir al fin-. Sólo nos encargamos de hacer nuestro trabajo bien hecho, que consiste simplemente en segar a todos aquellos que se apartan de vuestro admirable camino-dijo, con sinceridad aplastante, pero claramente de forma sarcástica. El bien y las razones puritanas que tuvieran los ángeles para ayudar a la gente no eran de su agrado-. Si yo como carne humana... porque tengo hambre, nada más y nada menos, ten por seguro que será la de esos condenados.

Se tomó un instante de silencio sin apartar la vista de ella, mientras una especie de oscuridad en jirones, espesa, agradable para él pero no para los demás, se iba creando en su frío cuerpo de piedra y hierro.

-Y que no te parezca tan peligroso... no deja de ser una ventaja para mí. Una víctima desprevenida y poco atenta con lo que le rodea resulta más fácil de cazar que una presa alerta y poco confiada-alegó mientras aquella oscuridad a su alrededor se iba comiendo su cuerpo y hasta parecía agrandarse, mientras le sonrieía de forma muy poco amistosa-. Sea como sea, mi trabajo acaba siendo muy divertido.

Aquella situación estaba empezando a desagradarme, realmente aquel ser imponía mucho y yo, todavía no era alguien lo suficientemente fuerte como para enfrentarme a el, pero no quería hacérselo saber, era el new Ángel del agua y tenia que mantener mi postura, por muy mal parada que pudiera salir
En momentos así, me arrepentía mucho de escaparme del cielo para bajar solita aquí, di un paso hacia atrás acercándome mas al agua.
-Eres una criatura de los infiernos, tu señor no podría esperar menos de ti, de uno de sus perritos falderos-la oscuridad cubría a aquel ser así que comencé a concentrar la luz sobre mi para mantener su oscuridad a cierta distancia-que no te tema, no significa que este desprevenida contra tus ataques, tenlo en cuenta.

Gillthanas la miró con tranquilidad, divirtíendose con el espectáculo.

-Me encanta que saquéis conclusiones vosotros solitos-comentó en forma de burla mientras la seguía con la mirada-. Pero sí, sobre lo del perro faldero... no hay nada que me guste más, la verdad-comentó moviendo la cabeza un momento, haciendo crujir el cuello para verla de nuevo-. ¿Creías que algo así me ofendería? Se nota que no nos conoces...-murmuró haciendo que la oscuridad que le rodeaba se enturbiara.

-No voy a atacarte, niña, a menos que me des motivos para hacerlo, y te aseguro que por mucha agua que muevas no saldrás muy bien parada si decides hacerte la valiente conmigo...-advirtió sin perder su expresión de jovialidad.

Quien me mandara meterme en estos lios-pensé para mi-aquel demonio tenia razón, en un enfrentamiento, por muy cerca del lago que estuviera seguramente tendría las de perder....
Estire mis músculos, dolidos de la tensión provocada por aquella situación, al mover mis alas bajo la capa sono un cascabel, ya no recordaba que aquello estaba allí, cosido a una de mis plumas.
-Si no vas a atacarme-dije poniéndome seria-¿por que me observas de esa manera, ahora y cuando estaba en el agua?
Era un demonio extraño, pero aquella imagen que mostraba me resultaba bastante bella, parecía una mala bestia por su tamaño, pero era atractivo y de movimientos tranquilos.
Sacudí mi cabeza, mientras el rubor asomaba en mis mejillas, no podía permitirme pensamientos de ese tipo eran un delito

Gillthanas no distinguía a nadie a la hora de mirarles, miraba siempre del mismo modo, observador, paciente, sin perderse ni un sólo detalle y dando al mismo tiempo la sensación de estar acuchillando y atravesando la carne con la mirada.

-Porque es la primera vez que veo a una mujer desnuda-declaró sinceramente y con la voz clara. Sin embargo, sonase como sonase, en absoluto podía acusársele de pervertido. Había sido una visión curiosa que lejos estaba de pertenecer a los pecados y tabúes de un cuerpo desnudo.

Me dejo sin palabras totalmente descolocada, la primera vez que veía a una mujer desnuda....
Comencé a reír descontroladamente, cayendo al suelo sentada mientras me sujetaba la tripa que me dolía de reírme, todo aquello había sido por que era la primera vez que veía a una chica desnuda, derrepente caí en la cuenta y deje de reírme, no era cualquier chica, era yo.., me puse colorada como un tomate y le mire de reojo avergonzada
-¿Cuanto has visto?-dije con con un susurro.
Sabia que la contestación no me iba a gustar nada pero tenia que saberlo
-¿Cuanto y como de bien?

El demonio al verla reírse de aquella forma, de algo que no le encontraba la gracia por ningun lado, pero no porque fuera vergonzoso para él mismo, si no por el simple hecho de no comprender dónde le había visto el chiste ella, afiló la vista sobre el ángel entrecerrando los ojos sin moverse ni un milímetro de donde estaba.

-Lo suficiente y lo suficientemente bien como para saber que eres una mujer-contestó con tranquilidad.

Aquello me dejo fría como el hielo, nada tenia gracia ahora, había sido vista por un demonio en desnudez absoluta y el muy cara lo reconocía....
Me incorpore del suelo y puse carita triste, no me gustaba que nadie me viera en esa situación, suspire y desvié mi mirada hacia unos matorrales con preciosas flores rojas
-¿Y que te pareció?-aquella pregunta bolo de mis labios sin yo desearlo-nada mejor no contestes-dije todo lo rápido que pude-creo que no quiero saberlo

El demonio la miró un instante con el ceño levemente fruncido, a pesar de su petición final, la cual por supuesto no cumpliría, arqueó una ceja mientras no apartaba la vista de ella.

-¿Que me pareció de qué?-preguntó. Realmente sabía a lo que se refería, pero a pesar de ello no comprendía no la pregunta, si no la respuesta. No la tenía. Simplemente la estaba mirando mientras se bañana, contemplaba su cuerpo desnudo, pero no había sacado ninguna conclusión de ningún tipo.

Le mire extrañada, tenia la sensacion de que había comprendido perfectamente mi pregunta pero de que no quería o no sabia como contestar a ella....decidí dejar el tema.
-¿Nunca te han dicho que eres mas raro que un grigor con cuerpo?-suspire molesta-como todos los demonios sean igual que tu.....
Me dolían las alas, la tensión se había centrado en ellas durante mucho rato, las moví un poco bajo la capa, no queriendo estirarlas del todo por las misma historia de siempre, no quería que nadie las viera.
Camine decidida hacia el tronco en el que estaba sentado el demonio y me senté yo también, quedando con las piernas colgando por mi baja estatura, dando mas la sensacion de una niña pequeña que de la edad que realmente tenia.
-Me encanta este sitio-susurre al viento.

Gill no la miró. Se dedicó a observar el aire circundante a ambos, oscuro y nocturno, fresco por el agua del lago.

-¿Para bañarte y que te miren?-cuestionó. Él no quería dejar el etma, más que nada porque había notado que no era del agrado del ángel-. ¿Quieres que te diga que eres hermosa?-le preguntó volviéndose para mirarla-. Pues no puedo. Y no porque no lo seas, yaque según los ideales humanos eres una criatura bellísima, pero...-puso cara de no estar muy de acuerdo, mientras miraba a otra parte-. Mejor, no me preguntes a mí, porque no conozco la belleza.

Coloque mi mano en la frente al escuchar aquel comentario impertinente sobre lo de bañarse.
Al escucharle decir lo de que no conocía la belleza le mire asombrada
-¿no te reflejas en los espejos?-dije arqueando una ceja-por que eres inmensamente bello según los cánones humanos Chibi-Demonio.
Había decidido que ya que no me quería decir su nombre le llamaría así de manera sarcástica ya que era inmenso en comparacion conmigo

Gillthanas la miró de reojo con el ceño levemente fruncido y chasqueó la lengua al abrir la boca para decir algo.

-No conozco lo que es la belleza, ni la fealdad, porque soy un monstruo, nací de una piedra. Como comprenderás...-comentó encogiendo un hombro-. No me diseñaron para tal cosa. Además, este cuerpo tan... bello...-mencionó con algo de sarcasmo-. No es más que un disfraz para gente como tu.

Se volvió a ella, hablando con claridad mientras la miraba a los ojos.

-Para que aunque mostremos nuestra parte más cruel, más sangrieta y desagradable, terminéis confiándoos por simplemente una cara tierna y bonita o unos labios perfectos. Personalmente lo encuentro un cuerpo bastante incómodo.

Todo lo que me estaba diciendo ya me lo habia supuesto mucho antes, pero no me apetecia decirnada al respecto.
-Si tan incomodo te parece ese cuerpo-le mire de reojo-por que no te desprendes de el, a mi me da lo mismo.
no podia imaginarme que habia debajo de todo aquello y la curiosida siempre habia sido una mala consegera para mi, deseaba y temia lo que pudiera encontrarme si decidia hacerme caso.
-Si eres algo raro prometo no reirme de ti-le guiñe un ojo-palabrita de angelito bueno
todabia me preguntaba interiormente que hacia teniendo una combersacion con semejante bichejo, pero ahora mismo todo me daba igual