Las sombras que me aman - Privado Azrael -

Deje que me atrajera hacia el con el brazo al rededor de mis hombros y apoyé mi cabeza en su pecho escuchando su respiracion y lo9s latidos de su corazón, que para mi eran mejor que la música celestial.

-Gill ¿no tienes que ensayar?-pregunte sin mirarle, contemplando aquel anillo una y otra vez-no se si estaría bien que te quedaras conmigo, acaricie su torso con mi mano, haciendo miles de dibujos imaginarios con mis dedos sobre el-¿no se enfadaran si no vas?.

En el fondo yo quería que se quedara, mientras estuviera con el no iría a casa ha hacer papeleo, al menos disfrutaría un poco mas de su compañía, pero me sentía culpable por si sus compañeros se mosqueraban por su ausencia

-No me apetece ir porque estoy muy cómodo ahora, pero no me queda más remedio-dio con suavidad sonriendo de medio lado, apartándose un mechón de cabello de delante de la cara. Miró a la chica sobre su pecho un momento y le hizo lo mismo, acariciándole y peinándole el cabello con los dedos.

-Porque nosotros también nos vamos. Es el último concierto en esta ciudad, después nos moveremos a otros sitios y volveremos aquí en unos cuantos meses-explicó con suavidad devolviendo la vista a la lejanía-. Hace mucho que no piso el infierno, ahora que lo pienso...

Era muy agradable notar los dedos de Gill acariciando y peinando mi cabello, aquello me relajaba mucho y es muy posible que en otras circunstancias me hubiera quedado dormida con aquel contacto tan placentero.

Por mi cabeza danzaban las palabras del infernal, lo de que hoy seria su ultimo concierto aquí y después marcharían a otras ciudades para regresar aquí de nuevo en unos meses, para mi esta era la ultima noche en la tierra en también mínimo unos meses.... pero tenia la esperanza de ver a Gill muy pronto, eso era lo único que me quedaba...la esperanza.

-¿Extrañas el infierno?-pregunte de manera inocente, evidentemente para mi aquello era difícil de concebir, al fin y al cabo yo era un ángel y el infierno supuestamente era malo, pero el el era un infernal y para Gill aquel lugar era su hogar.

-Lo extraño-dijo con suavidad asintiendo levemente con la vista aún en el mar-. Por muy celestial que sea el cielo y la bondad y todo lo demás... pero me gusta mi vida, estoy muy cómodo en el infierno... Si no tuviera tantos enemigos esperándome allá abajo para retarme a vida o muerte me pasaría la vida allí...

El demonio rio con suavidad y se pasó la lengua por los labios. No había concevido aún que ser medio humano para su desgracia cambiaba muchas de las cosas en las que había creído siempre, pero supuso que no tenía importancia.

Aquella imagen de Gill luchando a muerte con otros no me parecía para nada extraña, tal vez era por que la imagen que siempre había tenido de el era aquella, alguien fuerte que siempre tendría que luchar por el respeto y la posición que merecía.

-Es normal que este cómodo en el lugar al que perteneces-suspire-no obstante el cielo no tiene nada de celestial y bondadoso.....la realidad allí arriba es mucho mas terrible y oscura de lo que parece-le abrace-al fin y al cabo mientras Dios duerma habrá luchas por el poder.

Me sentía tan agusto junto a Gill que habría deseado no separarme de el, pero sabia que no era posible aquello, acaricie su rostro y le bese por ultima vez antes de incorporarme de mi asiento.

-Es tarde Gill-mire el sol que advertía del atardecer inminente-tienes que ir a ensayar, no quiero que tus compañeros le echen la culpa a este pobre Angelito por usurparles al Violonchelista estrecha-rei-¿no te parece?

El demonio salió de su estupor de tranquilidad y una mano meciéndole suavemente y miró a la chica, levantándose después.

-Es cierto. Será mejor que me ponga a trabajar ya o terminarán por echarme. No es la primera vez que falto por no tener ganas... Aunque no lo parezca necesito entrenamiento...-comentó haciéndose el importante y acercándose a besar los cabellos de la chica antes de llevársela de la mano por el mismo camino de madera pegado a la pared del acantilado.

-Y como alguien haya tocado mi moto juro que le corto las manos...-añadió acordándose de ella entonces.

No pude mas que reír ante aquel comentario del infernal, pensar el amor y la devoción que le tenia a aquel pedazo de mostrenco que era su moto, me hacia sonreír divertida en algunos momentos.

-La verdad es que si-dije divertida-pobrecito de aquel que le ponga la mano encima a tu querida moto-aferre mi mano a la suya con confianza y camine junto a el por aquellos maderos por los que habíamos llegado a aquel lugar, pensando que ya me quedaba poco para regresar a casa...demasiado poco.

-Estoy deseando que llegue la noche para escucharte tocar de nuevo-susurre-sera divertido y esta vez podre disfrutar realmente de ello-recordé lo cohibida que había estado la noche anterior al verle en el escenario...como había deseado que me tragara la tierra

Gillthanas fue al parking donde encontró su moto en perfecto estado, a excepción de que unos cuantos chavales se habían agolpado a su alrededor, a una distancia prudente por si eran vigilados. El demonio no les dejó admirarla demasiado, en cuanto se acercó cogió el casco y miró a la chica.

-Entonces ¿qué harás ahora? ¿Te vas hasta la noche o te llevo a alguna parte?-le preguntó montando sobre la moto y apoyando el casco sobre el manillar.

Me quede pensativa, ante su proporción, al fin y al cabo para poder ir a mi despacho entraría por la torre de mármol y para entrar en ella necesitaba una casa destartalada por la que entrar...

-Si me acercas al Ghetto te lo agradecería-dije con una sonrisa-desde allí iré a casa para hacer cosas antes de tu concierto-me acerqué a el sin importarme lo que pensaran los chavales que estaban por allí mirando la moto y le bese-o te es mucha molestia, por que si es así no te preocupes me las apañare para llagar-acaricie su rostro-al fin y ala cabo siempre tengo el recurso de ir volando ¿no?-susurre en su oido de manera cariñosa.

-Ya te acerco yo-le dijo con suavidad asintiendo con la cabeza y pasándole el casco.

Conectó la llave de la moto y la encendió, haciéndola rugir con aquel sonido ronco y perfectamente limpio que tanto le gustaba. Esperó a que Azrael estuviera lista y quitó el freno, acelerando de pronto como ya había hecho desde siempre y comenzó de nuevo una carrera a través de la ciudad. Por extraño que pareciera a pesar de estar quebrantando varias leyes nunca nadie iba a por él. Podía correr todo lo que quisiera que nunca aparecían multas ni se estrellaba contra nada ni nadie.

Cogí el casco que me ofrecía Gillthanas y me lo coloque, sintiendo de nuevo aquel peso en la cabeza que me daba la sensacion de que se me caería de los hombros. Subí a la moto y me abrace con fuerza a Gill enroscando mis brazos al rededor de su cintura, sabiendo la velocidad con la que arrancaba la moto, por la experiencia anterior.

La velocidad lo envolvio todo y de nuevo las casas y las personas pasaban junto a nosotros perdiéndose en la lejanía en cuestión de segundos, todavía me extrañaba que no nos chocáramos contra nada aquella velocidad, pero tenia confianza en Gill.

Bese su espalda en incontables ocasiones en aquel viaje, para que supiera que estaba bien y le estreche contra mi en mas de una ocasión en la que me dio la sensacion de que chocaríamos con algo o que caeríamos de la moto, pero eran solo sensaciones pasajeras.

Después de cruzar varias calles y atrevesar media ciudad Gillthanas comenzó a disminuir la velocidad a medida que se acercaban a aquellos barrios bajos, parando finalmente en una de las calles prácticamente vacías por la hora que era.

-Ya estamos-anunció parando la moto y dejándola caer suavemente a un lado para apoyarse en el suelo con el pie. Se giró un momento a la chica y le ayudó a quitarse el casco-. Espero verte por la noche-le dijo con suavidad y una leve sonrisa apoyando el casco en el manillar de la moto-. Si no encuentras a Jack búscame en los camerinos, te daré tu pase para la primera fila.

El recorrido de la moto parecía llegar a su fin, Gill deceleraba aquel vehículo al llegar a los barrios mas pobres, parándola finalmente y descendiendo de ella. Con un gesto suave me ayudo a quitarme el casco y yo misma baje de la moto con un pequeño salto y una .

-No te preocupes estaré allí a la hora acordada-cogí su mano y la sostuve entre las mías-no me lo perdería por nada del mundo.

Abrace al infernal con infinito cariño, recostando mi cabeza sobre su pecho mientras mis ojos se posaban de nuevo en aquel anillo y me ruborizaba como una niña avergonzada.

-Te quiero-otra vez aquel susurro que me aliviaba tanto la pesada carga de mi alma-¿me das un beso de despedida?-le mire avergonzada unos instantes , antes de desviar la mirada avergonzada por aquella petición mía

El demonio sonrió un momento ante las reacciones de la chica y alargó una mano hasta su rostro, tomándolo con suavidad y haciendo que le mirase un instante antes de acercar los labios a los ajenos, rozándolos levemente un momento para después unirlos en un suave beso, prolongado y dulce.

Se separó de ella con suavidad a penas unos centímetros y después le pasó el brazo por la espalda, estrechándola contra sí.

-Hasta la noche-le dijo con suavidad soltándola y cogiendo el casco para darle la vuelta y ponérselo.

Aquellos jestos del infernal me hacían sentir tan bien, el hecho de que tomara mi rostro con aquella suavidad para hacerme mirarle y me besara, profundizando el contacto de mis labios con los suyos hasta hacerme quedar en los limites de la locura...me encantaba. Pero lo que mas apreciaba eran aquellos abrazos en los que me rodeaba completamente con sus brazos y me hacia sentir querida y segura, le amaba, le amaba mucho mas de lo que nadie podría haber imaginado jamas y a la vez aquella bendición era una maldición terrible para un ser de mi clase, pero aun así me daba igual lo que pasara con tal de poder pasar aun que fueran cortos periodos de tiempo con el.

-Hasta la noche Gill-me despendí de el con una sonrisa y el leve rubor en mis mejillas, entonces hice aparecer la llave con la que entraría a la torre, aquella que me llevaría a un trabajo que odiaba pero que me veía obligada a hacer

Con un sencillo gesto se despidió de ella, ajustándose el casco negro y haciendo rugir de nuevo la moto. Clavando el freno y acelerando para hacerla girar fuertemente en el sitio y salir de allí a la misma velocidad que había conducido siempre a través de las calles de la polvorienta ciudad.

No lo veía mal en absoluto. aunque para Gillthanas hasta la más ruin de las acciones le parecía hermonsa y admirable. Quizás en aquellas nuevas condiciones su vida se complicase más de lo que había estado siempre, complicada aunque cómoda, pero no le importaba. Se sentía agusto y capaz de cualquier cosa en aquellos momentos.

Le vi hacer derrapar la moto de nuevo y salir disparado como el rayo y suspire resignada, definitivamente era muy imprudente conducir de aquella manera pero en fin, parecía que a Gill no le pasaba nada por hacer aquello.

Mire a mi alrededor cerciorándome de que nadie pasaba por aquella calle e introduje la llevé en la cerradura de una casa que se caía a pedazos, ante mi se abrió la puerta que daba paso a la torre de marmol, subí las escaleras haciendo aparecer el trague de líder y cruce la consabida puerta que llevaba al despacho del líder de los serafines. Sobre la mesa cientos de papeles esperaban ser firmados, pero yo no estaba por la labor, no quería que las ejecuciones continuaran de aquella manera tan seguida, era demasiado duro para mi, saber que mi firma condenaba a muerte a tantos inocentes me dolía mas de lo que nadie podría jamas legar a imaginar...no obstante.....no tenia eleccion.

Me senté a la mesa y revise algunos documentos firmando cosas que ni siquiera entendía, si la venta del cielo al infierno se hubiera encontrado sobre mi8 mesa...la habría firmado sin tan siquiera inmutarme.

Las horas pasaban y los papeles disminuyeron considerablemente y junto con ellos la felicidad que me había embargado todo aquel día.

Me incorpore para ir al concierto de Gill pero una mano me cogió por detrás, no me gire, no me hacia falta..era una de las figuras encapuchadas.

-¿A donde crees que vas?-dijo con aquella voz de ultratumba-no has terminado tu trabajo, sientate y sigue firmando.

-Tengo una cosa que hacer-dije separándome de aquel ser-no tardare, no voy a huir, regresare y cumplire mi misión.

-Hueles a infernal que tiras para atrás-dijo algo desconfiado-no te creo, no te dejare ir.

La luz me embolvio haciendo salir disparado al otro contra la pared dándose un fuerte golpe

-He dicho que me voy-dije furiosa-olvidadme un rato.

Dicho esto cruce la puerta escuchando a mi espalda un grito de rabia y pensé que me esperaba una buena cuando regresara pero ahora no me preocuparia.

Pasado una largo rato me encontraba de nuevo en el teatro ataviada con un vestido de seda negra unos zapatos a juegos, el colgante de estrellas, el cabello recogido unos pendientes largos y aquel anillo que me había regalado mi Infernal querido.

Entre al teatro y comencé a caminar hacia los camerinos en busca de Jack o Gill

Los camerinos estaban vacíos. La gente aún no había comenzado a venir porque era temprano y tanto acomodadores como músicos se encontraban en los palcos preparando las últimas cosas antes de abrir las puertas al público ofialmente.

De ahí a un rato Gillthanas alzó la vista hacia uno de los relojes que marcaban la hora en las paredes ocultas por las cortinas de ornamentación y se excusó rápidamente, bajando por los pasillos para saltar al escenario y meterse entre los telones, yendo directamente a los camerinos acordándose de que la chica debería estar por allí ya o estar a punto de llegar.

-¡Azra!-exclamó viéndola de espaldas y abrazándose a ella. ubiloso tenía un humor aquella noche bastante alegre del que todos se habían sorprendido en realidad, aunque nadie se lo criticaba.

Caminaba distraida y tranquila por aquellos pasillos, observando con curiosidad a toda la gente que trabajaba con ahinco para que el concierto saliera bien, entonces escuche mi nombre y antes de darme cuenta me encontraba rodeada por los brazos de Gillthanas que me abrazaba por la espalda.

Apoyé mi mano sobre las suyas y las acaricie con un gesto cariñoso mientras en mi rostro se dibujaba una sonrisa.

-¿Me extrañastes?-pregunte de manera inocente y al hacerlo recordé que hacia mucho tiempo atrás un día también le pregunte lo mismo y me dijo que no, así que suspire-yo a ti si, como siempre-apoyé mi cabeza sobre su pecho dejando caer el peso de esta en ese lugar para poder mirar hacia arriba y contemplar aquel bello rostro enmarcado por aquel cabello plateado.

Cuando miró hacia arriba le atrapó el rostro con ambas manos tal cual estaba y se acercó a besarle los labios y después soltarla.

-Llegas pronto. Pero ven, te daré el programa y podrás escoger butaca. Los demás cre que ya se están preparando.

El demonio la cogió de la mano y se la llevó por un camino de¡iferente saliendo de los camerinos llegando al escenario por la parte de atrás. Gillthanas se asomó por entre los telones y vio como poco a poco empezaba a llegar la gente.

No obtuve una respuesta con palabras, pero aquel beso podía haber significado tantas cosas que no supe interpretarlo, cosa que me fastidio mucho.

Camine junto a Gill sin soltar su mano hasta el mismísimo escenario, nunca me imagine visitando el teatro de aquella manera pero era divertido y excitante a la vez.

-¿Hay mucha gente?-pregunte sin atreverme a mirar a través de la obertura en el telón, pero casi tan nerviosa como debían de estar los interpretes.

Suspire y apreté con algo de fuerza la mano de mi infernal, para después de eso acercarme a el y estrecharlo contra mi con cariño, solo quería sentir su calor, grabarlo en mi cabeza, junto con su aroma y sus gestos, junto con sus palabras y actos. Temía olvidar a Gillthanas cuando no estuviera junto a mi, no olvidarle a el si no esas pequeñas cosas que lo conformaban, por eso me esforzaba en recordar todo y para que el no me olvidara le recordaba una y otra vez que le quería.

Gillthanas volvió a meter la cabeza y rebuscó algo en el bolsillo, tendiéndoselo a la chica después.

-Ten, es tu pase-le dijo dándole aquel papel rosado-. Si alguien te dice algo enseñas esto y demostrarás que la butaca que ocupes es la tuya. Se venden entradas pero cada cual se sienta donde quiere. A veces eso da problemas...-le dijo sonriéndole un momento. Miró atrás un segundo y después se acercó a la chica para abrazarla y besarle los cabello.

-Vamos ve ya. Aún tengo que cambiarme y preparar algunas cosas con los demás.

Me resulto tremendamente agradable aquel beso y abrazos que correspondí con un buen abrazo mio antes de separarme de el con una sonrisa y comenzar a caminar a mi butaca.

En el camino me pararon dos veces pero al enseñar el pase que me había dado Gill los problemas se solucionaron y pude hacerme con la mejor butaca de primera fila, desde allí vería a Gill con el Vilonchelo mejor que nadie..ya estaba deseando escuchar su música y sentir como esta entraba en mi llenandome de todos los sentimientos que era capaz de transmitir con aquel instrumento.

Cada vez mas gente llegaba y en pocos minutos todo el teatro estuvo lleno hasta los topes, las voces y la expectación hablaban del ultimo concierto en aquella ciudad de este violonchelista prodigio y todos los que le rodeaban, para mi hablaban de Gill y su música con todo lo que esto representaba para mi persona

Poco a poco el bullicio se fue apaciguando, la gente terminó de entrar en el gran teatro y de ocupar un puesto en las gradas para que lentamente el ruido llegase a ser nulo y las luces se apagaran. Dos únicos focos, de luz tenue y blanquecina eran los que se centraban en las cortinas rojas del escenario hasta que, después de un rato, estas se abrieron.

Un portavoz vestido para la ocasión salió a darle la bienvenida al público etre el instrumental ya preparado, presentándose y dando un pequeño discurso que daba paso a la actuación. El sólo nombrar de nuevo el nomre del grupo que tanto se anunciaba en carteles por toda la ciudad la gente volvió a sonreír y aplaudir. Sin más dilación ni hacer la espera más larga, después de unos segundos, el hombre desapareció del escenario dándole paso a aquel grupo de hombres que componían el grupo, los cuales saludaron al público entusiasta, intercambiaron algunas últimas palabras de preparación entre ellos y ocuparon sus puestos.

Todos estaban de buen humor, se les notaba agradados y satisfechos. Gillthanas, casi el favorito de todos aquellos fans, miró a la gente con una brillante sonrisa, sentado con el violonchelo ante él, para después a penas ver a la chica sentada tan próxima. No se la quedó mirando como había ocurrido la primera vez que la había visto allí mismo. Sabía que estaba y que seguiría estando allí, y era todo lo que necesitaba saber.
Los integrandes del grupo instrumental se intercambiaron unas miradas de aviso y de nuevo todo volvió a quedar en el más absoluto de los silencios antes de que comenzaran con el concierto.

La expectacion y la impaciencia me carcomian por dentro, yo solo queria comenzar a escuchar aquel instrumento que portaba Gill, que las notas que hiciera sonar junto con la melodia que formaban me rodeara y llenara, cortandome la respiracion en algunos momentos o llenandome de pena o alegria, solo queria escucharle a el, por que para mi el unico que estaba sobre el escenario era aquel infernal al que amaba.

Durante el discurso de presentacion no hice mas que pasar mi mano acariciendo aquel anillo que era tan especial para mi, no escuche lo que decia el interlocutor ya que me encontraba perdida en mis propios pensamientos y recuerdos, solo enfoque la vista cuando note que se mobia algo sobre el escenario, contemplando a Gill con sus instrumento fijando unos instantes eternos sus ojos y los mios, cerciorandonos de que estabamos alli, sin necesitar nada mas, preparada para escuchar lo que el me dijera con aquella musica.

-Te quiero-susurre sin saber si me escucharia decir aquello en es corto silencio antes de que comenzara la musica, pero desenado que asi fuera