Evil dead -priv-

Griffith arqueó su espalda cuando sintió los cuatro dedos en su interior, gimiendo de forma ronca por lo estirada que se sentía la piel de golpe.

-Mngh!! -apretó los dientes y luego observó a Gillthanas quien disfrutaba profundamente con aquello- Ah... Ah... -aunque su sexo estaba algo más flácido no había terminado de perder completamente la erección. Gracias al semen los dedos ahora se deslizaban mejor, haciendo más grande la dilatación de su entrada- Te quiero a ti... -murmuró gimiendo más ampliamente- Joder... No lo hagas tan... ugh... fuerte... animal... -le miró con los ojos entrecerrados. En realidad hacerlo con dolor le ponía aún más- Quítate toda la ropa... Anda... Hazme un bailecito sexy -murmuró apretando sus músculos

Gillthanas le miró un instante y se separó de él lentamente quedándose de rodillas entre sus piernas con un par de dedos aún metidos en su entrada. Los movió un podo y después los retiró con suavidad.

-¿No eras tu el que disfrutaba con el dolor? No me digas ahora que tengo que tratarte con suavidad...-murmuró sonriendo de medio lado, pasándose la lengua por los labios mientras se llevaba las manos a su propio pantalón, desabrochándolo, mientras la erección propia crecía por momentos y se notaba apretada contra la ropa-. Sigue...-le indicó sin sacarle la vista de encima. Verle de aquel modo ante él tenía sobre su mente un poder mucho mayor a cualquier caricia, y mientras le miraba con atención metió una mano en su ropa interior, tocándose con la yema de los dedos su miembro endurecido. Se masturbó a penas un poco para sacar las manos y quitarse los pantalones, arrojándolos al suelo.

Griffith jugueteaba con un par de dedos, en índice y el corazón, metiéndolos y sacándolos mientras movía su cuerpo complacido.
Cuando vio su erección atrapada en la ropa interior retiró los dedos, moviéndose poco a poco para no hacerse daño y arrodillándose al suelo mientras le besaba los muslos y mordía su entrepierna por encima de la tela, varias veces y luego se volvió a levantar, poniéndose boca arriba en la cama mientras deslizaba las propias manos por el cuerpo.

-Ah... -se abrió de piernas, tomando sus nalgas para abrirlas, mostrando su entrada expresamente para incitarle- ¿Tienes ganas de cobijar a tu amigo? -cuestionó palpando aquello con un dedo y viendo como se contraía- Ven...

Gillthanas le observó complacido desde su altura para finalmente inclinarse sobre él sin tocarle, apoyando una mano al lado de su cuerpo.

-Desde luego sabes como incitar a alguien para que haga lo que quieras...-le dijo mirándole a los ojos de vez en cuando, deslizando una mano por su torso, bajando por su vientre hasta rodear el miembro sintocarlo a penas y acercarse a su entrada. Liberó finalmente su sexo de la ropa interior y sujetándolo entre los dedos lo apoyó en la entrada dilatada y húmeda del diablo.

Dio un suave empujón al interior notando como el glande se deslizaba por aquella humedad, apretado, dejando escapar un suave gemido para detenerse después.

Jadeó complacido al sentir la punta del miembro entrar a penas y luego sonrió, mirándole fijamente a los ojos y relamiéndose los labios, moviendo las caderas para acostumbrarse a su hombría.

-Eres el único que ha tocado mi trasero -comentó tomando su propio sexo y masturbándose lentamente mientras arqueaba y apretaba su cuerpo, dejándolo descansar de nuevo- Podrías probar distintas posturas, siempre lo hacemos del mismo modo -murmuró cerrando los ojos y concentrándose en aquel placer- Gillthanas..., -susurró complacido- Oh... Gillthanas... así... -apretó los labios húmedos, acariciando la mano ajena mientras movía su complexión adelante y atrás para que poco a poco entrara un poco más de su sexo- Bésame...

Gillthanas sonrió con suavidad y calcó un poco más su sexo al interior, notándolo completamente sujeto por las paredes interiores.

-Tal vez cuando te hayas recuperado te ate al techo y te deje colgando para hacerte de todo. Mientras tanto dejemos que se te cure eso o acabarás abriéndote completamente el estómago-le dijo con suavidad. Apoyó el pecho sin calcarse del todo sobre el ajeno y le apartó los cabellos con suavidad, despejándole la cara y vacilando mientras se acercaba a sus labios y terminaba por besarlos, lamiéndolos y probándolos como si lo hiciera por primera vez-. ¿Te duele algo?

Griffith le rodeó por el cuello y siguió el beso con tranquilidad, le gustaba la forma en que se trataban mutuamente, parecían realmente una pareja enamoradiza que ambos tanto odiaban y desconocían.

-Ah... Las heridas molestan un poco, pero no te preocupes -comentó moviendo su cuerpo hacia abajo para sentir bien a dentro el miembro y luego relajándose para no aprisionarlo con fuerza y hacer que le doliera- ¿Desde cuándo te preocupas así por mí, Gillthanas? -cuestionó abrazándose a él y tras ello frunciendo el ceño- Así... muévete despacio, por favor -suplicó cerrando los ojos- No lo hagas demasiado rápido... -le miró con los ojos azules y profundos, suspirando suavemente- Te quiero... para mí...

Gill sonrió a penas y se refugió en sus cabellos, acomodándose sobre su cuerpo con cuidado para no hacerle daño y epezando a penetrarle con más regularidad, de forma profunda pero lenta y precisa.

-¿Es tan sólo un sentimiento egoísta?-le preguntó con los labios enredados en sus cabelloz mientras le acariciaba el costado y las caderas-. No sé por qué te cuido. Quizás porque yo no necesito cuidados y eras lo que necesitaba, una criaturita desvalida a la que colmar de atenciones para entretenerme. No se.

Griffith le abrazó suavemente mientras iba moviéndose, a penas escuchándole y besándole a destiempos mientras movía sus caderas y soltaba jadeos en cada embestida, muy flojos, como suspiros de gozo.

-¿No sabes? -cuestionó entonces- Yo sí se -murmuró acariciando sus cabellos semilargos, moviendo las caderas- Te gusta oirme jadear lentamente y pidiéndote por favor que sigas ¿verdad? -cuestionó acariciándole la mejilla- Y sí, es un sentimiento egoista, te quiero sólo para mí... Tu cuerpo y todo lo demás -musitó abrazándose suave a él y abriendo más las piernas- Pero ahora concéntrate y no abras la boca si no es para seducirme más de lo que lo haces

Gill sonrió de nuevo y apoyó los antebrazos a ambos lados de su cabeza, mirándole a los ojos directamente mientras no cesaba en sus movimientos. Cada penetración era lenta y profunda, quizás algo más rápida que la anterior, pero si aumentaba demasiado la velocidad volvía a reducirla ligeramente.

-Claro que me gusta verte a si. ¿A quién no puede gustarle ver a un diablo de tan alto nivel bajo su cuerpo, sudando y jadeando para pedir más...?-se acercó a sus labios moridéndolos y tirando suavemente de ellos mientras aumentaba el ritmo a propísito, profundizando cada vez más-. Pero que no te extrañe si no cumplo tus deseos. Yo quiero algo a cambio...

Arqueó la espalda con placer y le miró fijamente mientras hablaba, siguiendo jadeando y moviéndose mientras se masturbaba, buscando un placer mayor que el que estaba recibiendo.

-Dime... -musitó para luego besarle lentamente, degustando sus labios y contrayendo sus músculos, apresando su sexo en el interior por lo que ahora las embestidas eran más lentas y difíciles a causa de aquella tensión- ¿Qué buscas a cambio de que seas mío? -musitó bajando una mano hasta sus caderas y apretándolas por el placer- Oh Sí... así... -jadeó echando el cuello hacia atrás junto los cabellos, intentando aferrarse al cuerpo de Gillthanas para disfrutar más- Despacio...tranquilo...

Gill relentizó un poco el ritmo y volvió a penetrarle con lentitud, apoyando las manos en el colchón para elevarse un poco y volver a calcarse con suavidad sobre su cuerpo.

-No anhelo nada de momento. Dejémoslo en que sigues debiéndome un favor, más grande todavía...-le dijo acercándose a sus labios, sin llegar a tocarlos. Suspiró sobre su piel y se dejó caer a su cuello de nuevo-. Ya me lo cobraré cuando lo necesite-susurró deteniéndose un instante para dar una estocada algo más profunda-. Sólo te pido que no me la juegues mientras.

Gimió de forma profunda y le miró a los ojos, arqueando todo su cuerpo.

-Este sexo también lo disfrutas tú... -susurró estremeciéndose- Se perfectamente cómo correrme y complacerme. No es lo mismo pero quedo igual cansado y relajado -comentó mientras movía sus caderas y buscaba otra de aquellas duras y rudas penetraciones que le habían hecho ver el cielo- ¿Me dirás que te acuestas conmigo para hacerme un favor? Sea como sea de momento serás mío -comentó separándole un poco- Ah... así, cuidado... -colocó una mano en su propio abdomen, dejando de masturbarse- Me haces estremecer completamente -susurró entreabriendo los labios para poder respirar mejor- Si necesitas ir más rápido hazlo, pero cuidado...

-No soy de nadie, Griffith-le dijo mirándole a los ojos, elevándose sobre su propio cuerpo sin salir del diablo para rodearle las piernas con las manos, elevándole un poco las caderas para seguir penetrándole algo más rápido pero cuidadosamente-. Si sólo es un capricho provablemente temporal puede que te lo conceda, pero como uno de los trucos de ilusionista falso a los humanos. No tengo prisa, tengo toda la eternidad para deshacerme y olvidarme de ti. ¿Es sólo egoísmo, Griffith? No me lo creo.

El demonio se calcó sobre él, teniendo cuidado de no dañar de ningún modo el cuerpo del diablo pero apretando lo suficiente para que pudiera sentirle y poder él alcanzar aquel punto en su inetrior.

Griffith apretó los labios, no podía contestar ante las estocadas que el demonio le estaba dado y lo demostraba aferrándose en cada una de ellas en el cuerpo del mayor. No sabía ni por qué le decía aquello, pero cada vez que tenía sexo con él se sentía realmente complaciente, más de lo que había experimentado nunca.

-Es sólo... que contigo todo es diferente, Gillthanas -musitó con los ojos cerrados dejándose llevar por las sensaciones- Me gusta que mientras hacemos esto me susurres en el oido y toques mi cuerpo.. me vuelve loco -arqueó más su espalda, denotando las costillas en su fina y pálida piel, quedanso sus cabellos dispersados- como ahora, tengo la mente en blanco... Ah...

Gillthanas le miró desde allí con su típica expresión sin expresión sonriendo a penas un poco para desviar un poco la vista.

-Entonces me alegra saber que sirvo de inhibidor para tus dolores...-le dijo tomándole de las caderas con suavidad, moldeándolo bajo sus dedos para acelerar un poco las estocadas y hacerlas más profundas-. Aunque no voy a estar así eternamete. Es muy larga. ¿A tí te gustaría pasar tanto, tanto tiempo en mi cama? No dudo que encuentres a alguien mejor, cada vez a alguien mejor...-fue susurrándole hasta que se inclinó completamente sobre él de nuevo-... y llegará un día en el que yo me preguntaré qué habrá sido de aquel diablo estúpido y arrogante que sólo sabía meterme en lios... y de nuevo y sin saber por qué cruzaré el mundo cientos de veces de un lado a otro para encontrarte.

Griffith se estremeció ante sus palabras. Posiblemente habían mil seres mejores que Gillthanas en la cama pero Griffith le había conocido a él. Apretó los labios y se tensó nuevamente, no había cosa que le excitara más en el sexo que oír hablar de forma siseante en el oido diciendo cosas similares a lo que murmuraba Gillthanas.
Las embestidas se volvían algo más rápidas y profundas por lo que cada golpe acestaba en su próstata y le hacía jadear ahora mucho más fuerte, dejándole casi sin voz.

-Gillthanas... así... Gill... Ah... me vuelves loco... Sigue... dime cosas... por favor...-musitó masturbándose algo más rapido, a ritmo de embestidas- Continua... -jadeó complacido por aquellas voces en su oido- Ah...

El demonio le cogió por las muñecas suavemente y llevó las manos de Griffith a su propio cuello, acariciándole los dedos sobre su piel mientras le besaba, con una suavidad que contrastaba en cierto modo con las penetraciones que le proporcionaba cada vez más rápidas y profundas, aunque de vez en cuando paraba en seco sacando su miembro y volviendo a repetir el proceso de una forma más ágil.

-¿Sólo debo hablar yo? Verte tan sólo desnudo es suficiente para que se me ponga dura, Griff... pero saber que te gusta lo que te hago y que te lo hago bien me resulta mucho más placentero....-le dijo mirándole a los ojos alzules, manteniendo la mirada un instante antes de soltar un leve jadeo ronco.

Griffith cerró los ojos, dejando que las sensaciones le llenaran completamente y aquellas embestidas fueran a mayor, proporcionándole un placer subliminal que le hacía jadear ya casi de forma desesperada, arqueando todo su cuerpo en busca de un contacto mayor.

-Gillthanas... -Gimió por primera vez- No me lo haces bien... lo haces perfecto... cuando estamos en este punto que la tienes tan tan dura y grande me complace... ahhh... me complace de verdad.... -sentía como si el miembro ajeno fuera más allá de su abdomen, perforándole- Mmmmm... así... fóllame más... -rogó casi sin saber ni qué decía- Haz que lo que tienes entre las piernas sirve para algo, demuéstramelo... ENséñame el hombre que eres -musitó aferrándose a él- Más...!!

Gillthanas le soltó para centrarse únicamente en el cuerpo del diablo. Le rodeó con un brazo para mantener el calor de su propio cuerpo hirviente contra el de Griffith y deslizó la otra mano hasta el mimebro ajeno, tomándolo entre los dedos y comenzando a masejearlo y masturbarlo con precisión, acelerándolo a medida que lo hacían sus penetraciones.

A cada estocada todo su cuerpo vibraba y temblaba contra el ajeno, apretándose contra él. Se removía sobre su piel cada vez que le apuñalaba y frotaba la próstata, al tiempo que notaba su sexo atrapado en el cálido interior, húmedo, cada vez más resvaladizo.

-Dímelo Griffith... dímelo de nuevo...-le susurró entre jadeos al oído.

Le abrazó, desesperado, encogiéndose sobre si mismo mientras gemía con la voz bastante alta y la respiración acelerada de forma extremada.
Abrió tanto como pudo sus piernas, besando sus labios y rodeándole la nuca para colocarle contra su rostro.

-Mmmmm... Serás sólo mío -gimió más hondo- Fóllame Gillthanas, demuéstrame que eres un hombre... porque hasta ahora no me lo has mostrado -musitó completamente extasiado por el placer, con el cuerpo sudado y resbaladizo, sintiendo el líquido preseminal deslziarse por su sexo, el olor a esa acción, todo- Dios mío, dame ya o te juro que te mato -rogó desesperadamente mientras se movía él mismo- Háblame! -le apretó más, tensándose de nuevo- AH!

Inconscientemente Gill cubrió con una mano la herida del costado del diablo, sin tocarla, pero apretándola con suavidad para que no sufriera desgarro alguno. Aquel comentario le había arrancado una retahila de frases incoherentes en su defensa pero en aquel momento no pudo decir gran cosa. El aire no le llegaba con suficiencia a los pulmones y se sentía ardiendo. Sin más, apretó los dedos al rededor del sexo de Griffith para masturbarle con mayor facilidad ayudado por las gotas preseminales resvalando ente sus dedos y comenzó a penetrarle con avidez, de forma casi desesperada, calcándose sobre la piel que separa su mimbro endurecido de la próstata, frotándola rápidamente mientras apagaba y ahogaba fuertes jadeos en el cuello del diablo.

Griffith arqueaba su cuerpo casi de forma exagerada por cada embestida más fuerte. La mano en su pecho palpando a penas la herida le hacía estremecer en ternura al ver como se preocupaba por él mientras que su voz pegada en el oido y esos melodiosos jadeos le volvían loco, literalmente.

-Ah...! -apretó los labios, sintiendo aquella mano ahora ocupada con su sexo menearlo a su antojo y haciendo que el peliblanco frunciera el ceño, complacido en toda su plenitud.

-Ya.. Me corro.. me corro... -repitió varias veces entre gemidos, apretándose a su espalda y luego, por fin, eyaculando en la mano del demonio manchando ambos cuerpos y tensando todo su cuerpo, sin dejar de moverse prolongando su orgasmo.

Gill se detuvo y dejó que el movimiento de Griffith fuera el que dejase entrar y salir su mimebro de su cuerpo. Soltó su sexo después de que eyaculara y a penas se miró la mano ercubierta de nuevo por su semen y se la llevó al vientre, acariciándose a sí mismo y notar como él también eyaculaba en el interior de Griffith, dejando que los todavía contínuos movimientos lo liberasen a las sábanas.

-Ah... Griffith.... Griff...-acercó la mano que había cubierto su herida al rostro del diablo, tomándolo para acercarse a él aún jadeante y besarle.

Griffith suspiró relajado, haciendo algo de fuerza para intentar sacar aquel semen de su interior, o, al menos, en su mayor parte. Le miró a los ojos y le besó profundamente, sonriendo mientras removía un poco su cuerpo, sintiendo su cuerpo completamente flácido y su complexión descansada y satisfecha.

-Gillthanas... -musitó cerrando los ojos y abrazándole, queriendo sentirte aún bajo él y recostándose mejor a su lado para esconcer el rostro en su pecho- ¿Estuvo bien? -preguntó cubriéndose con una manta para no tener frío y luego besándole la clavícula y mordiéndola- ¿Te ha gustado? -sonrió, acomodándose y acariciando la herida del pecho que dolía un poco- Estoy cansado.. ah...