Sombrero de sombras - privado -

-¿Ah si?-el demonio subió las manos por sus costados hasta su pecho y después volvió a bajar-. Entonces te torturaré un poco más... ¿te gusta, no?

Gillthanas rozó con la lengua su sexo, que comenzaba a endurecerse ya, siguiéndolo en toda su extensión hasta el glande y allí apretarlo suavemente entre los labios, humedeciéndolo y felándolo con tranquilidad para que se fuera despertando.

-Si no me has hecho nada cuando te la metí una primera vez no me lo harás ahora.

Griffith omitió sus comentarios que intentaban enfadarle y metió el estómago hacia adentro marcando todas sus costillas cuando decidió felar su sexo lentamente.
Apretó los labios y luego dejó escapar un jadeo.

-Mmmm... Es imposible que no me guste -comentó entrecerrando la mirada y arqueando la espalda- Mmmmm... -movió un poco sus caderas- Pervertido... -se aferró con fuerza a las brancas del árbol y observó la escena, viendo a Gillthanas prascticando la felación- Sigue... ah...

Gill había perdido la cuenta de las veces que le habían llamado pervertido, pero no podía evitar sonreír cada vez que oía aquella palabra dirigida a él. Resultaba curioso como los que se lo llamaban estaban bajo él suspirando y no atrapados en un callejón sin salida con un ladrillo en la mano, preparados para atacar si era necesario.

El demonio llevó una mano hasta la base del miembro ajeno, deslizándola por la piel y sujetándolo con firmeza entre los dedos, evitando que la más mínima gota de líquido preseminal brotase. Aún era demasiado pronto. Mientras tanto continuó velándole, cada vez profundizando más, yendo más rápido, y apretando la boca contra su miembro cuanto más se endurecía, llevándolo hasta la garganta donde lo apresaba.

Griffith suspiró profundamente y apretó más las manos en la rama, evitando gemir por aquellas caricias, no era tan fácil. Sonrió, observando cómo se entretenía aquel hombre en su sexo y lo degustaba como quería, recorriendo de arriba a abajo hasta llegar al glande y apresarlo con los labios.

-No lo haces más... -susurró mirando el cielo, contrayendo los músculos de su estómago un par de veces- Joder... -se mordió el labio inferior- Mmmmm... ¿Te vas a poner duro sin yo hacerte nada...?

Gill se sacó su miembro de la boca manteniéndolo sujeto y apretado en una mano para poder mirarle.

-¿Quieres hacerme algo?-le preguntó esbozando una sonrisa maliciosa. Realmente su sexo ya había comenzado a endurecerse un poco pero no sobraba la ayuda-. Porque si es así yo te dejo, ¿eh?-mientras hablaba continuó masturbándole con especial cuidado y detalle, rozándole el glande en círculos bajo las yemas húmedas de sus dedos.

Griffith se reincorporó un poco, en la situación que estaban tampoco podían moverse demasiado. Intentó salir de debajo del muchacho y le besó apasionadamente.

-Podrías decirme algo bonito, o un simple 'por favor' a cambio ¿no? -le miró a los ojos, dejando las piernas a cada lado abiertas para que colgaran del ´`arbol, aún excitado.


-Quítate la ropa que yo no puedo -musitó tocándole los labios con un dedos y pasando una mano por su abdomen- Mmmmmm venga,. tengo ansias

-No tengas tanto miedo, no te caerás-le dijo pasándole la mano por el cabello. Le tomó por la nuca, deslizando después la mano por su mandíbula hasta terminar en sus labios-. Yo te cuido en lo que queda de noche...

Gillthanas se pasó la lengua por el labio inferior mientras llevaba la otra mano a la del diablo, sobre su vientre, y después bajaba hasta los botones de su pantalón para ir quitándolos uno a uno. No era necesario hacer nada más.

Griffith le observó unos instantes y lentamente le apartó la manos, poniéndose de pie con facilidad en el árbol y luego sacándole toda la ropa a Gillthanas, despacio, dejando besos por su pecho y torso.

-No tengo miedo de caer, sé que antes caerías tú para que no me hiciera daño -susurró con tono de broma mientras lamía uno de sus pezones y volviía a sentarse, tirando de la mano del mayor para que hiciera lo mismo y luego abriéndole las piernas, pasando su lengua por la hombría lentamente. Aunque tenía aquel aspecto angelical era un expero en el ámbito del sexo y más en cuanto felaciones.

Tomó el miembro erguido y lo lamió, primero el glande, otorgándole un par de lametazos circulares, apretando con la mano hacia abajopara deslizar el músculo bucal por el tronco, masajeando sus testículos.
Tras ello le miró a los ojos, no dejando de lado su tarea.

A medida que le iba felando e iba cumpliendo la misión de excitarle más, haciendo que su sexo se endureciera poco a poco pero con rapidez entre sus manos y sus labios, su cuerpo se iba relajando sobre las ramas, recostándose sobre ellas para mirarle más cómodamente mientras le felaba.

Alargó una mano hasta sus cabellos y los acarició, emitiendo leves javeos suaves de vez en cuando.

-¿Crees que puedes hacerme correr en tu boca?-le preguntó mientras le acariciaba las mejillas y volvía a sus hombros desnudos, apretándole suavemente contra él para que lo hicera más profundamente.

Griffith sonrió unos instantes y luego apretó sus labios sobre la erección , recorriendo la lengua de arriba a abajo y presionando en el glande, deslizando los dientes sin hacerle daño.
Ante aquella pregunta sobre eyacular en su boca sólo sonrió, apretando sus testículos y asintiendo con el rostro.

Deslizó una mano por su abdomen, apretando a penas mientras bombeaba con su boca y subía y bajaba, buscando darle el mayor placer posible al mayor.

De pronto, soin pedir permiso, uno de sus dedos fue a su entrada, introduciendo la punta de la extensión y luego retirándola, sólo para estimularle un poco. Repitiendo aquello para apretar mientras la carne erbguida

Cuando notó que hacía a penas el amago de penetrarle le miró a los ojos, con la respiración algo agitada ya.

-Ni se te ocurra-le dijo sin moverse del sitio, notando como en breve su sexo acabaría por estallar entre las manos del diablo. Él mismo se llevó una mano al vientre mientras notaba como allí dentro el calor subía y se hacía más sofocante-. Más... estoy a punto de correrme ya...-le dijo pasándose la lengua por los labios mientras se acariciaba el estómago.

Griffith apretó más el dedo en su entrada, rozando la piel para estimularle y fue lamiendo más profundamente su sexo, llegándolo hasta el fondo de su garganta y bombeándolo, sacándolo y repitiendo la accióin varias veces.

-Mmmm... -jadeó él mismo , sintiendo el líquido preseminal en su boca el cual fue tragando mientras lo usaba también para terminar de lubricar el miembro, arriba y abajo, apretando con fuerza entonces sus testículos para que terminara por eyacular de una vez, atreviéndose a introducir la mitad de su dedo para terminar de estimularle.

Finalmente terminó por eyacular con fuerza sin pertender si quiera aguantarlo un poco más. Emitió un profundo gemido que le hizo inclinarse hacia delante, apretando los dedos en la nuca de Griffith para sujetarlo contra su miembro y apretarle un poco más hacia dentro mientras su semen se escurría por las comisuras de su boca y por su propio miembro.

-Date la vuelta-le dijo tomándole por debajo de la barbilla para sacarle el miembro de la boca, viendo aquel regero blanquecino y recogiéndoselo con la lengua.

Griffith escupió el semen como si nada y luego le miró, sonriendo.

-Mmmmm... Trátame con cuidado y con amor, soy delicado -susurró apoyando su pecho en la corteza del árbol y levantando su trasero, acariciando con un par de dedos su hombría aún rígida y moviendo las caderas- Y dime cosas bonitas mientras lo haces, parece que me esté jodiendo un muerto -sonrió con delicadeza, no dejando de masturbarse.

-¿Qué voy a decirte?-perguntó mientras se situaba tras él. Le sujetó con suavidad por las caderas, acariciándoselas. Llevó su boca a la entrada del diablo, lamiendo superficiamlmente la piel con cuidad, lubricándola y deslizando una mano allí, metiendo un dedo en el interior y comenzando a masajearlo por destro.

-¿Quieres que te diga que desde que te vi no he podido quitarte de la cabeza?-se inclinó sobre él, apoyando el pecho en su espalda y calcándose levemente mientras le penetraba con un par de dedos-. ¿O que realmente eers especial más allá del sentido de raro? Que siento un hormigueo en la espina dorsal cada vez que me besas... No es eso lo que quieres que te diga ¿no?-sin más llevó su sexo a su entrada y le penetró, lenta pero firmemente de una sóla vez.

Griffith gimió ante la penetración que no esperaba y agachó la cabez, con todo el pelo desordenado sobre sus ojos.
Apretó los dientes y suspiró profundamente, abriendo más sus piernas y subiendo su trasero, moviéndolo de forma lenta.

-¿Qué tal si empiezas a decirme qué piensas de mí siendo más concreto que un simple 'raro'? -se tensó unos instantes, aún no estaba acostumbrado a eso. Suspiró nuevamente y apretó sus manos, contrayendo los músculos de su abdomen mientras se intentaba adaptar- ... Y nada de ... mmm... mentiras...

-No pienso absolutamente nada-le dijo al oído, apoyando las manos en las ramas cerca de su cabeza mientras le penetraba completamente y se paraba un momento allí, notando como los músculos interiores volvían a contraerse por la incrusión. Gill aprovechó aquello para estimularse más eficazmente, sacando parte del miembro y volviendo a introducirlo, repitiendo el proceso unas cuantas veces de forma lenta.

-Si tu no tienes una opinión sobre mí, habiendo sido humano en algún momento de la vida, menos tengo yo. Todo lo demás que te diría serían mentiras, pero tú no las quieres, ¿verdad?-pegó los labios a su cuello, mordiéndole y lamiéndole la piel con posesividad mientras se clavaba en sus entrañas-. No aprietes...

Griffith apretó los dientes ante las penetraciones, sujetándose mejor a la corteza del árbol y suspirando, intentando relajar su cuerpo de una forma u otra.

-Ya no sé qué es lo que quiero -susurró con la respiración entrecortada, tomando aire y luego soltándolo, mordiéndose el labio inferior y moviendo su cuerpo hacia delante y atrás para facilitar las penetraciones- Mmmmm... quizá me gustaría que esto no fuera tan falso -murmuró jadeando de nuevo, haciendo que el pelo le cubriera el rostro- Despacio... hazlo despacio, necesito acostumbrarme o me duele...

Relentizó un poco las penetraciones, con un ritmo más suave pero profundo de igual manera. Le pasó una mano por el pecho acariciándoselo y bajando por su estómago.

-Dime una cosa ¿Para tí también es sólo sexo que conlleva únicamente a placer?-le perguntó apoyándose un poco más sobre él, frotando todo el cuerpo con suavidad contra su espalda mientras pegaba de nuevo los labios a su hombro.

Griffith suspiró, sintiéndose más cómodo con aquel nuevo ritmo y moviendo sus caderas.
-No lo sé... -susurró de nuevo- Ah... mmmm... sí, sigue... -era evidente que si fuera sólo sexo que había llevado al placer no hubiera entregado su cuerpo virgen de más de 3000 años a Gillthanas- Quédate quieto... -le pidió moviéndose él mismo en circulos, terminando de adaptarse al sexo poco a poco.

Prefería no pensar ne su pregunta.

Y no siguió preguntando. Se detuvo como le había pedido y retuvo la respiración contra su piel. La pregunta ya estaba formulada, y sabía que no era una simple pregunta. Desecharla o pensar en su respuesta no era ya asunto suyo. Se incorporó quedándose de rodillas y haciendo que Griffith hiciese lo mismo sin salir de su interior.

Llevó las manos hasta los muslos ardiendo del diablo y los acarició, subiendo hasta su entrepierna para deslizar un par de dedos sobre ella y llevar la otra mano de vuelta a su pecho mientras respiraba sobre su cuello.

-Pero tengo que decirte que me agrada tu olor... Eso no es mentira...-le dijo al oído antes de besarle la fina piel.

No había cosa que excitara más a Griffith que oír todo aquello cerca de su oido. Echó las manos hacia atrás, rodeando la nuca del hombre mientras arqueaba su cuerpo, ambos de rodillas, sintiendo la mano que le acariciaba. Fue moviendo su cintura, adelante y atrás, sintiendo el rígido sexo entrar y salir a penas, pero lo suficiente para complacerle mientras le acariciaba la entrepierna.

-A mí... también... me gusta tu olor... -susurró con la voz llena de lujuria y sensualidad, jadeando después- Mmmm... Ah... -no hacía falta ser muy intelignete para ver que las palabrsa lograban excitarle incluso más que los actos.

Gill permaneció quieto, dejando que fuera el diablo el que se penetrara al ritmo que quería y con el que no se sentía tan forzado y haciendo que de todos modos la temperatura entre ambos cuerpos siguiese en continuo aumento.

-Tengo un olfato bastante desarroyado... Incluso aquella vez cerca del puerto a penas te había dedicado una mirada me llegó tu olor... y aquella vez, como la siguiente allá abajo, me quedé con las ganas de embriagarme en él. Llegué hasta el punto de relacionarte directamente con el orgasmo... pero sólo podía olerte de lejos-le iba hablando con suavidad mientras se suspiraba tenuemente al oído y le acariciaba el pecho y el vientre con tranquilidad.

Griffith siguió moviendo sus caderas de forma lenta, embriagándose de aquel placer que le inundaba los sentidos, echando el rostro hacia atrás mientras oía a Gillthanas hablar de esa forma suave que tanto le complacía.

-Mmmmm... -acarició su nuca, acelerando un poco el ritmo y entreabriendo los labios- No digas eso... -tomó aire, cerrando los ojos por completo y dejándose llevar- Cada vez que me hablas así se me remueve el estómago y el pecho... -apretó un poco los músculos, disfrutando de su virilidad, estirando un brazo para atrpar una rama con la que sentía más apoyo y se podía mover con algo más de fuerza- Pero...puedes seguir hablando... mmmmm

Gill sonrió, apartándole los cabellos para poder besarle sobre la nuca cuidadosamente y seguir por los hombros.

-Podría... pero no te diré nada más, que tendría entonces que acabar inventándome cosas de verdad las próximas veces que nos veamos, que comamos en la misma tasca para terminar comiéndonos el uno a otro encima de mesa-Gill le olió cerca del oído con los ojos cerrados, peinándole los cabellos con los dedos y soltando de nuevo el aire por la nariz con un leve suspiro. Movió un poco las caderas y le propinó una estocada algo más profunda y rápida-. No. No voy a dártelo todo en la primera cita.