Las sombras que me aman - Privado Azrael -

Le escuchaba con atención, conocer cualquier cosa de el me hacia feliz, así que aquello era importante para mi.

-¿Enamorado e ti?-dije algo perpleja-no me extraña ¿a quien no le iba a gustar una cosa tan mona como tu?-reí.

El camarero llego con lo pedido, colocando aquella sopa humeante delante mía, en la que flotaban trocitos de pescado, me encantaba aquel olor y seguro que el sabor seria mil veces mejor.

Cuando coloco el plato de Gill lo mire con curiosidad, deseosa de saber que seria lo que comería el

Después de que la suave cortina de humo se disipara el demonio clavó la vista en lo que le había traído y después sonrió con suavidad, apoyando un momento la cara en la mano.

-A veces me pregunto si es verdad eso de que los demonios están en todas partes y moran con cualquier forma...-comentó mirando aquel pedazo de carne, detalladamente disimulado y disfrazado pero que en realidad estaba crudo, completamente crudo. Incluso se preguntaba si aquella nota de que procedía de vaca era cierto. El resto no era más que una elegante guarnición perfectamente cocinada.

-En fin, que aproveche.

Mire al pedazo de carne, escuchando las palabras de Gillthanas y reparando entonces en la escasez de cocción que había recibido.

-Buen provecho Gill-le guiñe un ojo dandome por enterada de lo que iba a comer

Me acomode de nuevo en la silla suspirando y sonreí al infernal mientras llevaba distraida una cucharada de aquella sopa a mis labios, quemandome y dejando la cuchara en le proceso, mientras asaltaba mi copa de agua y bebía con avidez.

-Quema mucho-dije con cara de penita, mientras me dedicaba ha echarle algo de agua fría a la sopa para enfriarla-pero esta buena-sonreí.

Al cabo de un par de minutos yo también disfrutaba de aquel alimento tan delicioso.

-¿Por que te decidiste por el Violonchelo Gill?-pregunte mirándole a los ojos

Mientras comía Gill recordaba todas aquellas noches en el trayecto de la tierra al infierno despedazando a alguien.

-Pues...-el demonio frunció levemente el ceño mientras pensaba y volvía la memoria aquellos años atrás. Nunca se había preocupado de recordar nada a tal largo plazo, porque no lo necesitaba, pero quizás viviendo como vivía ultimamente le fuera más necesario.

-Porque... es mas grande que un violín...-comentó como si fuera la cosa más obia del mundo, encogiendo un hombro-. No es tan grande como un bajo, pero es porque el bajo es un adulto. El chelo está en un tamaño intermedio, pero es palpable, y agradable de tocar... Me decidí por el por lo que ya te dije, llenar el espacio que habías dejado tu. Me pareció hasta perfecto, y el chelo podía tocarlo todo lo que quisiera que no habría efectos secundarios nocivos...-comentó alzando una ceja y pinchando algo en su plato.

-Algunos fans, y críticos incluso... como quizás ya sepas describían mi forma de tocar como caricias a una mujer, por eso siempre resultó tan tierna y agradable mi música.

Me encantaba escucharle hablar de aquello, y cuando decía que había sido para llenar el vació que había dejado yo....aquello me entristecía y a la vez me hacia tremendamente feliz.

-¿Efectos secundarios nocivos?-pregunte con cara de poker, seguramente esta era una de esas cosas que seria mejor que no me contestaran.

La verdad es que después de haberle visto tocar, podía corroborar lo que decían los críticos sobre su forma de interpretar, pero también me venían a la cabeza lo sucesos de aquella noche por lo que me ruborice, creo que si le veía tocar de nuevo pensaría en todo menos en la música....

-¿tan terrible fue que yo no estuviera?-pregunte con la cabeza gacha-y yo que me consolaba pensando que ni te acordarías de mi-suspire-te extrañe-la cuchara callo en el plato mientras una lágrima se deramaba por mi rostro, pero la seque rápido y sonreí de nuevo-me a alegrado mucho encontrarte después de tanto tiempo.

-Fue traumático-le corroboró enfatizando sus palabras, sonando casi sarcásticas pero ciertas al mismo tiempo, pinchó de nuevo en el plato y se llevó el tenedor a la boca-. Es cierto eso de que no sabes lo que tienes hasta que lo pierdes... Pero no dejaré de tocar el chelo aunque te haya encontrado de nuevo. Le he cogido cariño a ese pedazo de madera.

La miró y sonrió con suavidad, volviendo de nuevo la vista a su comida para seguir con ello. Siempre ocurría eso. Aquello inanimado y falto de vida, todo lo inerte que caía en sus manos, terminaba adoptando un significado especial. Llegaba incluso a amar a aquellos objetos, como sus hachas, una espada especialmente fabricada para él, o aquel chelo. Quizás fuera aquel amor ciego e incondicional el que le hacía tocar de aquel modo tan prodigioso.

Sonreí de manera tranquila, sabiendo lo que podría llegar a significar para Gill aquel pedazo de madera, como el lo había llamado.

-No quiero que dejes de tocar, me enfadaría mucho si lo hicieras por que te has encontrado conmigo-me encogí de hombros-al fin y al cabo lleváis mas tiempo juntos y se te ve muy hermosos cuando lo tocas...

Me acorde de aquel viejo violín que escondía en el armario de mi habitación en la torre de mármol, no recordaba cuando lo había tocado por ultima vez, cuando había tenido tiempo para ello...al menos estaba seguro allí donde se encontraba, nadie lo tocaría nunca pues sin mi y la llave nadie podía entrar.

-Ya tengo ganas de que llegue la noche para verte tocar de nuevo-continúe con mi sopa de la que me quedaba ya mas bien poco-realmente lo estoy deseando

-Empezará a las diez, más o menos... hasta entonces seguiremos ensayando y puliendo algunas cosas del escenario. Es como prepararse para una gran actuación final, cada concierto no es más que un ensayo con espectadores, y nunca es perfecto, siempre queda algo que hacer y preparar... Es realmente divertido. Me lo paso bien.

Realmente Gillthanas le había cogido cariño a aquello, quizás no las multitudes, la comida, el tener que aparentar ser normal para seguir un plan. Pero aquellos pequeños detalles de los que se hacía dueño eran realmente importantes para él.

Se le veía feliz cuando hablaba de aquellos conciertos y eso me alegraba sobre manera, al fin y al cabo lo único que yo deseaba era que el estuviera contento.

-Entonces después de comer iré a casa-dije con una sonrisa-arreglare unos papeles que me han quedado pendientes-no quería ni pensar de que tratarían-y así podre ir a verte de nuevo tocar esta noche a las 10.

Acaricie mi cuello de manera inconsciente, como tantas otras veces que me preocupaba algo o pensaba en el, como si pudiera sentir aquellas estrellas bajo mi piel.

-Aun que esta noche no podre quedarme-dije tristemente-tengo...un "trabajo" importante que cumplir.....-mi semblante se convirtio en amargo por unos segundos-no se lo que durara...

El demonio la miró un momento y sonrió apaciblemente.

-No tiene importancia. Es mejor que te ocupes de tus obligaciones importantes y no te arriesges a nada... por si acaso-le dijo con suavidad mirando al camarero que iba de un lado a otro tomando pedidos y llevando comida.

-¿Quieres postre?-le preguntó a la chica antes de llamar al camarero de nuevo a su mesa.

Me desahogaba de muchisima tensión que alguien que conocía mi secreto, comprendiera mi posición y me diera ese tipo de consejos, realmente agradecía a Gill todo el apoyo que me daba.

-Quiero algo de chocolate-dije con una sonrisa-lo que sea pero que tenga muuuuucho chocolate-es un antidepresivo fenomenal.

Suspire mirando a Gill con cariño

-Tengo que darte las gracias, por todo lo que has hecho por mi-sonreí levemente-me hace muy feliz estar cerca tuya de nuevo y que después de saber mi secreto....no me odies, al fin y al cabo tienes la posibilidad de acabar con el cielo de un plumazo y no lo haces-agache la cabeza-aun que si yo muriera pronto otro ocuparía mi lugar

-Azra...-dijo con suavidad apoyando los brazos en la mesa-. No tengo interés de acabar con todo el reino celestial. Yo desaparecería, igual que todo el infierno. Unos existimos porque existen los otros, y al revés. Cuando llege esa famosa batalla final todo desaarecerá, y sinceramente, no creo que llegue nunca tal día.

Habló con tranquilidad y convencimiento, haciéndole una seña al camarero para que se acercara.

-Yo quiero café, ya sabes como me gusta. Y...-miró hacia la chica-. ¿Chocolate?

El camarero miró a la chica y sonrió.

-Tenemos una tarta que se llama "Muerte por chocolate"-le dijo el hombre con una suave sonrisa-. ¿Te traigo de esa?

El nombre de aquella tarta lo decía todo, mira que era difícil pero creo que después de aquello ni toda la corte de Ángeles Lenitivos (curadores) del cielo podría quitarme las caries, asentí con los ojos como platos mas contenta que unas castañuelas.

-No te creas que desaparecería todo-suspire-al fin y al cabo los ángeles son creaciones de Dios y si dios muriera nosotros perderíamos la inmortalidad o algo así....-le mire a los ojos-los demonios estabais aquí antes de que Dios hiciera su aparición....no desapareceríais, pero el equilibrio después de tantos siglos....se iría a tomar....-no termine la frase.

-Los demonios somos producto de la infidelidad humana a la fe. ¿Es que los humanos exisitían antes de Dios? Ten cuidado con lo que relatan tus libros de historia...-comentó con una media sonrisa mientras cogía el vaso del agua y echaba un trago.

El camarero llegó con el café que había pedido el demonio y un trozo de aquella tarta que teniendo las capas que tuviera y todos los ornamentos, era todo de chocolate.

-Sea como sea... prefiero seguir como siempre, pensando sólo en lo que tengo entre las manos ahora. Lo que vaya viniendo ya se verá.

Mis libros de historia....mis libros de texto decían muchas cosas pero no aquella, al fin y al cabo cada raza pensaba que su creación y la de las demás había sido de una manera distinta...no valía la pena discutir sobre aquello.

Cuando el camarero coloco aquel pedazo de tarta sobre la mesa, los ojos se me abrieron como platos y la saliva se acumulo en mi boca, después de mirarla como si no me creyera que algo con tanto chocolate pudiera existir comencé a plantearme si los ángeles podíamos sufrir coma por azúcar, por que si era así yo de esta al hospital. Cogí el tenedor de postre y comencé a degustar aquella exquisitez chocolateada.

-Esta de vicio-dije con cara de felicidad mientras maticaba el primer cacho de aquello-¿Quiere probarla?-le ofrecí con una sonrisa.

Gillthanas tenia razón, había que dejar de vivir pensando en el que pasara dentro de muuucho muuuucho tiempo y vivir pensando en el ahora, en lo que tengo en este momento.
Así que deje de preocuparme durante un rato de la que me esperaba en llegar a casa, de todo el papeleo y me concentre en que después de varios años Gill estaba de nuevo junto a mi y eso era lo mas importante para mi

Gill sonrió y negó con la cabeza, rechazando el ofercimiento. Tan rápido como el aroma del café solo, fuerte, sin azucar, casi picante, llegó a su nariz se lo bebió ardiendo como estaba sin importarle que quemase, él no se quemaba al menos y le gustaba así.

-¿A dónde dices que irás ahora?-le preguntó dejando de nuevo la taza sobre el plato y retirándose con suavidad hacia atrás, apoyándose en el respaldo de la silla mientras la miraba comiéndose aquello y viendo claramente como disfrutaba de la tarta.

Continué con mi pedazo de tarta comiéndolo mas feliz que una niña pequeña con zapatos nuevos.

-Después de comer regresare a la torre-dije alegremente-y de allí al despacho para terminar una documentacion de .....- negué con la cabeza-da igual una documentacion importante, terminare pronto y vendré a tu concierto, quiero verte esta noche tocar de nuevo-baje la mirada dejando el cubierto sobre el plato con un deje triste-puede que el trabajo me impida benir en una temporada, aun que las cosas ya no son tan duras como antes, al menos me han soltado un poco-suspire-pero no se fían de que me escape y lo mande todo a tomar por saco otra vez.

Mire a Gill y sonreí alegre continuando con mi tarta, recordando lo de que tenia que pensar solo en lo que tenia ahora, el futuro ya llegaría.

-No me hagas caso Gill-sonreí-seguro que nos vemos muy pronto, al fin y al cabo mando yo ¿no?-rei-me escapare como siempre-le guiñe un ojo-solo para poder verte de nuevo mi querido Gillthanas.

-No tienes que preocuparte de eso. Ti hubiera una fecha límite... pero no la hay. De modo que si no puedes venir esta semana, ni en los próximos dos meses... o en un par de años... después hay más tiempo, ¿no?

Preguntó cruzando las manos sobre el estómago, mirándola pacientemente con una suave sonrisa mientras la brisa del mar entraba por las cristaleras abiertas, refrescándole la cara.

-Sea como sea... esta noche tendrá que ser mejor que las demás ¿estamos de acuerdo?-le preguntó inclinándose un poco hacia delante-. Te daré un pase para que puedas moverte mejor por el teatro. Esta será una de las últimas funciones estrella y vendrá mucha más gente de la habitual.

Sonreí, con muchas mas ganas de lo habitual al escuchar sus palabras, me daba la sensacion de que el esperaría a que regresara pasara el tiempo que pasara y aquello me hacia feliz.

-Si , hay mas tiempo después-estire mi brazo para acariciar su rostro con cariño ahora que estaba mas cerca de mi-mucho mas tiempo.

Creo que me hacia casi mas ilusión a mi aquel concierto que a el, tener la oportunidad de despedirme de Gill viéndole hacer aquello con lo que le había reencontrado, tocar el violonchelo de aquella manera tan magnifica.

-Tiene que ser el mejor de todos los conciertos-dije alegre-muchas gracias por preocuparte por mi aun estando tan ocupado esta noche.

-Quién está ocupado. Lo tengo todo bajo control-dijo gesticulando con las manos a la vez, restándole importancia a aquel asunto dejando ver que no había nada que se le pudiera resistir.

-¿Has terminado?-le preguntó entonces mirándola mientras le hacía una seña al camarero para que les preparara la cuenta. El hombre le trajo aquella pequeña bandeja con la factura. El demonio tan sólo tomó el bolígrafo que le había traído, mirándolo un momento pues aquel tipo de artilugios todavía eran demasiado nuevos para él, y firmó de alguna manera en la parte de abajo. No hizo falta si quiera dejar dinero.

Asentí mientras veía a Gill hacerle las señas necesarias la camarero para que trajera la cuenta y me tuve que reprimir un sonrisa traviesa al verle coger el bolígrafo y mirarlo como si fuera la cosa mas rara del mundo.

-¿Tenemos algo de tiempo todavía para estar juntos o tienes que regresar ya a los ensayos del concierto?-pregunte algo esperanzada-como dices que no estas ocupado...

Me apetecía pasar un rato mas con el antes de ir a "trabajar", la verdad es que me imaginaba que aquellos documentos que tenia que firmar serian las ejecuciones de la semana, por lo tanto retrasaría aquello todo lo posible

-Todavía tengo un rato-le dijo con suavidad, retirándose hacia atrás, levantándose después para rodear la mesa hasta la chica-. Podemos dar un paseo al rededor de la playa, para bajar la comida, si te parece bien.

Le dijo con suavidad mirándola desde arriba y ofreciéndole una mano. Realmente hacía un día fantástico, o eso se suponía que era. Gill odiaba el sol, pero también odiaba el dia en general aunque estuviese tormentoso.

Me alegre mucho de que Gill pudiera pasar un rato mas conmigo antes de que tuviera que marchar y la idea de pasear juntos por la plalla me encanto, era incluso romántica.

-Me encantara pasear contigo Gill-dije incorporándome de mi asiento y cogiendo con cariño su mano-sera divertido pasar un poco mas de tiempo a tu lado.

Apreté su mano con fuerza, como no queriendo separarme de ella, (que en el fondo era la realidad de como me sentía) y sonreí.

Quizás a muchos de los que le miraban por casualidad les pareciese extraño aquel comportamiento venido de alguien tan mayor en apariencia con aquella niña. Era incluso un comportamiento demasiado extraño para un padre con su hija, pero lejos de simplemente ignorarles Gill se apresuró a salir de allí para bajar las escalinatas recientemente construidas al borde de las rocas y leves precipicios que rodeaban la costa.

-No tengo por costumbre venir por aquí. Pero es bonito, ¿verdad?-preguntó entrecerrando la vista un momento por el exceso de luz y mirando a lo lejos, allá donde el mar no parecía tener fin.

Me dio la sensacion de que salíamos demasiado apresuradamente del local de lo que era habitual, tal vez después de tanto tiempo las miradas de los demas y lo que pudieran pensar al vernos le importaba.....imposible.

Baje las escalinatas tras el contemplando maravillada todo aquel paisaje.

-Es precioso....-perdí mi vista en las infinitas aguas con una sonrisa feliz-ojala los humanos no hechen a perder un lugar tan bonito como este-el mar pareció encabritarse un momento, yo, sabia que me había escuchado decir aquello y me agradecía el cumplido y la preocupación.

Realmente aun que el sitio era bello de por si, con toda aquella agua refulgiendo con el solo, las piedras y los acantilados...a mi lo que mas me gustaba era estar allí con Gillthanas, poder estrechar su mano entrelazando mis dedos con los suyos o simplemente reposar parte de mi peso sobre su brazo al inclinarme hacia el, aquel infernal se había vuelto muy importante para mi