Tiempo de cosecha - privado -

[[Lelo xDDD]]

Griffith le miró unos instantes. Él siempre iba despreocupado por la vida, siempre hasta que se encontraba realmente en peligro o se enfada con algo, entonces decidía ponerse en modo acción y hacer uso de la fuerza y podeors que durante largos sigles estubo desarrollando.

-Sí, entiendo, pero me importa poco, no son muy fuertes -comentó mirándole- Además, tengo un hombre fórnido y fuerte a mi lado que me va a proteger -bostezó unos instantes y luego observó el horizonte- Después de todo soy tu acompañante, algo así como un invitado y como buen caballero educado no vas a permitir que me manche las manos ¿verdad? -cuestionó con una sonrisa- Es divertido pasear por aquí

Gillthanas supo que no tenía por qué meterse a la pelea. No al menos, de momento, pues aquellos ya se las arreglaban bien sólos. así pues, echó a andar de nuevo continuando su camino por el sendero de tierra.

-Fíjate... que si te viese ahora desangrándote en el suelo y con todas las víscerras a rastras... ni me tiraría a deborar tu carne-comentó. Quizás eso al diablo le diese igual, pero entre los demonios, entre los que se alimentaban de carne humana, era todo un despojo. Dicho entre ellos, entre los cuales el canivalismo incluso no era nada del otro mundo, era casi un insulto motivo de pelea.

Griffith le miró unos instantes y tras ello suspiró, sin decir nada respecto aquellos comentarios. Un demonio se acercó por detrás de él y antes que Gilthanas pudiera fijarse ya había desaparecido tra sun movimiento con su brazo que fue acompañado con su fastuosa y fuerte espada, la cual fue guardada con simpleza.

-¿Entonces vives muy lejos? -cuestionó como si nada, llevando una mano a su nuca- Tus hermanos son un poco débiles....

Gill tardó unos segundos en responder. No muy lejos de allí, entrelos árboles, aquello por lo que los demonios se desvelaban para proteger, había un altar macabro a través del cual como un portal se podía llegar al infierno. Transportarse de otro mod allá abajo siempre le resultaba algo incómodo e incluso doloroso.

-No son débiles. Ese en especial estaba algo por debajo de ti-comentó sin importancia acercándose al altar.

Griffith le miró unos instantes, aunque pareciera extraño su rostro podía cambiar la amabilidad completa a la cruel de un vil asesino. Miró al hombre fornido y fue dando saltitos hasta él, poniendo cara simpática.

-¿Sabes los siglos que hace que no voy allá abajo? Me tendrán incluso olvidado -ahí donde se le veía aquel hombre era un Diablo bastante respetado por los subsuelos, casi una leyenda forjada a fuego por vivencias pasadas. Paso a paso se acercó a su nuevo 'compañero' pero antes se volteó- Si queréis llegar antes que yo allá abajo atacadme ahora, no tengo ganas que me interrumpáis por el camino.

Como si hubiera llamado al peor mal de golpe una oleada de demonios se lanzó encima de él, provocando que parte de sus brazos se ensangrentaran de arañazos y mordiscos. Misteriosamente no tardó más que unos segundos a que todos los contrincantes quedaran habitados y él con una sonrisa en el rostro, mirando algunas heridas.

-Vaya, qué pesados...

Mientras dejaba que un jirón de sombras espesas vivas le tanteasen el cuerpo, contemplando la figura humana de un desconocido, Gill le miró de reojo y negó con la cabeza.

-Realmente es cuestionable lo que pintan criaturas como tú alardeando de ser seres infernales-dijo mientras los espectros le reconocían en aquel chequeo, abriéndole la puerta. El demonio se giró de no muy buena gana hacia él-. Mejor aléjate de mi, o me infectaras con tanta incompetencia.

Y dicho esto su cuerpo desapareció fundido en millones de ínfimas esporas negras de ceniza que se esparcieron de inmediato por el aire, dejando un ligero olor a chamusquina que se esfumó también al mismo tiempo.


[desaparezco]

Griffith miró aquello y luego suspiró, observando el cielo.

-Vaya, entonces voy a seguir aburriéndome -miró hacia atrás y se sentó encima de una roca, cruzándose de piernas y recostándose en una de las piedras mientras dejaba sus cuerpos tendidos donde se deslizaba algo de sangre, aunque ni tan siquiera le dolía un poco- Au revoir