Las sombras que me aman - Privado Azrael -

Una pasarela de madera contrsuida en la pared del acantilado, provista de bancos, era como un idílico paraje previamente preparado para perderse en él., y fuera lo hermoso que fuera siempre estaba solitario y bañado por la fresca brisa.

-Azrael...-dijo de pronto posando la otra mano en aquella barandilla que les guardaba de la caída al mar, parándose un momento sobre las tablas, mirando a la chica a los ojos, como si se hubiera dado cuenta de algo-. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Continué observando el paisaje y mis ojos se acaban perdiendo irremediablemente en aquellas aguas que me anunciaban desconfianza hacia los que me rodeaban...pero aquello no era nuevo.

Mire a Gillthans con sus ojos clavados en los mios y no pude reprimir un suspiro de admiracion, la luz del día parecía hacerle resplandecer con una luz imponente.

-Puedes preguntarme lo que quieras Gill-dije sonriendo-hace tiempo que no tengo lo que se dice muchos secretos contigo

Gill continuó mirándola un instante en silencio, meditando las palabras.

-Bueno... lo hecho hecho está y todo eso, pero... Aquella vez, en la torre...-comenzó a decir con suavidad-... después de todo este tiempo... ¿volverías a escoger igual?-le preguntó mirándola con franqueza a los ojos mientras dejaba que el aire le removiera levemente el cabello, ignorándolo.

Aquella pregunta siempre regresaba, haciendome poner un semblante triste y agachar la cabeza apenada.

Asentí, y mientras asentía recuerdos de estos años de encierro llenaron mi mente, recordándome por que no debía huir, por que tenia que permanecer en mi lugar.....ELLOS, siempre era lo mismo, yo solo era una marioneta de aquellos seres, los que realmente dirigían el cielo, si yo no estuviera ya nada les contendría en su crueldad y aun asi pronto otro me sucedería.

-La verdad, es que me gustaría decir lo contrario-suspire-pero la cosa no ha cambiado demasiado y yo sigo debiendome a mi trabajo mas que nadie, hace tiempo que abandone la idea de huir finalmente

Gillthanas la miró un momento y después asintió levemente con la cabeza.

-Está bien, supongo..-dijo mientras apoyaba las manos en la barandilla y miraba ligeramente hacia abajo-. Quizás no haya debido preguntarte... alomejor era una de esas preguntas que no se deben de hacer jamás...-comentó más hablando consigo mismo que con la chica, rascándose la frente un momento para seguir la linea marina que marcaban las olas-. Esta bien...

Gill habia dado en el calvo con aquel comentario, la verdad es que habria preferido que no me hiciera aquella pregunta, me dolia demasiado contestarla una y otra vez, sabiendo que mi argumento seria siempre el mismo y al el le doleria en el fondo aun que no lo demostreara.

-No quiero que pienses en ello-susurre acercandome a el para estrecher su mano entre las mias-piensa que ahora estoy aqui, contigo y dusfruta de ello mientras podamos-suspire intentando desechar de mi mente la iedea de alejarme de el de nuevo.

Queria animarle, pero realmente no sabia como hacerlo, estas cosas se me daban bastante mal

-No importa-insistió en decir mientras la miraba a los ojo, de forma jovial y despreocupada.

Volvió a tomarla de la mano y siguió caminando con ella por aquella pasarela al abrigo de las paredes del acantilado, bañado por las fuertes olas. Realmente no tenía la menor idea de como tomarse aquello. Ni si quiera podía pensar con claridad sobre ello y sacar una conclusión, porque no sabía qué pensar ni hacer en aquellos casos completamente desconocidos para él. No los comprendía, y ciertamente no parecía muy interesado en comprenderlos.

Gill cogió mi mano y comenzamos a caminar por aquella pasarela, el parecía despreocupado, como si lo dicho por mi no hubiera significado nada para el y me entristecía de alguna manera pero prefería disfrutar de su compañía a tener que estar deprimida por que no le diera demasiada importancia a aquello.

La brisa marina acariciaba nuestra piel y a mi me producida una sensacion muy agradable y placentera, me resultaba extraño que el la Gran Urbe, con toda la contaminacion que la rodeaba, hubieran lugares tan bellos como aquel.....tal vez no duraría mucho.

-Te quiero-no se cuantas veces se lo había dicho ya, no estaba segura de que le gustara escucharlo o de que tuviera para el el mismo significado que para mi pero...me aliviaba poder decirlo en lato, quitaba a mi alma un peso demasiado grande que había estado manteniendo allí encerrado durante mucho tiempo....no podía dejar de decírselo, quería que lo supiera, que lo tuviera claro por que aquellos eran mis sentimientos de verdad

-¿Te sientes mejor si lo dices?-le preguntó mirándola un instante-. Porque si no no le encuentro el sentido a que lo repitas tanto-Gillthanas sonrió alzando la vista al cielo-. Ah pero está bien, ¿eh? No dejes de hacerlo.

El demonio pasó aquella mano que tenía cogida a la chica por delante de esta y la apoyó sobre su hombro, tirando un poco de Azrael para pegarla más a él.

Sonreí a las palabras de Gill, dejando que este me pegara mas a el notando el calor de su cuerpo y sintiéndome a gusto así.

-La verdad es que si me hace sentir mejor-suspire-puede que resulte pesado oirmelo decir tantas veces, pero....quiero que lo sepas, que quede grabado en tu cabeza para que esta te lo repita con mi voz cuando yo no este-agache la cabeza-solo puedo decirlo en alto cuando estoy contigo.....y para mi esas dos palabras alivian un enorme y terrible peso....

Me puse delante de Gill abrazándole con todas mis fuerzas, con la cabeza gacha y mil pensamientos tristes en la mente.

-Ojala pudiera ser libre-susurre-así te lo podría decir cada día, pero no lo soy y me he de contentar con repetírtelo muchas veces en un solo día de libertad para asegurarme de que no lo olvides....-me separe de el sin alzar la cabeza-perdoname....lamento ser tan caprichosa a veces-le mire y sonreí-al fin y al cabo me debo al cielo, no es tan malo-no que va, pensé-sigamos con el paseo

Pero sin moverse de donde estaba el demonio la miró un momento y después dio un paso atrás, lentamene, topándose con uno de los bancos y sentándose en él sin apartar la vista de la chica.

-Para qué-le preguntó-. Ahora tienes las dos cosas, cada uno en su justo momento, en las osis que deben ser ustas. A los ángeles os enseñan a ser humildes, ¿por qué entonces no te contentas con lo que te ha sido donado? No me olvidaré de ti Azra-le dijo con una suave sonrisa, mirándola con comprensión-. Pero tienes cosas más importantes que hacer antes de apabullarme con tus atenciones.

Puede que para ser un ángel, lo de la humildad no lo llevara muy bien, no me conformaba con lo poco que se me permitia yo siempre había querido mas, por eso ahora me encontraba en esta situación, enamorada de un infernal, por e me había pasado las normas y la humildad del cielo por la planta del pie.

-No te apabullo mas-me hice la falsa ofendida-si no quieres que te diga que te quiero o que deseo quedarme contigo, ya no lo are-me encogí de hombros-ya se que soy una pesada y una caprichosa, pero soy asi y si no te gusta....no voy a cambiar.

Interior mente estaba riendo, por aquella actuación tan mala, al fin y al cabo yo no me odia enfadar por una tontería así con Gill, le quería demasiado

Gillthanas encogió un hombro haciendo un gesto de no saber de qué estaba hablando.

-No he dicho que no me gustara. ¿Apabullar suena demasiado feo? Entonces sustitúyelo por cualquier otra palabra, qué importa... Ven, siéntate conmigo-le pidió haciéndole un gesto con la mano y después apartándose un poco en el banco para hacerle sitio.

-Eres tan joven aún...-comentó pasándose la mano por el cabello, deteniéndose un momento y cogiéndose un mechón de cabello plateado para mirarlo un momento y después buscar uno de aquellos inumerables cuchillos que llevaba escondidos en el interior de la ropa y de los que nadie era consciente de que llevaba con él.

No le di importancia al gesto del infernal, a veces ni yo misma estaba segura de que hablaba, sobre todo cuando escribía los comunicados dando razones para condenas de determinados reos....a veces no sabia ni que escribia en ellos.

Me senté junto a Gill, mirándole con una sonrisa infantil hasta que dijo aquello de "eres tan joven aun..." sinceramente no me hizo demasiada gracia aquel comentario, que el también pensara que yo era una niña no me gustaba y menos aun después de lo pasado aquella noche, agache la cabeza con gesto algo dolido mientras escuchaba el mar frente a mi.

-No soy tan joven-pensé para mis adentros-al menos no mentalmente.

No me fije en lo que hacia Gill y por lo tanto no me di cuenta de que mientras sujetaba uno de sus mechones de pelo sacaba un objeto afilado de vete tu a saber donde

-Claro que si-insistió sin mirarla mientras llevaba el cuchillo hasta su propio pelo plateado y cortaba aquel mechón que había tomado a ras de la piel y después volvía a esconder el arma-. Incluso yo soy una criatura aún...

El demonio suspiró un momento y se cruzó de piernas, apoyando el tobillo sobre la rodilla para recostarse levemente en el respaldo del banco. Jugueteando con aquel mechón de cabello lo quemó con simplemente tocarlo con la yema del dedo por uno de sus extramos y después comenzó a trenzarlo.

Mire a Gill dandome cuenta de que se había cortado un mechón de su plateado pelo, me parecía extraño verle jugar con algo así, es mas nunca me habría imaginado que se cortaría con un cuchillo un mechón de pelo, siempre me había dado la sensacion de que le tenia mucho aprecio a aquella cabellera.

El demonio quemo uno de los extremos del mechón y comenzo a trenzarlo mientras yo le observaba curiosa, preguntándome por que hacia aquello.

-Gill ¿que haces?-le mire a los ojos con cara de interrogante.

-Te voy a hacer un anillo de compromiso-anunció felízmente sin mirarla, sonriendo mientras trenzaba el cabello que mismamente parecían ser hijos de plata perfectamente lisos y brillantes.

Había olvidado lo mucho que le entretenía hacer aquel tipo de cosas cuando no tenía hambre y no le apetecía ir a la caza de nadie por el simple hecho de seguir llenando el infierno de cadáveres. Solía tallar madera a veces dándole forma de ángeles. Aunque de aquello hacía mucho tiempo ya.

Aquello me dejó de piedra , me quede mas blanca que la nieve ante aquel comentario, tremendamente extraño saliendo de sus labios...

-¿Un anillo de compromiso?-repetí incrédula mientras mis ojos pasaban de su cara con aquella sonrisa a sus manos haciendo aquel trabajo , repetí las miradas tantas veces que creí que me marearía-¿te ríes de mi?, por que si es eso no tiene gracia Gill-pase mi mano por mi cuello, recordando aquel collar de estrellas que me regalo una vez y que todavía debía latir bajo mi cuello.

La ide de que Gill me diera un aniño de compromiso me parecia tan deseable como aterradora en aquel momento, pero lo mas seguro es que fuera asi por que no la comprendia, para mi el matrimonio era una imposicion llegado el momento, aun que sabia que tambien se podia contraer por amor

-Pues... No bromeaba... Pero si te parece demasiado extrabagante... puedo decir que es sólo un regalo como preludio y... ya te regalaré un anillo de compromiso de verdad...

Gillthanas habló recapacitando un poco, pensando en lo que había dicho sin más, como la cosa más normal del mundo. Quizás de verdad fuera descabelladamente precipitado aunque en ningún momento lo había dicho con la idea de perturbar a la chica.

Cuando terminó aquella fina trenza que casi parecía de verdadera plata quemó el otro extremo, cerrándola, y mirando un momento lo que tenía entre las manos para averiguar como darle forma.

Mire de nuevo a Gill esta vez mis mejillas se encontraban rojas como un tomate, mientras mi cuerpo y mi mente se mostraban inquietos por las palabras de Gill, el decía que aquello no era una broma, que era un anillo de compromiso, o el preludio de uno...

-¿Pero por que?-aquella pregunta escapo de mis labios sin que me lo propusiera, me daba la sensacion de que me iba a estallar la cabeza, no comprendia nada, todo era...todo era....me sentía confusa y aquello me daba miedo, no obstante la idea continuaba resultandome agradable y en el fondo lo deseaba, que Gill me diera un anillo de compromiso, aun que......creo que no era consciente de las consecuencias de aceptar algo así.

El demonio la miró de reojo un momento y suspiró sin decir nada, manipulando aquella trenza, dándole la forma de un curioso anillo que poco a poco pareció solidificarse entre sus dedos, endureciéndose, practicamente tomando el tacto de auténtica plata con un dibujo tribal formado por las trenzas sobre el metal.

-Déjalo en un regalo de un amigo... ¿Te parece mejor?-le preguntó cogiéndola de la mano, mirándola un instante a los ojos y acercando a ella aquella joya.

Suspire y una tímida sonrisa se formo en mis labios mientras el clavaba su mirada en la mía, cogiendo mi mano y acercando aquel hermosos anillo a mi.

-¿Un regalo de un amigo?-sonreí alegre-tu ya no eres un amigo, para mi representas mucho mas que eso Gillthanas-una de mis manos fue hasta su rostro y lo acaricio con cariño, delineando sus facciones acariciando su piel y sus cabellos color plata-eres la persona mas importante para mi-me incorpore un poco acercando mi rostro hacia el para finalmente besar sus labios con dulzura-si me regalas un anillo aun que te hayas retractado de lo dicho antes yo lo seguiré tomando igual-bese su frente-¿estaría mal si aceptara un anillo de compromiso?-pregunte encogiendome de hombros sin apartar mis ojos de los suyos.

Continue acariciando su rostro desde aquella distancia tan corta mientras el sostenia mi mano con aquel anillo a tan corta distancia.

-Tendrías que pensártelo antes-le dijo sonriendo y mirándole la mano, ya con el anillo en el dedo, plateado, que se había ajustado perfectamente a la mano de la chica-. Porque sientas lo que sientas, a veces tenemos que sacrificar cosas importantes a cambio de otras, aunque no es mi lema. Yo opino que se puede tener un poco de todo...-comentó encogiendo un hombro y mirándola de nuevo.

-Tampoco es un anillo cualquiera, está hecho con mi pelo...-le dijo sonriendo después como si aquello fuera realmente importante.

Escuche sus palabras, pensando en los pros y en los contras, en las cosas que obtendría y en las que tendría que dejar atrás, empezando por mis hermanos a los que no les haría demasiada gracia aquello, pero.....realmente me daba igual su opinión si yo estaba con quien quería, sabia que no les perdería pero me caería una buena reprimenda por inconsciente y puede que Alehiel fuera la mas enfurecida por aquello, pero guardaba la esperanza de que al final lo comprendiera.

Observe aquel anillo en mi mano, me gustaba mucho, muchisimo, sobre todo por quien me lo había regalado.

-La verdad es que es muy especial-dije sonriendo sin dejar de mirarlo-tal vez si hubiera sido de plata en vez de de tu cabello no me resultaría tan especial-le mire con aquella expresión inocente de una niña con zapatos nuevos-muchas gracias Gill, de verdad me encanta el anillo no me lo quitare nunca

El demonio sonrió con suavidad, complacido po que Arzael lo hubiera aceptado y después volvió a apoyar la espalda atrás, sobre las maderas. Le pasó un brazo por los hombros a la chica y la atrajo hacia él, con la vista perdida en el mar.

-No me apetece ir ahora al teatro...-murmuró cerrando los ojos y dejando que aquella tranquilidad le relajase completamente.