Kill Yourself -Priv.

[sorry ayer se me petó la pag]


No parecía otra cosa que una criaturita indefensa con instintos de matar que pululaba por el bosque, sin conocer absolutamente más que la sangre, o al menos esa era la sensación que le daba al demonio. Tampoco nunca había visto a nadie de aquella forma y que se comportase de aquel modo, aunque el olor a diablo, que era muy disperso, aún se le antojaba algo perceptible.

Le miró un momento y después apoyó su mano en la ajena, guiándosela por el estómago hacia el pecho, bajo la ropa, sin quitarle la vista de sus ojos felinos.

-¿Tampoco te acuerdas de esto?-le preguntó haciéndole lo mismo a él-. Yo creo que si...

Griffith parpadeó un par de veces y apoyó el rostro en el hombro de Gillthanas, aún sentado en su regazo mientras entrelazaba sus dedos con el cabello del hombre, quedándose relajado y con un dedo en su boca como era costumbre y suspirando al sentir la mano tan cálida.

-Ughu... -le miró a los ojos con los propios entrecerrados y se recostó sobre él, dejando que le acariciara el abdomen, casi pidiéndolo, le gustaba aquella sensación- Nyu... -pasó los dedos que estaban en la boca por su mejilla y la lamió lentamente, acomodándose mejor con los ojos cerrados- Ugfu...

Gill le rondó los labios con los suyos unos momentos, amenazando con besarlos pero sin llegar a tocarlos realmente, dejando su respiración sobre ellos. Quizás estuviera cometiendo un error, desde el principio que creyó conocer a aquel tipo, pero a pocas cosas le temía en realidad, y si había que enfrentarse a algo le plantaría cara sin problemas.

Miró a su alrededor asegurándose de que no había nadie, como un niño haciendo trastadas a escondidas, y apoyó las manos en su cintura, alzándole con suavidad. Aquel mismo gesto le provocó nuevas sensaciones que le recordaban algo, pero eran recuerdos tan paralelos como inalcanzables y no tenía nada claro. Le apartó hacia un lado, tumbándole sobre las rocas para apoyarse él sobre su cuerpo con suavidad y besarle, llevando sus manos a su entrepierna directamente para palparla sin tiempo que perder.

Griffith, a pesar de estar lleno de sangre, parecía un pequeño animal indefenso que se estremecía tiempo a tiempo. Suspiró y le miró a los ojos mientras se estiraba poco a poco hasta sentir la mano en su entrepierna donde no reaccionó demasiado bien y le arañó el brazo haciendo que sangrara, un tanto alertado.

Nuevamente, ante la mirada del mayor y sus ojos se relajó, cerrando los ojos pero separando aquella molesta mano que presionaba en un lugar que le hacía sentir un tanto extraño.
A pesar de no recordar nada vagos recuerdos le recorrían de arriba a abajo, recuerdos que no reconocía, como si fueran imágenes vistas como un simple espectador.

Se mordió el dedo nuevamente para lamer la sangre y luego observó la luna en lo alto, acomodándose mejor en la piedra, expectante por ver la acción que precediría a Gillthanas.

Al ver que no le agradaba lo que hacía apartó su mano simplemente sujetándole por la cintura y arrastrándole hasta el suelo, donde se dejó caer él también y lo arrojó con suavidad boca abajo, tirándole de las caderas con una mano hacia él. El simple hecho de que reaccionase de aquel modo, no del todo convencido y reacio, causaba en realidad en el demonio el efecto contrario.

Le miró en todo momento incluso cuando se inclinó sobre él para morderle la espalda y lamérselea con cuidado, sin soltarle de las caderas negándose a dejarle escapar en aquellos momentos.

Griffith le miró de reojo cuando estaba a cuatro patas y se acomodó con los antebrazos, lamiéndose los brazos y luego olfateando el suelo manchándose el rostro con barro, quedando su nariz graciosamente pintaba de tonos marrones.
Sonrió y bajó las caderas mientras sentía aquellos besos y carícias, para él resultaba la típica escena de juego de gatos en los que se mordían la piel sólo para pasarlo bien.

Estiró el brazo de Gillthanas y lo mordió, clavando los colmillos sin intención de hacerle daño, lamiendo luego la herida y removiéndose como si en su trasero hubiera una cola.

-Ugu...

Gill bajó la mirada un instante, notando como el trasero de Griffith le rozaba a penas la entrepierna de forma muy superficial, por encima de la ropa. Se mordió el labio volviendo la vista hacia arriba y deslizó la mano que sujetaba sus caderas por sus nalgas, rozándolas con algo de persión y acercando los dedos a su entrada.

Se sentó sobre las piernas un momento y manteniéndole sujeto para que no se moviese se lamió un par de dedos y los llevó de nuevo a su entrada, rozándola y acariciándola con suavidad en un principio.

Griffith continuaba lamiendo lo que su lengua podía abarcar de su propio cuerpo, como limpiándose de la sangre reseca, continuando con los movimientos de su trasero y contrayendo su entrada ante aquellos roces y caricias que Gillthanas le estaba proporcionado. Fuera de cualquier cosa, aquello no le excitaba lo más mínimo pero tampoco le molestaba.

Estornudó entonces, frotándose la nariz y ensuciándose más la cara, rebolcando luego su pecho por el barro reseco y maullando mientras removía su cuerpo, apartándose y poniéndose boca arriba, mirando fijamente a Gillthanas.
Levantó una mano y le dio un suave golpe en el hombro, besando luego su nariz y medio abrazándole con sus manos, aproximando ambos cuerpos.

-Uh...?

Gill apoyó las manos en el suelo, a ambos lados de su cuerpo, y sin previo aviso le penetró. No le resultó complicado, quizás algo forzado pero notó que su miembro se deslizó hacia su interior metiéndose completamente hasta la base de su sexo, evitando ir despacio para que los músculos interiores se contrayesen en el trayecto y quisieran empujarle hacia fuera.

Se aguantó así unos instantes así, sin moverse más, mirándole a los ojos con tranquilidad mientras nuevos retazos de recuerdos que no concoraban de ninguna manera unos con los otros volvían a golpearle la mente.

Griffith no esperaba aquello de ninguna manera. Afiló las garras hasta el punto de parecer cuchillas y las clavó en su espalda, perforándole la carne y maullando como si le estubieran golpeando, poniendo un rostro más bien de miedo por el cierto dolor que sentía y lo extraño que era.
El no estar excitado hacía que el placer quedara bastante en el olvido.
Empezó a destrozar su espalda con las garras, buscando liberarse de él y moviéndose hasta que notó que el dolor disminucía con el tiempo, haciendo que se quedara un momento quieto mientras volvía a maullar ahora más tranquilo, suspirando y quitando las garras de aquella piel, sin saber cómo reaccionar

-Sssh...-acercó los labios a su oído, sin salir de él, apretándose contra su cuerpo para que su sexo no abandonase el interior de su cuerpo. Aquello era como un anclaje que le hacia ver las cosas más claras, como si aquello ya lo hubiera hecho más veces en el pasado y aquello le resultase familiar.

Le acarició el cuello con suavidad y comenzó a acariciarle el pecho, jugando con sus pezones con cuidado para bajar por su vientre con la yema de los dedos. Tomó su sexo nuevamente y con suavidad, sin moverse de su interior esperando a que él sólo se libricase por dentro, comenzó a masturbarle con cuidado.

Griffith esta vez no le dijo nada. Cerró sus felinos ojos felinos y verdes y comenzó a maullar despacio y profundo, formando gemidos un tanto placenteros mientras se removía un poco debajo de aquel cuerpo, tensando y relajando los músculos de su interior al instante que arañaba el suelo en vez de su espalda.

-Uh...? -le observó unos instantes, fijándose en la mano que atrapaba aquella extensión en su cuerpo y le proporcionaba descargas eléctricas de arriba a abajo, nada que le disgustara- ... Nyiuthans.... -intentó pronunciar su nombre a medias y volvió a colocar un dedo propio en la boca, masticándolo sin hacerse daño- Nuh...

Gill detuvo su mano unos instantes pero volvió a reanudar los movimientos de sus dedos sobre su sexo, mirándole a los ojos y acercándose un poco a él, cogiéndole la mano que se mordía para que librase la boca.

-Adelante, dilo-le incitó aunque no pudiera entenderle-. Sé que me conoces, algo me dice que es así. Dí mi nombre...-le pidió con suavidad moviéndose un poco sobre él, sacando parte de sus sexo para volver a introducirlo completamente de forma lenta y controlada.

Ladeó un poco el rostro al no entenderle y luego cerró los ojos ante la primera suave y lenta emvestida que le había ofrecido aquel demonio, observándole los ojos y abriendo un poco la spiernas más bien por inercia, sonriendo mientras sentía su sexo erecto y duro, algo que le hizo que tuviera curiosidad de palparlo y arañarlo a penas con una de sus garras, acción que le estremeció de arriba a abajo ante un pequeño escozor.

Movió un poco las caderas y se relamió los labios resecos, mirando hacia otra parte.

-Nyutana... -musitó no siendo capaz de articular ningún sonido con su boca, contrayendo sus músculos- Uh,,,

Sin embargo no estaba preparado para sutilezas ni mucho menos para esperar. Le comenzó a masturvar con cierta presión, con movimientos cada vez más rápidos para arquear levemente la espalda y apoyarse sobre su cuerpo con seguridad.

Se mordió el labio mirándole a los ojos un instante acercándose a su mejilla para apoyar allí los labios cuando ladeó el rostro. De nuevo se retiró hacia atrás levemente, sacando más su sexo y volviendo a meterlo con un golpe suave.

Se encogía sobre si mismo mientras respiraba profundamente y arqueaba todo su cuerpo sudoroso, sintiendo aquellos labios en su mejilla aún manchada de sangre, maullando un tanto más fuerte en forma de desquiciados jadeos de placer que iba sintiendo a medida que su próstata iba siendo estimulaba por el sexo ajeno.

-Nyuta... -cerró los ojos e hizo presión con lso dientes, completamente entregado a aquellas extrañas sensaciones que le llenaban de aquella forma tan extraña.
Por inercia se abrazó a él, esta vez sin arañarle pero mojándose de la sangre que emanaba la espalda de Gillthanas.

-¡Uh! -apretó su cuerpo, tensándose unos momentos.

Gillthanas estaba atento a cada una de las reacciones del diablo. Cada detalle de su piel estremeciéndose, sus manos clavadas en su espalda y su voz sin palabras le servían como guía. Al notar aquella tensión se paró unos momentos para moderar las penetraciones y sus manos sobre el sexo ajeno, pero poco a poco volvió a moverse más intensamente.

Bajó los labios a sus clavículas y después de morder la piel con suavidad subio por su cuello, lamiéndola, recogiendo la sangre salpicada que había allí y notando como aquel metálico sabor le cegaba ligeramente durante unos instantes, dando un par de estocadas profundas al interior.

-Griffith....-mustió a su oído-. ¿No recuerdas como te llamas? Griffith... yo si me acuerdo. Di mi nombre también...

Griffith le miró a los ojos unos instantes, jadeando mucho más fuerte ante las embestidas y abriéndose bien de piernas, moviendo su propio cuerpo mientras le abrazaba con fuerza, dejándose besar la cláviula y el cuerpo. Al oír su nombre se vio a si mismo de pie, con la armadura, y a su lado Gillthanas.

Por extraño que pareciera, sintió como si entendiera sus palabras.

-Nyultanas...-dijo algo más correcto mientras se estremecía y buscaba que siguiera moviéndose, haciendo que sus caderas se fueran pegando lentamente a aquel cuerpo- Uh... Uh! -apretó los ojos y luego los labios, medio gritando por el placer- Uuuuh

-Eso es...-murmuró cerca de su oído. Le besó con suavidad, notando familiares aquellos tratos sin saber por qué, y después se separó de él con suavidad, desenroscando las manos que le sujetaban para salir de él con cuidado y volteándolo, tumbándolo boca abajo sobre la hierba algo húmeda.

El demonio apoyó un momento una mano en la parte baja de su espalda, presionando un poco mientras volvía a prenetrarle. Los olores y sensaciones que venían dados como nuevos en realidad no lo eran, o eso le parecía a él. Cada centímetro de piel que abarcaba con sus dedos le parecía de un tacto ya conocido, y le gustaba. Podía recordarlo como algo agradable aunque en aquel momento maldijo como jamás lo había hecho antes a los que decidían hacerles un lavado de memoria. Nunca le había afectado pero en aquellos momentos si.

Suspiró mientras iba moviendo su cuerpo adelante y atrás con suavidad,sintiendo aquellas pequeñas embestidas que le hacían maullar con más profundidad, aferrándose al suelo y cerrando los ojos, mordiéndose el labio inferior.

-Nyuta.... -musitó estirando su cuerpo mientras tensaba éste mismo, mirando a su alrededor mientras su próstata era golpeaba una vez y otra, y otra- Uuuh...

Le intentó detener unos instantes para doblar el rostro y besarle con profundidad, moviendo la lengua en la cavidad ajena, degustando su saliva y jadeando con los ojos cerrados.
Su cuerpo se movía sensual y rápido, sintiendo un extraño calor que le incitaba a más. Le intentó apartar un momento pero no pudo así que continuó gozando de aquello, estremeciéndose.

-Nyu... -miró el suelo y sin hacer nada más empezó a eyacular en silencio, clavando las garras en el suelo sin entender nada- Uh... -cuando terminó bajó un poco su cuerpo, sin dejar de moverse, continuando con los espasmos

El demonio deslizó una mano por sus caderas acariciándole y palpó su sexo, notándolo humedecido por el orgasmo y quedándose flácido.

Aguantó la respiración que se había agitado levemente y anclandose en sus caderas se retiró hacia atrás, sacando su sexo del interior del diablo y después quedándose unos instantes en silencio, mirándole la espalda. Se acercó a su lado, mirándole desde allí fijamente como si le conociera de toda la vida pero como si aun faltase algo. Algo importante.

-Quién eres...-se preguntó a sí mismo atreviéndose a palpar su rostro con la yema de los dedos, como si esperase notar algo importante al hacerlo.

Griffith ladeó el rostro unos instantes. A penas lo suficiente para que sus pupilas gatunas volvieran a ser redondas y pasivas, poniendo un bgesto más bien tierno y luego convirtiéndose nuevamente en aquellos ojos estirados y salvajes.

-Uuuh... -le miró nuevamente sin ninguna expresión y se acercó a su regazo, lamiendo su cuello y luego bajando para limpiar su cuerpo más bien como instinto, llegando al sexo de Gillthanas y entreteniéndose con él para luego sonreír como un pequeño infante y acurrucarse a su lado- Nyutanas...

Gill le miró un instante y le apoyó una mano en el costado, incorporándose y sentándose en la húmeda hierba para mirar a su alrededor.

-No puedes ser nadie más. Nadie conoce mi nombre si no se lo he dicho yo antes...-comentó mirándole de nuevo, levantándose y llevándoselo consigo para ponerle en pie y mirarle fijamente-. Eres tu el fantasma de mis recuerdos, y no pararé hasta saber quién eres en realidad- dejó resvalar una mano por su brazo hasta sujetarle con suavidad por la muñeca-. Una criatura como tu no puede estar en otro lugar que el infierno... Te llevaré.

Ladeó un poco el rostro, no le entendía ni un poco. Sonrió ante aquello y luego se soltó para correr unos instantes por la pradera, completamente desnudo, perdiéndose un momento y volviendo un par de minutos después con unos cuantos animales muertos, clavando los colmillos en sus cuellos para lamer y absorber su sangre.
Se relamió las encían y luego le ofreció una presa entera a Gillthanas, como ya había hecho anteriormente.

-Nyu! -se sentó en una roca, balanceando sus piernas al instante que iba despellejando uno de los animales manchándose aún más de sangre.

El demonio le observó parado donde estaba y después miró aquel animal mutilado y ya muerto para ni si quiera tocarlo. No le interesaba comer animales pero lejos de pensar en aquellos momentos en comer alargó una mano hacia él y le miró de nuevo, dando un paso a un lado sin apartar la vista de él.

-¿No vienes?-le preguntó ladeando un poco la cabeza y mirando en la dirección que pretendía seguir. Si no lograba encontrar un portal que los condujese al infierno él mismo abriría uno. No era una opción que le agradase pero no era la primera vez que lo hacía. Caminó un poco y después se giró de nuevo hacia Griffith.