Las sombras que me aman - Privado Azrael -

Negué con la cabeza, realmente podría estar una larga temporada sin regresar y no se me cumularía el trabajo, pero..... la reprimenda seria de aupa, aun que por unos días...

-No tengo nada que hacer-dije con una sonrisa-bueno si, darme un baño-reí-pero no se donde esta el servicio, y por no dedicarme a investigar lo he dejado esperar.

Le mire de arriba a bajo y una idea traviesa acudió a mi mente, mientras me planteaba si aquello estaría bien, me puse colorada como un tomate tan solo con la idea de proponerle a Gill que se bañara conmigo, me daba vergüenza que me viera desnuda, por eso había permanecido con la manta de plumas que eran mis alas encima todo el rato, y si se lo decía....me vería de nuevo...

El demonio alzó un momento la vista hacia la habitación, señalándole una puerta en aquel mismo cuarto.

-Allí. No estaba muy lejos...-comentó-. Hay ducha y bañera, por si te apetece. Haré... haré el desayuno-comentó rascándose la cabeza, apartándose de ella para salir de la cama por el lado opuesto, desnudo como estaba, e ir así por el cuerto para salír de él y dirigirse a la cocina.

Le seguí con la mirada, pensando que había sido un poco tonta por no comprobar por mi misma cual era la habitación que albergaba el baño y después segui sus paso por la habitación hasta la cocina.

-Prepara lo que quieras-dije asomando mi cabecita por la puerta-si necesitas algo estaré en el baño dandome una ducha rápida-sonríe-te quiero-y dicho esto corrí al baño.

Ni tan siquiera me pare a observarlo, me sentía pegajosa por el sudor reseco del ejercicio nocturno y quería lavarme.

Cuando comencé a frotar mi cuerpo, vi restos de sangre en la zona interna de mis muslos, y recordé que ya no era una niña pura, ahora me había convertido un ángel impuro que le dio su virginidad a un infernal, pero me daba igual, me sienta bien por o que había hecho, al menos había decidido a quien concederle ese momento y había sido a quien yo mas quería.

Me quede bajo el agua dejando que esta resbalara sobre mi cuerpo, notandola tibia y relajante deseando que Gill estuviera junto a mi también en este momento

Pero el demonio se dio cuenta unos minutos más tarde de que seguía desnudo y volvió al cuarto para vestirse. Él no necesitaba bañarse. Su cuerpo falso carecía de muchas cosas como aquella carecía incluso de sombra, aunque eran detalles prácticamente imperceptibles. En cuanto se puso unos pantalones nada más se centró en el sonido del agua corriendo, y sonrió con suavidad.

Se metió en el baño lleno de vapor y sin decir nada se acercó a la chica por detrás abrazándola suavemente, asomándose por encima de su hombro e ignorando que también se mojaba.

-¿Necesitas que te enjabone la espalda?-le preguntó con suavidad algo más sereno que minutos antes.

Me encontraba absorta en la sensacion cálida del agua sobre mi cuerpo desnudo, incluso tenia las alas extendidas para lavarlas, me encontraba tranquila tremendamente tranquila.
Entonces unos brazos rodearon mi cuerpo haciendo dar un respingo y un pequeño grito asustado, pero era el, Gill me abrazaba con suavidad con su cabeza sobre mi hombro preguntándome si quería que me enjabonara la espalda.

Lleve mi mano a su rostro y lo acaricie, notando el agua que lo empapaba, gire la cabeza y lamí juguetona una gota de agua que se escurría por aquel lateral de su rostro.

-Si quieres-susurre en su oído-aun que también podrías entrar aquí conmigo y te la enjabonaría yo-¿desde cuando me había vuelto tan atrevida? bese su mejilla y sonreí-total ya te estas mojando

-Si, pero no me gusta lavarme...-comentó apartándose de ella un poco y mirándose los brazos mojados-. Veamos...

El demonioechó mano de uno de aquellos botes que había terminado de dejar los compañeros que habían pasado allí algunos días, con la esperanza de volver aunque Gill se las terminaba arreglando muy bien para poner excusas. Volcó el bote en la mano, echando una pequeña cantidad de gel y después comenzó a esparcirla por la espalda de la chica, haciéndose espuma rápidamente.

Parecía que el comentario no había surtido efecto, aun que que el me dijera que no le gustaba labarse, me hizo pensar varias cosas respecto a la higiene del demonio, en las cuales prefería no pensar.

Le sensacion de su mano recorriendo mi espalda me extasiaba, haciendome estremecer con los ojos cerrados, intentando evadirme de la realidad lo suficiente como para que solo existiera esa sensacion en el mundo.

Las manos del demonio recorrieron completamente su espalda, su cuello y sus hombros, incluso frotó sus costados aunque seguramente la chica si alcanzase allí.

-Yo no necesito hacer esto...-comentó mirándose una mano llena de espuma mientras seguía frotándole la espalda con la otra-. Yo no me mancho como vosotros, ni como los humanos-. oy muy especial en casi todo, ¿sabes?-preguntó felízmente mientras cogía la alcachofa de la ducha, desprendiéndola de arriba para pasársela por la piel y quitar el jabón.

El agua recorrió mi espalda eliminando los restos de espuma y jabón, mientras yo pensaba en las palabras del infernal, evidentemente si tuviera esa necesidad y no lo hiciera le envolvería un olor muy característico y no era así, yo mas que nadie había estado lo suficientemente cerca de el varias veces como para saber que no ola raro para nada.

-No es ya el hecho de limpiarte Gill-dije mirando el agua caer sobre mis manos y jugando a hacer figuritas con ella-es el hecho de lo relajante que resulta darse un baño con espuma y esencias o una ducha después de un día de trabajo-sonreí mirando de reojo al infernal-es un momento especial del día en el que te evades de todo para dedicarte ese tiempo a ti, aun que estés limpio-me encogí de hombro-pero supongo que a ti no te atraen ese tipo de cosas.

Cuando note que el jabón ya había desaparecido de mi espalda me gire hacia el infernal abrazándole lo suficiente rápido como para que no pudiera contemplarme del todo bien.

-¿me das una toalla Gill?-dije sin soltarle y algo ruborizada-quiero salir de la ducha ya

El demonio trató de dar un paso hacia atrás pero al verse asido de aquella forma sujetó a la chica por los brazos obligándola a desenroscarlos de su cuerpo.

-Si me suetas quizás pueda... No tienes nada que no haya visto ya-le dijo frunciendo el ceño levemente y sonriendo mientras trataba de recordar donde guardaba las toallas. Después de unos segundos se acercó al mueble blanco del baño, abriendo un cajón y sacando una toalla.

Después se acercó a la chica con ella extendida y se la envolvió en el cuerpo.

-Ya está. Voy a seguir haciendo eso...-dijo señalando hacia la puerta. Como si le costase decir que hacía de comer, o que estaba comiendo, comida normal, de humano. Como si aún no lo conciviera y no comprendiese aquellas palabras. La dejó a solas de nuevo y se metió en la cocina.

No hacia falta que me recordara que me había visto completamente desnuda en mas de una ocasión, aun así me daba vergüenza y me daría siempre, o al menos eso pensaba.

Espere pacientemente a que Gill encontrara las toallas, cosa que por cierto le costo mas de lo que yo esperaba, como se notaba que el no usaba esas cosas. Cuando ya me encontré envuelta en aquel pedazo de tela absorbente Gill se fue de nuevo a terminar de hacer lo que Dios sepa estaba haciendo de desayuno.

Me encontraba sola de nuevo en el baño, ahora envuelta en una toalla y sin nada que ponerme....podría hacer aparecer algo de ropa, pero la ropa que hacia aparecer era la que tenia en la torre de mármol y sinceramente a parte de la túnica azul y la de Siel no tenia nada mas, por que no pasaba allí el tiempo suficiente....que remedio.

Me seque el cabello con la toalla e hice aparecer la túnica de líder de los serafines con su broche y todo, para taparme, era un poco ostentosa para usarla de ropa de casa, pero no había otra cosa y al túnica azul estaba también sucia y el vestido de anoche era incomodo para caminar, así que no había mas opción.

Salí del baño y camine hasta la cocina donde vi a Gill atareado terminado de preparar aquello que todavía no sabia que era

-Ya estoy aquí-dije en tono dulce abrazándole por detrás-hola

-Hola-anunció sin mirarla con un plato en la mano, vacío, esperando al momento adecuado para darle al botón de la tostadora. El sonido de catapulta anunció que las tostadas se habían hecho y cuando saltaron por el aire el demonio las recogió con el plato sin problema alguno.

-Tu quires, ¿verdad? A mi no me gusta demasiado pero tengo que acostumbrarme...-comentó dándose la vuelta hacia la mesa donde había de todo. Había bebidas dulces calientes, tostadas, mermelada mantequilla, y todo en grandes cantidades, porque aunque no fuera del agrado del demonio era de comer por un regimiento entero, y aquel enorme cuerpo había que mantenerlo.

Me gire a observar la mesa cuando Gill dejo el plato con las tostadas, aquello era un banquete que daría para alimentar a medio sexto nivel del cielo....

Me quede con la boca abierta mientras me sentaba en la mesa mirando todo aquello y pensando que realmente yo no comía demasiado, pero que por el tamaño del infernal el tenia que comer por 4 o 5.

-Buen provecho Gill-dije cogiendo una tostada y poniéndole mantequilla y mermelada, mientras pensaba que tomar de acompañamiento, había tanta variedad que me costo decidirme, pero finalmente cogí leche con azúcar, lo mismo que desayunaba todos los días antes de subir a trabajar-esta muy bueno-dije mordiendo la tostada, a mi se me queman siempre, soy un poco inútil con la tostadora-sonreí.

Era tremendamente agradable esta escena tan hogareña, con el y yo comiendo juntos por primera vez.

El demonio masticaba con cuidado. Aquellos sabores que se alejaban tanto a la sangre y a la carne cruda y corrompida no eran del todo agradables, dijesen lo que dijesen los humanos sobre los sabores dulces.

En aquellos momentos el pan no se convertía en ceniza, y Gillthanas seguía sintiéndose descolocado completamente, y no le gustaba en absoluto simular que era uno de ellos, aunque eso no se le notaba.

-Lo hice hoy porque estás aquí, si no hubiera ayunado...-comentó mirando su tostada, dándole un par de vueltas mientras se rascaba la sien un instante. Toda la cocina olía a café recién hecho.

Enarque una ceja ante aquel comentario y suspire resignada mientras le miraba comer algo menos complacida de lo esperado.

-No esta bien ayunar -dije sin mirarle concentrándome en darle vueltas a la leche con azúcar-hay que hacer 5 comidas al día y tu seguro que si haces una ya me puedo dar con un canto en los dientes-encogí los hombros en un gesto de resinación, pero sin darle mayor importancia-de todas formas...antes no comías comida humana...¿puedo preguntar a que se debe el cambio?-me encontraba intrigada, pero no estaba segura de que el me contestara o de si realmente quería saberlo

El demonio la miró un momento en silencio. Después de un rato dejó la tostada a medias en el plato y apoyó los brazos sobre la mesa sin dejar de mirarla.

-Ya te lo dije, porque tengo un padre humano, y eso me convierte al menos en un medio humano... Si nunca pude comer, sentir nada, no sentir cariño ni amar ni dolor... fue porque no quería que fuera así. Como todos los demonios tengo un poder mental tan fuerte que me convencí a mi mismo de ello... y se hizo realidad. No podía comer más que lo que arancaba cruelmente con mis manos, no sentía dolor, ni humillación, ni me encariñaba con nadie. Hasta ahora.

El demonio la miró un instante, ausente. Para él todo habia estado bien. Su vida de deminio terrible, de piedra, insensible e inamovible era perfecta, le encantaba lo que hacía con sus manos. Caer en aquel estado que actualmente vivía le había resultado y aún era una tortura antinatural de la que no se creía merecedor, y lo odiaba.

Escuche cada una de sus palabras con total atención puesta en ellas y sonreí, imaginandome como seria el padre de Gill...seguro que se parecían mucho, después supire y le mire a los ojos.

-Aun que seas medio humano... no tienes por que vivir como tal-me encogí de hombros-si te gustaba mas aquello siempre puedes volver a ser el Gill de siempre-un leve rubor apareció en mi mejillas-yo te voy a querer igual-le guiñe un ojo.

Al fin y ala cabo yo también era medio humana, que mi madre hubiera escapado del cielo y nos hubiera tenido con aquel asqueroso hombre, no implicaba nada, yo vivía como un ángel y mi parte semi humana no me molestaba mas que por que se metían conmigo en clase llamándome mestiza...pero había cosas peores.

Termine de tomarme mi desayuno y me incorpore recogiendo mis cosas para llevarlas a la pila y fregarlas, cuando Gill terminara también recogeria y limpiaria lo suyo, era lo menos que podía hacer después de que me preparara el desayuno

-No lo entiendes-dijo con suavidad sin dejar de mirarla-. Todo aquello ya no existe, porque el mundo en el que me recreaba no era real-le dijo dejando de comer. Tan sólo recogió las cosas para ponerlas sobre la encimera, dejándolas allí. Ya tendría tiempo de recogerlo.

Se fue a la habitación para terminar de vestirse.

-Recoge todo lo que tengas por aquí, tengo que irme a trabajar-le dijo desde allí mientras cogía algunas cosas y se aseguraba de que todo estaba cerrado.

Aquello me entristeció, tal vez era verdad que yo no entendía nada, tal vez en aquel tema yo tuviera las cosas mas fáciles, por que era la creadora de mi mundo de fantasía, en el que las cosas podían ir bien y nadie podia destrozarlas (no que va).

Recogí mi ropa del día anterior con gesto cansado por aquella noche en vela y mire a Gill, tenia que ir a trabajar, seguramente ensayaría con los del concierto de anoche y me daba la sensacion de que yo no podía seguirle, que seria un incordio.... cambie mis ropas de líder por aquel vestido y me deje el pelo suelto.

-Gill... yo- no sabia que tenia que hacer, si el trabajaba yo suponía tendría que regresar a casa, suspire-¿sabes de algo divertido que pueda hacer hasta tu concierto de esta noche?-no quería pedirle que me llevara con el, pero tampoco sabia que hacer así que lo mejor había sido preguntar, al menos eso pensaba.

-No lo se. ¿A las chicas no os gusta ir de compras?-le preguntó mientras se ponía una chaqueta frente al armario, cerrándolo después.

-Con eso.. llamas bastastante la atención, ¿sabes?-le preguntó mirándole el cuerpo y señalándola con un leve gesto de la cabeza. Después cogió las llaves del piso caminando por el pasillo hacia la entrada-. Pero no te compres nada con falda. Quizás a la vuelta volvamos en moto...-comentó recordando que se la traerían del taller.

Mire mis ropas, la verdad es que salir de día con ropa de noche ..... tenia que destacar bastante, bueno pues me computaría ropa, seguro que encontraba algo bonito.

Camine tras de el para salir del piso, pensando el lo de ir en moto, seria la primera vez que aria eso también, pues siempre me habían dado un poco de miedo, pero como decía mi hermanita "para todo hay una primera vez, disfrutala que no se repetirá".

-¿Nos veremos directamente esta noche o antes?-pregunte cogiendo su mano y entrelazando mis dedos con ella de manera inconsciente.

-No lo tengo muy claro. Me iré con el grupo directamente al teatro ahora mismo, supongo, así que nos quedaremos todo el día allí hasta la hora de comer. ¿Quieres que comamos juntos?-le preguntó mirándola un momento mientras salía y cerraba la puerta con la llave, guardándosela después en el bolsillo y bajando las escaleras con la chica de la mano.

Fuera hacía un sol radiante. Radiante para cualquiera menos para Gillthanas, que seguía con aquella adversión a la luz diurna más propia de los vampiros.

La idea de comer juntos no me desagradaba en absoluto, la verdad es que me agradaba mucho y se notaba en mi sonrisa.

-Si, comamos juntos-dije alegre-te recogere en el teatro a la hora de comer ¿te parece bien?

Cuando salimos del edificio el sol me pareció molesto hasta a mi, pero no nublaría el cielo de unas personas para las que ver el sol era un acontecimiento excepcional.

-Que molesto que es el sol a veces-suspire mirando divertida la cara de Gill a quien le incordiaba mucho mas que a mi-pero bueno hay que aguantar, como personas normales.

-Puede, pero aquí arriba a mi se me conoce como un albino...-comentó mientras se posaba un momento un dedo sobre la sien, tratando de controlar aquel molesto martilleo-. No es nada agradable la luz del sol.

Chasqueó la lengua y se giró hacia la chica, mirándola como si nada ocurriese para inclinarse sobre ella para besarla suavemente, de forma casta pero seguramente con mucho más significado del que aparentaba.

-Hasta la tarde-le dijo entonces haciendo un gesto con la mano y echando a andar por la acera.

Me quede parada en seco con aquel beso y el rubor regreso a mis mejillas produciéndome una sensacion muy agradable y una tierna sonrisa, tarde un poco en reaccionar y cuando lo hice el ya caminaba por la acera hacia el trabajo.

-Hasta la tarde Gill-dije moviendo la mano en gesto de despedida-que te lo pases bien en el trabajo y se bueno-esto ultimo lo dije entre risas para luego girarme y encaminarme en busca de alguna tienda donde comprarme ropa.