Las sombras que me aman - Privado Azrael -

El demonio se la quedó mirando unos instantes sin decir nada, con la palma de la mano quieta sobre su vientre para después llevar ambas manos a la espalda de la chica, rodeándola e inclinándose hacia delante para levantarse del sofá y llevándose a la chica con él, en brazos tal cual se había sentado sobre él.

Caminó despacio por el pasillo, yendo hasta su habitación. No le volvió a preguntar por si cambiaba de opinión, pero en cambio hizo el camino lento y largo para darle tiempo a pensar, hasta que finalmente llegó al cuarto. Caminó hasta la cama, quedándose a menos de un metro de ella y notó como le daba un vuelco el estómago. Dejó a la chica en el suelo, con los ojos cerrados, tratando de controlarse mentalmente, y se dejó caer al borde del colchón, sentándose ante ella. Después de unos instantes alzó la vista hacia ella y la clavó en su ojos azules.

Deje que me rodeara con sus brazos y me transportara en aquella posición lentamente, muy lentamente por el pasillo, haciendo que me diera la sensacion de que este era kilometrico, dandome tiempo a pensar si estaba bien lo que hacia, encontrando como única respuesta que era lo que quería hacer en aquel momento.

Llegamos a la habitación y Gill me dejo en el suelo mientras el se sentaba en la cma , alzando de improvisto la mirada y clavando sus ojos en los mios, haciendo que me diera un salto el corazón.

Me acerqué a el obligandome a no apartar la mirada, solo manteniéndola, caminado con pasitos cortos y vacilantes como si el fuera un depredador dispuesto a devorarme si daba un paso en falso.

Al llegar a el extendí mis brazos y rodee su cuello besando su mejilla con cariño

-¿Todo esta bien Gill?-pregunte algo insegura de mi misma-yo....-trague saliva con dificultad-no se nada de esto y...tengo algo de miedo, pero estoy contigo...y eso esta bien para mi....Gill no se que debo hacer ahora-mi abrazo se estrecho aun mas atrayéndolo todo lo que pude hacia mi

El demonio la miró todo el tiempo hasta que se acercó a él lo suficiente como par besarle y cerró los ojos, dejándose llevar un momento por el momento y todas las sensaciones que le recorrían la espina dorsal.

-Está bien, no te preocupes. ¿Confías en mi?-le preguntó buscando sus ojos para perderse en ellos un momento. La tomó por los hombros de nuevo, deslizando los dedos por sus brazos mientras la volvía a incorporar de pie ante él. La miró un momento y después llevó las manos a los hombros de su túnica para desprenderla de él. Lentamente, deslizándoselo por la piel para dejar que resvalase por su cuerpo y cayese al suelo rozándole los tobillos.

Asensi energicamente mirándole a los ojos, evidentemente si no confiara en el no me encontraría en esta situación ni por error.

Sus manos acariciaron mis hombros y mis brazos, deslizando poco a poco mi túnica por ellos haciendo que finalmente quedara desnuda ante el.

Tuve que hacer un gran esfuerzo para no taparme automaticamente con las manos, solo desvié mi cabeza y mi mirada de sus ojos a un lateral tragando saliva y notando como el calor en mis mejillas aumentaba visiblemente.

¿Yo solo podía dejarme hacer?, no me parecía lo mas correcto así que llevé mis manos a su torso acariciándolo por encima del jersey hasta encontrar el final de este y suavemente comencé ha retirar aquel obstáculo de la piel de Gill con algo de torpeza e inseguridad, puesto que donde el todavía llevaba ropa yo solo me encontraba con unos culotes y un pequeño sujetador blancos.

Le mire suplicante mientras retiraba aquella prenda y cuando me hube desecho de ella bese su pecho recorriéndolo con mis labios hasta llegar de nuevo a su cuello y al lóbulo de su oreja.

-Yo siempre he confiado en ti Gill-susurre como el ronroneo de un gatito-te amo.....-fue lo ultimo que susurre antes de volver a besar aquellos labios que deseaba mas que un sediento el agua

El demonio guardó silencio mientras la chica le despojaba de sus prendas dejándole desnudo de cintura para arriba y apoyó las manos en sus omoplatos mientras se inclinaba sobre él para besarle de nuevo.

-Recuerdo que una vez te pedí acariciarte el pecho y te negaste-le dijo con una media sonrisa y los labios cercanos a su mejilla. Bajando las manos con suavidad hasta el sujetador, desabrochándolo despacio, aunque no llegó a quitárselo-. Déjame verte, Azrale-le pidió separando de nuevo las manos de ella y echándose un poco hacia atrás mientras volvía a contemplar su cuerpo en la penumbra. No lo recordaba así ni mucho menos. Le pareció que había crecido y cambiado demasiado en aquellos años.

Aquel recuerdo se volvió muy vivido en mi cabeza, recordado cuan mal me había sentado aquella petición en un momento en el que era incapaz de comprender mis sentimientos hacia el infernal.

Gill me separo de el y comenzó a observarme insistentemente mientras yo desviaba la mirada totalmente avergonzada, son saber si quiera ahora que el sujetador esta desabrochado si se veía algo mas que antes.

-¿Por que me observas de esa manera?-pregunte sin mirarle-¿Tan rara soy?, supongo que tengo un cuerpo muy aniñado y esas cosas-dije algo dolida conmigo misma-no es bonito, lo se.

-Tu si tienes un cuerpo de adulto-dije mirandole de reojo y acariciando su pecho con la punta de mis dedos-me gusta

El demonio suspiró y dejó caer un momento la cabeza, quedándose con la vista perdida a la altura de las rodillas de la chica para después alargar una mano hacia ellas y subirla por sus piernas, rozándole los muslos hasta que alcanzó su cintura, tomándola de ella y atrayéndola para besar la suave piel de su estómago.

-Por favor... Llevo toda una vida soñando con este momento. No me lo chafes diciendo incoherencias como esa-le dijo alzando la vista desde allí, mirándola desde su estómago con las manos en la parte baja de su espalda-. Eres perfecta.

Todas las palabras de reproche que me decia eran una muestra del miedo que me daba no gustarle y el con suaves caricias y palabras dulces las había disipado completamente.

Me puse tensa cuando su mano recorrió mis piernas hasta mi cintura, fue algo agradable,tanto que un suspiro escapo de mis labios cuando me encontre aprisionada en su abrazo, notando sus labios sobre mi vientre mientras me decía que era perfecta.

Apoyé una de mis manos sobre su cabeza y recorrí con ella toda la extensión de su cabello entrelazando mis dedos con el en una caricia suave y tierna.

-Gracias Gill-conteste mirándole a los ojos con aquel rubor en las mejillas y la respiracion agitada por el nerviosismo.

Me solté de aquel abrazo y me senté junto a el en la cama, dejando mis piernas colgar gracilmente e el aire si llegar al suelo, suspire y tras eso me deje caer sobre la cama quedando tumbada al lado de Gill tirando de el hacia mi para abrazarle y besarle desde esa postura decidida a dejar llegar aquello hasta el final sabiendo que luego no me arrepentiría

El demonio dejó que le arrastrara hasta tumbarle a su lado y la miró un momento, pasándole un brazo por encima.

-No tienes que preocuparte-le dijo con suavidad pasándole una mano por los cabellos, apartándoselos de la cara para dejarle un suave beso en la sien-. Aunque dicen que la primera vez siempre es desastrosa...-dijo sonriendo un momento con la frente arrugada, algo nervioso de pronto. Empujó hacia atrás a la chica, dejándola boca arriba y apoyando el antebrazo al lado de su cabeza, mirándola a los ojos-. Prometo ser muy cuidadoso.

"dicen que la primera vez siempre es desastrosa" aquello resonó en mi cabeza como una maldición haciendome tener mas nerviosismo y miedo, pero tenia que tranquilizarme...

Gill se coloco sobre mi haciendome mirarle a los ojos y me prometió ser cuidadoso, aquello era lo que necesitaba, sus palabras, sus gestos y aquella mirada capaz de convencerme de lo que quisiera.

-Te creo-dije con una pequeña sonrisa-y confió en ti, así que no tiene por que ser desastroso ¿verdad?-dije mas para convencerme a mi que a el, entonces alce la cabeza y le bese rodeando su cuerpo con mis brazo obligandole a recostarse sobre mi, para poder tener vía libre hasta su cuello y su pecho donde a base de besos, lametazos y mordisquitos fui apaciguado mi nerviosismo

Gill recorrió su cuello con la yema de los dedos, habando por sus hombros y llevándose con sigo los tirantes de su ropa interior, aprovechando que ya estaba desabrochado para despojarle de él, dejándolo a un lado. Al no estar sobre ella completamente podía contemplarla con mucha más facilidad, y aquellos momentos que sabía serían irrepetibles le pasaban muy rápidos. Hizo todo lo posible por que trancurrieran lentos, pero no era capaz de concevir más que el cuerpo de la muchacha entre sus manos, en aquellos instantes.

Una vez que terminó de hacer aquello siguió con la vista un momento perdida en los ojos de la chica, hasta que la bajó hasta su pecho, vacilando unos instantes antes de acercar una temblorosa mano hasta sus clavículas. Con cuidado, con la histeria de que pudiese romperse de un momento a otro, deslizó la yema de los dedos sobre su pecho, siguiendo aquellas suaves formas con ellas, lentamente, como si dubujase sobre su piel y memorizase aquel hermoso mapa.

Todas aquellas caricias me agradaban, tal vez por que estaba siendo todo lo gentil y tranquilo que podía en aquellos momentos, demorando cada paso que dábamos hasta limites insospechados.

No me di cuenta del todo de que mi sujetador se deslizaba abandonando mi cuerpo, lo concebí mas como una caricia, entonces el clavo sus ojos en los mios de nuevo y pude notar su mano recorriendo suavemente mis senos, provocandome suspiros excitados que intentaba contener con una de mis manos, mientras poco a poco aquellas sensaciones me nublaban la mente haciendome perder la cordura.

Mis manos recorrieron su espalda con suaves caricias, arañandola en algunos momentos y dejando caminitos rojos en aquella piel, quería mas de todo aquello pero no me atrevía a pedirlo así que solo podía besarle para demostrar que todo aquello me gustaba

El demonio no pudo sonreir clandestinamente al notar aquellos suaves arañazos. Siempre le habían gustado las muestras de reveldía por parte de los demás, al menos en aquellas pequeñas dosis, aunque no era el momento de pensar en aquello.

Gillthanas detuvo la mano a la altura de su estómago, apoyando la palma allí para elevarse un poco y mirarla con más claridad. Era dificil controlarse y contenerse, pero lo estaba consiguiendo. Se separó nuevamente de ella llevando las manos a sus costados y bajándolas por sus caderas, acaricándola con cuidado y quedándose con cada detalle presente en su suave piel. Se inclinó sobre ella, besando otra vez su vientre esta vez sin ropa de por medio. La respiración de la chica, sentir su piel tibia bajo sus labios, no podía ponerle un precio a aquello. Deslizó los dedos hasta la gopa de la última prenda que quedaba por quitar y suavemente retirándose él hacia atrás también, comenzó a bajarla, dejando que se deslizase por sus muslos.

Tenia los ojos entrecerrado, respiraba agitadamente e intentaba mantener mis suspiros a ralla aun que algunos conseguían escapar de mis labios.

Me estaba dejando llevar por aquel amasijo de sensaciones nuvas que me brindaba el infernal y no podía...no quería oponerme a ello.

Beso mi vientre y entonces note como aquella ultima barrera de tela que había en mi cuerpo se deslizaba por mis muslos suavemente, siendo retirada finalmente por Gill.

-No es justo -dije infantilmente- tu todavía estas vestido-puse cara de falso enfado y después sonreí sin mirarle sabiendo que estaba totalmente ruborizada

El demonio la miró un momento alzando medio cuerpo, mirándola desde sus pies para llevarse una mano al estómago desnudo y saber que llevaba los pantalones puestos. No tenía problemas para desnudarse, de hecho estaba muy orgulloso de aquel cuerpo que a conciencia había escogido. Sin embargo aquella vez se lo pensó. Duró muy poco vacilando pero se contuvo durante unos instantes.

Sonrió con malicia, mirándola a los ojos y pasó una pierna al otro lado poniéndose a horcajadas sobre sus muslos pero sin llegar a sentarse ni apoyarse sobre ella, con aquel inmenso y portentoso cuerpo cerniéndose sobre ella.

-Pues a qué esperas...-le dijo con suavidad tomando una de sus manos y haciendo que la posase sobre los botones fríos y duros de su pantalón.

Si cuando yo digo que tengo la boca muy grande a veces......

Gillthanas se había sentado horcajadas sobre mi y condujo una de mis manos a los botones de su pantalón indicándome que los desabrochara.

Me incorpore quedando sentada con el enfrente mía y procedí a hacer lo que me había pedido con la habilidad suficiente para hacerlo con una sola mano, mientras con la otra acariciaba y arañaba su piel alternativamente, dando lametones en las zonas arañadas.

Había perdido la vergüenza a estar desnuda frente a el, pro todavía me encontraba nerviosa , poco a poco me deshice de aquellos pantalones, sin tan siquiera mirar aquella zona, me encontraba perdida en los besos y caricias que le estaba proporcionado.

Cuando termine mi labor me deslice debajo de el separándome lo justo de su cuerpo para poder ponerme de rodillas dejarrme caer sobre el, siendo yo esta vez la que se encontraba arriba

-Qué piensas hacer-le preguntó perdiendo la tensión que le había causado aquellos momentos, recordando que para él todo aquello no era más que deliciosa rutina que le encantaba-. Ve despacio, no quiero hacerte daño y si haces estas cosas acabarás provocándome para que salga de mi la bestia que llevo dentro...-bromeó frunciendo levemente el ceño, sonriendo con suavidad.

Ahora que más o menos los dos estaban desinhibidos todo parecía ser más fácil, podía fluir con normalidad si eran ellos mismos y no trataban de adornarlo con falsedad. Para Gill era como una chiquillada, inocente a la vez que maliciosa.

Me encontraba sobre el acariciando su pecho y besándolo, entonces en una de mis carias pase por sus pezones y una extraña idea acudió a mi sin tan siquiera darme tiempo a rechazarla.

Comencé a lamer su pecho y cuando mi recorrido me llevo a aquella zona me dedique a ella en cuerpo y alma, besándola ,lamiendola y mordiéndola con cariño, como si las palabras de Gill nunca hubieran llegado a mis oídos

Cuando aquello se erecto me senté sobre Gill con un gesto inconsciente tocandome con aquel bulto tras de mi que roce sin darme cuenta con mi trasero presionándolo levemente con mi peso, mientras yo me preocupaba por intentar tranquilizarme un poco, sin saber lo que podía provocar con aquellos roces y presiones involuntarios

El demonio creyó que todo aquello le cegaba y le nublaba la mente un momento, e instintivamente se removió bajo el cuerpo de la chica, haciendo aquellos roces más profundos hasta que abrió los ojos y llevó las manos a los homrbso de la chica, deteniéndola un momento.

-Espera un momento. Yo no necesito preparación, tu si-le dijo con suavidad mirándola un momento a los ojos y alcanzando a besarla un instante antes de empujarla de nuevo hacia un lado, tumbándola otra vez boca arriba-. Estate quieta, me mareas-le dijo riendo con suavidad, apoyando la frente en su mejilla y besándola de nuevo-. Necesito relajarme, sólo un segundo.

Me daba la impresión de haber hecho algo malo cuando Gill me cogió de los hombros hechandome a un lado para dejarme de nuevo tumbada boca arriba besandome.

Me quede quieta a petición suya, pero todavía tenia la mirada nublada y la respiracion agitada, aun que el estaba bastante peor que yo.

Llevé mi mano a su rostro y o acaricie con cariño, recorriéndolo completamente acariciando su labios su nariz, su frente....enredando mi mano una y otra vez con aquellos cabellos plateados que me encantaban y sonriendo le dulcemente mientras poco a poco me relajaba.

-Te quiero-me preguntaba por que tenia la necesidad de repetírselo tantas veces, pero cada vez que lo pronunciaba me daba la impresión de ser algo mas real

El demonio le sonrió con suavidad y agachó la cabeza hasta sus rodillas, acariciándolas con suavidad, notando la piel tersa y eternamente joven de la chica bajo sus dedos.

-Tendré todo el cuidado del mundo-le dijo suavemente descendiendo hasta sus pies, acariciándolos también para ir recoriéndolos a suaves besos, subiendo por sus piernas con la más absoluta de las calmas, como si fuese tanteando cada centímetro de piel con ternura, con delicadeza, haciendo que aquellos momentos fueran eternos y gravarlos en la mente para que no se le olvidasen jamás.

Todos aquellos besos, ahora que me encontraba mas tranquila habían mandado mi calma de vacaciones, mi respiracion y pulso se aceleraron y tuve que llevar de nuevo una mano a mis labios para hebitar mis suspiros excitados.

Todo aquello me estaba llevando a un estado de expectación que me resultaba hasta molesto, pero el seguía haciendo la cosas con la cala necesaria para que me acostumbrara a todo, notando sus labios recorrer mi piel centímetro a centímetro, sintiendo como mi cuerpo pedía mas de aquello, mucho mas pero como yo intentaba mantener el silencio y la compostura en contrapunto

El demonio se había ido deslizando sobre sus piernas abriéndose pasos a suaves caricias y a tenues besos, situándose entre ellas lentamente mientras las recorría despacio, con el trato que había seguido desde el principio, hasta que sus labios se toparon con la fina y cálida piel del interior de los muslos, pellizcándola entre ellos y alzando de vez en cuando la vista para contemplar su bello rostro sonrojado.

-Relájate un poco...-le dijo desde allí esbozando una suave sonrisa, cada cez más cercano a su vientre pero tomándose su tiempo para besar y lamer sus muslos y caderas.

Aquel pellizco, me hizo gemir sin poder evitarlo, lo que provocó que me pusiera roja como un tomate y me tapara la cara con las dos manos.

-Lo...lo siento-dije algo confusa con aquel nuevo sonido que había salido de mis labios-me tranquilizare.

Cerré los ojos abandonadome al placer de todas aquellas caricias, besos y lamidas, sintiendo que de tan rápido que me corría el corazón pronto se pararía.


Mi mano busco su cabeza, acariciando sus cabellos, necesitaba hacer algo, ya que quedarme quieta comenzaba a exasperarme

Una vez que llegó allí el demonio pasó por alto toda la piel que quedaba entre su estómago y sus muslos y se inclinó sobre ella, acercándose a sus labios y mirándola frente a frente un momento antes de besarla con suavidad, recorriendo sus labios con la lengua mientras le tomaba de la muñeca con suavidad.

-No te tapes, por favor, quiero verte...-le susurró volviendo a mirarla a los ojos antes de emprender el mismo camino a besos y caricias, por su cuello, sus pecho, descendiendo nuevamente por su estómago.