Paseando a escondidas Privado con Gillthanas

Gillthanas se dedicó mientras tando a observar el lago y el cielo, con una suave sonrisa despreaocupada.

-No, aún no-dijo simplemente-. Sólo me olvido de ser humano por unas horas cuando tengo hambre y debo cazar algo con lo que sustentarme. Además.... no quiero que salgas corriendo-le dijo sin mirarla mientras desviaba la mirada a otra parte ampliando su sonrisa.

Se le veía tan apacible mientras observaba el paisaje con aquella sonrisa en los labios, me daba igual como fuera realmente, ahora tenia una mirada y una sonrisa bonita, que me hicieron sonreír a mi también mientras le miraba de reojo
-Tu mismo-dije tranquilamente-de todas formas no creo que hechara a correr por muy horrible que fueras.
Comenzaba a tener calor, así que decidí después de pensarlo mucho quitarme la capa y comenzar a mover las las para abanicarme un poco
-Hace calor-dije molesta-¿no te parece?

-Qué va...-comentó con simpleza. A lo que él respectaba siempre hacía frío, y tan sólo comenzaba a sentir algo de sofoco, que tan ligero era que ni resultaba molesto, cuando bajaba a las entrañas del infierno.

-¿Quieres verme?-preguntó volviéndose hacia ella divertido. Quizás no fuera tan mala idea, y si hacía algo que no debía o le pareciera fuera de lugar siempre podía avalanzarse sobre ella para devorarla.

Note como se volvía hacia mi con una mirada divertida preguntándome sobre si quería verle, gire la cabeza y le mire directo a los ojos con una sonrisa traviesa
-No te negare que tengo curiosidad-dije manteniéndole la mirada-si quieres hacerlo, es tu elección.
Cada vez tenia mas calor, hice que una fina lluvia cayera sobre aquel lugar para ver si me refrescaba un poco.
-Espero que no te moleste el agua-sonrei-tengo mucho calor con esta ropa

El demonio se puso en pie sin dejar de mirarla y se alejó un par de pasos, mirándola fijamente.

-Pase lo que pase... no hagas ningún movimiento brusco, porque perderé la cordura en cuanto me transforme, y puedo avalanzarme sobre tí sin darte tregua-avisó, aunque por su expresión divertida aquello para él no debía ser más un añadido al juego que podía ser muy interesante.

Lentamente a su alrededor comenzó a crearse una oscuridad espesa y asfixiante que se arremolinaba con tranquilidad, comiéndose su cuerpo. Gill separó las manos de su cuerpo poniendo las palmas mirando al cielo y dejó que los jirones de humo le poseyeran.

De inmediato, su cuerpo comenzó a crujir, a removerse, como si todos sus huesos interiormente comenzaran a romperse, pues sonaban claramente como madera astillándose. El dolor no era suficiente como para arrancarle ningún alarido, pero mientras luchaba contra su propio subconsciente su cuerpo se iba transformando rápidamente, quebrándose y lacrándose con otra forma.

Finalmente, mientras aún se adaptaba, aquella forma que hizo desaparecer la oscuridad de al rededor era talmente un monstruo completamente deforme, con cornamenta y la espina dorsal completamente salida del cuerpo. Los brazos lángidos y esqueléticos, y unas fauces increíblemente enormes eran lo único apreciable, ya que no sólo era completamente negro, era como si aquel cuerpo absorviese la poca luz que le rodeaba y fuera imposible distinguir un sólo detalle.

La enorme criatua negra había perdido el habla, y esta había sido sustituída por gruñidos y gemidos de ultratumba mientras babeaba y se removía viscoso sobre sí mismo. Cuando alzó la vista, intranquilo y alerta, miró al ángel con dos ojos perfectamente redondos, blancos, centelleantes como dos luces.


(el link de debajo de mi firma es una aproximación muy simple)

(Me gusta mucho tu yo bichito ^^)


Quede impresionada de su transformación, manteniéndome inmóvil mientras todo aquello ocurría, sin perder el mas mínimo detalle de aquel ser nuevo que se descubría ante mi
Cuando todo hubo terminado, me encontré con un ser enorme y oscuro que me miraba fijamente con aquellos redondos ojos blancos, no me inspiraba miedo, tampoco me parecía asqueroso.
Continué sentada en aquel tronco sin moverme de manera brusca mientras en mis labios se dibujaba una sonrisa tierna
-Realmente no estas tan mal así-dije en un susurro,para no alterar a la criatura-me gustas
Continué observandole a espera de que pudiera hacer, sin dejar de estar alerta por si fuera necesario

La criatura estaba sentada pero de inmediato se elevó. A cuatro patas podía verse el amplio espacio que quedaba bajo un esquelético cuerpo del que goteaba algo, una viscosidad que bien podría ser sangre, pero que era demasiado oscura y espesa. Apoyando sus larguísimos brazos deformes en el suelo, con los nudillos por el suelo, doblándose para dar unos cuantos pasos a un lado, dejando un rastro quemado a su paso. Sus fauces se abrían y se cerraban de vez en cuando, obsorviendo los olores que pululaban en el aire y que le dirían si había algo aprovechable por allí.

Ya no oía a la chica, ni entendía lo que decía. Una conversión a su forma original lo evadía completamente del mundo vivo. Ahora no era más que una roca volcánica derretida, ávida de sangre.

Puede que mis reacciones no fueran muy normales para un ser de mi especie, pero realmente yo de ángel la mayoría de las veces solo tenia el nombre y el rango.
Mis ojos centellearon curiosos al ver incorporarse a la criatura, dandome cuenta de lo realmente inmensa que era, observando los rastros de hierba quemada y viendo deslizarse hasta el suelo aquella extraña sustancia...
Aun con todo aquello, seguía pareciéndome una criatura extraordinaria, se me antojaba como un inmenso perrito negro, por lo que supuse que tendría hambre, pero yo....yo no podía dar nada de comer a aquel ser, aquello no estaba a mi alcance cosa que me entristeció
No apartaba mi mirada de Gill en ningún momento y mi sonrisa casi nunca se desvaneció de mis labios, no podía entender por que aquel demonio me daba tan poco miedo

El monstruo había olido algo, algo comestible que apestaba a sangre fresca y llamaba poderosamente su atención. Dirigió sus dos ojos redondos, blancos y brillantes hacia la joven y se acercó a ella lentamente, caminando sobre sus patas traseras de cabra y los nudillos con algo de torpeza para pegar el huesudo hocico en sus ropas, olisqueándola sonoramente y bufándole en la cara, haciendo que sus prensas y su cabello se movieran con su respiración.

Sin embargo aquello no era lo que andaba buscando exactamente. Después de abrir sus gigantescas fauces, afiladas como cuchillos, delante de su cara e ignorarla, percivió el sonido de unas grandes ruedas de madera que giraban pesadamente bajo un carromato de comerciantes, no muy lejos de allí. El montruo gruñó, habló en un extraño idioma animal y arcaico, con gemidos de dolor apagado entremezclados para buscar con aquellas dos luces el lugar del que provenía.

Le vi acercarse a mi mirándome fijamente pero no me moví, me mantuve quieta incluso cuando coloco su hocico sobre mi y me olisqueó provocando con su respiracion que mis prendas y mis cabellos revolitearan un poco, cuando se escucho el sonido de unas ruedas de madera Gill movió la cabeza en la dirección del sonido, buscando y yo aproveché para suavemente mover una de mis manos y rozar su piel tranquilamente, como en una caricia pero mas levé
-Eso que esta pensando tu cabecita no esta bien-susurre, imaginandome que no comprendería lo que le estaba diciendo-aun que te lo dicte tu naturaleza oscura es un acto malvado
Me lo quede mirando, sin poder evitar en alguna ocasión luchar con la vista para discernir mejor su forma en la oscuridad
-Eres una criatura hermosa aun en esa forma Gill-mi tono sonaba dulce y sabia que los animales interpretaban los tonos de las voces de las personas en vez de las palabras-ojala nos hubiéramos conocido en otras circunstancias y no fueras parte del enemigo-suspire triste

Obbiamente no entendió ni escuchó sus palabras, y mucho menos notó aquella gracil mano tocando su piel, una entremezcla entre pelaje raído, escamas negras y rocas que, envueltas en maceradas por el aurea negra maligna que siempre llevaba consigo, dejó revotoleando entre sus dedos unos suaves jirones de oscuridad que se dispersaron de inmediato, susurrando como si tuviesen vida propia.

El montruo emprendió una carrera veloz a través de los árboles, gruñendo, apresurándose más cuanto más cerca estaba del carromato, y una vez lo hubo localizado y acorralado, se arrojó sobre él con sus garras por delante, derribándolo de una sóla embestida para comenzar a sembrar el caos y los gritos de aquellos que iban en la caravana de comerciantes. Pese a todo, el monstruo sólo asesinó vilmente y devoró allí mismo a 2 de ellos, otros tres, no merecedores de tal muerte y castigo, salieron de allí huyendo y desapareciendo e el bosque.

Bajo una figura espectral se elevó sobre sus dos patas traseras de bóbido, para dejar sus largos brazos sin forma concreta colgando a los lados de su cuerpo. Era una forma sin forma, un fantasma sin perdón de nadie que se recortaba negro contra el fondo de árboles azules, con sus dos ojos encendidos.


[He puesto otra imagen, es nueva, el link que aparece debajo de mi firma. Es un dibujo nuevo algo más cercano]

Que podía hacer en aquella situación, realmente nada solo rezar por las almas de aquellos que acababan de morir
-Que vuestra alma llegue a salvo a manos de mi hermano Sachiel, ojala el os pueda conceder el perdón y la paz eterna-susurre esta oración mientras me acercaba a aquella criatura con paso lento y tranquilo.
Le vi incorporarse sobre sus patas haciendo que pareciera un mal sueño de un niño pequeño recortado entre la luz y la oscuridad de una pesadilla sangrienta y triste.
Al fin y ala cabo no era un perrito como se me antojo anteriormente, si no una criatura oscura y malvada, un demonio infernal.

A penas dio un par de pasos, gruñendo y bufando como un depredador sofocado, pero hábido de más, más sangre, más guerra. Quería más fuerza en la pelea, hacer que sus huesos y sus músculos fueran llevados al extremo. Con la respiración agitada, las fauces ensangrentadas y entre abiertas dio un par de pasos sobre sus patas traseras hacia el ángel, pero lejos de seguir atacando no hizo nada. Aunque fuera una criatura de piedra sabía distinguir aquella diferencia.

"El bien, es tan necesario como el mal. ¿Cómo diferenciar la noche si no existía el día? Cómo entonces se podría distinguir la luz y la oscuridad, el bien y el mal, si faltaba uno de ellos... Una balanza equilibrada, siempre en continua tensión, en continua batalla y contínuo respeto, mantendrá al mundo vivo"

Y precisamente eso era lo que hacía aquella bestia, respetar a su rival, respetar aquellas alas y aquel cuerpo blanco que contrastaba tanto con el suyo. Había sido una sabia lección dada por el más sabio y el más cruel al mismo tiempo de sus mentores, de los fuegos del infierno y los redentores malignos. La miró un momento, tranquilizando su respiración y cerrando las fauces, para finalmente volver a posar los brazos en el suelo y quedarse así a cuatro patas, no superando entonces el tamaño de un caballo.

Continué mirándole mientras me seguía acercando a el, entonces pareció tranquilizarse y se coloco en su posición de 4 patas, cerrando las fauces y mirándome.
Cuando llegue a su altura le mire a los ojos, perdiéndome durante unos instantes en su blancura y sonreí, comprendiendo que aquella grotesca escena era parte de el y yo como ángel sabia mejor que nadie que la luz y la oscuridad eran necesarias para la vida.
-Se que no me entiendes cuando hablo-susurre-y dudo mucho ahora que tan siquiera escuches lo que digo, pero-acerque mi mano lentamente hacia el, pare que pudiera verla en todo momento y no se alterara por mis gestos, colocándola finalmente sobre la oscuridad viva que era su cuerpo-quisiera que comprendieras que te respeto como oponente y como criatura-acaricie su extraña piel suavemente- y que se que en el fondo a la manera de los demonios eres un buen chico.
Continué con mis suaves gestos unos momentos mas y luego regrese mi mano a el lateral de mi cuerpo, sin dejar de mirarle tranquilamente

Una vez que se había alimentado, como hacía únicamente cuando tomaba su verdadera forma de demonio, comenzó de nuevo una conversión de retorno a aquel cuerpo humano y falso que era su mejor disfraz para aquella parte del mundo. Sus finos pero duros músculos, sus huesos, comenzaron a crujir y a removerse en su cuerpo. Era siempre una fase dolorosa, de un dolor difícilmente soportable para cualquier humano muy fuerte, ya que sus huesos se rompían en el interior de su cuerpo para removerse por dentro y soldarse de nuevo en otra posición, dando lugar a una fisionomía nueva como era la humana.

Después de que todo su cuerpo se retorciera, se combulsionara y removiera entre quejidos de un animal malherido, el cuerpo de aquel monstruo volvió bajo la tenue luz de la luna a su aspecto original. Gillthanas, volviendo a la realidad pero nunca, jamás recordando los intervalos entre una situación a la otra, esperaba completamente desnudo y aún cubierto por los girones de niebla negra y sangre que le habían ocupado antes a que su respiración se normalizara, aguantando hasta lo imposible sin soltar ni un sólo quejido a que todos sus huesos y músculos se amoldasen y relajasen.

Vi como poco a poco se volvía a transformar en hombre y me di la vuelta, pues me avergonzaba ver su cuerpo desnudo.
Escuche cada uno de los crujidos y lamentos de aquel cuerpo y como al terminar la transformación se esforzaba por no gritar por el dolor y relajar su respiracion
-A...A veces gritar alivia-susurre sin darme la vuelta-ojala no lo hayas pasado muy mal.
No era consciente de que estaba tremendamente cerca del demonio, dándole la espalda y de que en cualquier momento podía dañarme, simplemente ahora me preocupaba por su estado, arrepintiendome de haberle pedido hacer algo que le había reportado tanto dolor

Gillthanas apretó los fuertes y marados músculos de su espalda y pecho, contrayéndolos, para después hacer lo mismo con sus fornidos brazos. Los músculos agrandados y bombeando no eran de su cuerpo original.

-Siempre es algo complicad que se amolden a un nuevo cuerpo...-comentó recuperando el habla, crispando los dedos de las manos en puños para después volver a relajarlos-. Pero te acabas acostumbrando. Además... un hombre como yo no debe gritar...

Continué de espaldas a el, escuchando sus palabras e imaginando sus gestos y movimientos
-Eso es una gilipollez-dije muy seria-por mucho hombre que seas todo el mundo debe poder gritar.
Deseaba mirarle , pero la mera idea de que estaba desnudo me hacia ruborizarme y me lo impedía

El demonio dejó de moverle, mirándole la nuca con el ceño levemente fruncido, aunque no hizo ningún comentario al respecto de aquello.

-¿Qué ocurre?-preguntó ladeando un poco la cabeza sin moverse del sitio-. Los ángeles tenéis prohibidas las sensaciones y sentimientos por los demás. ¿No deberías poder mirarme controlando algo así?

Negué con la cabeza mientras intentaba controlar aquel estúpido rubor de mis mejillas, notando un calor inmenso que rezumaba de mi rostro
-Simplemente me da vergüenza mirarte estando desnudo-dije seriamente-no me parece .....correcto
En el cielo estaban prohibidas demasiadas cosa,ya me había saltado a la torera algunas normas como escaparme y hablar "amistosamente" con un demonio, no me apetecía cargármela también por actos impuros

Gillthanas buscó con la mirada los lugares por donde iba dejando siempre sus ropas al transformarse, y como siempre su capa era lo primero que encontraba. Camió por el lado del ángel, pasándole de largo para acercarse a unos árboles y tomar la capa grisácea del suelo, echándosela por los hombros.

-Dudo que te... "corrompas", por hablar con demonios-decía mientras una a una iba tomando sus prendas, un pantalón marrón oscuro de piel dura y una vaporosa camisa azul marino, que se iba poniendo a medida que las encontraba. Después se giró de nuevo hacia ella con sus azulinos ojos ya sin aquel brillo fantasmal y los cabellos canosos, ondulados y revueltos, sobre sus hombros-. Que les hagas caso es otra cosa...

Le vi pasar de refilón a mi lado y aparte la mirada ignorando su desnudez, cundo se hobo puesto los pantalones le mire de nuevo escuchando sus palabras atentamente.

-Lo malo -dije observandole-es que los de arriba creen que os puedo llega a hacer caso-bueno yo o cualquier otro ángel-por eso esto es una norma que no se debe romper-sonreí a aquel demonio y continué-pero yo me paso la vida saltándome las normas que no me parecen correctas y por mi condición se me perdona todo, aun que se que eso no esta bien-le guiñe un ojo-casi puedo decir que se me permitiría tener amigos en vuestro bando-reí inocentemente

Gill se recogió la capa mientras la acomodaba y miraba a la chica de reojo de vez en cuando.

-Si te resulta una buena estrategia en un futuro...-comentó encogiendo un hombro. Para aquel demonio, y para muchos como él en realidad, no existía realmente el tener amigos, tener cercanos compañeros, ni familia, porque vivían única y exclusivamente cada uno para sí mismo, por su propio beneficio. Era extraño incluso que un demonio se fiase de otro demonio.

Alzó de nuevo la vista hacia la chica y dio un par de pasos hacia ella, caminando con la seguridad y la elegancia que no tenía siendo monstruo. La miró unos instantes y, afilando su vista en ella unos instantes, esbozó una ínfima media sonrisa.

-¿Te atreves a seguir con esa ruptura de normas?-dijo a modo de desafío, divirtiéndose, mientras tendía una mano hacia la chica, ofrenciéndosela.

(yo me se de alguien que cuando mañana se lea estos post va a tener instintos homicidas contra mi XD)


Mire a aquel demonio que me ofrecía su mano con aquel intento de sonrisa y un tono desafiante y divertido.
Estreche su mano con una sonrisa traviesa y le mire directamente a los ojos
-¿En que estas pensando "pequeñin"?-dije con tono interrogante mientras me planteaba como de lejos podía permitirme llegar en un juego así

[Ah...... Puedes irte si quieres....]

Pero Gill no soltó su mano cuando ya se la tendió para estrechársela, si no que se fue con ella sujeta hasta dejar de nuevo el brazo caído sobre el costado, y alejarse de allí caminando tranquilamente.

-Podríamos dar un... largo paseo, mientras me cuentas cosas sobre vosotros. Me parece que no llegaré a conocer mejor a mis enemigos si no es que uno de ellos me exponga sus puntos débiles con claridad....-comentó sin mirarla con una suave sonrisa.