Sombrero de sombras - privado -

Griffith se estremeció y entreabrió los labios con deleite, ladeando el rostro para besar a penas a Gillthanas y luego jadeando ante las embestidas algo más rápidas.
Se colocó a cuatro patas, dejando a su compañero de rodillas y tras ello moviendo su cuerpo hacia delante y atrás mucho más rápido puesto que ya estaba completamente dilatado y era extremadamente fácil deslizarse.

-Ah!.. -jadeó de forma que resonó en medio bosque y apretó sus músculos- Más... ahora puedes hacerlo como quieras, rápido, necesito sentirte... -dijo algo desesperado buscando y removiéndose para encontrar el placer

Gill jadeó, cerrando un momento los ojos para volerle a ver las espaldas. Le sujetó por las caderas y de nuevo, manejándole el cuerpo a su antojo, comenzó con aquellas penetraciones que comenzaban lentas aunque profundas y se iban acelerando poco a poco, intercalándose con suaves estocadas para relentizar aquel estado de éxtasis y volver a hacer que saltase con nuevamente un ritmo acelerado.

-Así... Griffith....-se inclinó nuevamente sobre él mientras le penetraba con fuerza, apuñalándole aquel punto estratégicamente escondido en su interior-. Aah.... Griff.....-comenzó a susurrarle al oído y a gemirle sobre el oído, jadeos que sólo eran para él en aquel momento y sólo él debía escucharlos.

Griffith respiraba de forma agitada, aquella voz le llenaba los sentidos y le hacía perder el norte. Su próstata empezaba a sentirse con icierto placer tras haberla rozado tantas veces por lo que era inevitable que fuera jadeando poco a poco, subiendo la voz. Cada palabra ajena en su oído le excitaban por mil.

-Gillthanas... -musitó apoyando el rostro en la corteza, abriéndose más de piernas para que pudiera acceder con mayor facilidad- Así... sí... ah... ah... -entre jadeos volvió a tensarse, mordiéndose el labio inferior- Vuelve a bajar el ritmo... mmmmm

Gill apretó los labios frenando de nuevo, viéndose cercano a desesperarse aunque todavía podría aguantar mucho más.

-¿Quieres hacer el favor de correrte de una vez? No puedo más..-se quejó entre graves jadeos sacando medio sexo de su interior, notando el frío de fuera pegándose a su piel y aquel contraste entre el aire y el interior de su cuerpo.

El demonio aprovechó para hacer un alto y descansar, respirando con agitación sobre la espalda del diablo sin dejar de emitir leves gemidos a la vez que apretaba las manos al rededor de su cintura, buscando después a tientas el miembro ajeno.

Griffith suspiró y respiró con algo más de facilidad tras aquello, relajándose un poco y gozando de la mano que ahora se posaba sobre su sexo.

-Me gusta... -susurró con voz dócil- Pero aún no tengo ganas de correrme, haces que tenga buena resistencia, y eso que aún no has logrado que lo haga ni una vez -le besó los labios lentamente desde aquella posición, moviendo su trasero un poco para que la mano de Gillthanas le masturbara- Cuando me la metes se me corta toda la respiración, es extraño... mmmm... sigue....

Pero el demonio salió completamente de él apartándose un poco y volteándolo para tumbarle boca arriba sobre las ramas. Le miró desde allí con la respiración agitada.

-¿Qué es exactamente lo que no hé conseguido?-le preguntó pasándole las manos por debajo de los muslos y levantándole las caderas de nuevo para poder apoyar la cabeza de su hombría sobre la dilatada entrada del diablo, notando cada una de las sensaciones que le embriagaban al introducirlo de nuevo en su interior.

Griffith sonrió y estiró un brazo para acariciarle el abdomen, moviendo la cintura para que entrara nuevamente a él, estremeciéndose. Levantó sus brazos hasta atrpar las ramas, haciendo fuerza mientras se colgaba de ellas y empezaba a mover su cuerpo, autopenetrándose con el sexo de Gillthanas.

-No lo sé -dijo respecto la pregunta- Tú sigue haciéndolo... -comunicó echando el cuello hacia atrás- Rápido... y fuerte... es como ahora lo deseo... oír tu voz... -se mordió el labio inferior, jadeando- Mmmmmmm sí, joder...

Se echó de nuevo con suavidad sobre él. Jamás era brusco ni peleando, y lo demostraba a cada momento, cada centímetro que se movía entre el aire. Fue directamente a sus labios besándolos mientras iba acelerando el ritmo de las penetraciones.

Le rodeó el cuerpo con ambos brazos, fijándose a él como si quisiera de forma desesperada unir ambos cuerpos en uno. Volvió a pegarse a su garganta y cuello, dejando su pesado aliento sobre la piel para jadear con fuerza al notar su sexo palpitando entre las paredes interiores del diablo, apresándolo, batiéndole cada vez con más fuerza e insitencia.

Griffith estaba semi colgado de aquella rama, moviendo sus caderas y jadeando tras cada embestida, mirando a su acompañante y besando su pelo cuando se dispuso a suspirar sobre su piel

-MMmmmmmmm... ngh.... Gillthanas... -musitó apretand los dientes, sintiendo como ambas pieles chocaban y se estremecían juntas- Sigue... sigue... -musitó aferrándose más fuerte a la rama y abriéndose bien de piernas- No te cooras ahora -rogó con la voz cargada de lujuria- Sigue!!! -le apresó con las piernas, obligándole a aumentar aquel ritmo que cais era infernal- Necesito más!

-Mierda...-todos los músculos de su cuerpo se contrajeron de forma ruda manteniéndolo endurecido un instante. Gill apretó los dientes tratando de eyacular en aquel momento, reduciendo un momento la presión para desenroscar una mano de su cuerpo para sujetarse a una de las ramas pendietes en la cabeza de Grifith, haciendo fuerza sobre ella para poder dar más impulso a su cuerpo y penetrarle con más fuerza y más rápidamente.

-Maldito diablo... te odio...-mustió entre jadeos sobre so boca mordiéndole el labio sin compasión, ahogando después una retahíla de gemidos dentro de su boca en un beso para dejarse resvalar después por su barbilla-. Te mataría de verdad si no me la pusieras tan dura, cabrón.

Griffith gemía complacido por todo aquello, cada vez más cerca del orgasmo, cada vez más intenso todo lo que sentía sin contar la voz ajena quejándose de forma tan adicta.

-MMmmmmmmm!!! -movió aún más sus caderas, esta vez casi balanceándose del árbol, sintiendo ya casi llegar el orgasmo de forma iminente, peleando por aguantar mucho más, aunque no sabía cómo- Dame más... ya casi... ya casi! -gritó echando el rostro hacia atrás, apretando los dientes con fuerza, respirando con dificultad con espasmos en el cuerpo que indicaban que faltaban segundos para correrse- GIllthanas, ahhh... mete tu polla más adentro... Ahhh..

-Aaaaahhh.....-todo un calambre placentero y violento le sacudió la espina dorsal y el vientre, pero se contuvo. No llegaría al final de nuvo antes que Griffith y así iba a ser. Se separó de él soltándole del abrazo para volver a quedar de rodillas entre sus piernas. Sin salir de él, montándole la cadera sobre su regazo y seguir penetrándole, haciendo que se moviera violentamente de aquella forma.

-Griffith... aah....-le clavó las manos a ambos lados de la cadera mientras la movía a placer-. No sabes cómo me pone verte desde aquí...-dijo entre jadeos de puro agotamiento, pero sin dejarse vencer, aún no-. Abre más las piernas. Te quiero todo para mí, ábrete.... aah...

Griffith le hizo caso, absorto por el placer. Se aferró con los brazos a la rama y le rodeó por lsa cintura con las piernas, sintiendo aquel sexo viril y a punto de estallar, enorme, en su interior, sacudiéndolo.
Volvió a gemir, quería prolongas el orgasmo todo lo que fuera posible.

-Maldita sea... córrete! -gritó desesperado con el rostro mirando el cielo y las venas de su cuello inchadas por el esfuerzo- Joder, sí! -se soltó del árbol, apoyándose sobre sus hombros y recostándole, empezando a cabalgar él sobre su cuerpo con exgtrema rapideza y un tanto de violencia- Mmmmmm!!

-Córre tú primero-le espetó sujetándole las nalgas para clavar los dedos en ellas y darle una caechatada con fuerza. Había llegado a un punto en el que el cuerpo, anestesiado por el placer, le obligaba a moverse con violencia, sin ningún cuidado aún pendiendo de una mísera rama de un árbol.

Separó las manos de él para sujetarse en las ramas cercanas a su cabeza y alzó las caderas de forma agresiva, con fuerza, dando una potente estocada al interior, haciéndole saltar para que cayese de neuvo penetrándose hasta lo imposible él mismo.

A Griffith le faltaba el aliento, sentía su vida casi irse por aquel esfuerzo que hacían ambos. Cuando Gillthanas se movió de aquella forma y le hizo dar un pequeño salto para volver a penetrarse cerró los ojos con fuerza, siguiendo moviendo sus caderas. El propio árbol milenario y enorme parecía moverse con la figura de aquellos dos seres apasionados.

-Eres salvaje -susurró alagándole y clavando las uñas en su pecho, aferrándose a su piel para moverse su trasero de arriba a abajo- Me quedo sin aliento... ponte tú encima... a ver cuánto puedes resistir más, hasta donde llevas tu jodida polla -susurró muy mal hablado- Ah!

Pero antes de que pudiera moverse Gill explotó. Ni podía aguantarse más ni quería. Pero al menos, aguantar tanto rato y retenerlo hasta que no pudo más le hizo acumular mucho más placer. Su último gemido arrancando del fondo de su estómago fue más como un rugido. Notó como el semen salía a chorro, y lo notó correr por el interior de su miembro y como inundaba en abundancia el cuerpo del diablo por dentro.

Después de aquello su cuerpo entero aún vibró, convulsionándose notando como aquel orgasmo le duraba más de lo debido y le dejaba sin visibilidad unos instantes mientras le clavaba durante aquel momento las uñas en el trasero a Grifith y tiraba de él hacia el interior, siendo casi imposible que entrase más.

Griffith jadeó al sentir su sexo de pronto estallar y en el mismo instante también lo hizo él, corriéndose en parte por su abdomen y por el cuerpo de Gillthanas. Sus caderas seguía moviéndose como producto de los espasmos, sintiendo las garras de Gillthanas en el trasero y él mismo con el rostro hacia atrás, gimiendo consecutivamente hasta que logró calmarse poco a poco tras unos momentos.

Cayó literalmente agotado encima del pecho de Gillthanas, sintiendo su hombría dura que iba relajándose a cada segundo. Griffith respiraba como si no llegara suficiente oxigeno a sus pulmones, con el cuerpo empapado de semen y sudor que ahora se juntaba con el de su acompañante.


-Ugh... -le abrazó un poco, intentando reunir el aire necesario, sin decir nada.

Gill tampoco dijo nada. No tenía aliento si quiera casi para respirar, pocos sonidos podían salir de su garganta exceptuando leves gemidos aún, notando la presión en su miembro maltratado entremezclado el placer que aún le recorría el cuerpo de arriba a abajo.

Se dejó caer sobre la rama. Relajó todo lo que pudo los músculos y simplemente dejó que el aliento le fuera llegando poco a poco. Se tapó la frente con una mano un instante, sintiendo que todo le dolería en algunas horas, aunque no importaba.

-Me siento morir....-mustió en un golpe de aliento, sin aire en los pulmones ni movilidad, pero plenamente satisfecho.

Griffith no pudo contestar aquello ni hacer una leve alusión. Tenía el cuerpo muerto, como si no respondiera a todo lo que él quisiera hacer. Movió un poco el rostro, ladeándolo para quedar adjunto al de su compañero, sintiendo las dos respiraciones desacompasadas y profundas que pedían a gritos una buena dosis de oxígeno para sus pulmones.

El viento era muy suave, a penas fresco, lo justo para que ambos cuerpos no ardieran en llamas.

Se acurrucó como pudo, acariciando el pelo de Gillthanas, sólo moviendo los dedos y aún con esfuerzo, notado su estómago pegajoso y el semen aún resbalar de su entrada.

-....Ngh... -jadeó nuevamente producto de la hombría que seguía en su interior.

Lentamente el demonio salió de él mientras su mimebro se relajaba y volvía a la normalidad. La no sentía aquella parte del cuerpo, ni el ventre, ni los muslos. Había sido como recivir una paliza en aquella zona y que ahora la piel y la carne estuviesen dormidas y no las notase.

Después de un buen rato en silencio, relajándose y respirando, notó como poco a poco iba recuperando la movilidad y la conciencia de la realidad. Alzó una mano con suavidad y le tocó la mejilla.

-¿Sigues con vida?-le preguntó acariciándole el rostro con suavidad, notando la piel tivia y aún temblorosa.

Griffith estaba completamente débil. Le dolían los músculos por hacer tanta fuerza en la rama, el sexo por aguantar, el estómago de contraerlo y, sobretodo, le dolía el trasero por haber sido penetrado de forma tan violenta.
Al sentir la mano ajena entreabrió la mirada, se hubiera quedado dormido allí mismo.

-Creo que no... -dijo casi sin voz, con un leve escozor de garganta removiéndose casi sin fuerza y luego suspirado- No puedo... me duele todo... -comentó volviendo a la misma posición, parecía un muñeco- Sobretodo el trasero, parece que me estén desgarrando... -cerró nuevamente los ojos, frunciendo el ceño- Quédate así, estoy calentito encima tuyo... Gillthanas... -levantó una mano para dipositar un par de dedos en sus labios, sonriendo a penas- Eres incluso atento...

Gill frunció suavemente el ceño mientras mantenía la mirada perdida en las ramas de arriba, iimposibilitado incluso de mover la cabeza.

-No sé por qué tengo la sensación de que tú siempre estás caliente...-comentó alzando una ceja mientras notaba que todo al rededor se iba clareando, cada vez con más luz. Él debía irse, pero quizás podría aguantar un poco más allí, amparados por las ramas del árbol. Tampoco era que pudiera moverse.

-¿Qué esperabas? Soy un caballero...-le dijo cogiendo aquella mano con la suya, entreabriendo un momento los labios bajo sus dedos para después besarlos con suavidad y arrastrarla después hasta su pecho donde la guardó-. No sería capaz de violar a nadie, excepto a tí...-comentó recreando una posible escena en la cabeza y sonriendo-. Creo que es demasiada tentación delante. Desperdiciarla sí que sería un pecado imperdonable.

Griffith sonrió por aquellas palabras y luego fue acariciándole la piel muy lentamente, mirando el horizonte donde salía la luz, besando su piel con los labios suavemente, sin moverse un milímetro.

-Mmmmm... me siento cómodo... -dijo entrecerrando la mirada, distraído completamente- Mi cuerpo arde... -se estiró un poco, acariciando con sus pies los ajenos y respirando profundamente, a punto de quedarse dormido- No voy a poder levantarme, ni a bajar de aquí... ni tan siquiera voy a tenderme en pie -susurró besando su hombro- Estoy realmente agotado, parece que me hubieran dado una paliza

Su pelo blanco seguía tan perfecto como siempre, desparramándose por el suelo y parte del cuerpo de Gillthanas.

-¿Vas a irte ya?

-Me iré. Dentro de un rato-le contestó cerrando los ojos y tomando una bocanada de aire para llenar los pulmones y relajarse, ahora que parecía que todo su organismo volvía a la normalidad-. Cuando te levantes y te muevas un poco ya estará todo bien. La culpa es tuya....-se quejó mientras lo jalaba por la cintura y hacía que se tumbase completamente sobre él-. No vuelvo a hacerte caso. La próxima vez será a mi manera, de modo que nada de ahora párate, más despacio, espera... nada de eso.

Griffith se removió un poco y luego le besó la piel suavemente. Sentía el olor atrayente de aquel cuerpo pero hablar era demasiado. Acarició sus labios con un par de dedos, moviéndose un poco.

-La verdad es que estoy agotado, pero lo pasé bien... No puedo evitar pedir que vayas más lentos y lo hagas como más me complazca. Pero bueno, alégrate, por ésta vez has logrado superar la prueba.

Se acomodó mejor levantándose un poco entonces con las manos y mirándole, quedando en aquella posición, respirando agitado.

-Vas a tener que bajarme, estoy muy cansado.