Evil dead -priv-

Gillthanas se bajó hasta el borde de la bañera, sentándose en él y quedando con el rostro enfrentado al pecho del diablo, más que nada para que no tuviera que estirarse y volver a abrir sus heridas.

-Tal vez la solución sea dejar que el tiempo pase. Seguramente encuentren al traidor rondando por allí mismo, se encargen de él y después se olviden de nosotros. Ni si quiera nos buscarán para dar ningún tipo de explicación-comentó el demonio apoyando la frente en la piel caliente y algo húmeda de su pecho. Cerró los ojos y apoyó la mejilla allí mismo con suavidad, notando el corazón latiendo por dentro.

-Porque... ¿después de que todo esto pase? ¿Qué harás cuando se te acaben esos tres meses de idiotez?-le preguntó con los ojos cerrados, rodeándole de forma inconsciente las caderas con los brazos.

Le observó unos instantes y apoyó los labios en su pelo, acariciándolo lentamente con una mano libre y mirando el techo.

-No lo sé. Ya no soy humano por mi ambición. Por el deseo de reinar por encima de todo en el mundo de los humanos. Mi sueño. Mi único anhelo -pasó una mano por el cuello de Gillthanas, muy suavemente, acariciándolo con la yema de los dedos y luego levantando un poco el rostro de él para besarle- No sé vivir encerrado, aunque puedo aguantar tiempo me haré insoportable y me matarás tú antes que los demás, a no ser que esté entretenido y el tiempo pase volando.

Le observó fijamente con los ojos azules y luego se arrodilló un poco, besando su nariz y bajando a los labios.

-Quien iba a decir que podías ser tan dócil. No me extraña que hayas engañando a tantos seres vivos... -pasó la palma de su mano por la mejilla, estirándola un poco- Te haces apreciar... -comentó pasando sus brzaos por su cuello y besándole los labios de forma superficial- ...

Gillthanas le miró un momento a los ojos y después entrecerró la mirda, apartando suavemente la cara pasándole los labios por la mejilla.

-Los débiles humanos no me aman por ser yo dócil, me aman porque son ellos débiles-le dijo con suavidad apoyándole ambas manos en los omóplatos y apretando con suavidad contra su pecho-. A ninguno de los dos nos gusta estar encerrado, ni tener ningún tipo de atadura, Griffith. En cuanto todo esto termine espero perderte de vista una muy larga temporada...-le avisó con voz severa, relajado en cambio rodeándole con ambos brazos el cuerpo.

Griffith sonrió a penas y le acarició la mejilla.

-Eso quiere decir que sólo lo deseas por una temporada y que luego vuelva a ti ¿verdad? -musitó pasando los labios por su cuello y dejando un par de besos- En el fondo te gusto tanto como me gustas tú a mí -llevó las manos a la cintura del hombre, cerrando los ojos mientras dipositaba besos por su pecho- No te hagas el duro -le dio un suave golpe y luego le empujó un poco, haciendo que cayera trasero al suelo y saliendo de la bañera para ponerse encima de él- Mmmm... -le besó la frente, acariciando luego con un par de dedos su mandíbula- ... Si tu caracter fuera como tu físico de seguro que serías perfecto.

-Lo es-aseguró desembarazándose de él con rapidez, sujetándole por los brazos con furmeza para apartarle hacia atrás-. Pero si así lo demostrara ¿crees que estarías tu ahora mismo aquí?-le preguntó apartándole hacia un lado, ceñudo, para sujetarse en el borde de la bañera para levantarse de nuevo.

-Seguramente te las habrías arreglado mucho mejor, puede que ni si quiera estuvieses herido y ahora mismo estuvieses conquistando medio infierno o cualquier cosa así-le dijo moviendo una mano, sin mirarle en ningún momento a la cara, mientras sus palabras iban sonando como violentos pero al mismo tiempo sutils latigazos, como una serpiente dando estocadas de prueva al aire antes de atacar definitivamente-. Claro que me gusta que estés conmigo, y probablemente en un futuro querré que no te vayas, aunque ninguno de los dos estemos hechos para un sólo lugar. Pero nunca te pediré que vuelvas ni te quedes a mi lado.

Griffith sonrió a penas. Aquel chico era como un niño con su piruleta que le hacían enfadar dándosela y quitándosela y al final se enfadaba tanto que respondía mal a todo aquel quien intentara poner una mano encima de él aunque fuera como seña amistosa.

-No hacen falta las palabras -comentó acariciándole la mejilla y besándole los labios con profundidad, saliendo del baño con la toalla en sus cabellos y luego en la cintura, recostándose en la cama y estirándose- Tienes una personalidad bastante extraña. Pero en fin... Ahora quiero un zumo de piña y algo dulce -dijo con rostro de infante mientras se relamía los labios- Me gusta todo lo dulce.

El demonio apoyó las manos en su cadera, calcando un poco sobre ellas con la idea de separarle de nuevo de él rondándole por la cabeza, aunque se quedó en aquel intermitente sin hacer nada nuevo. Le miró a los ojos unos instantes con la mirada centelleante. Cuando se separó de él de nuevo se quedó un momento solo en el baño y después se giró hacia la puerta, saliendo del baño también y parándose a unos metros.

-Griffith...-le dijo frunciendo el ceño mientras le miraba. Alzó una mano acusadora y le señaló con el dedo-. Que me muera por ti no me convierte en tu doncella-le espetó con rudeza haciendo que aquel mismo dedo señalase una bandeja con lo que el diablo quería sobre la mesita de noche, algo más atrás, como si llevase allí desde siempre. No era nada complicado hacer aparecer cosas. Lo tenía muy hecho con humanos fácilmente impresionables.

dirigió sus pasos a la puerta de salida del cuarto y se dirigió a ella saliendo al pasillo mientras gruñía incómodo.

-No, claro que no te guanto tres meses... Ya te estás curando y largándote...-decía, hablando sólo por el pasillo mientras se eñalaba a sí mismo con un dedo un camino que seguir sobre aquella misma alfombra hasta la puerta de la calle.

El muchacho sonrió a penas y empezó a reír, recostado en la cama.

-¡No te enfades! -dijo con una sonrisa sencilla y comiendo aquel delicioso trozo de pastel con el zumo- Eh, venga, ven, Gillthanas. Tú también puedes comer -comentó levantándose con lentitud para no dañarse y acercándose a él, abrazándole por la cintura- Anda, ven, no todo lo que hay para comer tiene que ser esencialmente tragable -susurró en su oido para luego acariciar su abdomen- Mira -le volteó para besarle los labios lentamente- ¿No tengo gusto a fresa? -comentó mientras se estiraba y se distanciaba unos centímetros- ¿O no te apetece?

Entrelazó sus manos por detrás mientras se balceaba de un lado a otro, como si fuera un adolescente timido.

-Venga...

Gill se giró completamente hacia él y le miró un instante antes de hablar.

-A veces pienso en la posibilidad de que seas tu de verdad el traidor...-comentó apoyándole una mano en el hombro, para después girándole el cuerpo y empujándole por delante de él hacia el cuarto-. ¿Me darían algo especial si te matese yo?-preguntó sin mirarle, con la vista fija en el borde del colchón, sentándose sobre él finalmente-. Acabaré odiando esta cama...-le dijo contemplando los bordes un momento para alzar la vista al diablo.

-No aprecio demasiado el sabor, pero quizás es porque no lo has hecho bien...-dijo finalmente cogiéndole de la muñeca para tirar de él y hacer que cayese sobre su pecho.

Sonrió unos instantes y le besó nuevamente los labios de forma profundo para intentar que notara aquel gusto que le decía que ni tan siquiera había notado. Lamió su lengua y la chupó, absorviéndola y luego bajando hacia su pecho para levantar la mirada.

-Y si te digo que lo soy... ¿Qué? -cuestionó con una sonrisa mientras le acariciaba los cabellos- Creo que no me gusta demasiado ir clavándome lanzas... pero si te excita sentirlo entonces te lo diré cuantas veces quieras -le tomó de la cintura, acurrucándose sobre él y mordiendo parte de la piel de su clavícula- Mmmmm... -se intentó soltar de la muñeca y al ver que no podía echó a reír- Tienes poca vergüenza, crees que voy a salir huyendo? -le mordió el labio inferior, moviendo un poco su cuerpo encima del ajeno y colocando la rodilla entre ler piernas de Gillthanas- ¿Qué le pasa a la cama? ¿Tan malo es compartirla conmigo?

Gill encogió un hombro.

-No haría nada si no ganase nada interesante con ello. Si deseas traicionar al infierno, o simplemente ignorar sus normas para tus intereses, bie por ti si no te pillan. Yo no le debo lealtad a nadie y si me ofrecieran algo realmente más valioso que tu os intercambiaría sin dudarlo-le dijo sontándole con suavidad y posando la propia mano sobre el pecho, mirándole unos instantes.

-Eres una criatura horrible y cruel-le dijo suspirando un instante cansado mientras repasaba con la mirada las finas formas de su rostro-. ¿Has pensado en algo ya?

Sonrió nuevamente de forma maliciosa, como él sabía hacerlo y luego le abrazó.

-No puedo pensar con claridad ahora mismo -comentó mientras le besaba el cuello y enroscaba sus manos alrededor de aquella cintura formada y fuerte- De momento sólo me queda esperar un par de días a que las heridas se curen, después creo que deberíamos ir en busca de León, aunque es difícil encontrarle fuera de tu esfera... Sea como sea él no me traicionaría de aquella forma. Además, cuando le tubimos delante no noté su aura, era distinta... -quedó algo pensativo- Tengo que meditarlo mejor antes de hacer nada, si no estoy equivocado dudo que León se ofreciera a hacer algo semejante, nos debemos muchos favores mútuos.

Pasó las manos por el abdomen ajeno, acariciándolo.

-Como sea, ahora no -negó rotundamente y empezó a suspirar sobre su piel- Por favor.

-¿Te estoy echando?-le preguntó cogiéndole con una mano un mechón de su cabello, alargándolo y peinándolo entre sus dedos-. Algún día lo haré. Cuando no te soporte más, tal vez-le dijo tomándole del rostro y haciendo que se acercara a él recostándole sobre su propio cuerpo ancho y fuerte.

-Pero ahora debes descansar. No vas a hacer ningún esfuerzo, ¿me oyes?-le dijo con severidad mientras le miraba con el ceño fruncido-. Quiero que se te cure esa mierda de una vez, estoy harto de tenerte como a un enfermo termial, tirado en mi cama todo el día. Creo que es por eso que terminaré odiándola...

Le observó unos instantes y tras ello se acomodó a su lado, acariciando también su cabello con una ligera sonrisa que denotaba su malicia y luego acomodándose mejor en la cama, relamiéndose los labios.

-Mmmm... Entonces ponte tú encima y así no haré ningún esfuerzo -murmuró atrapándole los labios con un par de dedos y ejerciendo algo de presión- Dame un poco de mimos Gillthanas, me hacen falta -se tapó con la manta quedando así separados por aquello y luego arrojó la toalla fuera de ella, quedando desnudo debajo de la pieza textil.- Mmmm... -su propia mano viajó por su cuerpo, apretando a penas el abdomen y jadeando sutilmente para incitarle- Ven...

Gill se inclinó sobre él rozándole los labios con los propios mientras apartaba un momento las mantas y se hundía bajo ellas, sin separarse del diablo para lograr rodearle la cintura desnuda con un brazo.

-¿Me utilizas, Griffith?-le preguntó con claridad pero bajando la voz un poco, apoyando un antebrazo al lado de su cabeza, sobre la almohada, y respiraba sobre su cuello largando un grave y suave gemido sobre la piel. Alargó la lengua después por la misma y la tentaó a penas para notarla tibia y dulce.

Su mano viajó por uno de los brazos de su acompañante y lo palpó con ansias, arqueando su espalda y luego pasando una mano por su propia cintura, arqueando la espalda.

-¿Utilizarte? ¿Para qué? -musitó entrecerrando la mirada, dirritiéndose en aquellos labios- Eres tú quien tiempo atrás me dijo eso mismo -pasó nuevamente sus dedos por el abdomen y luego palpó el pecho, acariciando su propio miembro dormido- Mmmm... -jadeó y contrajó los músculos, provocando que su estómago se pusiera duro- ¿Crees que te utilizo para el sexo? -cuestionó tocando su mejilla con la mano libre- Sabes que para ello puedo tener a quien quiera, pero contigo es especial, se siente mucho mejor...MMmmm

Gillthanas le besó una ves y le miró después sonriendo.

-Si me hubieras dicho que si tampoco habría estado mal...-comentó tomándole del rostro un momento para apartárselo y recorrerle la yugular con los labios y la lengua-. ¿Quieres ahora? No me gustaría que estuvieses sufriendo sólo por hacer algo que ya crees que debe ser una rutina entre nososotros dos...

Se separó un poco de él y siguió lamiéndole el cuello de aquel modo, impidiéndole que se moviera.

-Pero a veces también siento la tentación de violarte... Creo que contigo sería imposible. Te gusta más que a mi...

Sonrió mientras se estiraba y luego le rodeó con los brazos, con la manta aún cubriendo aquel fino cuerpo y su mano empezando a tantear el propio sexo mientras arqueaba su cuerpo y se mordía el labio inferior.

-Mmmmm... si supieras cuanto me pone tu voz y tus caricias -comentó para luego besar sus labios- Me vuelve más que loco... Me apasiona... -empezó a excitarse por lo que su respiración se aceleró un poco, cerrando los ojos mientras apartaba la mano y rozaba su propio sexo contra las sábanas, dándose el placer necesario- Ah... Dios....¿Vamos a hacerlo o no? -dijo directo mientras retozaba y echaba el cuello hacia atrás- Como quieras, me da igual, como si quieres violarme....

-Llegados a este punto prefiero no retroceder-le dijo pegando los labios en la fina piel bajo la oreja, llevando una mano a la entrepierna de Griffith y sujetándole con cierta firmeza, notando la creciente excitación que hacía que su mimebro se comenzara a endurecer.

-No hay nada que pueda decirte y que no sepas ya, Griffith-le dijo pasándole la lengua por la mejilla y extendiendo el sexo del diablo sobre su propio muslo, apretándolo y comenzando a frotarlo al moverse de arriba a abajo empujando levemente el cuerpo desnudo bajo él.

Griffith dejó los brazos a los lados y empezó a suspirar con profundidad, entrecerrando la mirada y luego abriendo la boca para soltar algunos jadeos por las acciones tomadas por su acompañante. Cada vez lo hacía de una forma distinta y eso le agradaba de sobremanera.

-Eres tan... sutil... -musitó mirándole a los ojos y luego mordiéndose el labio inferior- Ah, Dios... Qué manos tienes... -apretó las sábanas, moviendo lentamente sus caderas mientras ladeaba el rostro que estaba cubierto por el propio cabello y se relamía los labios- Ngh... sí... así... -una de las veces llegó un espasmo a él y apretó una mano en el hombro de su amigo, haciéndole gemir- Vale, para ya... estoy muy duro... -murmuró refiriéndose que áun no quería terminar.

Gill rio con suavidad y se sentó en el colchón, haciendo que el diablo se sentase también entre sus piernas, rodándole la cintura con ellas.

-¿Qué problema hay? Si te corres hacemos que vuelvas a excitarte una y otra vez, hasta que caigas rendido de agotamiento-le dijo en tono divertido apretando los dedos en la parte baja de su espalda-. Me gusta tu cuerpo porque es moldeable...-le dijo con suavidad pasándole lentamente las manos por los costados-. Tan suave...-los dedos se apretaban contra su piel tibia, moviéndole la cintura con suavidad mientras subía por su pecho.

Echó la cabeza hacia atrás, suspirando mientras se dejaba hacer completamente, moviendo las caderas.

-Tú también te pones duro... -comentó al notar la erección en su espalda y disfrutando de ello- Ah... -se mordió el labio inferior, estirando su cuello- Por favor... sigue... -rogó buscando sus labios a pesar de aquella posición, ladeando un poco el rostro para morderle la mejilla- Cabrón -dijo de pronto contrayendo sus músculos- Nadie me la ha puesto tan dura como tú antes de metersela -murmuró como si aquello fuera un privilegio, rozándose contra el sexo de Gillthanas- Mmmmmm... -le apretó un poco la herida por lo que resintió a penasm, aunque no lo demostró- Joder... Sigue...Sigue...!

Gill levó una mano hasta el rostro del diablo y le rozó los labios con la yema de los dedos.

-Sssh... ¿Ahora te entran las prisas? Pero si no sabes lo que quieres...-le dijo al oído esbozando una sonrisa mientras dejaba que su propio miembro se fuera estimulando con aquellos sutiles roces-. No sabes como me pones tu a mi cuando te dejas ver de este modo... Eres tan irresistiblemente encantador...-le dijo gimiéndole con suavidad al oído mientras seguía macerándole tiernamente la cintura bajo sus manos rozándole la entrepierna a penas de vez en cuando hasta que empezó a masturbarle tranquilamente.

-Te gusta que te dilate ¿no?-le preguntó rodeándole una pierna con el otro brazo y haciendo que las separase, flexionando las rodillas-. Háztelo tu, quiero verte...-le dijo asomándose por uno de sus hombros, inclinado sobre él, mientras seguía sestimulándole con tranquilidad.

Griffith apretó los labios mientras era acariciado y al sentir cómo le tomaba de la pierna para ser separaba y la mano no dejaba de masturbarle, acompañado por aquellas palabras y peticiones le hacían morir.
Lamió un par de sus dedos y los introdujo pasando un brazo por detras de la pierna en su entrada, removiéndolos lentamente mientras suspiraba con fuerza y le miraba a los ojos.

-Ugh... -aquello le excitaba de sobremanera. Tensaba y relajaba sus músculos, no dejando de moverse para estimular el miembro de Gillthanas mientras lo hacía- Oh... Oh... Ya... Así... -apretó más sus dedos, estimulando su propia próstata para más tarde y luego sacando los dedos para aferrarse al colchón por las manos de Gillthanas- Ah... Dios... más! Ya! Me corro... -murmuró antes de empezar a eyacular en las manos ajenas, introduciendo automáticamente un par de dedos para llegar más profundamente al orgasmo

Cuando vio que su esencia salía al fin al exterior y le hacía resvaar con más facilidad los dedos por su mimebro agilizó un poco sus movimientos, masturbándole con ligereza pero rapidez hasta detenerse en el glande y apretarlo un poco, alzando después la mano con los dedos repletos de semen que se escurría por la palma.

-¿Has visto? Y ahora volverás a correrte de nuevo...-le dijo dándole un beso en la mejilla como premio. Se separó de él para tirar con suavidad de su cuerpo, tumbándole y rodeándole para tumbars sobre él, quitándose la camisa por el camino-. ¿Quieres un poco más?-le preguntó añadiendo a los dedos del diablo un par más de los suyos, humedecidos por su semen todavía.