Las sombras que me aman - Privado Azrael -

El demonio se limitó en un principio a seguir el ritmo que mantenía la chica, acariciándole la piel con cuidado, pero de forma posesiva, rozándole las caderas y los costados, acariciando y besando su pecho y su garganta cuando arrojaba la cabeza hacia atrás.

Él mismo fue agilizando los movimientos a la vez de de vez en cuando deslizaba una mano al sexo de la chica para masturbalra un instante, dejando que siguiera lubricándose y se pegaba a su oído para susurrarle suaves y gravez gemidos, roncos como sólo lo podían ser de su voz de hombre y demonio, lamiendo su cuello a la vez que calcaba las caderas de la chica hacia abajo penetrándola con profundidad.

-Azrael....-dijo en un suspiro contra sus cabellos, abrazándola-. ¿Puedo hacerlo dentro?-le pidió del mismo modo, cerrando los ojos y moviéndose al compás de la chica.

Todo aquello me encantaba, notar sus manos acariciándome y abrazándome, sus caricias para que mi excitacion continuara y aquellos gemidos que me enloquecieron desde el mismo monto en que empecé a escucharlos.

Notaba como el aceleraba el ritmo haciendo aquellas penetraciones mucho mas profundas y arrancándome gemidos pasionales y excitados de puro placer.

Cuando dijo aquello, me pare en seco mirándole con los ojos como platos, no podía haber dicho aquello, seguro que había sido algún desvarió de mi enfermiza mente cegada por el placer, suspire segura de que era verdad, de que lo habría dicho, como si no le conociera.....

-Gill-dije muy seria-eso es peligroso, yo...podría-apoyé mi mano en mi vientre imaginandome lo peor-no estaría bien yo....-miraba mi mano en mi vientre imaginandome un criatura creciendo allí y me asuste, me asuste mucho con la idea, me matarian, ocurriría como con mi madre, me matarian por engendrar sin permiso un ser así, me abrace a Gill y suspire intentando esconder mi miedo-mejor no ¿vale?-dije intentando sonar tranquila

El demonio la observó un instante y sonrió levemente, tomándole de las manos y llevándolas a su propio pecho sin separarse de ella más que unos centímetros, respirando sobre su piel.

-Ya sería peligroso ahora-le dijo con suavidad sonriendo, bajando un momento la mirada para rodearle la espalda con una mano y acariciarla, pegando su tierno cuerpo al suyo para acercarse a su rostro y apoyar su mejilla en la de la chica-. Pero no tienes que preocuparte, yo no puedo darte hijos.

Le pareció en aquel momento una tortura pensar en ello pero trató de no darle más importancia. Había sido una realidad desde siempre. Le acaricó los cabellos con la otra mano y después la besó.

Me estrecho contra el rodeando mi pequeño cuerpo con sus brazos mientras me decía aquellas palabras que sonaron dolorosas, aun que no lo quisiera el así.

Bese su mejilla y suspire, pensando en mi madre, aquella de la que nadie excepto yo savia que había sido y después pensé en ella, en Rizel la deshonra nacida de un ángel como decían "mis superiores", ojala supiera que fue de ella también...

-Te quiero Gill-susurre en su oído con todo el cariño que pude y le abrace fuerte.

En aquel abrazo pensé en sus palabras y me entro curiosidad, como podía saber el que aquello era cierto, en que se basaba.

-¿Por que crees que no puedes tener descendencia?-deseaba de la misma manera que fuera mentira y realidad

El demonio se acarició contra ella y después se echó hacia atrás, tumbándose de nuevo y llevándosela con él para de nuevo quedar ambos a ras del colchón, enterrados en las sábanas.

-Porque soy estéril-le dijo mirándola a los ojos un momento, abrazándola y estrechándola entre sus enormes brazos mientras volvía a acariciarle la espalda y los costados-. Como todos los demonios. No se si tiene remedio, pero desde que me plantaron en el mundo mortal me despojaron de esa posibilidad...-le explicó con suavidad acariciándole el cabello.

Me tumbo junto a el entre las sabanas y le abrace mientras le escuchaba hablar en silencio, algo asombrada de sus palabras.

-Gill-dije cuando termino de hablar-los infernales no son estériles...al menos no todos-suspire-los ángeles caídos nacen de un infernal y un ángel, si fuerais estériles esa raza no existiría, ¿no crees?.

Quede callada y le abrace, dejando aquel comentario en el aire sin darle mayor importancia, como si no hubiera dicho nada trascendente.

Pegue mi cuerpo denudo al suyo, notando el calor que emanaba y sonreí complacida con lo que había ocurrido hasta pocos instantes antes. Al menos había sido por amor

El demonio la miró y después se acercó a ella para besarla y calcar su cuerpo un poco sobre el suyo.

-Sea como sea... no tienes que preocuparte por ello-le dijo con suavidad dejándole un beso en la comisura de los labios y yendo después del mismo modo por su mejilla, hasta su garganta después.

Notar el calor de su cuerpo, de aquel modo tan diferente a como lo había podido notar en ciertas ocasiones, le extasiaba y le confundía al mismo tiempo. Suspiró débilmente sobre su cabello ahroa largo y cerró los ojos, dándose el lujo de quedarse un instante abrazado al ángel sin decir nada, tan sólo notando su respiración contra la suya.

Gill le quito importancia alo dicho anteriormente, diciendome que no tenia que preocuparme de ello.

Me abrazo y beso la comisura de mis labios mi mejilla y mi garaganta, haciendomeestremecer, notando su respiracion contra la mia en aquel abrazo tan apacible, le bese con cariño y sonrei.

-No estaria mal cuando sea mas mayor fugarme y tener descendencia contigo-dije medio en broma-pero entonces no te desarias de mi no con agua hirviendo-rei

-¿Es una amenaza?-preguntó con los ojos cerrados, hablando contra su piel mientras sus manos poco a poco se iban deteniendo, dejando de acariciarla y quedándose fijas en su espalda-. Creí que ya eras mayor. Además de corromper a ángeles me acusarán de pedófilo. Qué futuro me espera...

El demonio suspiró con una suave sonrisa y se enroscó sobre ella, abrazándola con algo más de estrechez.

-¿Debes irte o te quedarás a dormir?-le preguntó.

Me hizo gracia aquel comentario, realmente no era tan pequeña como para que me consideraran un acto de pedofilia, pero...tampoco me sentía mayor como para tener descendencia.

Bese su pecho con cariño y comencé a acariciarlo con la punta del dedo haciendo cientos de dibujos imaginarios en el mientras me relajaba.

-Me quedare a dormir contigo si así lo quieres-susurre mordiéndole con cariño el cuello-si ya te has cansado de mi-me hice falsa víctima, me iré y no veras mas-comencé a reír estrechando mi cuerpo contra el suyo, como un gatito se refriega contra su querido amo.

-Entonces quédate conmigo-le dijo con suavidad respirando sobre sus cabellos, tomándole un momento aquella mano que se movía en su pecho para acercarla a sus labios y besarla, antes de dejarla donde estaba y estirar un brazo para cojer las mantas y cubrirles a los dos.

-Ahora ya duermo, ¿sabes?-le dijo pacíficamente con un suspiro reparador, felíz, mientras volvía a estrecharla entre sus brazos y a acurrucarse contra ella-. Ya puedo soñar. Nunca supe lo que era hasta que me pasó una primera vez y me caí de la cama al despertar.

No pude evitarlo, lo juro, fue superior a mi...cuando me imagine a Gill cayendose de la cama todo lo grande que era no pude reprimir una carcajada, tapandome la cara con una mano mientras me reía sin poder remediarlo.

-¿Y que soñastes para caerte de la cama?-pregunte intentando tranquilizarme un poco pues no quería molestar a Gill y que se enfadara conmigo-perdoname ya me dejo de reír, pero contesta `por favor, que me pica mucho la curiosidad de cual fue tu primer sueño

-No fue lo que soñé, creo que ni siquiera me acuerdo de eso...-comentó frunciendo el ceño. Realmente no se acordaba de nada claro, únicamente que había sido lo suficientemente extraño y surrealista para él como para hacerle saltar así-. Fue más bien que era la primera vez que me quedaba dormido... y sinceramente, dormir agota, ¿eh? Cuando abrí los ojos tenía el cuerpo completamente dormido, y no sabía donde estaba... creo que fue por eso por lo que me alarmé y no calculé el tamaño de la cama...

Dormir agota, me había gustado la expresión, sobre todo por que cuando sueñas no descansas y yo no descansaba nunca,asi que siempre estaba hecha polvo y con sueño.

-A veces pasa, sobre todo cuando tienes una pesadilla-me abrace a el-te levantas con una sensacion de angustia extraña, a veces gritas o lloras otras es solo esa sensacion la que te sobresalta-bese su pecho y acomode la cabeza-esas veces no descansas.

Alce un poco la cabeza para mirarle a los ojos, quería perderme en ellos unos momentos solo eso y notar su cuerpo junto al mio como si aquello no tuviera que acabar nunca.

-Te quiero-susurre sin dejar de buscar tus ojos-te quiero mucho-me estreche a el como si la vida me fura en ello y tuve miedo por primera vez en toda la noche de perderle de nuevo

El demonio sonrió con suavidad cerrando los ojos, pegando su rostro al de la chica para darle un beso en la frente y quedarse pegado a ella, enterrada entre sus brazos.

-No dejes de hacerlo-le dijo con suavidad, casi como un susurro contra sus cabellos dorados, aspirando aquel fragante aroma dulce y tibio, alegrándose de que aquel día terminase de aquel modo tan insuperable.

-Mañana actuaremos también en el teatro. ¿Vendrás a verlo?-le preguntó con suavidad mientras notaba todo su cuerpo relajándose.

Siempre me sentía bien cuando estaba entre sus brazos, prisionera de sus besos y caricias, esclava de su persona.

-Nunca dejare de hacerlo-dije alzando la cabeza y besándole suavemente como si fuera el roce del ala de una mariposa, liviano y suave.

Escuche aquello, mañana también actuaria en el teatro y me preguntaba si iría verlo.

Hundí mi cabeza en su pecho y me pegue mas a el si era posible aspirando el aroma a infernal que seguramente también me envolveria a mi y del cual se quejaba tanto mi hermano mayor.

-No me lo perdería por nada del mundo-conteste relajando mi cuerpo y cerrando mis parpados-aun que me cueste algo mas que una regañina iré a verte tocar de nuevo, tantas veces como lo desees

No era que no le importase lo que le pudiera pasar a la chica, pero en aquellos momentos de dulce éxtasis sólo podía pensar en si mismo y en ella, sólo en los dos y en lo que quedaba entre ellos, aquel estrecho lazo, el aire cálido que circulaba a su alrededor. No había nada más en aquellos momentos que le importase más.

Cerró los ojos, suspirando levemente, cómodo y relajado, para no decir nada más y volver a caer en aquella ensoñación a la que todavía no estaba acostumbrado, pero a la que poco a poco se iba sintiendo más enganchado, la sensación de poder pertenecer a aquellos humanos.

Finalmente me rendí a aquella sensacion de paz, con los parados cerrados y el junto a mi rodeandome con sus brazos, aquella sensacion que había añorado durante largo tiempo y que provocó que alguna lágrima traviesa escapara de mis ojos cerrados, recorriendo mi mejilla hasta su pecho mientras yo quedaba finalmente dormida, con aquel rastro cristalino en el rostro.

Me removí en sueños, negandome a despertar, escuchando una campanilla que me llamaba, abrí los ojos y me deslice soltándome con paciencia de los brazos del infernal, para así tal cual me encontraba sentarme en una silla con mis piernas abrazadas mirando el exterior a traves de la ventana, notando la helada brisa que se colaba por el pequeño espacio que había abierto yo misma y alternativamente observando al infernal que dormía mientras en mis labios se dibujaba una sonrisa de felicidad

El demonio no parecía estar soñando aquella vez. Se removió sobre sí mismo con un pie en otro mundo y se dio la vuelta al notar inconscientemente toda la cama para él sólo, dejándose caer sobre el colchón boca abajo, estirándose completamente con las sábanas hasta la mitad de la espalda y ocupando todo el espacio posible. De aquel modo hasta parecía el doble de grande de lo que en realidad era.

Farfulló unas palabras incomprensibles y después, como si la eterna oscuridad que le cuidaba siempre, algunos jirones de oscuridad, de niebla negra, casi imperceptibles a simple vista, danzaban a su alrededor como si estuviesen custodiando su cuerpo dormido ahora que no podría defenderse.

Le observe hacerse con toda la cama de aquella manera mientras me preocupaba de reprimir una risa divertida ante la escena.

-Cuanta tranquilidad-susurre mirándole con cariño-ojala todos mis días fueran así de apacibles.

Me incorpore de la silla y me acerqué a el, tomando las sabanas y tapándole del todo mientras me aventuraba a darle un beso en la mejilla con cariño y a retirar con mi mano un mechón de cabello travieso de su rostro.

-Te quiero Gillthans-susurre en su oído suavemente mientas le daba otro beso y me incorporaba para regresar a mi posición en la silla, segura ahora de que el no cogería frió.

Al sentarme extendí las alas dejándolas caer sobre mis hombros como si de un manto de plumas se tratase y perdiendo mis ojos en la oscuridad del cielo nocturno

El demonio farfulló algunas palabras en sueños sin moverse de su posición, cómodamente estirado.

-Niña...-murmuró inconscientemente, como casi un suspiro que dejó rodar por el colchón con el rostro pegado a las sábanas frescas y tibias. Todo estaba bien, en calma, y no se percató de que las sombras que le rodeaban custodiándole se habían agitado ligeramente, de forma imperceptible, pero anunciando algo.

El demonio pareció darse cuenta, pero de forma abstracta, En su subconsciente algo se agitaba, pero aquel estado de sueño en el que estaba le aturdía interiormente. Después de un instante todo pareció calmarse de nuevo.

Me había hecho gracia oirte susurrar "Niña" en sueños, mientras las sombras sobre el se agitaban un poco, pero bueno.....no tenia importancia.

Comenzaba a amanecer, era extraño que un lugar como la urbe con un cielo tan sumamente contaminado saliera el sol, pero hoy parecía que seria un día muy soleado, no me pareció justo robarles el sol a los habitantes, así que corrí la cortina para que no penetrara demasiado en la habitación y me incorpore a despertar a Gill, pero en el ultimo momento me retracte, y decidí quedarme sentada en la cama acariciando sus cabellos, mientras le veía dormir.

-Si siempre tuvieras esa cara tan dulce de cuando duermes-susurre-seguro que no te quitabas a las pretendientes de encima-reí para mis adentros imaginandome al infernal acosado de centenares de chicas y sentí incluso un poco de celos de aquella escena mental mía

El demonio volvió a farfulalr, a murmurar cómodamente adormilado, despertado letnamente por el reloj interio.

-Mmmm... las tengo...-murmuró sin ser muy comprensible mientras mantenía los ojos cerrados, hasta que pareció volver en sí. Despertó, cobró el conocimiento que había perdido por unas horas y como cada mañana pegó un brinco sobresaltado, notando todo el cuerpo dormido, nada le respondía, ni si quiera su propio cerebro que parecía resistirse a funcionar con la rapidez que él quisiera. Cada mañana era así, sólo que aquella vez no se cayó de la cama, agarrado a la chica.

Comencé a reír suavemente con aquella frase "las tengo" son estar segura de querer saber a que se refería, poco a poco Gill despertó y le vi pegar un brinco en la cama, de la cual se hubiera caído si no llego a cogerle a tiempo.

-Casi te caes-dije en tono divertido mientras le abrazaba-buenos días Gill dije con tono cansado y bostezando-fuera hace un sol de justicia y si no hubiera tanta polución hasta los pajaritos cantarían de buena mañana.

Me quede abrazada a el, notando su calor y presencia junto a mi, para luego incorporarme un poco y besarle con cariño.

-¿Has soñado algo que recuerdes?-pregunte frotándome los ojos por el cansancio aculado de haber permanecido media noche despierta.

-Qué voy a recordar nada...-murmuró pasándose una mano por la cara, incoporándose para quedar sentado en el colchón-. Estoy desnudo-dijo dándose cuenta de ello aún estando cubierto por las sábanas.

Estaba algo desorientado, pero tuvo el acierto de buscar por las mesitas de noche aquel rejol que tenía, que tan sólo le prestaba un mínimo de atención porque la sociedad en la que supuestamente se estaba integrando le obligaba a atender a aquella niniedades.

-Es temprano aún... ¿tienes que hacer algo tu?